Vía CICA.
1. We believe that collaboration and dialogue between the architectural profession and architectural critics should be organised on a permanent basis within the framework of the UIA.
2. We believe that criticism and evaluation should be recognised as a part of the architectural process, from the program stage through to the final design details. Architectural criticism is no longer to be conceived as a tribunal where the critics are judges and the architects are judged and often blamed. Architectural criticism has a wider and more important role than this.
3. We wish to emphasise that economic, technological and socio-cultural considerations alone will not create an architecture that possesses all the values which are vital to society. A better quality of life, creative power and the expression of the individual and collective imagination are also needed.
We believe that the role of the architectural critic is not only to recognise and select, but to encourage such creativity in the face of bureaucratic restrictions and academic taboos.
Bruno Zevi (Italy)
Max Blumenthal (France)
Louise de Mereles (Mexico)
Mildred Schmertz (USA)
Blake Huges (USA)
Jorge Glusberg (Argentina)
Mexico City, 26 October 1978
Por Claudio Galeno-Ibaceta sobre la interacción del arte con la arquitectura, desde Antofagasta y el Norte Grande de Chile. By Claudio Galeno-Ibaceta about the interaction between art and architecture, from Antofagasta and the Large North of Chile.
31.1.18
Founding Statement of the International Committee of Architectural Critics, Mexico City, 26 October 1978
27.1.18
Edificio Consistorial de Antofagasta, Iglesis Prat Arquitectos
Vía El Mercurio de Antofagasta, 10.01.2018, p.2.
Fotografía de Archivo de El Mercurio de Antofagasta.
Fotografía de Archivo de El Mercurio de Antofagasta.
Las actas que relatan los inicios de Antofagasta
Vía La Estrella de Antofagasta, 23.12.2017.
Proyecto rescató documentos municipales desde 1874 a 1920 y los digitalizó para que las nuevas generaciones puedan conocer más sobre la historia de nuestra ciudad.
Cristian Puebla H. - La Estrella de Antofagasta
Desde ahora los antofagastinos, y especialmente aquellos amantes de la historia de nuestra ciudad, tienen la posibilidad solamente haciendo un clic de revisar esas primeras actas municipales que cuentan cómo era la vida y lo que ocurría en Antofagasta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Historias desconocidas, personajes emblemáticos, y muchos mitos que por décadas se han contado y que ahora se pueden revisar a través de la página www.archivohistoricoantofagasta.cl.
Hace unos días se realizó un recorrido a la centenaria "Bóveda municipal", donde los presentes pudieron conocer este impresionante espacio y observar cientos de actas que se encuentran en la Casa de la Cultura, que por años fue el edificio consistorial.
La actividad fue parte del lanzamiento de la cuarta fase del proyecto "Puesta en valor de las actas municipales de Antofagasta", que también contempló la entrega de un documental, la proyección de varias cápsulas históricas y la versión de sus protagonistas, quienes explicaron la modalidad de trabajo empleada durante estos años y que corresponde a un catálogo internacional.
Esta inédita iniciativa consideró un trabajo de recopilación de las primeras actas de Antofagasta escritas a mano, para posteriormente sacar fotografías de las páginas y generar así versiones digitales de este contenido, quedando ordenadamente catalogado entre los años 1874 y 1920.
Emoción
El historiador Floreal Recabarren es quien lidera este equipo. El ex edil de Antofagasta habla emocionado sobre esta iniciativa, sobre los resultados de la investigación y los objetivos que tuvo este trabajo, el cual permitirá salvaguardar las antiguas actas y dejará esta información digitalizada para las próximas generaciones.
"Este es un trabajo muy específico, muy bonito, de mucho conocimiento y paciencia. Aquí está toda la historia de la ciudad, donde algunos de sus problemas se repiten en el tiempo. Varias personas han puesto lo mejor de sí para llegar a este gran resultado. Estamos muy orgullosos por concretar este sueño", aseguró.
Una de las personas importantes para que esta iniciativa pudiera concretarse fue el coordinador Edgardo Solís, quien explicó que esta etapa buscó visibilizar lo realizado en casi cuatro años de trabajo, traducido en los documentales, microcápsulas y ciclos de charlas, mostrando todo lo realizado hasta el momento.
"Llevamos digitalizado desde 1874 a 1920, todo un logro. La gente sólo basta que ingrese a la dirección de la página y podrá acceder a estos archivos. Una novedad es que los temas tienen un catálogo amigable y de fácil acceso para los usuarios, para que personas de todas las edades puedan revisar sin problemas el material", sostuvo.
Estudiantes
Dentro de los objetivos está llegar a los estudiantes, que pueda servir como una herramienta de cultura para que los niños y jóvenes puedan aprender mucho más de lo que se enseña en las aulas sobre Antofagasta.
En cuanto al impacto del proyecto en las comunidades escolares, el sostenedor del Giant School, Marco Riquelme, valoró este esfuerzo por rescatar la historia de la ciudad, algo que considera trascendental para devolver la identidad a los antofagastinos.
En este sentido destacó la importancia del ciclo de charlas dictadas por el periodista Jorge Olmos y el historiador Floreal Recabarren, quienes de manera didáctica y entretenida entregan información desconocida para la mayoría de los estudiantes.
Hay que recordar que este proyecto cultural es financiado por el Gobierno Regional con fondos de 2% del FNDR, concurso 2017, aprobados en el Consejo Regional. Además cuenta con el patrocinio y financiamiento de la Corporación Cultural de Antofagasta y el municipio.
Proyecto rescató documentos municipales desde 1874 a 1920 y los digitalizó para que las nuevas generaciones puedan conocer más sobre la historia de nuestra ciudad.
Cristian Puebla H. - La Estrella de Antofagasta
Desde ahora los antofagastinos, y especialmente aquellos amantes de la historia de nuestra ciudad, tienen la posibilidad solamente haciendo un clic de revisar esas primeras actas municipales que cuentan cómo era la vida y lo que ocurría en Antofagasta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Historias desconocidas, personajes emblemáticos, y muchos mitos que por décadas se han contado y que ahora se pueden revisar a través de la página www.archivohistoricoantofagasta.cl.
Hace unos días se realizó un recorrido a la centenaria "Bóveda municipal", donde los presentes pudieron conocer este impresionante espacio y observar cientos de actas que se encuentran en la Casa de la Cultura, que por años fue el edificio consistorial.
La actividad fue parte del lanzamiento de la cuarta fase del proyecto "Puesta en valor de las actas municipales de Antofagasta", que también contempló la entrega de un documental, la proyección de varias cápsulas históricas y la versión de sus protagonistas, quienes explicaron la modalidad de trabajo empleada durante estos años y que corresponde a un catálogo internacional.
Esta inédita iniciativa consideró un trabajo de recopilación de las primeras actas de Antofagasta escritas a mano, para posteriormente sacar fotografías de las páginas y generar así versiones digitales de este contenido, quedando ordenadamente catalogado entre los años 1874 y 1920.
Emoción
El historiador Floreal Recabarren es quien lidera este equipo. El ex edil de Antofagasta habla emocionado sobre esta iniciativa, sobre los resultados de la investigación y los objetivos que tuvo este trabajo, el cual permitirá salvaguardar las antiguas actas y dejará esta información digitalizada para las próximas generaciones.
"Este es un trabajo muy específico, muy bonito, de mucho conocimiento y paciencia. Aquí está toda la historia de la ciudad, donde algunos de sus problemas se repiten en el tiempo. Varias personas han puesto lo mejor de sí para llegar a este gran resultado. Estamos muy orgullosos por concretar este sueño", aseguró.
Una de las personas importantes para que esta iniciativa pudiera concretarse fue el coordinador Edgardo Solís, quien explicó que esta etapa buscó visibilizar lo realizado en casi cuatro años de trabajo, traducido en los documentales, microcápsulas y ciclos de charlas, mostrando todo lo realizado hasta el momento.
"Llevamos digitalizado desde 1874 a 1920, todo un logro. La gente sólo basta que ingrese a la dirección de la página y podrá acceder a estos archivos. Una novedad es que los temas tienen un catálogo amigable y de fácil acceso para los usuarios, para que personas de todas las edades puedan revisar sin problemas el material", sostuvo.
Estudiantes
Dentro de los objetivos está llegar a los estudiantes, que pueda servir como una herramienta de cultura para que los niños y jóvenes puedan aprender mucho más de lo que se enseña en las aulas sobre Antofagasta.
En cuanto al impacto del proyecto en las comunidades escolares, el sostenedor del Giant School, Marco Riquelme, valoró este esfuerzo por rescatar la historia de la ciudad, algo que considera trascendental para devolver la identidad a los antofagastinos.
En este sentido destacó la importancia del ciclo de charlas dictadas por el periodista Jorge Olmos y el historiador Floreal Recabarren, quienes de manera didáctica y entretenida entregan información desconocida para la mayoría de los estudiantes.
Hay que recordar que este proyecto cultural es financiado por el Gobierno Regional con fondos de 2% del FNDR, concurso 2017, aprobados en el Consejo Regional. Además cuenta con el patrocinio y financiamiento de la Corporación Cultural de Antofagasta y el municipio.
23.1.18
El arte de ser diaguita, la extraordinaria riqueza del norte chico
Una publicación compartida por Claudio Galeno (@claudiogalenium) el
Vía FME.
Visita la muestra desde el 15 de noviembre de 2017 al 2 de marzo de 2018, en Sala de Arte FME Antofagasta.
Minera Escondida/BHP y el Museo Chileno de Arte Precolombino, presentan El arte de ser diaguita, exposición enfocada en la extraordinaria riqueza, colorido y permanencia de las manifestaciones artísticas de la cultura diaguita chilena, especialmente las expresiones manifestadas en su alfarería.
La muestra estará abierta al público de forma gratuita a partir del 15 de noviembre de 2017 al 2 de marzo de 2018, en la Sala de Arte de la Fundación Minera Escondida (Av. Bernardo O’Higgins 1280), de lunes a viernes de 9:00 a 13:00 y de 15:00 a 19:00 horas y los sábado de 10:30 a 13:00 horas y de 15:00 a 19:00 horas.
La exposición presenta 179 emblemáticas piezas de cerámica, piedra, hueso y metal de la cultura diaguita. El público se encontrará con dimensiones que se desconocen: un mundo nuevo, explorando el trasfondo ritual, religioso y chamánico de esta cultura. Es importante destacar que no hay ninguna cultura precolombina en Chile que despliegue con mayor maestría los diseños geométricos que la diaguita.
Se trata de un viaje circular del presente, al pasado y al presente nuevamente. Imágenes de los Bailes Chinos (declarados por la UNESCO el año 2014 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) recibirán al público bajo el sonido repetitivo, vibrado y raspado de las flautas, para conducirlos hacia los tiempos ancestrales del mundo prehispánico. El recorrido los llevará a aprender quiénes fueron los Diaguita: el paisaje en el que vivían, sus medios de subsistencia, sus artesanías más notables, la organización de su sociedad y su ubicación dentro de los desarrollos culturales del Norte Chico.
Esta exposición se enmarca dentro de la alianza de colaboración que sostienen hace más de una década Minera Escondida y el Museo Chileno de Arte Precolombino, que los ha llevado a producir proyectos culturales de gran relevancia para el país, posicionando al Museo como un referente nacional e internacional en la puesta en valor, difusión y cultura de nuestros pueblos originarios. En la ciudad de Antofagasta se realizaron en conjunto y con gran éxito tres exposiciones: Chile 15 mil años (2012), muestra que exhibió 171 piezas de la colección del Museo; Gorros del Desierto (2015), que presentó cuarenta y cinco gorros, algunos realizados hace más de tres mil años; y Rostros del Norte Grande (2016), instalación digital de alta tecnología que incorporó ilustraciones de los pueblos precolombinos con registros en video de sus descendientes actuales.
“Estamos muy orgullosos de participar en esta nueva exposición que se enmarca dentro de la alianza de colaboración que mantenemos hace más de una década entre Minera Escondida y el Museo Chileno de Arte Precolombino. El arte de ser diaguita es un aporte patrimonial que rescata la identidad ancestral de nuestros pueblos originarios, y se vincula con nuestra Política de Pueblos Indígenas, que reconoce el derecho de las comunidades a mantener su cultura, identidad, tradiciones, costumbres y a la vez busca contribuir al empoderamiento económico, social y cultural y a establecer relaciones a largo plazo basados en el respeto, la confianza y el entendimiento mutuo. Invitamos a toda la comunidad antofagastina, colegios y universidades, a hacer un viaje para conocer las expresiones de la cultura de este pueblo y enterarse más sobre el estilo de vida de los diaguitas que son parte fundamental de nuestro territorio”, señala Patricio Vilaplana, Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Escondida / BHP.
Por su parte, el director del Museo Chileno de Arte Precolombino, Carlos Aldunate, explica que “esta exposición destaca la historia diaguita que, al ser impactada por la expansión incaica se constituyen como aliados del Inca, facilitando la conquista de Chile Central y Copiapó. También se exhiben los testimonios que perviven de este pueblo precolombino en las actuales comunidades que se identifican como diaguita”.
El curador de la exposición, José Berenguer, agrega que la tesis principal de la muestra es que en el pasado precolombino existieron y existen todavía en el Norte Chico múltiples maneras de ser diaguita. Eso se observa en los diferentes estilos de cerámicas, en las identidades en transformación por el paso de la vida a la muerte, el trance chamánico, las formas de vestir de los diaguitas precolombinos, pero también en que cada habitante actual del Norte chico se siente diaguita a su manera.
Formas de ser diaguita
La variedad de estilos desarrollados por los alfareros diaguita estará presente en la exhibición mostrando su historia como sociedad independiente (900 – 1400 d.C.) y la variedad de estilos que fusionan motivos locales y cuzqueños durante el periodo en que estuvieron dominados por los inkas (1400 – 1535). Estos estilos de vasijas, con los nombres otorgados por los arqueólogos que las estudiaron, son interpretados en esta exposición como formas de ser Diaguita, expresando las distintas formas de asumir la identidad.
