Vía El Mercurio de Antofagasta, 16 de junio de 2013.
Por Claudio Galeno-Ibaceta sobre la interacción del arte con la arquitectura, desde Antofagasta y el Norte Grande de Chile. By Claudio Galeno-Ibaceta about the interaction between art and architecture, from Antofagasta and the Large North of Chile.
30.6.13
29.6.13
Antofagasta se ha verticalizado y densificado en altura. Jonathan Durán entrevista a Claudio Galeno.
Suplemento Cámara Chilena de la Construción. El Mercurio de Antofagasta. Viernes 31 de mayo de 2013.
1.- La arquitectura de los nuevos edificios de Antofagasta, ¿de qué forma han cambiado el rostro de la ciudad? Principalmente del casco central.
La ciudad se ha verticalizado, se ha densificado en altura. Ese proceso está reconvirtiendo antiguas áreas residenciales de baja densidad en área de alta densidad. Los nuevos edificios han llenado la ciudad de referencias urbanas, que desde distintas avenidas se pueden percibir en la distancia. Además contienen el espacio urbano, así que las calles se hacen más interiores. También ha implicado el aumento significativo de la congestión vehicular, ya que como contamos con un sistema de transporte público deficiente, el uso del vehículo particular termina colapsando las vías.
2.- Antofagasta ha comenzado a crecer hacia arriba, esto es, por medio de la construcción de varios edificios. Sin embargo, ¿se han descuidado las terminaciones y formas arquitectónicas más estéticas?
Creo que las respuestas son diversas, en un principio, años 60 y 70 se realizaron magníficos ejemplos como el Centenario y la Torre Edmundo Perez Zujovic, pero en el boom de los años 90, escasos edificios en altura contribuían con un diseño meticuloso, pero en la última década se han realizado edificio de interés, algunos de los mejores son los que tienen diseños singulares como el Puritama, el Miscanti, el Estudio 14, y el magnífico Hotel Terrado, mientras que otros a pesar de tener buenas terminaciones son sólo tipologías que se repiten a lo largo de Chile y no son ninguna contribución estética.
3.- En cuanto a la construcción de nuevos edificios, ¿qué Antofagasta se espera en los próximos años? ¿Cuál es la tendencia en las construcciones de la ciudad?
La tendencia es a densificar barrios residenciales periféricos al centro con edificios de vivienda. Pero otra además se ha estado construyendo hacia los extremos que genera modos de vida agotados por las distancias y por las congestiones.
4.- ¿Cuáles son las principales características de las construcciones arquitectónicas modernas en Antofagasta?
Hay un incremento considerables de la altura, también se ha ido experimentando con nuevas composiciones de fachadas, en cuanto a los balcones en muchos casos. Algunos han tratado de utilizar curvas en esos balcones, para darle una apariencia más orgánica y más contemporánea, pero a algunos les ha quedado mejor, y a otros de forma terrible, como en el caso de un edificio azul, en avenida Argentina con Uribe hacia el sur. También se han mejorado los últimos pisos con diseños que rematan y coronan las construcciones, además se han incluido espacios públicos para los habitantes de esos edificio, me refiero a piscinas, terrazas y salones de eventos.
5.- Tal parece que en la historia arquitectónica de Antofagasta, nunca antes hubo un boom inmobiliario de esta envergadura. ¿Cómo es posible controlar estas nuevas construcciones para que no perjudiquen la armonía urbanística de la ciudad? ¿Cómo podrá respetarse el patrimonio cultural de las edificaciones históricas de la Perla del Norte?
La ciudad tuvo un importantes crecimiento en la segunda mitad del siglo XX, principalmente de la mano de excelentes empresas constructoras como la Compañía Edmundo Péréz y la de Neven Ilic. La de ahora es distinta, tiene otra estética. El ordenamiento de la ciudad pasa por el plan regulador, que va definiendo un perfil de ciudad. El problema es que quien debe fiscalizar por la aplicación correcta y visionaria es la IMA, que no ha sido capaz de velar por un desarrollo sostenible de nuestro espacio urbano y del patrimonio, prueba de eso son las antiguas casas de Ferrocarril en avenida Argentina, que a pesar de que están en un área protegida por el plan regulador, se ha permitido construir en ese sitio y demoler algunas de las construcciones más antiguas y hermosas de la ciudad. Obvio que no todo es del IMA, también los habitantes deberían exigir a viva voz que sus barrios perduren en el tiempo, y denunciar construcciones irregulares.
1.- La arquitectura de los nuevos edificios de Antofagasta, ¿de qué forma han cambiado el rostro de la ciudad? Principalmente del casco central.
La ciudad se ha verticalizado, se ha densificado en altura. Ese proceso está reconvirtiendo antiguas áreas residenciales de baja densidad en área de alta densidad. Los nuevos edificios han llenado la ciudad de referencias urbanas, que desde distintas avenidas se pueden percibir en la distancia. Además contienen el espacio urbano, así que las calles se hacen más interiores. También ha implicado el aumento significativo de la congestión vehicular, ya que como contamos con un sistema de transporte público deficiente, el uso del vehículo particular termina colapsando las vías.
2.- Antofagasta ha comenzado a crecer hacia arriba, esto es, por medio de la construcción de varios edificios. Sin embargo, ¿se han descuidado las terminaciones y formas arquitectónicas más estéticas?
Creo que las respuestas son diversas, en un principio, años 60 y 70 se realizaron magníficos ejemplos como el Centenario y la Torre Edmundo Perez Zujovic, pero en el boom de los años 90, escasos edificios en altura contribuían con un diseño meticuloso, pero en la última década se han realizado edificio de interés, algunos de los mejores son los que tienen diseños singulares como el Puritama, el Miscanti, el Estudio 14, y el magnífico Hotel Terrado, mientras que otros a pesar de tener buenas terminaciones son sólo tipologías que se repiten a lo largo de Chile y no son ninguna contribución estética.
3.- En cuanto a la construcción de nuevos edificios, ¿qué Antofagasta se espera en los próximos años? ¿Cuál es la tendencia en las construcciones de la ciudad?
La tendencia es a densificar barrios residenciales periféricos al centro con edificios de vivienda. Pero otra además se ha estado construyendo hacia los extremos que genera modos de vida agotados por las distancias y por las congestiones.
4.- ¿Cuáles son las principales características de las construcciones arquitectónicas modernas en Antofagasta?
Hay un incremento considerables de la altura, también se ha ido experimentando con nuevas composiciones de fachadas, en cuanto a los balcones en muchos casos. Algunos han tratado de utilizar curvas en esos balcones, para darle una apariencia más orgánica y más contemporánea, pero a algunos les ha quedado mejor, y a otros de forma terrible, como en el caso de un edificio azul, en avenida Argentina con Uribe hacia el sur. También se han mejorado los últimos pisos con diseños que rematan y coronan las construcciones, además se han incluido espacios públicos para los habitantes de esos edificio, me refiero a piscinas, terrazas y salones de eventos.
5.- Tal parece que en la historia arquitectónica de Antofagasta, nunca antes hubo un boom inmobiliario de esta envergadura. ¿Cómo es posible controlar estas nuevas construcciones para que no perjudiquen la armonía urbanística de la ciudad? ¿Cómo podrá respetarse el patrimonio cultural de las edificaciones históricas de la Perla del Norte?
La ciudad tuvo un importantes crecimiento en la segunda mitad del siglo XX, principalmente de la mano de excelentes empresas constructoras como la Compañía Edmundo Péréz y la de Neven Ilic. La de ahora es distinta, tiene otra estética. El ordenamiento de la ciudad pasa por el plan regulador, que va definiendo un perfil de ciudad. El problema es que quien debe fiscalizar por la aplicación correcta y visionaria es la IMA, que no ha sido capaz de velar por un desarrollo sostenible de nuestro espacio urbano y del patrimonio, prueba de eso son las antiguas casas de Ferrocarril en avenida Argentina, que a pesar de que están en un área protegida por el plan regulador, se ha permitido construir en ese sitio y demoler algunas de las construcciones más antiguas y hermosas de la ciudad. Obvio que no todo es del IMA, también los habitantes deberían exigir a viva voz que sus barrios perduren en el tiempo, y denunciar construcciones irregulares.
