30.1.15

Amadiel Cortés, el destacado atleta de Pedro de Valdivia. Revista Pampa, julio 1954.



Amadiel Cortés, el destacado atleta de Pedro de Valdivia, que representó a Chile en Sao Paulo (Brasil) en el último Campeonato Sudamericano. Aquí está rodeado de todos esos atletas pedrinos que él animó, ayudó con sus conocimientos y estimuló. "Pampa" rinde este homenaje al esfuerzo y la constancia.



29.1.15

Municipio y Consejo Regional de la Cultura y las Artes lanzan concurso para crear una bandera para Antofagasta

Vía La Estrella de Antofagasta.



Las bases se pueden descargar aquí.

Declaran Zona Típica a Chuquicamata

Vía La Estrella de Antofagasta.

El MoMA reivindica el talento dentro del desarrollismo [arquitectónico] latinoamericano


Hermano Martin Corréa, Hermano Gabriel Guarda, Patricio Gross, Raúl Ramirez. Benedictine Monastery Chapel, Santiago, Chile, 1964. Courtesy PUC Archivo de Originales

Vía El País.

El museo presenta en México DF una exposición de arquitectura en América Latina de 1955 a 1980 que abrirá en Nueva York en marzo

Pablo de Llano México 28 ENE 2015 - 02:27 CET

En la cafetería de uno de los edificios que incluirá la muestra, el Museo Tamayo de México DF (obra de Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, 1981), el curador Patricio del Real precisa el objetivo de la exposición Latinoamérica en Construcción: Arquitectura de 1955 a 1980, presentada este martes en el DF y que se exhibirá del 29 de marzo al 19 de julio en el MoMA de Nueva York: “El MoMA hizo el primer catastro de arquitectura del área en 1955 con la exposición Arquitectura en Latinoamérica desde 1945, que abarcó esos diez años y marcaba un periodo que culminó con la construcción de la ciudad de Brasilia, el gran proyecto del movimiento moderno latinoamericano; y se pensaba, o a veces aún se piensa en Estados Unidos, que después de eso no hubo nada. Ahora queremos dejar claro que a aquello le siguió un importante ímpetu de exploración y construcción dentro de las necesidades de grandes dimensiones y densificación de la ciudad que impuso el desarrollismo, el sueño de modernización e industrialización de América Latina. Y muchas de las soluciones que revisamos ahora siguen siendo relevantes para los desafíos de nuestro propio periodo, para los problemas actuales de modernización y desarrollo en Latinoamérica”.

La muestra del MoMA tiene como eje temático la capacidad de ciertos proyectos en esos 25 años de lograr un balance entre las exigencias macro o cuantitativas del desarrollismo y las necesidades cualitativas de habitabilidad y uso de los espacios por parte de la gente. Reúne más de 500 dibujos y materiales originales que nunca antes se habían expuesto en conjunto, y pone en cuestión puntos comunes de los retos arquitectónicos de aquel tiempo a través del análisis de obras en los siguientes países: Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, México, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

El puertorriqueño Del Real, que presentó la exposición con el director del MoMA, Glenn Lowry, afirma que desde mediados de los cincuenta se concretó un cambio estructural en las necesidades arquitectónicas de América Latina que llegó hasta entrados los ochenta, y de ahí surgieron otros planteamientos en áreas como vivienda social, plazas, infraestructuras y museos.

Las ideas en vivienda social le parecen en buena medida un ejemplo a seguir para la época actual, en la que según dice se ha dejado la iniciativa al mercado. Cita el proyecto experimental Previ en Lima (1967), en el que se invitó a arquitectos internacionales a proyectar una vivienda mínima que fuese susceptible de crecimiento y de transformación por parte de los habitantes.