Dentro de la exposición se podrán ver cortometrajes sobre los actuales diaguita de las comunidades Taucan y Huascoaltina, y sobre los creadores populares que, de una otra forma, se sienten también diaguitas y mantienen el ímpetu artístico empezado en el Norte Chico a comienzos del milenio pasado.
La exhibición presenta piezas pertenecientes a las colecciones del Museo Chileno de Arte Precolombino, Arqueológico de La Serena, del Limarí, Andino y de la colección particular de la familia Domínguez-Domínguez. Cabe destacar que se trata de un proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales y cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Zona interactiva para la familia
La exposición cuenta con un área dirigida a los a los niños y a la familia. La Zona Interactiva Mustakis acerca la cultura de manera entretenida y con tecnología de punta, despertando el interés por el juego y la curiosidad por descubrir nuevos temas, logrando con ello que se aprenda de otras culturas y del mundo en el que vivimos. Para El arte de ser diaguita, se ha desarrollado un juego de realidad aumentada sobre el jarro pato, expresión típica de la alfarería de cultura diaguita, donde cada visitante podrá aprender jugando, para así conocer y reconocer sus diseños y grecas.
15.1.18
El arte del escándalo
Vía La Tercera.
Por Evelyn Erlij
La petición de retirar una pintura de Balthus del Met de Nueva York y la intervención de los afiches con obras de Egon Schiele en Londres, vuelven a poner en debate la relación entre arte, sexo y moral.
La historia comenzó de la forma más banal: una gerente de recursos humanos estadounidense llamada Mia Merrill visitó el Metropolitan Museum of Arts (Met) de Nueva York semanas atrás. Ahí, se encontró con el cuadro Teresa soñando (1938), del pintor franco-polaco Balthus, en el que aparece una niña de 12 años en una pose sugerente que, según ella, promovía la pedofilia. Al poco rato, tuiteó: “Preparo una petición para solicitarle a Met que retire una obra de arte que innegablemente idealiza la sexualización de una niña. Si eres parte del movimiento #metoo (#yotambién) o si te interesan las implicancias del arte en la vida, por favor apoya esta causa”.
En un mundo saturado de noticias sobre acosos y abusos sexuales, afirmó Merrill, lo mínimo que debía hacer el Met para no pasar por defensor del “voyerismo y la cosificación infantil” era añadir una nota que advirtiera que la pintura podía ser ofensiva, dada la obsesión de Balthus por las menores de edad. Los medios se llenaron de opiniones de especialistas de arte, pero antes de que el caso se convirtiera en un batahola, el museo cerró el asunto con una declaración: “Las artes visuales son una de las formas más significativas de reflejar tanto el pasado como el presente, y de fomentar la evolución continua de la cultura a través de discusiones informadas y del respeto hacia la expresión creativa”.
La historia llegó hasta ahí, pero desempolvó un debate viejo que tiene que ver con las lecturas morales que se hacen del arte en las distintas épocas y sociedades. “Escándalo de ayer, virtud de hoy”, ha dicho el filósofo francés Michel Onfray, pero la fórmula se puede invertir: imágenes artísticas que antes no impactaban -por ejemplo, de niños sexualizados o mujeres acosadas-, hoy pueden ser vistas como una aberración. Analizadas desde el presente, por ejemplo, obras de Jean-Honoré Fragonard (1732-1806), pintor libertino del rococó francés, pueden interpretarse como escenas de violencia de género o pedofilia: en El cerrojo o La resistencia inútil, aparecen mujeres forzadas a someterse al deseo masculino, y en El columpio o Chica jugando con un perro se ven jóvenes seductoras con aires infantiles.
No falta el que se espanta al visitar estos días el Museo del Prado o el Louvre y constatar el carácter sexista, aristócrata o racista de tal o cual corriente artística o creador -hay quienes reclaman, sin ir más lejos, que en estos museos casi no hay trabajos de artistas mujeres-, pero lo que se pasa por alto es que no existe el arte sin contexto. Miguel Angel pintó desnudos en la Capilla Sixtina que, poco más tarde, varios papas ordenaron cubrir con ropas; en 2001, una cuenta de Facebook fue suprimida por exhibir el cuadro El origen del mundo, de Gustave Courbet, donde se ve el primerísimo primer plano de una vagina. Toda obra está sometida a los valores del tiempo y el lugar en que fue creada, y una de las grandes lecciones de la historia del arte es que el péndulo de la moral no ha parado de oscilar.
El hecho de que en el pasado se aceptaran e incluso aplaudieran piezas que flirtean con la pedofilia, como las de Balthus, habla de una sociedad -en este caso, la europea de los años 30- en la que todavía no se tomaba conciencia ni se le daba suficiente importancia al tema del abuso infantil. Hoy, la historia es distinta. En 2013, la Tate Britain removió de su colección en línea los trabajos del artista Graham Ovenden, declarado culpable de abusos sexuales a menores y entre cuyas obras había pinturas y fotografías de niñas desnudas. Lo mismo ocurrió en la Tate Modern en 2009, cuando se retiró de la exposición Pop Life una foto de Brooke Shield posando sin ropa a los 10 años. Dicho en simple: cada obra es reflejo de su época.
Por siglos, el desnudo femenino ha sido visto con naturalidad en el espacio pictórico, no así el masculino, al que recién en 2012 se le dedicó una exposición en el Leopold Museum de Viena. En ese sentido, la sexualidad en el arte es un buen indicio de la mentalidad y los límites morales de un período: para escandalizar al público y a la crítica a fines del siglo XIX, Manet sólo tuvo que pintar a una mujer desnuda entre varios hombres en Almuerzo sobre la hierba (1863); y al rumano Constantin Brancusi le bastó con hacer una escultura fálica, Princesa X (1915-16), para sonrojar a Francia.
Hoy, si se quiere espantar al público, hace falta bastante más osadía. El Centro Pompidou de París, por ejemplo, no tiene problemas en exhibir las fotos porno que el artista Jeff Koons le tomó a La Cicciolina en los años 90, y en el Palacio de Versalles, en 2015, la obra Dirty corner, de Anish Kapoor, una cavidad hecha en acero conocida como “La vagina de la reina”, fue aplaudida por la crítica y sólo irritó a los acartonados defensores de la monarquía de Francia.
Fuera de los museos, sin embargo, la historia es distinta, y cuando los desnudos aparecen en el espacio público el pánico cunde: se acaba de censurar en Alemania e Inglaterra la instalación de afiches con las obras de desnudos del austríaco Egon Schiele, de quien se celebra el centenario, porque violan las normas de moralidad. Como respuesta, la Oficina de Turismo de Viena difundió en las calles de esos países los mismos afiches, pero censurados y acompañados de la leyenda “Lo sentimos. Tiene 100 años pero sigue siendo demasiado osado. #Libertadparaelarte”.
La evolución del mercado artístico demostró que, en los tiempos que corren, el escándalo está en el corazón del valor financiero de una pieza, por lo que una obra shock, según el creador francés Thierry Ehrmann, es una “coreografía perfecta entre artistas y reaccionarios”, como lo prueba la historia de las vanguardias del siglo XX. “En nuestra cultura, la noción de shock está ligada fundamentalmente a las imágenes de la violencia y la sexualidad de un modo explícito”, escribe el teórico alemán Boris Groys, pero advierte que esa es una mirada reduccionista: ni el Cuadrado negro de Malevich (1915) ni el urinario de Duchamp (1917), dos obras que escandalizaron, plantearon esos temas, sino buscaron un “efecto de visibilidad”.
Caravaggio fue criticado por pintar cuadros religiosos poblados de vagabundos; Bacon pintó un Papa en una silla eléctrica y Damien Hirst mató a 9 mil mariposas para crear Kaleidoscope Paintings. El italiano Maurizio Cattelan, en tanto, demostró que el shock es un negocio: en 2004 vendió en 2,1 millones de euros una figura del Papa Juan Pablo II impactado por un meteorito. La religión, el racismo, los derechos humanos y los de los animales son otros temas sensibles en el arte, pero el sexo y sus tabúes, como lo prueba el caso de Balthus, sigue siendo la pólvora infalible para encender el escándalo.
Por Evelyn Erlij
La petición de retirar una pintura de Balthus del Met de Nueva York y la intervención de los afiches con obras de Egon Schiele en Londres, vuelven a poner en debate la relación entre arte, sexo y moral.
La historia comenzó de la forma más banal: una gerente de recursos humanos estadounidense llamada Mia Merrill visitó el Metropolitan Museum of Arts (Met) de Nueva York semanas atrás. Ahí, se encontró con el cuadro Teresa soñando (1938), del pintor franco-polaco Balthus, en el que aparece una niña de 12 años en una pose sugerente que, según ella, promovía la pedofilia. Al poco rato, tuiteó: “Preparo una petición para solicitarle a Met que retire una obra de arte que innegablemente idealiza la sexualización de una niña. Si eres parte del movimiento #metoo (#yotambién) o si te interesan las implicancias del arte en la vida, por favor apoya esta causa”.
En un mundo saturado de noticias sobre acosos y abusos sexuales, afirmó Merrill, lo mínimo que debía hacer el Met para no pasar por defensor del “voyerismo y la cosificación infantil” era añadir una nota que advirtiera que la pintura podía ser ofensiva, dada la obsesión de Balthus por las menores de edad. Los medios se llenaron de opiniones de especialistas de arte, pero antes de que el caso se convirtiera en un batahola, el museo cerró el asunto con una declaración: “Las artes visuales son una de las formas más significativas de reflejar tanto el pasado como el presente, y de fomentar la evolución continua de la cultura a través de discusiones informadas y del respeto hacia la expresión creativa”.
La historia llegó hasta ahí, pero desempolvó un debate viejo que tiene que ver con las lecturas morales que se hacen del arte en las distintas épocas y sociedades. “Escándalo de ayer, virtud de hoy”, ha dicho el filósofo francés Michel Onfray, pero la fórmula se puede invertir: imágenes artísticas que antes no impactaban -por ejemplo, de niños sexualizados o mujeres acosadas-, hoy pueden ser vistas como una aberración. Analizadas desde el presente, por ejemplo, obras de Jean-Honoré Fragonard (1732-1806), pintor libertino del rococó francés, pueden interpretarse como escenas de violencia de género o pedofilia: en El cerrojo o La resistencia inútil, aparecen mujeres forzadas a someterse al deseo masculino, y en El columpio o Chica jugando con un perro se ven jóvenes seductoras con aires infantiles.
No falta el que se espanta al visitar estos días el Museo del Prado o el Louvre y constatar el carácter sexista, aristócrata o racista de tal o cual corriente artística o creador -hay quienes reclaman, sin ir más lejos, que en estos museos casi no hay trabajos de artistas mujeres-, pero lo que se pasa por alto es que no existe el arte sin contexto. Miguel Angel pintó desnudos en la Capilla Sixtina que, poco más tarde, varios papas ordenaron cubrir con ropas; en 2001, una cuenta de Facebook fue suprimida por exhibir el cuadro El origen del mundo, de Gustave Courbet, donde se ve el primerísimo primer plano de una vagina. Toda obra está sometida a los valores del tiempo y el lugar en que fue creada, y una de las grandes lecciones de la historia del arte es que el péndulo de la moral no ha parado de oscilar.
El hecho de que en el pasado se aceptaran e incluso aplaudieran piezas que flirtean con la pedofilia, como las de Balthus, habla de una sociedad -en este caso, la europea de los años 30- en la que todavía no se tomaba conciencia ni se le daba suficiente importancia al tema del abuso infantil. Hoy, la historia es distinta. En 2013, la Tate Britain removió de su colección en línea los trabajos del artista Graham Ovenden, declarado culpable de abusos sexuales a menores y entre cuyas obras había pinturas y fotografías de niñas desnudas. Lo mismo ocurrió en la Tate Modern en 2009, cuando se retiró de la exposición Pop Life una foto de Brooke Shield posando sin ropa a los 10 años. Dicho en simple: cada obra es reflejo de su época.
Por siglos, el desnudo femenino ha sido visto con naturalidad en el espacio pictórico, no así el masculino, al que recién en 2012 se le dedicó una exposición en el Leopold Museum de Viena. En ese sentido, la sexualidad en el arte es un buen indicio de la mentalidad y los límites morales de un período: para escandalizar al público y a la crítica a fines del siglo XIX, Manet sólo tuvo que pintar a una mujer desnuda entre varios hombres en Almuerzo sobre la hierba (1863); y al rumano Constantin Brancusi le bastó con hacer una escultura fálica, Princesa X (1915-16), para sonrojar a Francia.
Hoy, si se quiere espantar al público, hace falta bastante más osadía. El Centro Pompidou de París, por ejemplo, no tiene problemas en exhibir las fotos porno que el artista Jeff Koons le tomó a La Cicciolina en los años 90, y en el Palacio de Versalles, en 2015, la obra Dirty corner, de Anish Kapoor, una cavidad hecha en acero conocida como “La vagina de la reina”, fue aplaudida por la crítica y sólo irritó a los acartonados defensores de la monarquía de Francia.
Fuera de los museos, sin embargo, la historia es distinta, y cuando los desnudos aparecen en el espacio público el pánico cunde: se acaba de censurar en Alemania e Inglaterra la instalación de afiches con las obras de desnudos del austríaco Egon Schiele, de quien se celebra el centenario, porque violan las normas de moralidad. Como respuesta, la Oficina de Turismo de Viena difundió en las calles de esos países los mismos afiches, pero censurados y acompañados de la leyenda “Lo sentimos. Tiene 100 años pero sigue siendo demasiado osado. #Libertadparaelarte”.
La evolución del mercado artístico demostró que, en los tiempos que corren, el escándalo está en el corazón del valor financiero de una pieza, por lo que una obra shock, según el creador francés Thierry Ehrmann, es una “coreografía perfecta entre artistas y reaccionarios”, como lo prueba la historia de las vanguardias del siglo XX. “En nuestra cultura, la noción de shock está ligada fundamentalmente a las imágenes de la violencia y la sexualidad de un modo explícito”, escribe el teórico alemán Boris Groys, pero advierte que esa es una mirada reduccionista: ni el Cuadrado negro de Malevich (1915) ni el urinario de Duchamp (1917), dos obras que escandalizaron, plantearon esos temas, sino buscaron un “efecto de visibilidad”.