Cuando el norte de Chile quiso ser independiente. Por José Martínez Fernández.
Vía el Naveghable. Publicado originalmente el 15 de febrero de 2011.
Hace 80 años el Norte grande de Chile aspiró a la separación del Estado chileno. En Antofagasta. Una década antes, dicen que existió un pequeño movimiento separatista.
Fue casi una caldera Antofagasta en 1932. Allí se produjo un intento separatista que intentó desligar al Norte Grande de Chile del resto del país.
Clandestinamente se trabajó bastante para un entendimiento entre el norte chileno con las provincias, también nortinas, de Argentina y algunas de Bolivia y con una mínima parte brasileña. Se pensaba que unidas estas zonas podrían formar un nuevo Estado, el que tendría una gran capacidad productora. En esa tarea se desplegaron agentes separatistas en todas las regiones señaladas.
Aunque la mayoría de los nortinos no eran partidarios de lo que ellos consideraban una utopía, otros soñaban con el nuevo Estado y ello tenía en ascuas a los habitantes antofagastinos y nortinos que no sabían a qué atenerse. Al fin de cuentas el movimiento era fuerte ya que contaba con el apoyo de parte del ejército de esa zona. Por ende tenía un poder interesante. Comité Civilista de Antofagasta se llamó la Agrupación que solicitaba la expulsión de un alto número de la oficialidad militar de esa ciudad.
Las razones de las molestias en ella radicarían en la falta de preocupación por la ciudad de parte de los gobiernos que, entonces, se habían sucedido constantemente. El centralismo de que Antofagasta se sentía víctima era una cosa muy viva también en Concepción y en varios otros puntos de Chile.
A la inversa había ocurrido en Arica, cuando ésta, bajo la dirección de Chile, era disputada por este país y por Perú. Eso en los años 20, los cercanos al bullado plebiscito. La diferencia radicaba que los separatistas locales eran muy pocos. Casi contados con los dedos de una mano. Basado en ese hecho yo he escrito una novela, LA INDEPENDENCIA DE ARICA, inconclusa aún, que relata verdades y ficciones. Impresionantes hechos que tocan el corazón y la imaginación.
Buenos y malos personajes, nombres reales e inventados están allí.
Pero volvamos a lo de Antofagasta.
Allá se planteaba que, desde Santiago, se resolvían todas las cuestiones ajenas a ellos y que el norte de Chile sufría por ello. Lo mismo pasaría en zonas de Argentina, Bolivia y Brasil.
El Ejército participaba con fuerza. Era tan importante esto que a 22 oficiales –generales y coroneles- se les pidió su salida.
Fue tan fuerte este movimiento que el general Bartolomé Blanche renunció a la Vicepresidencia de la República y dejó el Gobierno en manos del presidente de la Corte Suprema: Abraham Oyanedel.
Blanche había sucedido en el Gobierno a Carlos Dávila y se había transformado en Presidente Provisional de Chile.
La sublevación militar de Antofagasta –sumada a la de Concepción- era un peso enorme sobre sí. Mucho faltó para que el Norte de Chile fuese una República Independiente.
Hace 80 años el Norte grande de Chile aspiró a la separación del Estado chileno. En Antofagasta. Una década antes, dicen que existió un pequeño movimiento separatista.
Fue casi una caldera Antofagasta en 1932. Allí se produjo un intento separatista que intentó desligar al Norte Grande de Chile del resto del país.
Clandestinamente se trabajó bastante para un entendimiento entre el norte chileno con las provincias, también nortinas, de Argentina y algunas de Bolivia y con una mínima parte brasileña. Se pensaba que unidas estas zonas podrían formar un nuevo Estado, el que tendría una gran capacidad productora. En esa tarea se desplegaron agentes separatistas en todas las regiones señaladas.
Aunque la mayoría de los nortinos no eran partidarios de lo que ellos consideraban una utopía, otros soñaban con el nuevo Estado y ello tenía en ascuas a los habitantes antofagastinos y nortinos que no sabían a qué atenerse. Al fin de cuentas el movimiento era fuerte ya que contaba con el apoyo de parte del ejército de esa zona. Por ende tenía un poder interesante. Comité Civilista de Antofagasta se llamó la Agrupación que solicitaba la expulsión de un alto número de la oficialidad militar de esa ciudad.
Las razones de las molestias en ella radicarían en la falta de preocupación por la ciudad de parte de los gobiernos que, entonces, se habían sucedido constantemente. El centralismo de que Antofagasta se sentía víctima era una cosa muy viva también en Concepción y en varios otros puntos de Chile.
A la inversa había ocurrido en Arica, cuando ésta, bajo la dirección de Chile, era disputada por este país y por Perú. Eso en los años 20, los cercanos al bullado plebiscito. La diferencia radicaba que los separatistas locales eran muy pocos. Casi contados con los dedos de una mano. Basado en ese hecho yo he escrito una novela, LA INDEPENDENCIA DE ARICA, inconclusa aún, que relata verdades y ficciones. Impresionantes hechos que tocan el corazón y la imaginación.
Buenos y malos personajes, nombres reales e inventados están allí.
Pero volvamos a lo de Antofagasta.
Allá se planteaba que, desde Santiago, se resolvían todas las cuestiones ajenas a ellos y que el norte de Chile sufría por ello. Lo mismo pasaría en zonas de Argentina, Bolivia y Brasil.
El Ejército participaba con fuerza. Era tan importante esto que a 22 oficiales –generales y coroneles- se les pidió su salida.
Fue tan fuerte este movimiento que el general Bartolomé Blanche renunció a la Vicepresidencia de la República y dejó el Gobierno en manos del presidente de la Corte Suprema: Abraham Oyanedel.
Blanche había sucedido en el Gobierno a Carlos Dávila y se había transformado en Presidente Provisional de Chile.
La sublevación militar de Antofagasta –sumada a la de Concepción- era un peso enorme sobre sí. Mucho faltó para que el Norte de Chile fuese una República Independiente.
La legendaria revista "Sucesos" resucita en el ciberespacio
La publicación editada en Valparaíso circuló entre 1902 y 1932.
El sitio Memoria Chilena está trabajando para poner a disposición de sus usuarios los 1.500 números del semanario ilustrado que dio origen al periodismo magazinesco.
El sitio Memoria Chilena está trabajando para poner a disposición de sus usuarios los 1.500 números del semanario ilustrado que dio origen al periodismo magazinesco.
28.6.13
24.6.13
Pan American Modernism: Avant-Garde Art in Latin America and the United States, June 22, 2013 - October 13, 2013, Lowe Art Museum, Miami
Vía Lowe Arte Museum.
Featuring the work of 50 Latin American artists and 21 artists from the United States, Pan American Modernism: Avant-Garde Art in Latin America and the United States explores, for the first time at the Lowe, the rich visual dialogue that exists between objects produced by artists working in 13 countries in North, South and Central America during the 60 years between 1919 and 1979. Showcasing 75 important works of art, many of which are not currently on view or have not been previously exhibited, this exhibition includes paintings, sculpture, works on paper, photography, and mixed media works that represent the Lowe’s diverse, multi-cultural holdings.
Rather than perpetuating a North American-centric hegemony, which tends to diminish and polarize works of art produced by Latin American artists, the exhibition analyzes how Pan American artistic exchanges, rather than stylistic transmission, construct a fuller understanding of Modernism as an international phenomenon across the Americas. Dialogues among the Cuban avant-garde, Mexican muralism and its legacy and counterpoints, Abstract Expressionism, and modernist photography explore commonalities and disconnects throughout the Americas. These exchanges examine the legacy of geometric abstraction in Constructivism, Minimalism, and Op art and consider the role of Colombian modernism. Artists documented in the exhibition include Eduardo Abela, Wifredo Lam, Man Ray, Amelia Peláez, Manuel Alvarez Bravo, Adolph Gottlieb, Jacob Lawrence, Hans Hofmann, Gordon Matta-Clark, and Roberto Matta, among others.