“Aunque el desarrollismo operó fundamentalmente desde el poder hacia las masas, en vertical, hubo experimentos importantes de autoconstrucción y de vivienda asistida, adelantándose a las ideas actuales de reconvertir las casas de las favelas en viviendas dignas”, explica el curador. Otros ejemplos de arquitectura social que ofrece y que se analizan en la muestra son el Conjunto Rioja (Buenos Aires, 1971), el SESC Pompeia de Lina Bo Bardi (Sao Paulo, 1986) o el modelo de aulas rurales con sistema de prefabricación ligero del mexicano Pedro Ramírez Vázquez.

De la combinación de arquitectura con la necesidad de dimensiones exacerbadas son paradigmáticos otros dos proyectos incluidos en la exposición, el conjunto Nonoalco-Tlatelolco (Mario Pani, México DF, 1966) y el Copan de Óscar Niemeyer (1966, Sao Paulo), una obra de tal tamaño, recuerda Del Real, que se tuvo que crear un código postal solo para este edifico

Acuerdo de Unión Civil: dos millones 35 mil chilenos podrán acogerse a nuevo estado

Vía La Tercera.

Texto establece que convivientes serán considerados parientes para los efectos previstos en el Código Civil.

por Daniela Astudillo - 29/01/2015 - 07:34

El Acuerdo de Unión Civil (AUC), la iniciativa legal que permite regular la vida afectiva y celebrar un contrato entre dos personas que comparten un hogar, tanto heterosexuales como homosexuales, pasó ayer todos los trámites legislativos y quedó lista para ser promulgada como ley.

Durante la mañana, el Senado aprobó el documento evacuado por la Comisión Mixta, con 25 a favor, seis en contra y 13 abstenciones. Más tarde, los diputados ratificaron el proyecto con 78 votos contra nueve.

El ajuste denomina a los contrayentes como “convivientes civiles” y los considera parientes para los efectos previstos en el Código Civil.

En Chile, según se señala en la fundamentación de la normativa, existen dos millones de parejas heterosexuales que conviven, mientras que se registran 35 mil personas del mismo sexo que se reconocen como cónyuges.

La iniciativa ingresada al Parlamento en 2011, por el gobierno de Sebastían Piñera, no contó con el respaldo inicial de los partidos que apoyaban a la administración anterior. Ayer, Karla Rubilar, diputada de Amplitud, comentó que “nos habría gustado que el proyecto hubiera salido en el gobierno del Presidente Piñera, pero RN y la UDI lo bloquearon”.

Cambios y reacciones

El AUC establece que entre los convivientes civiles y los parientes de los integrantes de la pareja existirá parentesco por afinidad mientras se encuentre vigente el contrato. Además reconoce los matrimonios celebrados por personas del mismo sexo en el extranjero como Acuerdo de Unión Civil. Cada conviviente será heredero del otro y concurrirá en su sucesión de la misma forma y gozará de los mismos derechos que corresponden al cónyuge sobreviviente.

Sobre el cuidado de los hijos, en caso de inhabilidad física o moral de los padres, un juez decidirá con quien permanecerán, pero tendrá prioridad el consanguíneo más cercano.

En el Senado, quienes siguieron desde sus inicios la discusión, concordaron en el avance social que significó esta aprobación. “El proyecto no solo regula patrimonio o bienes, acá estamos hablando de personas y el acto se celebrará en la presencia ante un oficial del Registro Civil”, manifestó Patricio Walker (DC).

Desde la Fundación Iguales, Luis Larraín, sostuvo que la aprobación “es emocionante para quienes hemos sentido la marginación de la sociedad para toda las familias que llevan años conviviendo”.

Luego de su promulgación, que se espera para marzo, la normativa deberá ser publicada en el Diario Oficial y seis meses después comenzará a regir. El senador Felipe Harboe (PPD), explicó que paralelamente “el Gobierno debe elaborar un reglamento para que las instituciones públicas se adecuen. Cada documento que consulta el estado civil, deberá incorporar a las alternativas, si la persona es conviviente”.

28.1.15

El MoMA mostrará logros arquitectónicos de América Latina

CEPAL, Emilio Duhart.

Vía Informador.