Caravaggio fue criticado por pintar cuadros religiosos poblados de vagabundos; Bacon pintó un Papa en una silla eléctrica y Damien Hirst mató a 9 mil mariposas para crear Kaleidoscope Paintings. El italiano Maurizio Cattelan, en tanto, demostró que el shock es un negocio: en 2004 vendió en 2,1 millones de euros una figura del Papa Juan Pablo II impactado por un meteorito. La religión, el racismo, los derechos humanos y los de los animales son otros temas sensibles en el arte, pero el sexo y sus tabúes, como lo prueba el caso de Balthus, sigue siendo la pólvora infalible para encender el escándalo.
"Monte Olimpo" [de Jan Fabre]: La catarsis era esto
Vía El País.
Por Raquel Vidales
La monumental performance 'Monte Olimpo' lleva al extremo al público madrileño durante 24 horas.
El público está ávido. Las entradas se agotaron en cuanto salieron a la venta hace más de seis meses y por fin ha llegado el día. Es viernes, 12 de enero. Monte Olimpo, la famosa performance teatral de 24 horas que promete emociones extremas, está a punto de empezar en los Teatros del Canal de Madrid. Su creador, el afamado director belga Jan Fabre, garantiza una gran catarsis para los que aguanten hasta el final. “Así ha ocurrido en las 17 ciudades donde ya se ha representado [entre ellas Sevilla, en 2016]”, aseguró en un encuentro con la prensa el jueves.
Una hora antes del comienzo de la función, previsto a las siete de la tarde, ya hay espectadores ansiosos haciendo cola. Hay casi más nervios que en los camerinos. Risas flojas. “¡No sé si voy a aguantar!”, se oía por los corrillos. Muchos llevan mochilas con comida, almohadas y mantas para dormir en alguna de las salas habilitadas dentro del teatro. Otros prefieren echar la siesta en casa.
A la entrada hay atasco para conseguir la pulserita roja que permite salir y entrar del teatro en cualquier momento. Es poderosa esa pulserita: da libertad, pero también identifica a su portador como miembro de un exclusivísimo club (solo hay una función programada). ¿Qué clase de gente decide encerrarse 24 horas en un teatro para ver un espectáculo que se anuncia como una sucesión de tragedias griegas, una gran orgía dionisiaca con escenas de sexo, violencia, sangre y desenfreno, que además es en inglés, francés, alemán, holandés e italiano con sobretítulos en español? Actores. Dramaturgos. Directores de escena. Periodistas. Artistas. Profesionales de la cultura. Almodóvar. El respetable jurista Antonio Garrigues Walker. En general, gente amantísima del teatro lo suficientemente atenta a la cartelera para conseguir entradas antes de que se agoten. Ochocientas personas en total.
Primera escena, los mensajeros: dos hombres hablan con la cabeza metida el ano de otros dos. Aviso a navegantes: aquí no hay límites, puede pasar de todo. Risas flojas. Empieza a sonar música electrónica a todo volumen y una docena de bailarines saltan al escenario perreando (o haciendo twerking, si alguien sabe la diferencia). Vigorosos, desvergonzados, divertidos, precisos, parecen seres superiores. Eso da confianza: deben aguantar 24 horas. El público, entregado desde el primer segundo, alcanza el primer subidón de adrenalina de la noche. Aparece Dioniso, dios del vino, instigador de la orgía: “Todo hombre necesita un poco de locura”, es el mantra que repetirá hasta el final de la función.
La estética, los textos, las danzas y todas las acciones que se desarrollan en el escenario están impregnadas de esa pizca de locura que proclama Dioniso. Todo va un poco más allá de lo que el pensamiento lógico se permite imaginar. Como en los sueños. El público queda hipnotizado: cada vez que termina una escena, se relame pensando en las sorpresas que traerá la siguiente.
Las primeras tres horas pasan volando, pero el cuerpo pide refuerzos. A las once de la noche hay tortas para conseguir un bocadillo en la cafetería. Todos tienen prisa por volver al patio de butacas. Están desfilando Hécuba, Creonte, Yocasta, Edipo. En muchos momentos el público aúlla, anima a los actores en sus esfuerzos físicos, interactúa con lo que pasa en el escenario. Quiere marcha, aunque empieza a notarse una cierta modorra en el patio de butacas. Ronquidos.
A las dos de la madrugada, después de siete horas ininterrumpidas, llega por fin el primer descanso. Los actores sacan sus sacos de dormir y se tumban en el escenario. Solo cincuenta minutos. Casi todo el público sale en tromba, unos hacia su cama y otros hacia las salas de reposo. Las que tienen colchonetas se llenan en segundos. En las otras hay que acostarse sobre mantas, el suelo está duro, pero eso no importa cuando se tiene mucho sueño.
Muy pocos vuelven cuando los actores retoman la acción. El patio de butacas está semivacío y hasta las siete de la mañana no empiezan a regresar los durmientes. Justo a tiempo para ver uno de los momentos más esperados de la noche: el anunciado fisting (introducción de un puño en un ano). No sucede durante un acto sexual, sino como una metáfora de la locura que invade a Hércules cuando mata a sus hijos. El público aplaude.
Ocho y media de la mañana del sábado, segunda tregua. Esta vez hasta las diez. Ahora la cafetería parece un bar de desayunos en hora punta. Pero los clientes no tienen aspecto de oficinistas, sino de gente que acaba de salir de un after hours y quiere seguir de juerga a pesar de que ya ha amanecido. Hora de despejarse e intercambiar impresiones. A esas alturas todo el mundo resulta familiar y todo el mundo huele mal (excepto los traidores que fueron a ducharse a casa).
Tras la parada, el teatro vuelve a llenarse. Hay entradas y salidas constantes, pero ya todos los habitantes del patio de butacas han aprendido a buscar su sitio en la oscuridad sin molestar. En el escenario se suceden mujeres trágicas: la que asesina a sus hijos, la que mata a su marido, la que llora a su amante, la que entierra a su hermano. La mente se abandona a la tragedia y hay momentos en los que parece vislumbrarse la catarsis.
Un ejemplo: escena de Ifigenia y Clitemnestra girando sobre sí mismas alrededor de Agamenón. El movimiento es suave pero mareante. Así diez o quince minutos. Quizá más, la noción del tiempo se ha perdido. Las bailarinas parecen al límite, el público está sobrecogido. Pero ellas siguen. Y siguen. “Está loco, no pueden más”, grita un espectador refiriéndose al director. Entonces empiezan las palmas. “Venga, ánimo”. Y ellas siguen. Y más palmas. Y siguen. No hay dolor. El pensamiento se nubla, la realidad exterior desaparece. Dejémonos llevar. ¿Será esto la catarsis?
Hay otra pequeña pausa sobre la una de la tarde. A la vuelta todo parece más tranquilo. Electra, Medea, Antígona, Áyax. ¿Están cansados los actores? No, se preparan para la apoteosis final. A media hora de que todo acabe, cae una montaña de arena en el centro del escenario. Por los laterales aparecen unos ventiladores. El público se frota las manos, risitas: ¿qué maligna idea se le habrá ocurrido ahora a Jan Fabre?
Todo se precipita. Varios personajes empiezan a correr sin moverse del sitio recitando una letanía de un triste héroe mientras otros les embadurnan de pintura, brillantina y sangre. El público aúlla. Todos en pie. Otra vez el baile del perreo. Los espectadores se entregan al desenfreno. No hay cansancio. Algunos hacen fotos y vídeos para no olvidar. Almodóvar salta a las primeras filas para grabarlo mejor. Dioniso recuerda: “Todo hombre necesita un poco de locura”. Finalmente, el coro sentencia: “Recupera el poder. Disfruta de tu propia tragedia. Respira, solo respira. E imagínate algo nuevo”. Se desata el delirio colectivo. Quince minutos de aplausos. La catarsis era esto.
14.1.18
De Weiwei a Jansen, los hitos del arte en 2018
Vía La Tercera/Culto.
Por Francisca Gabler
Ai WeiWei. Fotografía vía Corpartes.
El chino Ai Weiwei en CorpArtes y el holandés Theo Jansen en Cerrillos, así como una exhibición con obras de Frida Kahlo, Diego Rivera y Roberto Matta en el Centro Cultural La Moneda encabezan las muestras extranjeras este año. A ellas se suman exposiciones de la fotógrafa Paz Errázuriz y del arquitecto Smiljan Radic.
Acaba de lanzar Human Flow, un documental sobre la actual crisis de los refugiados, filmado -tras dos años de viajes- en más de 20 países: Siria, Afganistán, Grecia, Kenia y México, entre otros. El artista chino Ai Weiwei ha estado así, como muchas otras veces, al centro de la polémica: mientras algunos elogian los impresionantes planos aéreos y la forma en que aporta una visión diferente del problema, otros han alegado lo contrario: que no descubre nada nuevo y apenas parece rozar conversaciones superfluas con las víctimas directas del conflicto. El artista, en cambio, poco después de presentar el filme en el Festival de Venecia, ha manifestado: “Lo que me gustaría decir con esta película es que cada uno de nosotros tenemos que participar del destino del mundo que compartimos. La política nos afecta a todos”.
Con esa nueva controversia rondando sobre quien es considerado una de las figuras más influyentes del mundo del arte, es que en abril llegará Inoculación al Centro Cultural CorpArtes. La muestra, curada por el brasileño Marcello Dantas, constituye una de las retrospectivas más grandes de Weiwei, con obras emblemáticas como Sunflower Seeds, una instalación de más de 100 millones de semillas de porcelana, hechas a mano, esparcidas por primera vez en 2010 en la Tate Modern de Londres, y Bang, un gran montaje que consta de 886 pisos de madera unidos entre sí, expuestos en la Bienal de Venecia de 2013.
A la visita del activista chino se sumará el mismo mes la del holandés Theo Jansen, quien llegará al Centro Nacional Cerrillos para inaugurar, en colaboración con Fundación Mar Adentro, una muestra en torno a sus célebres Strandbeests (bestias de playa): una serie de esculturas cinéticas que imitan esqueletos de animales capaces de caminar usando sólo la fuerza del viento. Meses después, en julio, en el Centro desembarcará Werkén de Bernardo Oyarzún, el envío chileno a la 57ª Bienal de Venecia, que consta de mil máscaras de ceremonias mapuches y letreros led con 6.906 apellidos de la etnia.
La pasada Bienal de Arquitectura de Venecia también estará presente: Unfinished, la versión itinerante del pabellón de España, galardonado recientemente con el León de Oro, llegará el mismo mes de julio al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal. Se trata de una instalación con fotografías de 55 oficinas españolas que han sido capaces de gestar exitosas soluciones arquitectónicas frente a crisis económicas.
Si de muestras colectivas se trata, el MAC presentará desde octubre la exposición 1979 que toma como punto de partida ese año para reunir a un conjunto de autores chilenos -CADA, Eugenio Dittborn, Carlos Leppe, Juan Domingo Dávila, Francisco Brugnoli, Virginia Errázuriz, Raúl Zurita y Ronald Kay, entre otros- que han trabajado en torno a los acontecimientos políticos y sociales de una época en crisis.
Asimismo, una de las colectivas más llamativas será Grandes Artistas Latinoamericanos, que a partir de marzo reunirá en el Centro Cultural La Moneda más de 170 piezas -pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, videos y dibujos- pertenecientes a la colección de la multinacional mexicana FEMSA. Entre los artistas, estarán Frida Kahlo, Diego Rivera, Roberto Matta, David Alfaro Siqueiros, Wilfredo Lam, Nemesio Antúnez, Joaquín Torres García, Alfredo Jaar y Julio le Parc.
El Museo Nacional Bellas Artes (MNBA), en tanto, abrirá su temporada en marzo con No todo lo que brilla, una exposición que bajo la curaduría de Gloria Cortés, presentará a 12 artistas mujeres preseleccionadas para participar en el capítulo chileno del National Museum of Women in the Arts de Nueva York. Algunas de las seleccionadas son Catalina Bauer, Marcela Bugueiro, Isidora Correa, Amelia Errázuriz, Virginia Guilisasti, Livia Marín, Karen Pazán, Rosario Perriello y Alejandra Prieto. Todas ellas presentarán trabajos que exploran el metal desde el cuerpo femenino, el deseo y la maternidad, hasta la crítica a los efectos del neoliberalismo y el consumismo.
El MNBA será también la sede de una de las muestras más esperadas del año: la fotógrafa Paz Errázuriz, Premio Nacional de Artes Plásticas 2017, presentará a partir de junio una retrospectiva organizada en conjunto con la Fundación Mapfre de España, que a través de 170 imágenes -muchas de ellas inéditas-, videos y documentos, dan cuenta de un trabajo de más de 40 años tras el lente.
Galerías y centros culturales
El Museo de Artes Visuales (MAVI) también dedicará exposiciones a artistas nacionales. Entre ellas, destaca la de Enrique Ramírez, quien en junio presentará Un hombre que camina. Se trata de una instalación fílmica realizada en el Salar de Uyuni, a 4.200 metros de altura en Bolivia, donde un bailarín personifica al diablo del altiplano mientras atraviesa las aguas del desierto.
A partir de agosto Artespacio exhibirá una serie de pinturas del neoexpresionista Carlos Maturana, alias Bororo. Dos meses después, en octubre, la galería Patricia Ready exhibirá Cloud’68 del reconocido arquitecto chileno Smiljan Radic. La muestra abordará la arquitectura de movimientos radicales surgidos entre los años 50 y 70 del siglo pasado en Europa, y tendrá como invitado especial al crítico suizo y actual codirector de la Serpentine Gallery de Londres, Hans Ulrich Obrist, quien presentará una serie de entrevistas a los protagonistas de dicha disciplina.
Otras espacios se alistan con exposiciones inéditas en Chile. El Centro Cultural Las Condes, por ejemplo, traerá por primera vez la obra pictórica de Juan Emar, reconocido intelectual del siglo XX, que se inició en la pintura y luego desarrolló una obra literaria de rasgos únicos. Y Galería Macchina de la Escuela de Arte UC, presentará 30 años del taller de cine de Alicia Vega, un proyecto Fondart que pretende difundir el significativo trabajo educativo y artístico realizado entre 1985 y 2015 por la cineasta y docente nacional.