Organized by the Lowe Art Museum and curated by Dr. Nathan Timpano, Assistant Professor, Department of Art and Art History.
Featuring the work of 50 Latin American artists and 21 artists from the United States, Pan American Modernism: Avant-Garde Art in Latin America and the United States explores, for the first time at the Lowe, the rich visual dialogue that exists between objects produced by artists working in 13 countries in North, South and Central America during the 60 years between 1919 and 1979. Showcasing 75 important works of art, many of which are not currently on view or have not been previously exhibited, this exhibition includes paintings, sculpture, works on paper, photography, and mixed media works that represent the Lowe’s diverse, multi-cultural holdings.
Rather than perpetuating a North American-centric hegemony, which tends to diminish and polarize works of art produced by Latin American artists, the exhibition analyzes how Pan American artistic exchanges, rather than stylistic transmission, construct a fuller understanding of Modernism as an international phenomenon across the Americas. Dialogues among the Cuban avant-garde, Mexican muralism and its legacy and counterpoints, Abstract Expressionism, and modernist photography explore commonalities and disconnects throughout the Americas. These exchanges examine the legacy of geometric abstraction in Constructivism, Minimalism, and Op art and consider the role of Colombian modernism. Artists documented in the exhibition include Eduardo Abela, Wifredo Lam, Man Ray, Amelia Peláez, Manuel Alvarez Bravo, Adolph Gottlieb, Jacob Lawrence, Hans Hofmann, Gordon Matta-Clark, and Roberto Matta, among others.
Organized by the Lowe Art Museum and curated by Dr. Nathan Timpano, Assistant Professor, Department of Art and Art History.
"Los Utopistas concretos" critican el arte contemporáneo en Bienal de Venecia
© Visual Public Service.
Vía EFE- El Universal.
El escritor chileno Santiago Elordi critica la opulencia de los pabellones nacionales de la Bienal de Venecia de Arte mediante una "exposición callejera" en la Ciudad de los Canales que acerca el arte al público para liberarlo "del monopolio de los grandes mecenas que realizan obras para expertos" .
El grupo de Elordi (Santiago de Chile, 1960) actúa bajo el nombre de Servicios Visuales Públicos (SVP) pero a sus integrantes de todas las nacionalidades, con frecuencia, se les conoce como "los utopistas concretos" , "los retrógrados futuristas" o "los alegres sepultureros del arte contemporáneo" .
Y es que ese es su verdadero objetivo, el fin por el cual han llegado a realizar discursos en las calles de Nueva York "sobre una caja de manzanas" o a teñir el río Mapuche de Chile, "enterrar el arte contemporáneo" , aunque Elordi reconoce con humor que hablar al mundo, en ocasiones, "es predicar en el desierto" .
Su última actuación ha tenido lugar en plena Bienal de Arte de Venecia en la que países de todo el mundo exponen sus "millonarios pabellones" cuando, en realidad, "el arte no debería costar dinero" y mucho menos, según el escritor, "ir acompañado de libretos explicativos de las obras" .
Allí, en el corazón de la "Ciudad de los Canales" los miembros de SVP han convertido la céntrica y comercial Via Garibaldi en un canto al arte ciudadano, en un conato de liberación de un arte, según ellos, "secuestrado" .
La representación que han instalado en esta comercial calle veneciana consiste en una crítica irónica y casi humorística de lo que se lleva a cabo en el contexto de esta 55ª Bienal de arte de Venecia, que engloba obras, según el chileno, que "no son interesantes sino que están dirigidas a un grupo de especialistas que equivocaron el camino" .
Ahora, los escaparates de esta calle de Venecia, de comercios modestos y humildes, muestran mensajes irónicos que aluden a la posibilidad de que el arte pueda estar en cualquier lado, en el interior de las personas, como la que reza en una vitrina de un humilde negocio que "Hay artistas que no saben que son artistas" .
Porque esta es la frase que resume todo el movimiento, la que asegura que el arte está en el interior de los seres humanos, no en enormes y costosísimas exposiciones imposibles de comprender.
"Lo importante es que la gente ahora pasa y se queda mirando los escaparates y que hemos logrado suscitar un gran interés entre los visitantes, gastando solo dos pesos y sin la necesidad de despilfarrar millones de dólares" , se felicitó Elordi.
Y los propietarios de estos negocios parecen sentirse encantados con la iniciativa, como Emanuella Novello, propietaria de una pequeña tienda de regalos de la vía tomada, artísticamente hablando, por SVP y que afirma que nunca imaginó que "podría ser vista como una artista dentro de su negocio" .
Estos "felices sepultureros del arte contemporáneo" han plantado, según Elordi, un germen en Venecia y mantienen que no cejarán en el empeño de extender esta reivindicación en todo el mundo "porque el arte, es de las personas" .
El intelectual chileno recordó con nostalgia que sus reivindicaciones vienen de lejos y sientan sus orígenes en el periódico Noreste, una publicación que alcanzó los 500 mil ejemplares, "cuajada de noticias inventadas" y que pretendía servir de relevo generacional durante el Régimen Militar (1973-1990) de Augusto Pinochet, en la década de los 70 y de los 80.
Por último, el líder y escritor vaticinó que el arte contemporáneo, tendrá "una vida muy corta y un legado aún menor" , y aseguró que vencerá a este enemigo "con la ayuda de la alegría y del sentido del humor" .
Vía EFE- El Universal.
El escritor chileno Santiago Elordi critica la opulencia de los pabellones nacionales de la Bienal de Venecia de Arte mediante una "exposición callejera" en la Ciudad de los Canales que acerca el arte al público para liberarlo "del monopolio de los grandes mecenas que realizan obras para expertos" .
El grupo de Elordi (Santiago de Chile, 1960) actúa bajo el nombre de Servicios Visuales Públicos (SVP) pero a sus integrantes de todas las nacionalidades, con frecuencia, se les conoce como "los utopistas concretos" , "los retrógrados futuristas" o "los alegres sepultureros del arte contemporáneo" .
Y es que ese es su verdadero objetivo, el fin por el cual han llegado a realizar discursos en las calles de Nueva York "sobre una caja de manzanas" o a teñir el río Mapuche de Chile, "enterrar el arte contemporáneo" , aunque Elordi reconoce con humor que hablar al mundo, en ocasiones, "es predicar en el desierto" .
Su última actuación ha tenido lugar en plena Bienal de Arte de Venecia en la que países de todo el mundo exponen sus "millonarios pabellones" cuando, en realidad, "el arte no debería costar dinero" y mucho menos, según el escritor, "ir acompañado de libretos explicativos de las obras" .
Allí, en el corazón de la "Ciudad de los Canales" los miembros de SVP han convertido la céntrica y comercial Via Garibaldi en un canto al arte ciudadano, en un conato de liberación de un arte, según ellos, "secuestrado" .
La representación que han instalado en esta comercial calle veneciana consiste en una crítica irónica y casi humorística de lo que se lleva a cabo en el contexto de esta 55ª Bienal de arte de Venecia, que engloba obras, según el chileno, que "no son interesantes sino que están dirigidas a un grupo de especialistas que equivocaron el camino" .
Ahora, los escaparates de esta calle de Venecia, de comercios modestos y humildes, muestran mensajes irónicos que aluden a la posibilidad de que el arte pueda estar en cualquier lado, en el interior de las personas, como la que reza en una vitrina de un humilde negocio que "Hay artistas que no saben que son artistas" .
Porque esta es la frase que resume todo el movimiento, la que asegura que el arte está en el interior de los seres humanos, no en enormes y costosísimas exposiciones imposibles de comprender.
"Lo importante es que la gente ahora pasa y se queda mirando los escaparates y que hemos logrado suscitar un gran interés entre los visitantes, gastando solo dos pesos y sin la necesidad de despilfarrar millones de dólares" , se felicitó Elordi.