Entre las figuras expuestas se encontrarán maquetas y dibujos arquitectónicos, fotografías clásicas y filmes de la época recolectados durante varios años

MÉXICO, CIUDAD DE MÉXICO (27/ENE/2015).- La documentación de cerca de 70 proyectos arquitectónicos mexicanos como el Pabellón de Eduardo Terrazas para la Trienal de Milán (1968) Ciudad Universitaria de Mario Pani y Enrique del Moral (1947) y el Museo Nacional de Antropología de Pedro Ramírez Vázquez (1964), figuran en la muestra "América Latina en Construcción: Arquitectura 1955-1980".

La exposición que a partir del 29 de marzo se presentará en el Museo de Arte Moderno (MoMA), de la ciudad de Nueva York en Estados Unidos, conmemora el 60 aniversario de su última presentación en ese espacio museístico.

En rueda de prensa, Barry Bergdoll, director del MoMA, y Patricio del Real, curador asistente del Departamento de Arquitectura y Diseño del recinto, refirieron que la exposición se enfoca en proyectos arquitectónicos de la región entre 1955 y principios de los años 80.

Señalaron que la exhibición que se abrirá en la próxima primavera, se enfoca en el cuarto del siglo posterior, un periodo de cuestionamiento, exploración y cambios políticos complejos en los países que forman parte de la muestra: Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, México, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

Destacaron que durante esos años, los países latinos construyeron asombrosas obras arquitectónicas, a las cuales nunca se les ha dado su lugar en los anales de la arquitectura moderna, la cual, comentaron, es dominada por arquitectos europeos y norteamericanos.

Para Barry Bergdoll, "América Latina en Construcción: Arquitectura 1955-1980" propone una compleja lectura histórica de algunas de las cuestiones clave del periodo.

En la exposición se podrán apreciar maquetas y dibujos arquitectónicos, fotografías clásicas y filmes de la época recolectados durante varios años y tomados de archivos arquitectónicos y fílmicos de universidades y departamentos de arquitectura de toda la región.

Para esta muestra, se comisionaron maquetas a gran escala de estructuras clave a los talleres de la Universidad Católica de Chile, así como otras de edificios y sus paisajes fabricados por la Universidad de Miami.

El desafío de integrar nuevas tendencias: la economía colaborativa, por Antonio Cañabates



Vía El Periódico.

La economía colaborativa no es un fenómeno nuevo, pero las recientes polémicas despertadas por plataformas como Uber o Airbnb la han puesto de actualidad y son objeto de debate público. La economía colaborativa, también llamada a veces de la compartición, entre pares o consumo colaborativo, aprovecha las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información para que personas, empresas, administraciones y organizaciones sin ánimo de lucro superen las fricciones que impiden compartir y reutilizar recursos que de otra forma están desaprovechados o infrautilizados. Internet como tecnología socializadora y la ubicuidad de los dispositivos móviles están llevando a otro nivel la capacidad de compartir información sobre la oferta y la demanda de esos recursos ociosos. Pero la economía colaborativa va más allá de algunas famosas start-ups; cuando dos personas comparten vehículo para ir al trabajo diariamente, están aprovechando un recurso infrautilizado. Para que esto suceda no es imprescindible la intermediación empresarial, plataformas sin ánimo de lucro como www.fesedit.cat lo hacen también posible.

Hasta aquí todo parecen ventajas. Diversos informes y organizaciones otorgan cifras milmillonarias y en rápido crecimiento al impacto de este fenómeno. Las cifras de financiación captadas por algunas empresas son una muestra. Uber ha cerrado una ronda de financiación por 1.200 millones de dólares. Pero como todo fenómeno disruptivo, la economía colaborativa necesariamente altera el statu quo de las relaciones de producción y distribución preexistentes en la economía tradicional. La disrupción afecta la regulación de aquellos sectores que son objeto de flexibilización con la llegada de nuevos modelos de negocio. Como es de esperar las empresas tradicionalmente establecidas ven una amenaza para sus negocios en el aterrizaje de nuevos competidores que operan con nuevas reglas. Las asociaciones de taxistas en el caso de Uber y la patronal del sector turístico en el de Airbnb han reaccionado con distintos argumentos y el hecho de que se haya prohibido la operación de estas nuevas plataformas en algunos países europeos sin duda no es ajena a su capacidad de presión.