Por Francisca Gabler
Ai WeiWei. Fotografía vía Corpartes.
El chino Ai Weiwei en CorpArtes y el holandés Theo Jansen en Cerrillos, así como una exhibición con obras de Frida Kahlo, Diego Rivera y Roberto Matta en el Centro Cultural La Moneda encabezan las muestras extranjeras este año. A ellas se suman exposiciones de la fotógrafa Paz Errázuriz y del arquitecto Smiljan Radic.
Acaba de lanzar Human Flow, un documental sobre la actual crisis de los refugiados, filmado -tras dos años de viajes- en más de 20 países: Siria, Afganistán, Grecia, Kenia y México, entre otros. El artista chino Ai Weiwei ha estado así, como muchas otras veces, al centro de la polémica: mientras algunos elogian los impresionantes planos aéreos y la forma en que aporta una visión diferente del problema, otros han alegado lo contrario: que no descubre nada nuevo y apenas parece rozar conversaciones superfluas con las víctimas directas del conflicto. El artista, en cambio, poco después de presentar el filme en el Festival de Venecia, ha manifestado: “Lo que me gustaría decir con esta película es que cada uno de nosotros tenemos que participar del destino del mundo que compartimos. La política nos afecta a todos”.
Con esa nueva controversia rondando sobre quien es considerado una de las figuras más influyentes del mundo del arte, es que en abril llegará Inoculación al Centro Cultural CorpArtes. La muestra, curada por el brasileño Marcello Dantas, constituye una de las retrospectivas más grandes de Weiwei, con obras emblemáticas como Sunflower Seeds, una instalación de más de 100 millones de semillas de porcelana, hechas a mano, esparcidas por primera vez en 2010 en la Tate Modern de Londres, y Bang, un gran montaje que consta de 886 pisos de madera unidos entre sí, expuestos en la Bienal de Venecia de 2013.
A la visita del activista chino se sumará el mismo mes la del holandés Theo Jansen, quien llegará al Centro Nacional Cerrillos para inaugurar, en colaboración con Fundación Mar Adentro, una muestra en torno a sus célebres Strandbeests (bestias de playa): una serie de esculturas cinéticas que imitan esqueletos de animales capaces de caminar usando sólo la fuerza del viento. Meses después, en julio, en el Centro desembarcará Werkén de Bernardo Oyarzún, el envío chileno a la 57ª Bienal de Venecia, que consta de mil máscaras de ceremonias mapuches y letreros led con 6.906 apellidos de la etnia.
La pasada Bienal de Arquitectura de Venecia también estará presente: Unfinished, la versión itinerante del pabellón de España, galardonado recientemente con el León de Oro, llegará el mismo mes de julio al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal. Se trata de una instalación con fotografías de 55 oficinas españolas que han sido capaces de gestar exitosas soluciones arquitectónicas frente a crisis económicas.
Si de muestras colectivas se trata, el MAC presentará desde octubre la exposición 1979 que toma como punto de partida ese año para reunir a un conjunto de autores chilenos -CADA, Eugenio Dittborn, Carlos Leppe, Juan Domingo Dávila, Francisco Brugnoli, Virginia Errázuriz, Raúl Zurita y Ronald Kay, entre otros- que han trabajado en torno a los acontecimientos políticos y sociales de una época en crisis.
Asimismo, una de las colectivas más llamativas será Grandes Artistas Latinoamericanos, que a partir de marzo reunirá en el Centro Cultural La Moneda más de 170 piezas -pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, videos y dibujos- pertenecientes a la colección de la multinacional mexicana FEMSA. Entre los artistas, estarán Frida Kahlo, Diego Rivera, Roberto Matta, David Alfaro Siqueiros, Wilfredo Lam, Nemesio Antúnez, Joaquín Torres García, Alfredo Jaar y Julio le Parc.
El Museo Nacional Bellas Artes (MNBA), en tanto, abrirá su temporada en marzo con No todo lo que brilla, una exposición que bajo la curaduría de Gloria Cortés, presentará a 12 artistas mujeres preseleccionadas para participar en el capítulo chileno del National Museum of Women in the Arts de Nueva York. Algunas de las seleccionadas son Catalina Bauer, Marcela Bugueiro, Isidora Correa, Amelia Errázuriz, Virginia Guilisasti, Livia Marín, Karen Pazán, Rosario Perriello y Alejandra Prieto. Todas ellas presentarán trabajos que exploran el metal desde el cuerpo femenino, el deseo y la maternidad, hasta la crítica a los efectos del neoliberalismo y el consumismo.
El MNBA será también la sede de una de las muestras más esperadas del año: la fotógrafa Paz Errázuriz, Premio Nacional de Artes Plásticas 2017, presentará a partir de junio una retrospectiva organizada en conjunto con la Fundación Mapfre de España, que a través de 170 imágenes -muchas de ellas inéditas-, videos y documentos, dan cuenta de un trabajo de más de 40 años tras el lente.
Galerías y centros culturales
El Museo de Artes Visuales (MAVI) también dedicará exposiciones a artistas nacionales. Entre ellas, destaca la de Enrique Ramírez, quien en junio presentará Un hombre que camina. Se trata de una instalación fílmica realizada en el Salar de Uyuni, a 4.200 metros de altura en Bolivia, donde un bailarín personifica al diablo del altiplano mientras atraviesa las aguas del desierto.
A partir de agosto Artespacio exhibirá una serie de pinturas del neoexpresionista Carlos Maturana, alias Bororo. Dos meses después, en octubre, la galería Patricia Ready exhibirá Cloud’68 del reconocido arquitecto chileno Smiljan Radic. La muestra abordará la arquitectura de movimientos radicales surgidos entre los años 50 y 70 del siglo pasado en Europa, y tendrá como invitado especial al crítico suizo y actual codirector de la Serpentine Gallery de Londres, Hans Ulrich Obrist, quien presentará una serie de entrevistas a los protagonistas de dicha disciplina.
Otras espacios se alistan con exposiciones inéditas en Chile. El Centro Cultural Las Condes, por ejemplo, traerá por primera vez la obra pictórica de Juan Emar, reconocido intelectual del siglo XX, que se inició en la pintura y luego desarrolló una obra literaria de rasgos únicos. Y Galería Macchina de la Escuela de Arte UC, presentará 30 años del taller de cine de Alicia Vega, un proyecto Fondart que pretende difundir el significativo trabajo educativo y artístico realizado entre 1985 y 2015 por la cineasta y docente nacional.
13.1.18
Patricia Phelps dona a seis museos 202 obras de arte latinoamericano
Vía El País.
La coleccionista y mecenas venezolana incluye al Reina Sofía con 39 piezas de 12 creadores contemporáneos
Por Ángeles García
Escultura de aluminio de Osías Yanov, donada por Phelps de Cisneros al Reina Sofía.
La colección de Patricia Phelps de Cisneros (Caracas, 1947) esta considerada como la más importante del mundo en fondos latinoamericanos. Sin sede permanente, está repartida entre Nueva York y Caracas y, desde hace décadas, sus obras son imprescindibles en el creciente número de exposiciones que los museos de todas partes dedican al arte americano. Prestadora habitual, durante los dos últimos años había realizado dos importantes donaciones: un centenar de obras al MoMA en 2016 y 119 a cinco museos americanos en 2017. En este comienzo de año acaba de anunciar una nueva donación global de 202 piezas para 6 museos, donde se incluye un solo centro europeo, el Reina Sofía, al que entrega 39 obras firmadas por doce artistas contemporáneos. Los otros espacios beneficiados son todos americanos: El MoMA neoyorquino, con 88 piezas; el Blanton Museum de Texas (Austin), con 45; el Bronx Museum, 12; el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), con 8 y el Museo de Arte de Lima (MALI), con 10.
Desde su domicilio neoyorquino (Phelps de Cisneros vive entre Madrid y Nueva York y disfruta de pasaporte español y venezolano), la coleccionista explica vía telefónica que la decisión de realizar esta gran donación la venía madurando hace tiempo con su esposo, el empresario Gustavo Cisneros. “Cuando nosotros empezamos a coleccionar arte Latinoamericano, nos impusimos como objetivo dar a conocer artistas tan maravillosos como desconocidos en Estados Unidos o en Europa. Poco a poco todo ha cambiado y ahora vemos que la demanda se ha multiplicado en todo el mundo. El público y los organizadores de exposiciones lo estaban exigiendo. De ser un arte que no se mostraba ha pasado a ser reclamado. Era el momento perfecto”.
Considerada como una de las personas más influyentes en el mundo del arte según ArtReview, Patricia Phelps responde que ha incluido al Reina Sofía porque se trata de uno de los museos más importantes del mundo. “Ya en los tiempos de Javier Solana como ministro de Cultura, empecé a colaborar con España con préstamos para diferentes exposiciones. La llegada de Manuel Borja-Villel al museo multiplicó esa relación porque tenemos un mismo sentir sobre el arte de Latinoamérica. Nadie como él, hasta ahora, había prestado tanta atención y potenciado el diálogo entre todos nuestros artistas. No tuve ninguna duda en incluir al Reina, un museo con el que hemos realizado exposiciones, simposios y donde deposité un importante grupo de obras (35) en régimen de comodato en 2013”.
Manuel Borja-Villel, director del Reina, califica la donación de extraordinaria por cuanto el museo podrá ofrecer una visión de Latinoamérica fuera del canon conocido. “Hay varios artistas de los que estábamos buscando obra para comprar por su importancia en esta nueva narración (Claudio Perna, Waltércio Caldas y Jac Leirner). Ellos junto a los más jóvenes forman un regalo inestimable”.
El Reina Sofía ha difundido un comunicado en el que las obras donadas, seleccionadas entre la coleccionista y la dirección del Reina, “abren al Museo nuevos caminos para explorar cómo el campo de la producción artística latinoamericana se ha establecido como un espacio de interpelación social y reflexión histórica durante los últimos cincuenta años. La inclusión en la colección del Reina Sofía va a enriquecer las principales líneas de investigación del Museo. Entendida así, esta importante donación refuerza el mapa de prácticas artísticas que han marcado y siguen marcando el arte latinoamericano”. El museo añade que los doce nombres que integran la donación, pese a la diversidad generacional y el diferente origen geográfico (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, España, Paraguay y Venezuela) conforman un grupo unitario. “Todos ellos comparten cierta mirada excéntrica sobre el relato predominante de la historia del arte y muchos consiguen posicionarse sobre realidades particulares en momentos históricos distintos, entre los que podemos trazar relatos comunes con un planteamiento de nuevos lenguajes artísticos”.
Los artistas elegidos son Feliciano Centurión (San Ignacio, Paraguay 1962-Buenos Aires, Argentina 1996) conocido por sus trabajos con elementos pertenecientes al dominio de la intimidad doméstica; Fernanda Laguna (Buenos Aires, 1972) es también poeta, galerista, editora y escritora que aporta una mirada que atraviesa múltiples temas recurrentes del imaginario femenino, incluyendo el deseo erótico, lo lúdico, la irracionalidad, la expresión queer y la preocupación no panfletaria por lo social. Osías Yanov (Argentina 1980), un creador que alterna la escultura, con la danza, el video y la performance. Del concepto de territorio, entendido como un campo de acción y reflexión, habla la obra de un importante grupo de artistas: Claudio Perna (Milan, Italia, 1938 – Holguín, Cuba, 1997), Alessandro Balteo-Yazbeck (Caracas, Venezuela, 1972) Carlos Motta (Bogotá, Colombia, 1978) Matías Duville (Buenos Aires, Argentina, 1974), Luis Fernando Benedit (Buenos Aires, Argentina, 1937-2011) o Iñigo Manglano-Ovalle (Madrid, España, 1961). El resto de los elegidos son el escultor neo-concretista Waltércio Caldas (Rio de Janeiro, Brasil, 1946), Federico Herrero (San José, Costa Rica, 1978), es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo latinoamericano y Jac Leirner (Sao Paulo, Brasil, 1961) heredera del Constructivismo brasileño del Arte Povera y el Minimalismo.
La coleccionista y mecenas venezolana incluye al Reina Sofía con 39 piezas de 12 creadores contemporáneos
Por Ángeles García
Escultura de aluminio de Osías Yanov, donada por Phelps de Cisneros al Reina Sofía.
La colección de Patricia Phelps de Cisneros (Caracas, 1947) esta considerada como la más importante del mundo en fondos latinoamericanos. Sin sede permanente, está repartida entre Nueva York y Caracas y, desde hace décadas, sus obras son imprescindibles en el creciente número de exposiciones que los museos de todas partes dedican al arte americano. Prestadora habitual, durante los dos últimos años había realizado dos importantes donaciones: un centenar de obras al MoMA en 2016 y 119 a cinco museos americanos en 2017. En este comienzo de año acaba de anunciar una nueva donación global de 202 piezas para 6 museos, donde se incluye un solo centro europeo, el Reina Sofía, al que entrega 39 obras firmadas por doce artistas contemporáneos. Los otros espacios beneficiados son todos americanos: El MoMA neoyorquino, con 88 piezas; el Blanton Museum de Texas (Austin), con 45; el Bronx Museum, 12; el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), con 8 y el Museo de Arte de Lima (MALI), con 10.
Desde su domicilio neoyorquino (Phelps de Cisneros vive entre Madrid y Nueva York y disfruta de pasaporte español y venezolano), la coleccionista explica vía telefónica que la decisión de realizar esta gran donación la venía madurando hace tiempo con su esposo, el empresario Gustavo Cisneros. “Cuando nosotros empezamos a coleccionar arte Latinoamericano, nos impusimos como objetivo dar a conocer artistas tan maravillosos como desconocidos en Estados Unidos o en Europa. Poco a poco todo ha cambiado y ahora vemos que la demanda se ha multiplicado en todo el mundo. El público y los organizadores de exposiciones lo estaban exigiendo. De ser un arte que no se mostraba ha pasado a ser reclamado. Era el momento perfecto”.