Y los propietarios de estos negocios parecen sentirse encantados con la iniciativa, como Emanuella Novello, propietaria de una pequeña tienda de regalos de la vía tomada, artísticamente hablando, por SVP y que afirma que nunca imaginó que "podría ser vista como una artista dentro de su negocio" .
Estos "felices sepultureros del arte contemporáneo" han plantado, según Elordi, un germen en Venecia y mantienen que no cejarán en el empeño de extender esta reivindicación en todo el mundo "porque el arte, es de las personas" .
El intelectual chileno recordó con nostalgia que sus reivindicaciones vienen de lejos y sientan sus orígenes en el periódico Noreste, una publicación que alcanzó los 500 mil ejemplares, "cuajada de noticias inventadas" y que pretendía servir de relevo generacional durante el Régimen Militar (1973-1990) de Augusto Pinochet, en la década de los 70 y de los 80.
Por último, el líder y escritor vaticinó que el arte contemporáneo, tendrá "una vida muy corta y un legado aún menor" , y aseguró que vencerá a este enemigo "con la ayuda de la alegría y del sentido del humor" .
20.6.13
Exposición de Juan Martínez en su completa dimensión, como hombre, arquitecto y pintor
Vía Bío-Bío Cultura.
La muestra, que devela las distintas facetas de Juan Martínez, se presenta en el Centro Cultural Las Condes, entre el 21 de junio y el 28 de julio.
Pese a que su nombre es poco conocido a nivel popular, se trata del hombre detrás de edificios tan emblemáticos como el Templo Votivo de Maipú, la Escuela Militar Bernardo O’Higgins o las Escuelas de Derecho y de Medicina, de la Universidad de Chile. Incluso en los años sesenta en una revista especializada lo describieron como “el gran olvidado”.
Se trata de Juan Martínez Gutiérrez, uno de los arquitectos más importantes del Chile de la primera mitad del siglo XX, quien, a 37 años de su muerte, recibe un merecido homenaje en el Centro Cultural Las Condes, el jueves 20 de junio, a las 19:30 horas, con la presentación del libro Obra gruesa, y la inauguración de la exposición homónima, que estará abierta al público hasta el 28 de julio.
Su presencia se percibe con fuerza en el Santiago actual por la monumentalidad de sus edificios públicos más importantes. Pero ésa es sólo una faceta de Juan Martínez. Poco se sabe del hombre fascinante; del profesor valiente y vital; del artista que observaba el mundo con una mirada tan aguda como ávida, pendiente de las formas, los colores y los espacios, la profundidad, la perspectiva, la fuerza y la sutileza.
El libro y exposición Obra gruesa lo descubre como un personaje vigente, actual y muy humano. “Optamos por el título Obra gruesa, haciendo alusión a su trabajo de arquitecto pero también a su estatura, su legado y su forma de ser como hombre, arquitecto y artista porque, según el Diccionario Básico Anaya de la lengua, grueso es sinónimo de alto, grande, amplio y corpulento, características de su vida y sus obras”, señala Consuelo Cheyre, gestora del proyecto y vicepresidenta de De la Fuente Editores Ltda.
Luego de algunos textos editados en su nombre y de una recordada muestra en el Museo de Arte Contemporáneo, “por primera vez un libro y una exposición presenta a Juan Martínez en su completa dimensión, como hombre, arquitecto y pintor. El proyecto, impulsado por sus hijas Teruca y Berta Martínez Ateaga, contribuye a acercar a las nuevas generaciones a la obra de un artista chileno de descomunal obra y envergadura”, expresa Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes.
Y agrega: “Martínez fue un visionario, un adelantado, que tuvo la oportunidad de vivir in situ la revolución arquitectónica que se produjo en Europa durante los primeros años del siglo XX. Admiró la Bauhaus y cuando regresó a Chile impulsó el hormigón a la vista, convirtiéndose en el pionero en este nuevo lenguaje. Sus obras tienen un sello inconfundible y son, posiblemente, los edificios más reconocibles de todo el país. Por eso, nos parecía fundamental que el público conociera al hombre que estaba detrás de estos grandes hitos, que además de gran arquitecto fue un eximio acuarelista, discípulo de Juan Francisco González”.
El montaje, integrado por acuarelas, bocetos, dibujos, fotografías y maquetas, que lo muestran en sus facetas de arquitecto, artista y hombre, se complementa con la proyección del documental “Juan Martínez”, realizado por Carnada Films, que integra la serie “Maestros de la forma y el espacio”, exhibida recientemente por ARTV. Este capítulo de 20 minutos -dirigido por Pablo Berthelon y Germán Liñeros- se presentará en forma continuada en un sector especial dentro de las salas de exposición.
Nacido en Bilbao, España, en 1901 y radicado en Chile desde niño, Juan Martínez fue uno de los pioneros de la arquitectura moderna en nuestro país. Luego de una prolongada estadía en Europa, a cargo del diseño y construcción del pabellón chileno en la Exposición Universal de Sevilla de 1929, trajo del Viejo Mundo conceptos innovadores que aplicó a obras locales y modificaron para siempre la manera de hacer arquitectura en Chile.
Sus edificios más emblemáticos marcan un hito en Santiago y con el paso de los años se han transformado en verdaderos íconos estéticos, reconocibles por toda la población. Emplazados en diferentes puntos de la ciudad, las escuelas de Medicina y de Derecho de la Universidad de Chile, el Templo Votivo de Maipú y la Escuela Militar, son referentes obligados y aún hoy mantienen el carácter monumental impreso por Martínez. En 1969 recibe el Premio de Honor del Colegio de Arquitectos de Chile, equivalente hoy al Premio Nacional.
A su conocida obra arquitectónica se une una significativa y poco conocida labor pictórica. Discípulo de Juan Francisco González, eligió la acuarela como medio expresivo, el que practicó con extraordinarios resultados. Asimismo –como sucede con todos los grandes arquitectos- su vida entera se traduce en bocetos, estudios y apuntes que realizaba en forma compulsiva.
“Son cientos de hojas las que el artista realizó y que jamás expuso en una muestra individual. Se trata de los secretos del maestro que dejan constancia de sus viajes, de su amor por los rincones clásicos de Florencia, por las agujas góticas y los caseríos del Viejo Mundo”, señala el crítico Ricardo Bindis.
En tanto el artista Juan Guillermo Tejeda agrega: “Dibujo, croquis, acuarelas y bocetos en los arquitectos convencen de que ellos piensan en imágenes más que palabras. Suelen reproducir sombras que evocan espacios, color y textura habitual en acuarelas y aguadas”.
JUAN MARTÍNEZ. OBRA GRUESA desde el 21 de junio al 28 de julio de 2013, en la Sala de Exposición del Centro Cultural Las Condes, Apoquindo 6570, de martes a domingo 10:30 a 19:00 horas. Entrada liberada.
La muestra, que devela las distintas facetas de Juan Martínez, se presenta en el Centro Cultural Las Condes, entre el 21 de junio y el 28 de julio.
Pese a que su nombre es poco conocido a nivel popular, se trata del hombre detrás de edificios tan emblemáticos como el Templo Votivo de Maipú, la Escuela Militar Bernardo O’Higgins o las Escuelas de Derecho y de Medicina, de la Universidad de Chile. Incluso en los años sesenta en una revista especializada lo describieron como “el gran olvidado”.
Se trata de Juan Martínez Gutiérrez, uno de los arquitectos más importantes del Chile de la primera mitad del siglo XX, quien, a 37 años de su muerte, recibe un merecido homenaje en el Centro Cultural Las Condes, el jueves 20 de junio, a las 19:30 horas, con la presentación del libro Obra gruesa, y la inauguración de la exposición homónima, que estará abierta al público hasta el 28 de julio.
Su presencia se percibe con fuerza en el Santiago actual por la monumentalidad de sus edificios públicos más importantes. Pero ésa es sólo una faceta de Juan Martínez. Poco se sabe del hombre fascinante; del profesor valiente y vital; del artista que observaba el mundo con una mirada tan aguda como ávida, pendiente de las formas, los colores y los espacios, la profundidad, la perspectiva, la fuerza y la sutileza.