Las empresas tradicionalmente establecidas están sometidas a regulaciones y a tasas e impuestos que los nuevos actores parecen poder sortear. Se invoca el argumento de la competencia desleal y del peligro la desregulación para la calidad del servicio que recibe el consumidor. Y en parte no les falta razón, pero no todo es blanco o negro. Si los nuevos modelos de negocio aportan mayor aprovechamiento de los recursos y sus usuarios parecen contentos, no parece la mejor opción descartarlos. Mientras algunas regulaciones suponen una barrera de entrada y protección para las empresas establecidas, otras garantizan los derechos de los consumidores y la calidad de los servicios. El no a todo no parece la opción más racional y no es viable a medio plazo. Pero tampoco lo es aceptar una desregulación unilateral de facto, especialmente cuando afecte a la protección de las garantías de los usuarios. Los conflictos deberán resolverse permitiendo la oferta de estos servicios dentro de los parámetros reguladores que cada sociedad decida. Y, sin duda, la regulación debe evolucionar para adaptarse a las nuevas realidades.

Algunas de estas empresas son meras facilitadoras de la prestación de servicio entre particulares. Los particulares que alquilan una habitación a través de Airbnb u ofrecen un transporte a través de Uber no son empleados de estas empresas. Se trata de servicios comerciales con contraprestación económica y los individuos que los prestan deben satisfacer las obligaciones tributarias correspondientes. Sin embargo, el seguimiento fiscal de estas nuevas microactividades no es nada fácil sin la colaboración expresa de las plataformas que los intermedian. En sus bases de datos almacenan detalladamente quién presta qué servicios y a qué precios. La colaboración activa de estas empresas con la administración tributaria es la fórmula que permitiría superar este obstáculo. También será necesario reformular algunas tasas e impuestos para adaptarlas a este tipo de microactividad económica. Por otra parte, estas empresas transnacionales pueden fácilmente operar mecanismos legales que facilitan minimizar la tributación sobre los beneficios de la actividad que operan. No es una novedad, las grandes empresas tecnológicas ya utilizan fórmulas de ingeniería financiera -como el double irish- para no pagar prácticamente impuestos en nuestro país. El reciente caso de Luxleak ha puesto de manifiesto que el problema no afecta solo a empresas tecnológicas. Las empresas de la economía colaborativa pueden suponer un paso adicional en esa tendencia que erosiona la capacidad recaudatoria sobre las rentas de capital.

La crisis ha facilitado el auge de este tipo de modelos de negocio. La posibilidad de obtener ingresos a través de estas plataformas supone un alivio económico para muchos individuos. Pero en la medida en que la demanda de servicios es finita, la entrada de nueva oferta afecta negativamente a las empresas establecidas y al empleo que generan. Cabe preguntarse si no se estarán transformando esos empleos perdidos en empleos precarios seudoautónomos y pequeñas y medianas empresas en plataformas multinacionales que los coordinan.

Por último, no hay que olvidar que poner puertas al campo indiscriminadamente sitúa al país al margen de la innovación. En nuestro país existe mucho talento y se crean start-ups tecnológicas, también en este ámbito. Sharing España, asociación que reúne un buen número de estas empresas, citando un estudio realizado por Consumo Colaborativo, cifra en 45 millones de euros las inversiones recibidas por empresas españolas en el 2014.

La economía colaborativa no solo está de moda, sino que ha venido para quedarse. La opción de marginarse de esta tendencia no parece viable; la de entregarse sin condiciones a los requisitos impuestas unilateralmente por algunas multinacionales tampoco es deseable. El fenómeno tiene aspectos positivos y negativos como es de esperar. Nuestra sociedad tiene el reto evolucionar y de integrar inteligentemente esta tendencia que, sin duda, tiene potencial para mejora el bien común y este, en definitiva, debe ser el objetivo que guíe el camino a seguir.