Considerada como una de las personas más influyentes en el mundo del arte según ArtReview, Patricia Phelps responde que ha incluido al Reina Sofía porque se trata de uno de los museos más importantes del mundo. “Ya en los tiempos de Javier Solana como ministro de Cultura, empecé a colaborar con España con préstamos para diferentes exposiciones. La llegada de Manuel Borja-Villel al museo multiplicó esa relación porque tenemos un mismo sentir sobre el arte de Latinoamérica. Nadie como él, hasta ahora, había prestado tanta atención y potenciado el diálogo entre todos nuestros artistas. No tuve ninguna duda en incluir al Reina, un museo con el que hemos realizado exposiciones, simposios y donde deposité un importante grupo de obras (35) en régimen de comodato en 2013”.
Manuel Borja-Villel, director del Reina, califica la donación de extraordinaria por cuanto el museo podrá ofrecer una visión de Latinoamérica fuera del canon conocido. “Hay varios artistas de los que estábamos buscando obra para comprar por su importancia en esta nueva narración (Claudio Perna, Waltércio Caldas y Jac Leirner). Ellos junto a los más jóvenes forman un regalo inestimable”.
El Reina Sofía ha difundido un comunicado en el que las obras donadas, seleccionadas entre la coleccionista y la dirección del Reina, “abren al Museo nuevos caminos para explorar cómo el campo de la producción artística latinoamericana se ha establecido como un espacio de interpelación social y reflexión histórica durante los últimos cincuenta años. La inclusión en la colección del Reina Sofía va a enriquecer las principales líneas de investigación del Museo. Entendida así, esta importante donación refuerza el mapa de prácticas artísticas que han marcado y siguen marcando el arte latinoamericano”. El museo añade que los doce nombres que integran la donación, pese a la diversidad generacional y el diferente origen geográfico (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, España, Paraguay y Venezuela) conforman un grupo unitario. “Todos ellos comparten cierta mirada excéntrica sobre el relato predominante de la historia del arte y muchos consiguen posicionarse sobre realidades particulares en momentos históricos distintos, entre los que podemos trazar relatos comunes con un planteamiento de nuevos lenguajes artísticos”.
Los artistas elegidos son Feliciano Centurión (San Ignacio, Paraguay 1962-Buenos Aires, Argentina 1996) conocido por sus trabajos con elementos pertenecientes al dominio de la intimidad doméstica; Fernanda Laguna (Buenos Aires, 1972) es también poeta, galerista, editora y escritora que aporta una mirada que atraviesa múltiples temas recurrentes del imaginario femenino, incluyendo el deseo erótico, lo lúdico, la irracionalidad, la expresión queer y la preocupación no panfletaria por lo social. Osías Yanov (Argentina 1980), un creador que alterna la escultura, con la danza, el video y la performance. Del concepto de territorio, entendido como un campo de acción y reflexión, habla la obra de un importante grupo de artistas: Claudio Perna (Milan, Italia, 1938 – Holguín, Cuba, 1997), Alessandro Balteo-Yazbeck (Caracas, Venezuela, 1972) Carlos Motta (Bogotá, Colombia, 1978) Matías Duville (Buenos Aires, Argentina, 1974), Luis Fernando Benedit (Buenos Aires, Argentina, 1937-2011) o Iñigo Manglano-Ovalle (Madrid, España, 1961). El resto de los elegidos son el escultor neo-concretista Waltércio Caldas (Rio de Janeiro, Brasil, 1946), Federico Herrero (San José, Costa Rica, 1978), es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo latinoamericano y Jac Leirner (Sao Paulo, Brasil, 1961) heredera del Constructivismo brasileño del Arte Povera y el Minimalismo.
La desconocida ruta turística de Chañaral
Vía La Tercera.
Por Christian Palma.
Un trayecto entre la cordillera y el mar de la Región de Atacama que atraviesa el desierto y pasa por antiguas minas, pueblos que alguna vez vivieron en la abundancia y valles escarpados.
Si bien la provincia de Chañaral cuenta con el Parque Nacional Pan de Azúcar, uno de los destinos favoritos de la Región Atacama, esta zona es probablemente la menos explorada por la industria del turismo a pesar de sus paisajes de alto valo cultural y patrimonial que posee.
Por esta razón, el Programa de Planes y Proyectos Urbanos (PPU) de la Universidad Católica busca promover los sitios de interés de esta ruta ubicada entre la cordillera y el mar, a través del proyecto dirigido por el profesor Osvaldo Moreno y los investigadores Tomás Gómez, Ximena Arizaga y Sebastián Palacios.
El viaje comienza en Copiapó, la capital regional, con destino al pequeño poblado de Inca de Oro, a unos 100 kilómetros al norte por la ruta C-17. La carretera está en buen estado y aún se pueden apreciar las tonalidades amarillas y magentas que dejó el desierto florido, flores secas que contrastan -en algunos tramos- con miles de placas solares instaladas en una de las regiones con más irradiación del mundo.
Inca de Oro no tiene más de 400 habitantes, lo que ha contribuido a la preservación, casi intacta, de su arquitectura de principios del siglo XX de casas de un piso de fachada continua y construidas en base a adobe, madera y techos de zinc. Estas viviendas se levantaron en tiempos en que el pueblo era conocido como Cuba y vivía en la abundancia debido al boom de la minería de plata y oro, y tenía 2.324 habitantes, de acuerdo al censo de 1940.
Hoy, el pueblito es tranquilo y silencioso. Por las tardes el sol pega con fuerza y algunos vecinos, los más ancianos, capean el calor en las soleras de sus casas o bajo los pimientos, contando las mismas historias de siempre. Pareciera que los minutos le piden permiso al siguiente para avanzar, como que nunca se termina de despertar de la siesta.
Desde ahí se puede visitar el pasado de este territorio a través de la reconocida ruta minera de Inca de Oro. El guía local Fidel Arancibia, que atiende el almacén Eca, es la persona ideal para mostrar este fascinante recorrido, cuya primera parada es la denominada mina La Cirujana, que funcionó hasta los 80. Es un lugar que quedó suspendido en el tiempo, aún conserva algunas de las viviendas de madera y un peinecillo (estructura de madera que servía para descender y ascender a la mina), típicos de los campamentos de principio del siglo XX. Unos kilómetros más allá está el sector Las Guías, que todavía posee actividad minera, aunque muy disminuida. Ahí destaca la estructura de una antigua escuela de madera que ha soportado por décadas la inclemencia del desierto. Se puede apreciar en los alrededores una gran variedad de objetos antiguos como un camión de los años cincuenta destartalado.
El trayecto continúa hasta la mina Sebastopol, la mejor conservada de todas, que tiene casi intacta la casa del “patrón”, bodegas, un peinecillo con riel y carro, además de una vista panorámica del valle.
La última parada es la emblemática mina Tres Puntas, que funcionó entre los años 1848 y 1922, y produjo grandes cantidades de plata. En sus primeros años, Tres Puntas albergó a cerca de cuatro mil personas que llegaron atraídas por las grandes vetas de plata. Este apogeo duró pocos años y ya en 1920 sólo quedaban 61 personas. Hoy se pueden apreciar las ruinas de lo que fue un gran pueblo minero.
Hacia el noreste de Inca de Oro tomando la ruta C-253, está la Finca de Chañaral, que se emplaza en medio de la quebrada Chañaral Alto y que se caracteriza por sus escarpadas laderas rocosas y un fondo de valle poblado por árboles y arbustos poco comunes en esta parte del desierto.
Los primeros registros de este lugar datan de tiempos prehispánicos, cuando los mensajeros de la civilización inca, o chasquis, lo utilizaban como tambo o lugar de descanso y recarga de agua y comida. La Finca de Chañaral es parte del camino del Inca (Qhapac Ñam) y por lo mismo se pueden ver vestigios incaicos como pinturas rupestres, puntas de flechas y utensilios. Es un verdadero oasis que los antiguos viajeros aprovechaban antes de internarse por el despoblado de Atacama, que iba desde el norte del Valle de Copiapó hasta San Pedro. Según teorías de historiadores de la zona, es altamente probable que allí residiera una guarnición militar a cargo de funcionarios de los señores del Cuzco.
Desde ahí hay dos opciones: seguir rumbo al norte en dirección a la ciudad de Diego de Almagro (unos 40 kilómetros) o continuar por la ruta C-257 que va por la quebrada Chañaral Alto rumbo sureste hasta el sector de Las Vegas, que se caracteriza por la presencia de humedales andinos con abundancia de colas de zorro (cortaderia atacamensis) de gran tamaño que sobresalen en medio de las áridas montañas. Impresiona también la presencia de la quebrada modelada por los recientes aluviones: surcos asombrosos y también peligrosos, por lo que se requiere de la máxima atención y cuidado. Volviendo a Inca de Oro por el camino C-289 es posible detenerse en la Viñita del Desierto a comprar pajarete a don Eliseo, un ermitaño amable, conversador y atento, que produce vino en el desierto hace más de 20 años. Son mostos orgánicos que elabora en pequeñas cantidades, “entre 300 y 400 litros por año”, asegura. Lo hace de manera artesanal, en la hectárea de viñedos que posee y cuya tierra comparte con damascos, membrillos, higos, algunas hortalizas, gallinas, conejos, tres perros y un gato.
Otra alternativa desde Inca de Oro hacia el norte es retomar la ruta C-17 a la ciudad de Diego de Almagro. Desde ahí se recomienda subir a la cordillera de los Andes y el salar de Pedernales. En ese lugar está el ex poblado ferroviario de Llanta, un asentamiento que prestaba servicios de mantención al histórico tren minero que unía la fundición de Potrerillos y el puerto de Barquito y que funcionó hasta el catastrófico aluvión del año 2015. Llanta guarda casi intactos edificaciones destinadas a la mantención del ferrocarril y conserva viviendas, canchas de fútbol y hasta piscinas que fueron construidas para la población que durante años habitó y trabajó prestando servicios al paso del tren.
El camino continúa rumbo al este, utilizando la ruta C-163 que se interna por el valle del río Salado llegando a la cordillera de Domeyko o precordillera de los Andes. Esta formación geológica asombra por sus paisajes, sus colores producto de la presencia de distintos minerales y escarpados acantilados que coronan lo más alto del valle del río Salado. Durante este trayecto es posible ver pequeñas estaciones o túneles hoy abandonados que antes permitieron el paso del tren por las escarpadas laderas de las montañas.
El salar de Pedernales marca el fin de esta ruta y el comienzo del poco explorado mundo altiplánico de esta provincia. El camino que lleva a Pedernales está marcado por la presencia de vegas andinas, antiguas estaciones de ferrocarril y la intersección de los caminos C-163 que sigue el río Salado y la ruta C-13 que conduce al poblado minero de Potrerillos, lugar que posee una arquitectura industrial de gran valor, pero que aún no se puede visitar sin un permiso especial de Codelco. Siguiendo por este camino se puede llegar al paso internacional San Francisco que atraviesa hacia las provincias argentinas de Catamarca, La Rioja y Córdoba.
Si se decide volver a Chañaral, hacia la costa, se encontrará con grandes instalaciones de plantas fotovoltaicas que contrastan con el paisaje desértico, al mismo tiempo que asombran por su aire de revolución tecnológica. El desierto de Atacama es considerado como el lugar con mejor radiación solar en el mundo, característica que ha permitido un desarrollo exponencial de la industria solar. Alrededor de Diego de Almagro se encuentran las plantas solares Chañares (40 MW) y Diego de Almagro (52 MW), la primera planta solar de gran escala construida en Chile.
Por Christian Palma.
Un trayecto entre la cordillera y el mar de la Región de Atacama que atraviesa el desierto y pasa por antiguas minas, pueblos que alguna vez vivieron en la abundancia y valles escarpados.
Si bien la provincia de Chañaral cuenta con el Parque Nacional Pan de Azúcar, uno de los destinos favoritos de la Región Atacama, esta zona es probablemente la menos explorada por la industria del turismo a pesar de sus paisajes de alto valo cultural y patrimonial que posee.
Por esta razón, el Programa de Planes y Proyectos Urbanos (PPU) de la Universidad Católica busca promover los sitios de interés de esta ruta ubicada entre la cordillera y el mar, a través del proyecto dirigido por el profesor Osvaldo Moreno y los investigadores Tomás Gómez, Ximena Arizaga y Sebastián Palacios.
El viaje comienza en Copiapó, la capital regional, con destino al pequeño poblado de Inca de Oro, a unos 100 kilómetros al norte por la ruta C-17. La carretera está en buen estado y aún se pueden apreciar las tonalidades amarillas y magentas que dejó el desierto florido, flores secas que contrastan -en algunos tramos- con miles de placas solares instaladas en una de las regiones con más irradiación del mundo.
Inca de Oro no tiene más de 400 habitantes, lo que ha contribuido a la preservación, casi intacta, de su arquitectura de principios del siglo XX de casas de un piso de fachada continua y construidas en base a adobe, madera y techos de zinc. Estas viviendas se levantaron en tiempos en que el pueblo era conocido como Cuba y vivía en la abundancia debido al boom de la minería de plata y oro, y tenía 2.324 habitantes, de acuerdo al censo de 1940.
Hoy, el pueblito es tranquilo y silencioso. Por las tardes el sol pega con fuerza y algunos vecinos, los más ancianos, capean el calor en las soleras de sus casas o bajo los pimientos, contando las mismas historias de siempre. Pareciera que los minutos le piden permiso al siguiente para avanzar, como que nunca se termina de despertar de la siesta.
Desde ahí se puede visitar el pasado de este territorio a través de la reconocida ruta minera de Inca de Oro. El guía local Fidel Arancibia, que atiende el almacén Eca, es la persona ideal para mostrar este fascinante recorrido, cuya primera parada es la denominada mina La Cirujana, que funcionó hasta los 80. Es un lugar que quedó suspendido en el tiempo, aún conserva algunas de las viviendas de madera y un peinecillo (estructura de madera que servía para descender y ascender a la mina), típicos de los campamentos de principio del siglo XX. Unos kilómetros más allá está el sector Las Guías, que todavía posee actividad minera, aunque muy disminuida. Ahí destaca la estructura de una antigua escuela de madera que ha soportado por décadas la inclemencia del desierto. Se puede apreciar en los alrededores una gran variedad de objetos antiguos como un camión de los años cincuenta destartalado.