El libro y exposición Obra gruesa lo descubre como un personaje vigente, actual y muy humano. “Optamos por el título Obra gruesa, haciendo alusión a su trabajo de arquitecto pero también a su estatura, su legado y su forma de ser como hombre, arquitecto y artista porque, según el Diccionario Básico Anaya de la lengua, grueso es sinónimo de alto, grande, amplio y corpulento, características de su vida y sus obras”, señala Consuelo Cheyre, gestora del proyecto y vicepresidenta de De la Fuente Editores Ltda.
Luego de algunos textos editados en su nombre y de una recordada muestra en el Museo de Arte Contemporáneo, “por primera vez un libro y una exposición presenta a Juan Martínez en su completa dimensión, como hombre, arquitecto y pintor. El proyecto, impulsado por sus hijas Teruca y Berta Martínez Ateaga, contribuye a acercar a las nuevas generaciones a la obra de un artista chileno de descomunal obra y envergadura”, expresa Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes.
Y agrega: “Martínez fue un visionario, un adelantado, que tuvo la oportunidad de vivir in situ la revolución arquitectónica que se produjo en Europa durante los primeros años del siglo XX. Admiró la Bauhaus y cuando regresó a Chile impulsó el hormigón a la vista, convirtiéndose en el pionero en este nuevo lenguaje. Sus obras tienen un sello inconfundible y son, posiblemente, los edificios más reconocibles de todo el país. Por eso, nos parecía fundamental que el público conociera al hombre que estaba detrás de estos grandes hitos, que además de gran arquitecto fue un eximio acuarelista, discípulo de Juan Francisco González”.
El montaje, integrado por acuarelas, bocetos, dibujos, fotografías y maquetas, que lo muestran en sus facetas de arquitecto, artista y hombre, se complementa con la proyección del documental “Juan Martínez”, realizado por Carnada Films, que integra la serie “Maestros de la forma y el espacio”, exhibida recientemente por ARTV. Este capítulo de 20 minutos -dirigido por Pablo Berthelon y Germán Liñeros- se presentará en forma continuada en un sector especial dentro de las salas de exposición.
Nacido en Bilbao, España, en 1901 y radicado en Chile desde niño, Juan Martínez fue uno de los pioneros de la arquitectura moderna en nuestro país. Luego de una prolongada estadía en Europa, a cargo del diseño y construcción del pabellón chileno en la Exposición Universal de Sevilla de 1929, trajo del Viejo Mundo conceptos innovadores que aplicó a obras locales y modificaron para siempre la manera de hacer arquitectura en Chile.
Sus edificios más emblemáticos marcan un hito en Santiago y con el paso de los años se han transformado en verdaderos íconos estéticos, reconocibles por toda la población. Emplazados en diferentes puntos de la ciudad, las escuelas de Medicina y de Derecho de la Universidad de Chile, el Templo Votivo de Maipú y la Escuela Militar, son referentes obligados y aún hoy mantienen el carácter monumental impreso por Martínez. En 1969 recibe el Premio de Honor del Colegio de Arquitectos de Chile, equivalente hoy al Premio Nacional.
A su conocida obra arquitectónica se une una significativa y poco conocida labor pictórica. Discípulo de Juan Francisco González, eligió la acuarela como medio expresivo, el que practicó con extraordinarios resultados. Asimismo –como sucede con todos los grandes arquitectos- su vida entera se traduce en bocetos, estudios y apuntes que realizaba en forma compulsiva.
“Son cientos de hojas las que el artista realizó y que jamás expuso en una muestra individual. Se trata de los secretos del maestro que dejan constancia de sus viajes, de su amor por los rincones clásicos de Florencia, por las agujas góticas y los caseríos del Viejo Mundo”, señala el crítico Ricardo Bindis.
En tanto el artista Juan Guillermo Tejeda agrega: “Dibujo, croquis, acuarelas y bocetos en los arquitectos convencen de que ellos piensan en imágenes más que palabras. Suelen reproducir sombras que evocan espacios, color y textura habitual en acuarelas y aguadas”.
JUAN MARTÍNEZ. OBRA GRUESA desde el 21 de junio al 28 de julio de 2013, en la Sala de Exposición del Centro Cultural Las Condes, Apoquindo 6570, de martes a domingo 10:30 a 19:00 horas. Entrada liberada.
13.6.13
Avanzan obras de restauración del Museo Salitrero de María Elena
Vía Arquitectura MOP.
Región de Antofagasta, 11/06/2013 10:35:00
La habilitación del recinto cultural, que servirá también como sala de muestras antropológicas, arquitectónicas, patrimoniales e históricas del salitre, considera una inversión de más de 900 millones de pesos a través de F.N.D.R
Como “una importante iniciativa cultural para los habitantes y turistas de la única oficina salitrera activa en el país” calificó el seremi (s) del Ministerio de Obras Públicas en Antofagasta, Emilio Rodríguez, el Proyecto de Habilitación del Museo Cultural de María Elena, a cargo de la Dirección de Arquitectura del MOP, y que a la fecha presenta un importante avance correspondiente a un 75% en su ejecución.
El proyecto, cuya inversión corresponde a $906.980.255 financiados a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, consiste en restaurar el volumen principal del edificio, perteneciente a la Ex Escuela Consolidada, ubicada frente a la plaza principal de la comuna, el cual se encontraba deteriorado a causa de humedades provenientes de filtraciones y daños estructurales ocasionados por el terremoto ocurrido en noviembre del 2007.
“Estamos recuperando el volumen principal de la ex Escuela de María Elena, que se encontraba con grietas profundas, desprendimientos y desplomes en la unión de muros perpendiculares, entre otros problemas, para transformarla en un museo salitrero, mediante la consolidación estructural del edificio y la habilitación del mismo. Una iniciativa que, sin duda, merece la comunidad pampina”, estipuló el seremi (s) de la cartera.
Rodríguez agregó que “es de alta importancia para la comunidad y también para el Gobierno, puesto que forma parte de las iniciativas del Programa Legado Bicentenario que impulsa el Presidente Sebastián Piñera, con el fin de rescatar y poner en valor los patrimonios del país”.
INTERVENCIÓN
La zona a intervenir data de 1927 –al igual que la mayoría de los Monumentos de María Elena- y a ella se le fueron anexando recintos utilizados como salas de clases en la parte posterior del volumen principal, en torno a un gran patio interior. Estas salas, en conjunto con el volumen principal, conforman una manzana entera de fachada continua al costado oriente de la plaza, ocupando todo el frente de ésta.
También se habilitará el patio interior con un uso cívico abierto a la comunidad, y la construcción de obras nuevas en la parte posterior del volumen principal, en reemplazo de los recintos existentes, en grave estado estructural y menor valor arquitectónico.
Dentro de la restauración del edificio, se habilitarán salas de muestra antropológica, de arquitectura y patrimonio; de historia del salitre y de conservación del museo. En tanto, las obras nuevas contempla la construcción de una oficina de turismo y cultura, sala de muestra itinerante, auditórium, boletería, tiendas con suvenirs, cafetería y servicios higiénicos.
El proyecto, adjudicado a la empresa Constructora Industrial Mario Reyes y Cía. Ltda, contempla la terminación de las obras para finales de septiembre o comienzos de octubre.
10.6.13
Beatriz Colomina discloses why she finds Playboys so academically fascinating
Vía Architectural Review.
Publicado el 25 January 2011 | By Will Hunter
As director of the architecture PhD programme at Princeton University, Beatriz Colomina has led research into experimental architectural publications from the 1960s and 70s
Opening in 2006 as an exhibition in New York, then travelling as a ‘growing archive’ around the world, this body of work was published at the end of last year as the book Clip, Stamp, Fold: The Radical Architecture of Little Magazines 196X to 197X (Actar). In January, the AR caught up with Colomina to talk about publications past and present - and her new interest in Playboy
Architectural Review What made you pick little magazines as an area of interest?