Inician construcción de planta fotovoltaica y termosolar más grande de América Latina en María Elena, región de Antofagasta, el norte de Chile

© Abengoa.

Vía EMOL.

Inician construcción de planta fotovoltaica más grande de América Latina en el norte de Chile


MARÍA ELENA.- Este lunes la firma española Abengoa dio inicio a las obras de construcción de su planta fotovoltaica en la región de Antofagasta, la cual forma parte del mayor complejo solar de América Latina, buscando abastecer de energía eléctrica a toda la II Región.

El proyecto Atacama 1 se ubica en pleno desierto de Atacama, zona que cuenta con la mayor radicación solar del mundo. Estará formado por una planta fotovoltaica y una termosolar, cuya construcción comenzó en mayo de 2014. En conjunto el campo solar del complejo alcanza las 1.000 hectáreas.

La planta fotovoltaica, que será la más grande en su categoría del Norte Grande, tendrá una potencia de 100 MW y constará de 392.000 paneles que captaran la energía del Sol para transmitirla directamente a la red, para así abastecer a 85.000 hogares.

"Abengoa está dando un paso importante en el desarrollo de nuevas tecnologías, aportando al crecimiento y desarrollo tanto de la región, como del país", aseguró Iván Araneda, gerente general del negocio solar de Abengoa en Chile.

"En proyectos como este podemos suministrar energía de manera eficiente, sustentable, limpia y ahora a precio muy competitivo, de modo que estamos muy felices de mostrar los avances de la construcción de la planta termosolar y dar inicio a la planta fotovoltaica", dijo.

Araneda se mostró muy optimista respecto a la oportunidad de que otras energías, también eficientes, puedan ingresar al sistema, "lo cual sin duda va a dar espació para que haya más inversiones en el sector".

La ceremonia de inicio de obras contó también con la participación de Luis Ávila, superintendente de Energía y Combustible, quien junto al alcalde de María Elena manifestaron los beneficios que este desarrollo traerá a la región y sus habitantes.

"Este proyecto existe porque existen personas que consumen cotidianamente energía. Nosotros queremos que los hogares tengan una energía continua y segura", dijo Ávila.

Por su parte, el intendente Valentín Volta enfatizó que esta inversión de 1.300 millones de dólares contribuirá no sólo con energía para la región, sino que también en la creación de mil puestos de trabajo. Además, la autoridad aseguro que este proyecto "va muy de la mano de la agenda energética del Gobierno de la Presidenta Bachelet".

Por otro lado, la planta fotovoltaica poseerá un sistema de almacenamiento térmico de sales fundidas, que permitirá entregar energía de forma estable durante las 24 horas del día.

Se espera que la planta esté funcionando a principios del 2016 y la termosolar durante el segundo semestre de 2017. El complejo evitará la emisión de unas 870.000 toneladas de CO2 al año, permitiendo abastecer la demanda de energía de la población y de la industria.

Vía Abengoa.

Abengoa celebra el inicio de la construcción de la planta fotovoltaica de Atacama 1, el mayor complejo solar de América Latina


26 de enero 2015 - Abengoa (MCE: ABG.B/P SM /NASDAQ: ABGB), compañía internacional que aplica soluciones tecnológicas innovadoras para el desarrollo sostenible en los sectores de energía y medioambiente, ha celebrado hoy el acto de inicio de obra de la planta fotovoltaica que formará parte del complejo solar Atacama 1, ubicado en el norte de Chile (Comuna de María Elena, Segunda Región).

La ceremonia ha contado con la presencia de Luis Ávila, superintendente de Electricidad y Combustibles del Ministerio de Energía Chile, y del alcalde de la Comuna de María Elena, Jorge Godoy, quienes han celebrado el comienzo de la obra de esta planta, que formará parte del complejo solar más grande de Latinoamérica.