El trayecto continúa hasta la mina Sebastopol, la mejor conservada de todas, que tiene casi intacta la casa del “patrón”, bodegas, un peinecillo con riel y carro, además de una vista panorámica del valle.
La última parada es la emblemática mina Tres Puntas, que funcionó entre los años 1848 y 1922, y produjo grandes cantidades de plata. En sus primeros años, Tres Puntas albergó a cerca de cuatro mil personas que llegaron atraídas por las grandes vetas de plata. Este apogeo duró pocos años y ya en 1920 sólo quedaban 61 personas. Hoy se pueden apreciar las ruinas de lo que fue un gran pueblo minero.
Hacia el noreste de Inca de Oro tomando la ruta C-253, está la Finca de Chañaral, que se emplaza en medio de la quebrada Chañaral Alto y que se caracteriza por sus escarpadas laderas rocosas y un fondo de valle poblado por árboles y arbustos poco comunes en esta parte del desierto.
Los primeros registros de este lugar datan de tiempos prehispánicos, cuando los mensajeros de la civilización inca, o chasquis, lo utilizaban como tambo o lugar de descanso y recarga de agua y comida. La Finca de Chañaral es parte del camino del Inca (Qhapac Ñam) y por lo mismo se pueden ver vestigios incaicos como pinturas rupestres, puntas de flechas y utensilios. Es un verdadero oasis que los antiguos viajeros aprovechaban antes de internarse por el despoblado de Atacama, que iba desde el norte del Valle de Copiapó hasta San Pedro. Según teorías de historiadores de la zona, es altamente probable que allí residiera una guarnición militar a cargo de funcionarios de los señores del Cuzco.
Desde ahí hay dos opciones: seguir rumbo al norte en dirección a la ciudad de Diego de Almagro (unos 40 kilómetros) o continuar por la ruta C-257 que va por la quebrada Chañaral Alto rumbo sureste hasta el sector de Las Vegas, que se caracteriza por la presencia de humedales andinos con abundancia de colas de zorro (cortaderia atacamensis) de gran tamaño que sobresalen en medio de las áridas montañas. Impresiona también la presencia de la quebrada modelada por los recientes aluviones: surcos asombrosos y también peligrosos, por lo que se requiere de la máxima atención y cuidado. Volviendo a Inca de Oro por el camino C-289 es posible detenerse en la Viñita del Desierto a comprar pajarete a don Eliseo, un ermitaño amable, conversador y atento, que produce vino en el desierto hace más de 20 años. Son mostos orgánicos que elabora en pequeñas cantidades, “entre 300 y 400 litros por año”, asegura. Lo hace de manera artesanal, en la hectárea de viñedos que posee y cuya tierra comparte con damascos, membrillos, higos, algunas hortalizas, gallinas, conejos, tres perros y un gato.
Otra alternativa desde Inca de Oro hacia el norte es retomar la ruta C-17 a la ciudad de Diego de Almagro. Desde ahí se recomienda subir a la cordillera de los Andes y el salar de Pedernales. En ese lugar está el ex poblado ferroviario de Llanta, un asentamiento que prestaba servicios de mantención al histórico tren minero que unía la fundición de Potrerillos y el puerto de Barquito y que funcionó hasta el catastrófico aluvión del año 2015. Llanta guarda casi intactos edificaciones destinadas a la mantención del ferrocarril y conserva viviendas, canchas de fútbol y hasta piscinas que fueron construidas para la población que durante años habitó y trabajó prestando servicios al paso del tren.
El camino continúa rumbo al este, utilizando la ruta C-163 que se interna por el valle del río Salado llegando a la cordillera de Domeyko o precordillera de los Andes. Esta formación geológica asombra por sus paisajes, sus colores producto de la presencia de distintos minerales y escarpados acantilados que coronan lo más alto del valle del río Salado. Durante este trayecto es posible ver pequeñas estaciones o túneles hoy abandonados que antes permitieron el paso del tren por las escarpadas laderas de las montañas.
El salar de Pedernales marca el fin de esta ruta y el comienzo del poco explorado mundo altiplánico de esta provincia. El camino que lleva a Pedernales está marcado por la presencia de vegas andinas, antiguas estaciones de ferrocarril y la intersección de los caminos C-163 que sigue el río Salado y la ruta C-13 que conduce al poblado minero de Potrerillos, lugar que posee una arquitectura industrial de gran valor, pero que aún no se puede visitar sin un permiso especial de Codelco. Siguiendo por este camino se puede llegar al paso internacional San Francisco que atraviesa hacia las provincias argentinas de Catamarca, La Rioja y Córdoba.
Si se decide volver a Chañaral, hacia la costa, se encontrará con grandes instalaciones de plantas fotovoltaicas que contrastan con el paisaje desértico, al mismo tiempo que asombran por su aire de revolución tecnológica. El desierto de Atacama es considerado como el lugar con mejor radiación solar en el mundo, característica que ha permitido un desarrollo exponencial de la industria solar. Alrededor de Diego de Almagro se encuentran las plantas solares Chañares (40 MW) y Diego de Almagro (52 MW), la primera planta solar de gran escala construida en Chile.
10.1.18
Seis obras que marcaron el desarrollo urbano de Antofagasta en el 2017: hospital, viviendas, parques Croacia, Gran Avenida y Brasil, balneario El Trocadero
Vía El Mercurio de Antofagasta, 30 de diciembre de 2017.
Avances en infraestructura pública.
Sin duda la inauguración del nuevo Hospital Regional, con un financiamiento de US$ 300 millones, lidera las inversiones estatales para mejorar la calidad de vida en la capital regional.
Avances en infraestructura pública.
Sin duda la inauguración del nuevo Hospital Regional, con un financiamiento de US$ 300 millones, lidera las inversiones estatales para mejorar la calidad de vida en la capital regional.
8.1.18
III Seminario Internacional Historia de la Arquitectura Hospitalaria (SIHAH), 9 y 10 de mayo de 2018
III Seminario Internacional Historia de la Arquitectura Hospitalaria
Santiago de Chile, 9 y 10 de mayo de 2018
Recepción de resúmenes hasta el 24 de enero (descargar aquí formato para elaboración de resúmen)
Descargar información de la convocatoria aquí.
La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, ha sido elegida como sede del III Seminario Internacional de Historia de la Arquitectura Hospitalaria, SIHAH a celebrar los próximos 9 y 10 de Mayo 2018.
El encuentro, de ciclo bienal, nace de la colaboración de diferentes académicos representantes de instituciones, nacionales e internacionales. La Facultad de Arquitectura de la Universidad Federal de Río de Janeiro, fue el lugar elegido para la primera edición, la segunda reunión tuvo lugar en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, estando prevista la tercera edición en Santiago de Chile durante mayo 2018 .
El Seminario SIHAH 2018 propone la reunión entre diferentes especialistas en materia de investigación histórica sobre arquitectura hospitalaria, enfoques de valoración, prácticas de intervención, reutilización e integración territorial en su adecuación funcional; generando la difusión de metodolog ías y de aspectos teóricos y prácticos relacionados. El objetivo principal es la puesta en común de las experiencias vinculada al conocimiento e integración de la arquitectura hospitalaria en tanto herencia construida, entendida como bien arquitectónico, urbano, medioambiental y paisajístico.
Los principales temas que se desarrollarán en el Congreso serán:
•Tema 1 - Investigación Histórica en Arquitectura Hospitalaria
•Tema 2 - Actualización de la Arquitectura Hospitalaria. Intervenciones y adecuación funcional.
•Tema 3 - Nuevos enfoques de valoración: Integración territorial institucional y disciplinar
FECHAS:
24 noviembre 2017 - Convocatoria resúmenes
24 enero 2018 - Fecha límite de recepción de resúmenes
30 enero 2018- Informe selección de resúmenes
15 de marzo 2018 - Envío preliminar ponencias
30 de marzo 2018 - Envío definitivo ponencias
15 de abril 2018 - Fecha límite inscripción y recepción de comunicaciones
9 y 10 de mayo 2018 - III SIHAH 2018
Todas las comunicaciones aceptadas, serán publicadas en un Libro de Actas en formato electrónico y las seleccionadas por el comité científico serán sometidas a referato externo para una publicación impresa.
Los resúmenes se recibirán, en idioma español y portugués en formato de ficha adjunta hasta el 24 de enero 2018 al email sihah2018@uchilefau.cl
6.1.18
La recuperación del Vivero Municipal de Antofagasta
Este comienzo de 2018, se han publicado una serie de noticias en torno a la recuperación del Vivero Municipal de Antofagasta como un nuevo espacio público para la ciudadanía. El proyecto es de los arquitectos Luis Valdivieso y Werner Kohnenkamp.
Ilustre Municipalidad de Antofagasta, 3 de enero de 2018:
Con plantación inicial damos el vamos a proyecto de reposición del Vivero Municipal de Antofagasta.
Con pie derecho partió el año 2018 para la Municipalidad de Antofagasta con el inicio de uno de los proyectos más esperados por la comunidad. Se trata de las obras de reposición del Vivero Municipal las cuales buscan entregar un espacio abierto a la comunidad con grandes áreas verdes, un jardín botánico, un anfiteatro, auditorio, un invernadero y bonitos senderos y miradores.
La ejecución de la iniciativa comenzó con la plantación inicial de una de las especies arbóreas que conformarán los 5 mil metros cuadrados de áreas verdes que incluye este proyecto, convirtiéndose en un renovado pulmón para Antofagasta.
La alcaldesa Karen Rojo comento que están “muy contentos de poder iniciar el año 2018 con buenas noticias para la comunidad de Antofagasta como ha sido la tónica de entregar proyectos que vayan en beneficio de toda la comuna en especial del punto de vista familiar hoy día continuamos con la ruta de proyectos que vienen a solucionar la falta de áreas verdes e infraestructura familiar. Hoy sembramos el primer árbol de un proyecto que estamos desarrollando gracias al financiamiento del Gobierno Regional de cerca de 4.200 millones de pesos, el Vivero Municipal”
La primera autoridad comunal señaló además que “este lugar por muchos años estuvo abandonado y producto del tiempo se generó mucho deterioro, además era muy difícil acceder ya sea en vehículo o a pie. Vamos a tener una infraestructura de primer nivel acompañada de un gran mirador, senderos para que la gente transite desde la calle Iquique hasta el paseo del borde costero, vamos a tener extensiones amplias de áreas verdes, equipamientos, lugares de exposiciones para que la gente venga a hacer talleres”.
El proyecto considera la reposición total del vivero municipal, incluye la renovación de las especies arbóreas, construcción de áreas administrativas y zona de exposiciones y/o actividades artísticas culturales. La propuesta arquitectónica está orientada a dar un matiz educativo y contemplativo de la naturaleza, entregando a la comunidad un conocimiento de las especies vegetales a través de herramientas prácticas y charlas sumadas a paseos descriptivos.
Gonzalo Dantagnan, Consejero Regional explicó que “a mí antes me comentaban que esto siempre está cerrado, pareciera que fuera un territorio de nadie y hoy día la Municipalidad ha tomado la decisión a través de su Alcaldesa de abrir este espacio a la comunidad generando conexiones entre el mar y el cerro, colindante a las ferias existentes acá en el sector y creo que esto es lo que la gente necesita y a esto sumamos otras iniciativas que adelanta el Municipio para presentar y recuperar áreas verdes que significa mejor calidad de vida para los habitantes”.
Dentro de las obras anexas se considera también la reposición de los recintos de la Dirección de Medio Ambiente e invernadero municipal y de las dependencias administrativas e invernadero CONAF. La ejecución de esta iniciativa permitirá que un número importante de la región acceda en un ambiente natural y seguro a actividades artísticos culturales gratuitas, mejorando así su calidad de vida.
Los directos beneficiados con el proyecto, entre los que se encuentran los trabajadores del sector, habitantes y apoderados de establecimientos educativos colindantes destacaron la iniciativa y la valoraron. Leandro Müller, de la Vega Central, expresó que “para nosotros como vecinos que estamos al frente es algo maravilloso y fabuloso. Esto va a subir la calidad de vida del sector”.
Por su parte, Karina Cortes, apoderada de la Escuela Ecuador, afirmó que “tener un espacio público con áreas vedes es preponderante para toda la ciudadanía especialmente porque va a haber un lugar donde vamos a poder respirar aire puro y que será un punto de encuentro”.
Dániza Ocaranza de la Junta de Vecinos Salar del Carmen, declaró que “estas obras que se están abriendo son muy buenas y nos muestran otra cara de Antofagasta para que vean que el turismo se potencia sobre todo con esta Alcaldesa que siempre está preocupada por ver lo mejor para la ciudad y que mejor que tener este pulmón verde que tanta falta que nos hace”.
Esta iniciativa cuenta con recursos FNDR por 4.184 millones de pesos aprobados por el Consejo Regional en diciembre de 2016 y su objetivo principal busca abrir este espacio a la comunidad como un espacio familiar, educativo y recreativo, realizando un mejoramiento integral a este recinto emplazado en el sector centro norte de la cuidad desde hace 50 años.
Otras noticias:
TVN, 24 horas, 2 de enero de 2018:
Comenzó la remodelación de vivero municipal en Antofagasta
Ilustre Municipalidad de Antofagasta, 2017:
Reposición del Vivero Municipal inicia proceso de licitación para mejorar más de 5 mil metros cuadrado de áreas verdes.
CREO Antofagasta:
Ciudad Inclusiva: Reposición Parque Vivero Municipal
El Diario de Calama, 23 de diciembre de 2016:
Así quedará el remodelado vivero municipal de Antofagasta
Ilustre Municipalidad de Antofagasta, 3 de enero de 2018:
Con plantación inicial damos el vamos a proyecto de reposición del Vivero Municipal de Antofagasta.
Con pie derecho partió el año 2018 para la Municipalidad de Antofagasta con el inicio de uno de los proyectos más esperados por la comunidad. Se trata de las obras de reposición del Vivero Municipal las cuales buscan entregar un espacio abierto a la comunidad con grandes áreas verdes, un jardín botánico, un anfiteatro, auditorio, un invernadero y bonitos senderos y miradores.