Beatriz Colomina When I started directing the PhD programme in 2000, I saw the students really isolated in their own research and I wanted to do something collaborative to bring them together. Most of the students wanted to do dissertations on the 1960s and 70s, so I thought of the little magazines as a way to understand the culture of that period. Publications such as Archigram in London or Oppositions in New York and so many others had an incredible impact, about which people were having amnesia.
AR Why did you widen your research to bigger, commercial magazines?
BC We realised something extraordinary: that very traditional, established magazines of that period suddenly changed. For a time Hans Hollein edited the really boring Bau in Austria and produced an extraordinary series with unbelievable graphics and content. At Architectural Design [AD] in London, it switches from a very beautiful magazine edited by Kenneth Frampton that published the work of the Smithsons very well, to Robin Middleton and Peter Murray taking over and featuring the 1960’s radicals, losing all their advertising, using cheaper paper stock, and becoming counter cultural. Even Casabella and Domus changed. It was the small influencing the big rather than the other way round.
AR Do you think we’re witnessing second wave of that with the internet?
BC Certainly mainstream media like newspapers and television now rely on sources that are not your typical journalists. With the famous fire of Rem Koolhaas’s work in Beijing, CNN was relying on images from YouTube uploaded from cellphones. In architecture if all the images of a new building are immediately put online, either by the architect or even just people with a camera, what is the role of an architectural journal today? I’m sure there is one, but it has to change.
AR What do you think about the state of architectural education at the moment?
BC Nothing very extraordinary has happened in a very long time. In fact the project I started last year with the students is called Radical Pedagogy. So much has been done on the prewar period such as the Bauhaus, that we’re focusing on the post-war years, from Carbondale and the School of Venice to Peter Eisenman’s Institute of Architecture and Urban Studies, Alvin Boyarsky at the AA of course, perhaps Matthias Ungers at Cornell. I have the impression that around this time the most radical experiments in architectural pedagogy happened and that we’ve been spinning the wheel for a while. Even the most successful schools are now recycling techniques.
AR How come you’ve started researching Playboy?
BC It kept coming up in our work on the 1960s-70s. Hans Hollein, for example, mentioned in his Clip, Stamp, Fold interview that when he went to Moscow to see Leonidov for Bau they confiscated his Playboys. I began to realise that it was a very important journal for that generation and started to find it on lots of architectural bibliographies. Everyone says you could read Playboy for the features, but you could also look at it for the architecture. Nobody has studied this and I think it’s fascinating; as a woman I can probably get away with it more. The librarians at Princeton were very alarmed when I asked them to buy all the Playboys from 1950 to 1970 - they keep them in the PhD room instead the library.
AR How does Playboy treat architecture in its pages?
BC Everything that happened in architectural discourse is presented in the magazine butit’s sexualised. They started featuring Mies and Frank Lloyd Wright, and then in the 60s and 70s they started Playboy Pads, a series that reshot existing buildings - such as the House of the Century by Ant Farm and the apartment of Charles Moore; at the time he was the Dean of School of Architecture at Yale, which could not be more stuffy, and to have his home presented as a Playpad is perverse, as he was gay.
AR Where is the project up to?
BC The Nai/Bureau Europe in Maastricht immediately said they’d take it as an exhibition and we’re working on a book with essays by the students. We’ve already been to the Playboy Corporation in Chicago to work in the archives and interview key players. For the photo shoot of designers such as Eames, Saarinen, and Nelson alongside their chairs, for example, the archive reveals fascinating correspondence with them worrying about what they’re going to wear. In the spring I hope to go to LA and interview Hugh Hefner. Of course, the magazine objectifies women, but it also embraced liberation too. It’s more complicated than you’d think.
Playboy Architecture 1953-1979, The exhibition focuses on how the magazine Playboy deployed architecture and design to shape a new identity for the American man. The exhibition has been prepared in close collaboration with the Ph.D. program of the School of Architecture and the Media and Modernity program at Princeton University on the basis of a three-year research project led by Professor Beatriz Colomina.
Publicado el 25 January 2011 | By Will Hunter
As director of the architecture PhD programme at Princeton University, Beatriz Colomina has led research into experimental architectural publications from the 1960s and 70s
Opening in 2006 as an exhibition in New York, then travelling as a ‘growing archive’ around the world, this body of work was published at the end of last year as the book Clip, Stamp, Fold: The Radical Architecture of Little Magazines 196X to 197X (Actar). In January, the AR caught up with Colomina to talk about publications past and present - and her new interest in Playboy
Architectural Review What made you pick little magazines as an area of interest?
Beatriz Colomina When I started directing the PhD programme in 2000, I saw the students really isolated in their own research and I wanted to do something collaborative to bring them together. Most of the students wanted to do dissertations on the 1960s and 70s, so I thought of the little magazines as a way to understand the culture of that period. Publications such as Archigram in London or Oppositions in New York and so many others had an incredible impact, about which people were having amnesia.
AR Why did you widen your research to bigger, commercial magazines?
BC We realised something extraordinary: that very traditional, established magazines of that period suddenly changed. For a time Hans Hollein edited the really boring Bau in Austria and produced an extraordinary series with unbelievable graphics and content. At Architectural Design [AD] in London, it switches from a very beautiful magazine edited by Kenneth Frampton that published the work of the Smithsons very well, to Robin Middleton and Peter Murray taking over and featuring the 1960’s radicals, losing all their advertising, using cheaper paper stock, and becoming counter cultural. Even Casabella and Domus changed. It was the small influencing the big rather than the other way round.
AR Do you think we’re witnessing second wave of that with the internet?
BC Certainly mainstream media like newspapers and television now rely on sources that are not your typical journalists. With the famous fire of Rem Koolhaas’s work in Beijing, CNN was relying on images from YouTube uploaded from cellphones. In architecture if all the images of a new building are immediately put online, either by the architect or even just people with a camera, what is the role of an architectural journal today? I’m sure there is one, but it has to change.
AR What do you think about the state of architectural education at the moment?
BC Nothing very extraordinary has happened in a very long time. In fact the project I started last year with the students is called Radical Pedagogy. So much has been done on the prewar period such as the Bauhaus, that we’re focusing on the post-war years, from Carbondale and the School of Venice to Peter Eisenman’s Institute of Architecture and Urban Studies, Alvin Boyarsky at the AA of course, perhaps Matthias Ungers at Cornell. I have the impression that around this time the most radical experiments in architectural pedagogy happened and that we’ve been spinning the wheel for a while. Even the most successful schools are now recycling techniques.
AR How come you’ve started researching Playboy?
BC It kept coming up in our work on the 1960s-70s. Hans Hollein, for example, mentioned in his Clip, Stamp, Fold interview that when he went to Moscow to see Leonidov for Bau they confiscated his Playboys. I began to realise that it was a very important journal for that generation and started to find it on lots of architectural bibliographies. Everyone says you could read Playboy for the features, but you could also look at it for the architecture. Nobody has studied this and I think it’s fascinating; as a woman I can probably get away with it more. The librarians at Princeton were very alarmed when I asked them to buy all the Playboys from 1950 to 1970 - they keep them in the PhD room instead the library.
AR How does Playboy treat architecture in its pages?
BC Everything that happened in architectural discourse is presented in the magazine butit’s sexualised. They started featuring Mies and Frank Lloyd Wright, and then in the 60s and 70s they started Playboy Pads, a series that reshot existing buildings - such as the House of the Century by Ant Farm and the apartment of Charles Moore; at the time he was the Dean of School of Architecture at Yale, which could not be more stuffy, and to have his home presented as a Playpad is perverse, as he was gay.
AR Where is the project up to?
BC The Nai/Bureau Europe in Maastricht immediately said they’d take it as an exhibition and we’re working on a book with essays by the students. We’ve already been to the Playboy Corporation in Chicago to work in the archives and interview key players. For the photo shoot of designers such as Eames, Saarinen, and Nelson alongside their chairs, for example, the archive reveals fascinating correspondence with them worrying about what they’re going to wear. In the spring I hope to go to LA and interview Hugh Hefner. Of course, the magazine objectifies women, but it also embraced liberation too. It’s more complicated than you’d think.