El proyecto se ubica en pleno desierto de Atacama, zona que cuenta con la mayor radiación solar en todo el mundo. Atacama 1 estará formado por una planta fotovoltaica con una capacidad de 100 MW y por la primera planta termosolar de América Latina, con 110 MW de capacidad y 17,5 horas de almacenamiento térmico. En conjunto, el campo solar del complejo alcanza las 1.000 hectáreas.

La planta fotovoltaica, que será la más grande en su categoría en el Norte Grande, con una potencia instalada de 100 MW, constará de 392.000 paneles que captarán la energía del sol para transmitirla directamente a la red.

Por su parte, la planta termosolar, cuya construcción comenzó en 2014, tendrá 10.600 heliostatos con una superficie total para el campo solar de más de 700 hectáreas. Los heliostatos concentran la radiación solar en un punto, el receptor, ubicado en la parte superior de una torre de 250 metros de altura. La radiación del sol se emplea para calentar sales fundidas que se utilizan para generar vapor con el que se alimenta una turbina de 110 MW que genera electricidad limpia.

Esta planta poseerá además un sistema de almacenamiento térmico de sales fundidas que permitirá entregar energía de forma estable durante las 24 horas del día.

El complejo evitará la emisión de unas 870.000 toneladas de CO2 al año y permitirá responder a la demanda de energía de la población y de la industria gracias a la combinación de ambas tecnologías.

Se estima que la planta fotovoltaica entrará en operación a fines de 2015 y la planta termosolar durante el segundo trimestre de 2017.

Abengoa está presente desde 1987 en Chile, país en el que ha desarrollado numerosos proyectos para importantes compañías mineras, empresas eléctricas, de comunicaciones y del sector industrial en general. Este proyecto consolida la apuesta tecnológica de Abengoa por la energía termosolar y por la innovación.

Actualmente, Abengoa cuenta con una capacidad instalada de 1.503 MW en operación comercial, 360 MW en construcción y 210 MW en desarrollo. Abengoa es la única compañía en todo el mundo que construye y opera plantas termosolares tanto de tecnología de torre como cilindroparabólica.

27.1.15

Suelos ornamentados, las baldosas del Antofagasta ecléctico

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7.1.15

Nuestra tradición moderna: vivienda patrimonial en Osorno, 19-31 de enero 2015, Centro Cultural Sofia Hott, Osorno


Hugo Fuentes, Mg. Arquitecto, Director del Departamento de Arquitectura y Diseño, y Hugo Weibel, Doctor Arquitecto, Investigador del proyecto interno regular H03/2012 de la Universidad de Los Lagos: "Formas de tensión tradición - modernidad. La expresión arquitectónica de la vivienda unifamiliar moderna en Osorno", invitan a la exposición "Nuestra tradición moderna: vivienda patrimonial en Osorno", del 19 (19:00 horas) al 31 de enero 2015, Centro Cultural Sofia Hott, calle Juan Mackenna, 1011, Osorno.

2.1.15

Some chilean spaces through the videoclip of "Mi lugar" by La Entrópica (Feat. Sofía Oportot). Directed by Piero Medore (dir.). Photography by Jonas Nordenberg.



















El imperio de los sentidos según Olafur Eliasson

Vía El País.



Superestrella del arte sensorial, el danés se interroga sobre los límites de la percepción en dos nuevas exposiciones en Francia y Dinamarca

Por Álex Vicente

La primera vez que Olafur Eliasson (Copenhague, 1967) presentó su obra frente al mundo tenía 15 años. Colgó un puñado de dibujos de gran formato en las paredes de una improvisada galería e invitó a sus amigos a observar el resultado. “Me puse nervioso y lo pasé mal, pero a la vez quería que todo el mundo viniera. Por extraño que parezca, me sentía exactamente igual que hoy”, rememora un par de horas antes de la inauguración de su nueva exposición. El estatus de este hombre de rictus hierático y aspecto indudablemente escandinavo ha cambiado bastante desde entonces. Ya no se encuentra en un garaje de extrarradio, sino en la Fundación Louis Vuitton, gigantesco palacio de cristal firmado por Frank Gehry y convertido en última atracción del concurrido circuito parisiense. Eliasson, estrella de ese arte sensorial que hoy invade los museos de medio mundo, acaba de ser escogido para inaugurar su programa de exposiciones.