La ejecución de la iniciativa comenzó con la plantación inicial de una de las especies arbóreas que conformarán los 5 mil metros cuadrados de áreas verdes que incluye este proyecto, convirtiéndose en un renovado pulmón para Antofagasta.
La alcaldesa Karen Rojo comento que están “muy contentos de poder iniciar el año 2018 con buenas noticias para la comunidad de Antofagasta como ha sido la tónica de entregar proyectos que vayan en beneficio de toda la comuna en especial del punto de vista familiar hoy día continuamos con la ruta de proyectos que vienen a solucionar la falta de áreas verdes e infraestructura familiar. Hoy sembramos el primer árbol de un proyecto que estamos desarrollando gracias al financiamiento del Gobierno Regional de cerca de 4.200 millones de pesos, el Vivero Municipal”
La primera autoridad comunal señaló además que “este lugar por muchos años estuvo abandonado y producto del tiempo se generó mucho deterioro, además era muy difícil acceder ya sea en vehículo o a pie. Vamos a tener una infraestructura de primer nivel acompañada de un gran mirador, senderos para que la gente transite desde la calle Iquique hasta el paseo del borde costero, vamos a tener extensiones amplias de áreas verdes, equipamientos, lugares de exposiciones para que la gente venga a hacer talleres”.
El proyecto considera la reposición total del vivero municipal, incluye la renovación de las especies arbóreas, construcción de áreas administrativas y zona de exposiciones y/o actividades artísticas culturales. La propuesta arquitectónica está orientada a dar un matiz educativo y contemplativo de la naturaleza, entregando a la comunidad un conocimiento de las especies vegetales a través de herramientas prácticas y charlas sumadas a paseos descriptivos.
Gonzalo Dantagnan, Consejero Regional explicó que “a mí antes me comentaban que esto siempre está cerrado, pareciera que fuera un territorio de nadie y hoy día la Municipalidad ha tomado la decisión a través de su Alcaldesa de abrir este espacio a la comunidad generando conexiones entre el mar y el cerro, colindante a las ferias existentes acá en el sector y creo que esto es lo que la gente necesita y a esto sumamos otras iniciativas que adelanta el Municipio para presentar y recuperar áreas verdes que significa mejor calidad de vida para los habitantes”.
Dentro de las obras anexas se considera también la reposición de los recintos de la Dirección de Medio Ambiente e invernadero municipal y de las dependencias administrativas e invernadero CONAF. La ejecución de esta iniciativa permitirá que un número importante de la región acceda en un ambiente natural y seguro a actividades artísticos culturales gratuitas, mejorando así su calidad de vida.
Los directos beneficiados con el proyecto, entre los que se encuentran los trabajadores del sector, habitantes y apoderados de establecimientos educativos colindantes destacaron la iniciativa y la valoraron. Leandro Müller, de la Vega Central, expresó que “para nosotros como vecinos que estamos al frente es algo maravilloso y fabuloso. Esto va a subir la calidad de vida del sector”.
Por su parte, Karina Cortes, apoderada de la Escuela Ecuador, afirmó que “tener un espacio público con áreas vedes es preponderante para toda la ciudadanía especialmente porque va a haber un lugar donde vamos a poder respirar aire puro y que será un punto de encuentro”.
Dániza Ocaranza de la Junta de Vecinos Salar del Carmen, declaró que “estas obras que se están abriendo son muy buenas y nos muestran otra cara de Antofagasta para que vean que el turismo se potencia sobre todo con esta Alcaldesa que siempre está preocupada por ver lo mejor para la ciudad y que mejor que tener este pulmón verde que tanta falta que nos hace”.
Esta iniciativa cuenta con recursos FNDR por 4.184 millones de pesos aprobados por el Consejo Regional en diciembre de 2016 y su objetivo principal busca abrir este espacio a la comunidad como un espacio familiar, educativo y recreativo, realizando un mejoramiento integral a este recinto emplazado en el sector centro norte de la cuidad desde hace 50 años.
Otras noticias:
TVN, 24 horas, 2 de enero de 2018:
Comenzó la remodelación de vivero municipal en Antofagasta
Ilustre Municipalidad de Antofagasta, 2017:
Reposición del Vivero Municipal inicia proceso de licitación para mejorar más de 5 mil metros cuadrado de áreas verdes.
CREO Antofagasta:
Ciudad Inclusiva: Reposición Parque Vivero Municipal
El Diario de Calama, 23 de diciembre de 2016:
Así quedará el remodelado vivero municipal de Antofagasta
Durante septiembre [de 2017] partirá construcción de la Mega Vega
Vía El Mercurio de Antofagasta, 4 de junio de 2017.
TERMINAL. Proyecto requiere una inversión de $7.000 millones.
En septiembre próximo [del pasado 2017] partirá la construcción del esperado proyecto Mega Vega. Así lo adelantó el presidente de la Sociedad Comercial Vega Central, Leandro Müller, quien junto al intendente Arturo Molina, firmó el decreto de compraventa de las 9,2 hectáreas de terreno donde se emplazará el nuevo terminal agropecuario antofagastino.
La ceremonia realizada ayer -en la cual también participaron los seremis de Bienes Nacionales y Transporte-, marca un hito en el desarrollo de este proyecto que partió hace 11 años, con el objetivo de resolver la demanda de una ciudad en crecimiento y desarrollo.
Según Müller, con la firma de la compraventa del terreno "damos la partida a generar las diversas solicitudes de aprobación por los permisos sectoriales pertinentes, para luego iniciar la construcción del proyecto Parque Logístico Vega Central de Antofagasta, Mega Vega".
Las obras de construcción tienen un plazo de ejecución cercano a los dos años y medio.
La Mega Vega contará con más de 300 locales comerciales y 500 estacionamientos para público. Además, -comentó Müller- consolidará nuevos espacios públicos en la zona que concentra el mayor crecimiento poblacional de la ciudad, ubicado bajo el futuro Parque Urbano La Chimba y al costado norte de la comprometida construcción de viviendas sociales y de sectores medios del sector Chimba Alto, aportando en su conjunto con una clara señal de reconversión al actual vertedero y corralón municipal de Antofagasta.
Inversión
El monto de la inversión que se llevará a cabo en ese sector alcanza las UF 261.500 (casi $7.000 millones), entregará más de 370 puestos de trabajo durante la etapa de construcción, además de 700 plazas directas y 2.100 indirectas en su etapa comercial.
El proyecto considera un sector para el comercio minorista con 129 locales, con superficies que van de 19,80 hasta 64 metros cuadrados y una superficie total de 3.479 metros cuadrados.
Un área denominada Boulevard Comercial, que contempla 18 locales de 64 metros cuadrados, que en su totalidad suman 1.152 metros cuadrados y un sector mayorista con 176 puestos con posturas para tracto camión rampa, para camión acoplado, bodegas tipo galpón con radier y tipo galpón con asfalto, con superficies entre 45,39 y 118,65 metros cuadrados.
Otras noticias pasadas sobre la nueva Vega de Antofagasta:
TVN, 24 Horas, 6 de junio de 2017: En tres meses más comenzará la construcción de la nueva vega de Antofagasta.
SoyAntofagasta, 8 de enero de 2017: La Vega Central de Antofagasta será trasladada al sector norte.
El Nortero, 9 de enero de 2017: Las novedades del mega proyecto que trasladará la Vega Central.
Un antiguo post de este blog:
Mega Vega de Antofagasta, ¿un nuevo proyecto junto al vertedero?
TERMINAL. Proyecto requiere una inversión de $7.000 millones.
En septiembre próximo [del pasado 2017] partirá la construcción del esperado proyecto Mega Vega. Así lo adelantó el presidente de la Sociedad Comercial Vega Central, Leandro Müller, quien junto al intendente Arturo Molina, firmó el decreto de compraventa de las 9,2 hectáreas de terreno donde se emplazará el nuevo terminal agropecuario antofagastino.
La ceremonia realizada ayer -en la cual también participaron los seremis de Bienes Nacionales y Transporte-, marca un hito en el desarrollo de este proyecto que partió hace 11 años, con el objetivo de resolver la demanda de una ciudad en crecimiento y desarrollo.
Según Müller, con la firma de la compraventa del terreno "damos la partida a generar las diversas solicitudes de aprobación por los permisos sectoriales pertinentes, para luego iniciar la construcción del proyecto Parque Logístico Vega Central de Antofagasta, Mega Vega".
Las obras de construcción tienen un plazo de ejecución cercano a los dos años y medio.
La Mega Vega contará con más de 300 locales comerciales y 500 estacionamientos para público. Además, -comentó Müller- consolidará nuevos espacios públicos en la zona que concentra el mayor crecimiento poblacional de la ciudad, ubicado bajo el futuro Parque Urbano La Chimba y al costado norte de la comprometida construcción de viviendas sociales y de sectores medios del sector Chimba Alto, aportando en su conjunto con una clara señal de reconversión al actual vertedero y corralón municipal de Antofagasta.
Inversión
El monto de la inversión que se llevará a cabo en ese sector alcanza las UF 261.500 (casi $7.000 millones), entregará más de 370 puestos de trabajo durante la etapa de construcción, además de 700 plazas directas y 2.100 indirectas en su etapa comercial.
El proyecto considera un sector para el comercio minorista con 129 locales, con superficies que van de 19,80 hasta 64 metros cuadrados y una superficie total de 3.479 metros cuadrados.
Un área denominada Boulevard Comercial, que contempla 18 locales de 64 metros cuadrados, que en su totalidad suman 1.152 metros cuadrados y un sector mayorista con 176 puestos con posturas para tracto camión rampa, para camión acoplado, bodegas tipo galpón con radier y tipo galpón con asfalto, con superficies entre 45,39 y 118,65 metros cuadrados.
Otras noticias pasadas sobre la nueva Vega de Antofagasta:
TVN, 24 Horas, 6 de junio de 2017: En tres meses más comenzará la construcción de la nueva vega de Antofagasta.
SoyAntofagasta, 8 de enero de 2017: La Vega Central de Antofagasta será trasladada al sector norte.
El Nortero, 9 de enero de 2017: Las novedades del mega proyecto que trasladará la Vega Central.
Un antiguo post de este blog:
Mega Vega de Antofagasta, ¿un nuevo proyecto junto al vertedero?
2.1.18
Los detalles de la “súper balsa” con capacidad para 400 personas que tendrá el Balneario Municipal de Antofagasta
Vía El Nortero.
Por Equipo El Nortero
Conoce las características de tendrá la estructura y cuándo será instalada.
La alcaldesa, Karen Rojo, visitó los avances de las obras de construcción de la nueva balsa que será instalada en el Balneario Municipal, cuya medida de 100 metros cuadrados de superficie sobrepasa considerablemente la balsa histórica que por años albergó dicha playa.
“Estamos cumpliendo un compromiso de la comunidad de instalar una balsa muy parecida a la que existía años atrás pero más moderna (…) si Dios quiere y dependiendo de los avances significativos que está haciendo la empresa, esperamos antes del 10 de enero tener instalada la balsa en el Balneario Municipal”, manifestó la autoridad.
SEGURIDAD
Además de las características, que en forma serán muy similares a la antigua balsa, indicó la jefa comunal, la seguridad es un factor preponderante en su construcción para evitar accidentes y/o eventualidades naturales.
Al respecto, la alcaldesa señaló que “una de las cosas que me deja tranquila es que la empresa que hoy está a cargo es especialista en infraestructuras marítimas y por los avances que he supervisado se ve que la seguridad está cubierta”.
INSPECTOR TÉCNICO
El inspector técnico de la DOM de la Municipalidad de Antofagasta, Sergio Collao, reforzó que “los elementos son sólidos de acero naval, mucho más rígidos y más sustentables con el tiempo, no son sólo para flotación o de tránsito liviano. Es decir está habilitado para zonas con olas ya que los dos cilindros bases de la estructura permitirán soportar la balsa y nunca se va a hundir, además de soportar el peso de las personas”, agregó el profesional.
Otra de las particularidades de la nueva infraestructura, es que por primera vez los bañistas contarán con una balsa que soportará más de 30 toneladas, equivalente al peso de unas 400 personas, es decir cuatro personas de 80 kilos cada una por metro cuadrado. Lo que facilita la entretención y espacio de sus futuros usuarios y principalmente otorgará las condiciones de seguridad.
La nueva infraestructura además contará con tachas solares, de manera que estos colecten energía solar en el día y en la noche emitan luz para poder visualizar la balsa, entre otras mejoras que permitirán que Antofagasta cuente con una balsa más grande, cómoda y segura a partir de las primeras semanas de enero.
Por Equipo El Nortero
Conoce las características de tendrá la estructura y cuándo será instalada.
La alcaldesa, Karen Rojo, visitó los avances de las obras de construcción de la nueva balsa que será instalada en el Balneario Municipal, cuya medida de 100 metros cuadrados de superficie sobrepasa considerablemente la balsa histórica que por años albergó dicha playa.
“Estamos cumpliendo un compromiso de la comunidad de instalar una balsa muy parecida a la que existía años atrás pero más moderna (…) si Dios quiere y dependiendo de los avances significativos que está haciendo la empresa, esperamos antes del 10 de enero tener instalada la balsa en el Balneario Municipal”, manifestó la autoridad.
SEGURIDAD
Además de las características, que en forma serán muy similares a la antigua balsa, indicó la jefa comunal, la seguridad es un factor preponderante en su construcción para evitar accidentes y/o eventualidades naturales.
Al respecto, la alcaldesa señaló que “una de las cosas que me deja tranquila es que la empresa que hoy está a cargo es especialista en infraestructuras marítimas y por los avances que he supervisado se ve que la seguridad está cubierta”.
INSPECTOR TÉCNICO
El inspector técnico de la DOM de la Municipalidad de Antofagasta, Sergio Collao, reforzó que “los elementos son sólidos de acero naval, mucho más rígidos y más sustentables con el tiempo, no son sólo para flotación o de tránsito liviano. Es decir está habilitado para zonas con olas ya que los dos cilindros bases de la estructura permitirán soportar la balsa y nunca se va a hundir, además de soportar el peso de las personas”, agregó el profesional.