Playboy Architecture 1953-1979, The exhibition focuses on how the magazine Playboy deployed architecture and design to shape a new identity for the American man. The exhibition has been prepared in close collaboration with the Ph.D. program of the School of Architecture and the Media and Modernity program at Princeton University on the basis of a three-year research project led by Professor Beatriz Colomina.
9.6.13
La arquitectura moderna de la Central Hidroeléctrica El Abanico, Antuco, 1948-c.1954
7.6.13
2396 kms. Circulación Nacional de Arte Contemporáneo, exposición en la Galería de Arte FME, Antofagasta, a partir del viernes 7 de junio.
Este viernes 7 de julio de 2013, a las 19:00 horas, se inaugura en la Galería de Arte FME, la exposición "2396 kms. Circulación Nacional de Arte Contemporáneo", organizada por Balmaceda Arte Joven. Se trata de una muestra colectiva, que incluye artistas nacionales destacados como Leonardo Portus.
El sitio web de Balmaceda Arte Joven publicó esta nota:
2.396 kilómetros hay que recorrer para unir Antofagasta y Puerto Montt, una distancia no menor pero que esta ocasión se diluirá gracias a las artes visuales. Y es precisamente por esa razón que “2396 kilómetros” es el título del proyecto de Circulación Nacional de Arte Contemporáneo que lidera Balmaceda Arte Joven (BAJ), en virtud de un proyecto ganador del Fondart Nacional 2013.
Esto posibilitará que artistas antofagastinos expongan en las galerías que BAJ tiene en Santiago, Valparaíso, Concepción y Puerto Montt. En Antofagasta, el proyecto cuenta con el apoyo de Fundación Minera Escondida (FME), en cuya Sala de Arte ubicada en Av. O’Higgins 1280, se iniciará la itinerancia este viernes 7 de junio a las 19:00 horas, con una exposición gratuita para la comunidad.
“Siendo la circulación de obra uno de las grandes desafíos con que se enfrentan los artistas visuales, para nosotros es fundamental contribuir a que esa necesidad de materialice, y contando Balmaceda con espacios propios en varias ciudades de Chile, la oportunidad estaba dada para comprometerse en un proyecto de esta naturaleza”, explicó Luis Echeverría, Director Regional de Balmaceda Arte Joven Antofagasta.
Asimismo, Leonardo Araya, Gerente de Servicios y RRHH de Fundación Minera Escondida, invitó a toda la comunidad a disfrutar de esta exposición, enmarcada en un proyecto que además de Antofagasta considera muestras en Valparaíso, Santiago, Concepción y Puerto Montt. “Nuevamente la Sala de Arte de nuestro Edificio Comunitario recibe una exposición con destacados artistas, por lo que esperamos que la comunidad antofagastina disfrute de esta muestra en familia, ya que está destinada a todas las edades”, agregó.
En el caso de Antofagasta, quienes articularán la muestra que estará en exhibición hasta el próximo 6 de julio serán Leonardo Portus y Francisco Navarrete de Santiago, Jo Muñoz y Fernando Godoy de Valparaíso, y Ana Avendaño de Antofagasta, quienes expondrán bajo el común denominador de una mirada contemporánea hacia lo local, reconociendo la ciudad, el paisaje y la historia como ejes.
Posteriormente, y junto a otros artistas visuales de Valparaíso, Santiago, Concepción y Puerto Montt, expondrán en esas mismas ciudades los antofagastinos Pablo López, Macarena Gutiérrez, Ana Avendaño y Alexis Díaz, con propuestas que van desde la ilustración hasta el performance, pasando por el arte textil, con formas de creación que apelan al escáner pero igualmente al telar.
Para quienes quieran acompañar este “recorrido” en su primera escala, la muestra en la Sala de Arte de FME estará abierta al público de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas, y cada sábado de 11:00 a 14:00 horas.
Asimismo, la exposición contará con dispositivos de mediación en una dinámica que integra lo lúdico con lo pedagógico, como una forma de acercar al público a las obras y complementar las visitas guidas que pueden realizar colegios, universidades y distintas instituciones o agrupaciones. Estas visitas se pueden solicitar en el correo electrónico balmacedaantofagasta@gmail.com o en el teléfono 2932386.
José Ricardo Morales: Viaje al teatro español del destierro, por Rosana Torres
Vía El País.
Publicado: Santiago de Chile 26 ABR 2012
“Todos fueron entrando al barco… Mi poesía en su lucha había logrado encontrarles patria. Y me sentí orgulloso”. Lo dijo Pablo Neruda en 1939 al hablar del Winnipeg, el barco que logró fletar en Francia, siendo cónsul honorario de Chile en ese país, para sacar del infierno europeo a cientos de republicanos. “Cumplí la más noble misión que he ejercido en mi vida: la de sacar españoles de sus prisiones y enviarlos a mi patria...”.
Uno de los que llegaron a Valparaiso en ese barco era José Ricardo Morales, un joven valenciano que a pesar de sus 23 años ya había estudiado Magisterio y Filosofía y Letras, llevaba años en la FUE (Federación Universitaria Escolar), asociación universitaria progresista, donde dirigió la sección cultural, pertenecía al grupo teatral El búho, dirigido por Max Aub, para el que escribió sus primeras tres obras teatrales, era waterpolista (participó en la Olimpiada Popular de 1936 en Barcelona, frustrada por el golpe de estado franquista), fue redactor jefe de Frente Universitario, así como comisario de brigada del Ejército Popular Republicano, responsable de división en el frente de Ripoll (Cataluña) -donde salvó manuscritos y códices miniados que logró enviar a Suiza- y estuvo en el campo de concentración de Saint-Cyprien en Francia.
Ese joven tiene 96 años, vive en Santiago de Chile, en un país al que, dice, le debe la vida y donde la Academia de la Lengua, a la que pertenece, le ha propuesto en cuatro ocasiones para el Cervantes. En España es desconocido, a pesar de los esfuerzos de la Asociación de Autores de Teatro o profesionales como José Monleón, el fallecido Ricardo Domenech y, sobre todo, Manuel Aznar, impulsor y responsable de la edición de sus obras completas en dos grandes tomos, Teatro (2009), con 42 obras, y Ensayos (sale esta primavera), publicados por la Institució Alfons el Magnànim de Valencia.
Como su literatura, Morales es un hombre marcado por la ironía. Y por una excepcional y privilegiada memoria: “El tener una obra condenada a la postumidad, siempre lo he vivido con humor. Es una manera de asumir lo que no tiene sentido. He llenado el tiempo con obras que resulta que son mis sobras”.
Vive en una sencilla casa con jardín, situada en un barrio que ha prosperado con pisos de alto standing, y que al final ha devenido en un pequeño oasis. Allí y en su casa de veraneo en Isla Negra, muy cerca de la de Neruda, ha creado una impresionante obra cualitativa y cuantitativa: “Escribo para olvidar, para soltar todo lo que tengo dentro”. Y lo hace con un lenguaje primoroso, rico y cultivado, en el que juega constantemente con las palabras, con las situaciones, con propuestas de doble sentido.
“Desde el principio me encontré en Chile como en casa, aunque vivíamos muy precariamente [sus padres y hermano también vinieron], logré revalidar mis estudios”, señala el escritor en cuya tesis doctoral Estilo y Paleografía de los documentos chilenos (siglos XVI y XVII), relacionó la escritura de los escribanos chilenos con el arte de la época, “algo que los franceses hicieron 20 años después”. Y contra todo pronóstico nunca ha tenido nostalgia de España: “Soy español por completo, pero cuando llegué tenía toda la vida por delante, mis padres sí tenían nostalgia y su dolor era otro”.
Su trabajo más importante es, sin duda, su dramaturgia, en la que, curiosamente, nunca habla de la guerra, del exilio, del desgarro: “Porque fue demasiado doloroso para mí y no me gustaba escarbar en mis propias heridas; era muy difícil situarse como testigo de algo en lo que uno había intervenido jugándose la vida, además mi obra tiene la óptica del desterrado, no las circunstancias del desterrado, sino el modo de ver el mundo desde fuera, como un ser extrañado y alejado”, señala.