La muestra se titula Contact y le sirve para explorar, con la falta de comedimiento que ya es marca de la casa, “la relación entre uno mismo, el espacio y el universo”. Eliasson pretende empujar al visitante hacia cierto vértigo existencial a través de un puñado de ilusiones ópticas que hacen tambalear los cinco sentidos, fuentes estroboscópicas que dejan estupefacta a la retina y bolas de cristal que dan cuenta de lo que sucede en el exterior mientras exploramos las salas de este oscuro subterráneo. La comisaria Suzanne Page, a cargo de la dirección artística de la fundación, resume la exposición como “un viaje” fundamentado en “un acercamiento emocional al arte”. Eliasson, más profesoral, lo traduce en sus propias palabras: “En los tiempos que vivimos, es lógico interesarnos por nuestra interacción con lo que llamamos realidad”, sostiene. “Existe un horizonte a partir del cual dejamos de percibir y de entender. A mí me interesa demostrar que esa frontera se encuentra más lejos de lo que creemos, que nuestros sentidos son más fuertes de lo que sospechamos”.

Al acceder a la muestra, no encontramos texto introductorio ni paneles explicativos. La bienvenida corre a cargo de un meteorito que el artista invita a acariciar, capaz de trasladarnos a otra dimensión gracias al poder de la autosugestión. Eliasson exhorta al espectador a iniciar un trayecto hacia lo desconocido y asumir el riesgo de perderse por el camino. “Vivimos en una sociedad hiperregulada, donde se nos dice constantemente qué debemos hacer y pensar. Cuando le dices a un visitante que busque la salida por sí solo, se desconcierta e incluso se enfada. Esa pasividad no es buena. Dar por sentado que siempre habrá alguien que te guíe —igual que dar por sentadas la paz, la riqueza, la educación o la sanidad— resulta negativo. Puede llevarnos a deteriorar o incluso perder lo que constituye la democracia”, responde.

No es la primera incursión de Eliasson en el terreno resbaladizo de la financiación privada, pero tal vez sí la mayor. En octubre, un colectivo de filósofos, críticos y artistas, encabezado por Georges Didi-Huberman y Giorgio Agamben, firmó una violenta columna contra la fundación, fruto de la iniciativa del empresario Bernard Arnault. El colectivo la consideró una iniciativa pensada para “desgravar una parte de las ganancias que no se encuentran ya en algún paraíso fiscal” y “elevar la cotización de los artistas por los que, temporalmente, hayan decidido apostar”. Eliasson, que afirma que la leyó, tiene la respuesta a punto. “Se suele sobreentender que lo público representa una libertad inexistente en el sector privado. La realidad es otra: el sector público asume pocos riesgos y tiene una relación ingenua con el arte contemporáneo. En el sector privado, en cambio, se están produciendo experimentos interesantes porque tienen mayores recursos, pero también porque su confianza en el arte es más radical y están más dispuestos a arriesgarse”, afirma. “Pero estoy de acuerdo en que no se puede utilizar la financiación privada para justificar los recortes en arte y cultura. Yo creo en un sector público fuerte, que siga siendo protagonista. Si no, corremos el peligro de que el arte se vuelva un sector dependiente del mercado y que las ferias y subastas se conviertan en lo fundamental”, admite.