Otra de las particularidades de la nueva infraestructura, es que por primera vez los bañistas contarán con una balsa que soportará más de 30 toneladas, equivalente al peso de unas 400 personas, es decir cuatro personas de 80 kilos cada una por metro cuadrado. Lo que facilita la entretención y espacio de sus futuros usuarios y principalmente otorgará las condiciones de seguridad.
La nueva infraestructura además contará con tachas solares, de manera que estos colecten energía solar en el día y en la noche emitan luz para poder visualizar la balsa, entre otras mejoras que permitirán que Antofagasta cuente con una balsa más grande, cómoda y segura a partir de las primeras semanas de enero.
1.1.18
Por qué hay que salvar ese edificio tan feo
Vía El País.
Un documental sobre un polémico inmueble de Chicago reflexiona sobre las dificultades de la protección del patrimonio contemporáneo
Por J. A. Aunión
—Entonces, ¿esto es sobre el edificio del Estado de Illinois de Helmut [Jahn]? ¿Qué pasa si lo odio?
—Estamos aquí para averiguar lo que opinas.
—Pues creo que es una mierda.
Así, sin indulgencias de ningún tipo, se expresa el arquitecto Stanley Tigerman en el arranque de un corto documental sobre el Thompson Center, una enorme mole redondeada de 110.000 metros cuadrados de acero y cristal de colores que ocupa desde 1985 un lugar privilegiado del centro de Chicago, una de las ciudades más importantes del mundo para la arquitectura moderna.
Pudiera parecer un arranque contradictorio para un documental —titulado Starship Chicago y dirigido por Nathan Eddy— que en realidad defiende la conservación del edificio, en grave peligro de desaparición si el actual gobernador del Estado consigue, como pretende, venderlo al mejor postor. Sin embargo, no hay contradicción alguna, pues la idea que se transmite —tanto a través de Tigerman como del resto de expertos que expresan su opinión en la cinta— es que los criterios de conservación del patrimonio arquitectónico tienen que estar por encima de los gustos de cada cual, de los cánones estéticos de un momento concreto y también de relaciones simples entre coste y beneficio.
Algo que se torna especialmente peliagudo cuando se trata de obras recientes —demasiado viejas para ser nuevas, pero demasiado modernas para ser antiguas, según ha escrito algún comentarista—, y así lo demuestran polémicas similares ocurridas en todos los rincones del planeta, desde los poblados de colonización de Madrid al Centro Deportivo Cristal Palace de Londres, de los pabellones construidos hace 40 años en el centro de exposiciones Pragati Maidan de Nueva Dheli a la sede del banco de Canadá en Otawa.
En el caso del edificio diseñado por el arquitecto Helmut Jahn en el centro de Chicago, la controversia estuvo presente desde el primer momento en que vio la luz a mediados de los ochenta ese enorme edificio destinado a reunir todas las sedes estatales dispersas por la ciudad. “Egolatría u obra maestra”, titulaban los periódicos. El inmueble llama, ciertamente, la atención. Tiene el exterior completamente acristalado, con una gran curva que une las otras dos fachadas que forman un ángulo recto (de ahí el apelativo de starship, nave espacial), un gran tragaluz y un inmenso atrio interior cilíndrico que deja las oficinas, como pequeñas colmenillas, pegadas a las paredes y atravesadas por ascensores que cuelgan hacia el exterior. Y todo pintado de llamativos por colores azul claro y rojo desvaído, combinado con el blanco. Son los colores de bandera estadounidense, explica el arquitecto, que alude también al cristal y a los espacios abiertos como símbolos de la transparencia del Gobierno.
Si alguien hace una búsqueda sobre el Thompson Center en Google, entre los resultados encontrará numerosas páginas que lo colocan entre los edificios más feos de Chicago. Pero también se consideró horrorosa hace muchos años, por recargada, la arquitectura barroca; y, más recientemente, también se rechazó con violencia el brutalismo (corriente de los años cincuenta, sesenta y setenta basada en el uso de hormigón crudo a la vista), recuerda Susana Landrove, directora de la Fundación Docomomo Ibérico, una organización que se dedica, precisamente, a “estudiar y documentar la arquitectura del movimiento moderno con el fin de lograr su reconocimiento como parte de nuestra cultura del siglo XX, su protección patrimonial y conservación”, dice su página web.
Esos cambios de gustos y de criterios estéticos son los que aconsejan mirar al patrimonio desde una variedad de puntos de vista: además del valor cultural y estético, la autenticidad de los materiales, los valores sociales e históricos, las técnicas constructivas, la repercusión de la construcción en el debate social, en la historia de la arquitectura… “El patrimonio no es algo que exista; es algo que se crea”, dice Landrove.
“El calificativo de feo o bonito frecuentemente es una deriva in-cultural. Es decir, expresión de una carencia de conocimiento y un escaso desarrollo de la sensibilidad perceptiva”, responde el profesor emérito de la Universidad de Sevilla Víctor Pérez Escolano a la pregunta: ¿cómo le explicaría a alguien que hay conservar un edificio que le parece un auténtico horror? “La explicación debe comenzar en las escuelas, previa preparación de los profesores. Y en los medios de comunicación. No tienen por qué gustarnos a todos por igual las mismas obras, pero sí respetar el máximo común denominador de la arquitectura que es testimonio de nuestra contemporaneidad que ha de ser protegido y conservado”. Para Landrove, también es clave una educación general arquitectónica igual que existe en otras artes.
Ambos especialistas ponen ejemplos de polémicas vividas respecto de la conservación del patrimonio reciente, y muchas veces incomprendido, como los poblados de colonización de Madrid; la Casa Guzmán (de Alejandro de la Sota) recientemente derribada por su dueño, el edificio de SEAT en la plaza Cerdá de Barcelona o la antigua Jefatura de Policía de Sevilla.
Esta última, “está protegida y se impidió su demolición, pero constituye la polémica más viva sobre el destino alternativo que no acaba de llegar”, dice Pérez Escolano. De hecho, ese el otro gran problema de estos edificios, cuando su mantenimiento resulta muy caro y ya no sirve para el uso que se concibió según los estándares actuales. Es decir, cuando no solo se cataloga un edificio de esos que no son del gusto general, sino que “encima se gasta dinero público para conservarlos, es cuando llega la tormenta de protestas”, explica Simon Thurley, exresponsable de England Heritage, el organismo que gestiona 400 monumentos y sitios históricos de Inglaterra.
Thurley pone el ejemplo del Centro Deportivo Cristal Palace, en Londres, cuya versión actual se remonta a los años sesenta con el argumento de que tenían carencias muy graves (no tenía bien separadas las instalaciones acuáticas del resto y la piscina ni siquiera cumple con las dimensiones olímpicas) y arreglarlo completamente costaría 40 millones de libras. El anterior alcalde de Londres, Boris Johnson, tenía un plan para el espacio que incluía su demolición, pero finalmente las críticas lo detuvieron.
Para salvar estos edificios, insiste Landrove, es importante encontrarles usos adecuados, que pueden ser nuevos y distintos. “Proteger no significa museificar”, insiste, para la preservación no signifique una carga. En el caso de la nave espacial de Chicago —que hoy funciona a medio gas y necesitaría varios cientos de millones de dólares para arreglar los problemas que le ha provocado la falta de mantenimiento— los expertos que aparecen en el documental proponen que se convierta en centro comercial. O en hotel. Lo que no se puede, dice Tigerman, “es tirar edificios a la ligera; eso es como arrancarte tu propia piel; necesitamos mirar las cosas de forma optimista”.
Un documental sobre un polémico inmueble de Chicago reflexiona sobre las dificultades de la protección del patrimonio contemporáneo
Por J. A. Aunión
Starship Chicago from Nathan Eddy on Vimeo.
—Entonces, ¿esto es sobre el edificio del Estado de Illinois de Helmut [Jahn]? ¿Qué pasa si lo odio?
—Estamos aquí para averiguar lo que opinas.
—Pues creo que es una mierda.
Así, sin indulgencias de ningún tipo, se expresa el arquitecto Stanley Tigerman en el arranque de un corto documental sobre el Thompson Center, una enorme mole redondeada de 110.000 metros cuadrados de acero y cristal de colores que ocupa desde 1985 un lugar privilegiado del centro de Chicago, una de las ciudades más importantes del mundo para la arquitectura moderna.
Pudiera parecer un arranque contradictorio para un documental —titulado Starship Chicago y dirigido por Nathan Eddy— que en realidad defiende la conservación del edificio, en grave peligro de desaparición si el actual gobernador del Estado consigue, como pretende, venderlo al mejor postor. Sin embargo, no hay contradicción alguna, pues la idea que se transmite —tanto a través de Tigerman como del resto de expertos que expresan su opinión en la cinta— es que los criterios de conservación del patrimonio arquitectónico tienen que estar por encima de los gustos de cada cual, de los cánones estéticos de un momento concreto y también de relaciones simples entre coste y beneficio.
Algo que se torna especialmente peliagudo cuando se trata de obras recientes —demasiado viejas para ser nuevas, pero demasiado modernas para ser antiguas, según ha escrito algún comentarista—, y así lo demuestran polémicas similares ocurridas en todos los rincones del planeta, desde los poblados de colonización de Madrid al Centro Deportivo Cristal Palace de Londres, de los pabellones construidos hace 40 años en el centro de exposiciones Pragati Maidan de Nueva Dheli a la sede del banco de Canadá en Otawa.
En el caso del edificio diseñado por el arquitecto Helmut Jahn en el centro de Chicago, la controversia estuvo presente desde el primer momento en que vio la luz a mediados de los ochenta ese enorme edificio destinado a reunir todas las sedes estatales dispersas por la ciudad. “Egolatría u obra maestra”, titulaban los periódicos. El inmueble llama, ciertamente, la atención. Tiene el exterior completamente acristalado, con una gran curva que une las otras dos fachadas que forman un ángulo recto (de ahí el apelativo de starship, nave espacial), un gran tragaluz y un inmenso atrio interior cilíndrico que deja las oficinas, como pequeñas colmenillas, pegadas a las paredes y atravesadas por ascensores que cuelgan hacia el exterior. Y todo pintado de llamativos por colores azul claro y rojo desvaído, combinado con el blanco. Son los colores de bandera estadounidense, explica el arquitecto, que alude también al cristal y a los espacios abiertos como símbolos de la transparencia del Gobierno.
Si alguien hace una búsqueda sobre el Thompson Center en Google, entre los resultados encontrará numerosas páginas que lo colocan entre los edificios más feos de Chicago. Pero también se consideró horrorosa hace muchos años, por recargada, la arquitectura barroca; y, más recientemente, también se rechazó con violencia el brutalismo (corriente de los años cincuenta, sesenta y setenta basada en el uso de hormigón crudo a la vista), recuerda Susana Landrove, directora de la Fundación Docomomo Ibérico, una organización que se dedica, precisamente, a “estudiar y documentar la arquitectura del movimiento moderno con el fin de lograr su reconocimiento como parte de nuestra cultura del siglo XX, su protección patrimonial y conservación”, dice su página web.
Esos cambios de gustos y de criterios estéticos son los que aconsejan mirar al patrimonio desde una variedad de puntos de vista: además del valor cultural y estético, la autenticidad de los materiales, los valores sociales e históricos, las técnicas constructivas, la repercusión de la construcción en el debate social, en la historia de la arquitectura… “El patrimonio no es algo que exista; es algo que se crea”, dice Landrove.
“El calificativo de feo o bonito frecuentemente es una deriva in-cultural. Es decir, expresión de una carencia de conocimiento y un escaso desarrollo de la sensibilidad perceptiva”, responde el profesor emérito de la Universidad de Sevilla Víctor Pérez Escolano a la pregunta: ¿cómo le explicaría a alguien que hay conservar un edificio que le parece un auténtico horror? “La explicación debe comenzar en las escuelas, previa preparación de los profesores. Y en los medios de comunicación. No tienen por qué gustarnos a todos por igual las mismas obras, pero sí respetar el máximo común denominador de la arquitectura que es testimonio de nuestra contemporaneidad que ha de ser protegido y conservado”. Para Landrove, también es clave una educación general arquitectónica igual que existe en otras artes.
Ambos especialistas ponen ejemplos de polémicas vividas respecto de la conservación del patrimonio reciente, y muchas veces incomprendido, como los poblados de colonización de Madrid; la Casa Guzmán (de Alejandro de la Sota) recientemente derribada por su dueño, el edificio de SEAT en la plaza Cerdá de Barcelona o la antigua Jefatura de Policía de Sevilla.
Esta última, “está protegida y se impidió su demolición, pero constituye la polémica más viva sobre el destino alternativo que no acaba de llegar”, dice Pérez Escolano. De hecho, ese el otro gran problema de estos edificios, cuando su mantenimiento resulta muy caro y ya no sirve para el uso que se concibió según los estándares actuales. Es decir, cuando no solo se cataloga un edificio de esos que no son del gusto general, sino que “encima se gasta dinero público para conservarlos, es cuando llega la tormenta de protestas”, explica Simon Thurley, exresponsable de England Heritage, el organismo que gestiona 400 monumentos y sitios históricos de Inglaterra.
Thurley pone el ejemplo del Centro Deportivo Cristal Palace, en Londres, cuya versión actual se remonta a los años sesenta con el argumento de que tenían carencias muy graves (no tenía bien separadas las instalaciones acuáticas del resto y la piscina ni siquiera cumple con las dimensiones olímpicas) y arreglarlo completamente costaría 40 millones de libras. El anterior alcalde de Londres, Boris Johnson, tenía un plan para el espacio que incluía su demolición, pero finalmente las críticas lo detuvieron.
Para salvar estos edificios, insiste Landrove, es importante encontrarles usos adecuados, que pueden ser nuevos y distintos. “Proteger no significa museificar”, insiste, para la preservación no signifique una carga. En el caso de la nave espacial de Chicago —que hoy funciona a medio gas y necesitaría varios cientos de millones de dólares para arreglar los problemas que le ha provocado la falta de mantenimiento— los expertos que aparecen en el documental proponen que se convierta en centro comercial. O en hotel. Lo que no se puede, dice Tigerman, “es tirar edificios a la ligera; eso es como arrancarte tu propia piel; necesitamos mirar las cosas de forma optimista”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)