Siempre habla de destierro. “El exilio es una palabra culta, a utilizar con el que está fuera de sí, pero el destierro es quien ha salido de su tierra forzosamente, es una idea más profunda y real; en su día clasifiqué a los españoles en tres categorías: los aterrados, que se quedaron allí sufriendo el régimen de Franco, los enterrados como Federico y tantos otros y los desterrados, como mi familia”.
Y aquí hizo su obra y vivió su vida. Creó con Ferrater Mora y otros exiliados la editorial Cruz del Sur, dirigió la colección La fuente escondida, donde publicó a los poetas “desterrados, pero por la crítica española que no les hacía ni caso, a pesar de ser muy buenos” y preparó la colección Divinas Palabras, donde colaboraron Guillén, Salinas y otros muchos. Sacó por oposición sus cátedras en arquitectura, filosofía, y la última etapa en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, en el departamento de Estudios Humanísticos.
El destierro también le llegó a su dramaturgia. Expertos y estudiosos de la obra de Morales dicen que por un exceso de vanguardia, de modernidad. “A mi teatro se le ha tenido miedo, y luego le ha llegado el olvido por otras razones”, sostiene. El propio Ferrater Mora señaló que Morales tenía obras, como El embustero en su enredo, (que le estrenó Margarita Xirgu fascinada por el texto, en Chile en 1944 y en Argentina un año después), que son antecedentes clarísimos del teatro del absurdo que aparece con Ionesco en 1950, cosa que también sostienen en sus investigaciones Aznar y Domenech.
A Morales nunca le ha terminado de gustar la definición de teatro del absurdo para su obra: “Yo lo que denuncio es lo absurdo del mundo no el mundo del absurdo y por eso lo he llamado teatro de la incertidumbre”. En ese sentido Morales recuerda las palabras de uno de sus personajes: “Los precursores llegan siempre tarde. Lo importante en este mundo no es llegar el primero, sino llegar a tiempo, y para llegar a tiempo hay que llegar después”.
También Ferrater Mora señaló el nada casual paralelismo entre la obra de Morales, Barbara Fidelis y la obra teatral de Jean Paul Sartre El diablo y el buen dios, publicada unos meses después del encuentro que los dos jóvenes tuvieron con Sartre en su casa parisiense. El filósofo se interesó por lo que hacía Morales, quien le habló de cómo estaba de moda la noción del ser, del teatro dentro del teatro, pero le señaló que en cambio no se reflexionaba sobre el hacer. “Le hablé de cómo el drama es acción y de que trataba la relación entre el acto y sus consecuencias, el conflicto entre el querer y el hacer…”. Y le contó pormenorizadamente su obra. Meses después apareció la obra sartriana y la gran actriz María Casares, íntima amiga de Morales, le dijo “¡esta es tu obra!” a lo que él contestó “Sí, pero no tengo la suerte de ser francés”.
Con su voz profunda, cálida, y casi hipnótica cuenta que él no ha sido de esos exiliados que vivían con las maletas hechas bajo la cama para volver en cualquier momento. “Me di cuenta de que había una conspiración internacional que impedía que eso se produjera”, señala Morales que ha ido a España en alguna ocasión, con su pasaporte chileno, sin renunciar a la doble nacionalidad.
Ni siquiera pensó en abandonar Chile con el golpe de Estado de Pinochet en 1973. “Como pudimos hicimos resistencia en la universidad, mi departamento no se atrevieron a tocarlo, porque tenía los mejores físicos, astrónomos y científicos del país y, como en la universidad no había censura, el decano se atrevió a publicar un volumen con cuatro obras mías [Fantasmagorías] que eran muy antigobierno, pero como no lee nadie, no tuvo ningún efecto y no pasó nada”.
Sus obras, sin ser teatro político, son denunciadoras de situaciones indeseadas. “El teatro siempre es una transgresión, una denuncia, el origen de lo trágico radica en el conflicto que hay entre el mito colectivo, creído, porque no se puede pensar a coro, frente al personaje aislado; es el conflicto entre la idea y la creencia colectiva, ese es el sentido original de la tragedia. Y lo cómico también vulnera lo establecido, la risa también es una transgresión”, dice este hombre acostumbrado a transgredir con la ironía, “que es pensar en doble, decir algo que en apariencia significa una cosa, pero en realidad hace referencia a otra”.
Está convencido de que la tecnología se ha convertido en enemigo del hombre, “una técnica sin logos no es tecnología, ya lo dijo Aristóteles, que aseguró que la técnica es una capacidad productiva, acompañada de razón verdadera, pero la razón verdadera es logos, reflexión, fundamentación y cuando la técnica se potencia a expensas del hombre, como ahora, estamos al servicio de la técnica y no la técnica al servicio nuestro”.
Cree que el teatro sirve para dar conciencia a las personas de aquello que les ocurre sin darse cuenta. “Es como el tábano de Sócrates, sirve para despertar a ese animal que duerme dentro de todos, pero a muchos no les gusta tener conciencia de aquello que son, entonces lo disimulan, lo olvidan, lo descartan y la función social de todo dramaturgo es alertar al prójimo y darle conciencia de algo que ocurre, o puede ocurrir, porque muchas veces es un anuncio de lo que va a llegar”. Sostiene que es un arte muy cercano a la filosofía: “El teatro tiene el dialogo como elemento destacado, así como el juego de posiciones opuestas o diferentes… y eso es filosofía”.
Morales también ha sido pintor, oficio que compartió con su mujer, la también poetisa, Simone Chambelland, fallecida hace unas semanas. “Mi relación con la pintura fue a consecuencia del vacío que se produjo cuando escribía teatro y Xirgu, después de los años cincuenta dejó de trabajar, y me quedé sin compañía que me estrenara”. Ocurrió después de que fundara en Chile el Teatro Experimental y el Teatro Nacional de Chile, donde incorporó el repertorio de El búho: “Hice una transfusión, en vez de sangre, fue de ideas”.
“Pero volví al teatro y me olvidé de la pintura”. Un teatro denunciador “ecléctico, como mis ensayos”, comenta el escritor quien para ejemplificar recuerda dos de sus ensayos, uno en el que relaciona La Venus del espejo con Celestina y otro sobre La tempestad de Giorgione, que Morales sostiene que está describiendo el principio de Las Bacantes, de Eurípides, rebatiendo la teoría de tantos estudios sobre el significado de ambos cuadros. Aunque su ensayo más conocido es Arquitectónica, donde sostiene una teoría de la arquitectura en función del hombre, no de las piedras. “Hablo de que las creencias no son ideas, y las ideologías se convierten en idolatrías, la tecnolatría es una idolatría por la técnica actual”.
A sus 96 años nunca ha militado en ningún partido: “He sido y soy republicano, radical socialista, pero de un socialismo no beligerante, no limitado a consignas, participo de varias posiciones diferentes, pero no descarto la política, estoy aquí por política y eso nunca lo olvido”, señala este hombre que sigue de cerca la actualidad española. Sobre los últimos acontecimientos con la monarquía española dice: “El Rey es una persona que no la puedo elegir y, por lo tanto, no me interesa, me la imponen; la ventaja de la elección es esa, que si alguien no concuerda conmigo, no le voto, y no entiendo que el Rey tenga que quedarse ahí para siempre; además lo que ha ocurrido últimamente ha sido una vergüenza, ¡irse de caza con un país agotado!, me parece una inconsecuencia que un señor así merezca respeto”, dice este dramaturgo hoy más cercano al ensayo que al teatro: “En mi vida he creado, he vivido y he tenido tantos conflictos que no me quedan ganas de producir otros nuevos, ese es el problema, y el teatro es conflicto, porque son posiciones contrapuestas y me cuesta más pensar conflictos y producirlos”.
Ahora sus planes son seguir siendo un resistente.
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