La muestra parisiense arranca casi a la vez que su otro gran proyecto orquestado en 2014 llega a su fin. Riverbed es un paisaje artificial formado por toneladas de piedra volcánica, que Eliasson trasladó de la Islandia de sus ancestros hasta el interior del Louisiana Museum, ubicado a treinta minutos al norte de Copenhague, la ciudad donde creció antes de mudarse a Berlín hace veinte años. El lugar, que fue propiedad de un hombre casado con tres mujeres llamadas Louise (de ahí ese nombre de reminiscencias sureñas en plena costa báltica), emerge en medio de la nada, encajado entre un bosque otoñal y un impresionante acantilado. Al artista, ese espectacular paisaje no podría importarle menos: ha preferido reproducir la naturaleza a escala real, pero bajo techo y entre cuatro paredes.

Los fenómenos naturales están profundamente arraigados en el lenguaje artístico de Olafur Eliasson, quien se dio a conocer a mediados de los noventa tiñendo las aguas fluviales de ciudades de medio mundo, antes de construir cascadas artificiales bajo puentes neoyorquinos y propagar brumas ilusorias en el interior de galerías de arte, como hizo The Weather Project (2003), la alucinante aurora boreal que sedujo a dos millones de visitantes en la Tate Modern. “Es una manera significativa de dirigirme a mis semejantes. Hablar de la frontera entre naturaleza y cultura equivale a preguntarme quiénes somos como especie”, explica sobre Riverbed, que conforma con Contact un compendio que resume toda su trayectoria, centrada en la exploración de los límites de la percepción y en la engañosa separación entre naturaleza y cultura.

“Durante mucho tiempo trabajé con esos dos conceptos como si fueran antónimos y no compartieran ninguna cualidad”, relata Eliasson. “Con el tiempo, empecé a reconsiderar esta polarización. Ahora estoy cada vez más convencido de que la cultura es solo un grano que crece sobre la naturaleza”. Riverbed transita por esos borrosos confines. Caminar por su vasta extensión, transitando por las mismas salas que hasta hace poco acogían a Picasso, Pollock o Warhol, implica agacharse para cruzar las puertas que las intercomunican, o incluso brincar sobre un riachuelo para sortear el desnivel creciente, si se aspira a trepar hasta el término del recorrido. Aunque, una vez más, no exista camino, punto de partida o meta final.

¿Se puede vincular su trabajo a esa eventocracia que decretó el supercomisario Massimiliano Gioni, abierta a todo lo que deje a la retina estupefacta y suscite un espectáculo traducible en cientos de miles de entradas? Eliasson orquesta acontecimientos, aunque estos no sean necesariamente fáciles o gratuitos. No cuesta entender hasta qué punto el merodeo propuesto por su exposición cobra dimensiones existenciales, ni tampoco descifrar el habitual subtexto ecologista en la obra del danés. Al apropiarse de este paisaje virgen, el visitante terminará por alterarlo inevitablemente. A medida que pasen las semanas, se abrirán nuevos caminos y aparecerán recodos invisibles en el día de la inauguración.

Hace una década que museos e instituciones se abren a este arte capaz de estimular varios sentidos a la vez y rinden homenaje a figuras pioneras como Julio Le Parc, Carlos Cruz-Díez o James Turrell, vinculado al movimiento Light and Space. Durante esta inesperada resurrección, se ha entendido que sus precursores, tratados con desdén en su momento, escondían en realidad una dimensión política. En el despertar que persigue Eliasson también se encuentra el germen de una toma de conciencia, que permite poner en duda la realidad circundante y agudizar el espíritu crítico, como pregonaron los fundadores de colectivos como GRAV o Zero hace medio siglo. La experiencia sensorial se desintegra a causa de la virtualización imperante. Eliasson busca la manera de recomponerla, a riesgo de ser tratado de inocuo, estéril o incluso decorativo. “Supongo que la única respuesta que les puedo dar a mis críticos es convertirme en mejor artista”, responde con una inesperada modestia. “¿Qué puedo hacer si la gente opina eso? No es como si yo fuera sólido y ellos fueran líquidos. Nuestras opiniones tienen el mismo valor”.

Olafur Eliasson. Contact. Fundación Louis Vuitton. París. Hasta el 16 de febrero de 2015. Riverbed. Louisiana Museum. Humlebaek (Dinamarca). Hasta el 4 de enero de 2015.