Por Claudio Galeno-Ibaceta sobre la interacción del arte con la arquitectura, desde Antofagasta y el Norte Grande de Chile. By Claudio Galeno-Ibaceta about the interaction between art and architecture, from Antofagasta and the Large North of Chile.
15.6.18
LUPA: luz y paisaje. Exposición colectiva. Balmaceda Arte Joven. Sala de Arte Fundación Minera Escondida, del 7 de junio al 6 de julio, 2018
Desde el 7 de junio al 6 de julio la Fundación Minera Escondida y Balmaceda Arte Joven, presentan la exposición colectiva: LUPA, luz y paisaje.
La muestra curada por Jorge Wittwer Mulet reúne artistas modernos y contemporáneos.
En el acceso a la exposición se presentan una serie de postales históricas de Antofagasta a inicios del siglo XX, en las cuales se puede apreciar la intensidad del paisaje mediante las montañas y el mar.
Enfrentando esas postales, una serie de pinturas de la Pinacoteca de la Universidad Católica del Norte, detienen su mirada en el paisaje nortino. La selección reúne obras modernas de Nicolás González Paredes, Ovidio Guzmán, Lola Contreras, Jorge Flores Naveas y Osvaldo Ventura López. Esta breve selección representa de forma muy clara la vitalidad fauvista de los pintores modernos de la generación de los años 40 a lo 60 en Antofagasta. Esta parte de la muestra es como el título, luz y paisaje, entre los cuales destaca la poco conocida Lola Contreras.
En la sala principal se exponen una serie de obras contemporáneas: un video de Alejandro García, una enorme pintura de Juan Salva, fotografías nocturnas de Víctor Burgos, pinturas de Luis Núñez, una instalación sonora de Fernanda Fábrega, fotografías intervenidas de Carlos Riveros, y una serie de pinturas de Alicia Guzmán. Juntas promueven diálogos, estimulados por la pieza más vanguardista, los sonidos urbanos de Fábrega.
14.6.18
AMPLIACIÓN DE PLAZO PARA RESÚMENES AL 25 DE JUNIO / VI Seminario Docomomo-Chile, Valdivia. Patrimonio y sustentabilidad. De la ciudad al territorio. 14, 15 y 16 de noviembre de 2018 Campus de la Isla Teja - Universidad Austral de Chile
El VI Seminario Docomomo Chile se realizará en Valdivia y estará enfocado al análisis y debate sobre la situación y sustentabilidad del patrimonio moderno, de las diversas manifestaciones que ha tenido en el nivel regional, durante el siglo XX, así como de sus alternativas de preservación.
Bajo el tema central “Patrimonio y sustentabilidad: de la ciudad al territorio” esta sexta versión del seminario nacional de Docomomo-Chile tiene como propósito continuar el análisis sobre la arquitectura y el urbanismo moderno, iniciado en los anteriores seminarios, realizados en Santiago (2005), Antofagasta (2007), Valparaíso (2009), Concepción (2012) y Santiago (2014).
INVITACIÓN
La VI versión del seminario DOCOMOMO Chile se desarrollará los días 14, 15 y 16 de noviembre de 2018, en el Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Chile, el cual, es organizado por el Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la misma casa de estudios a través del programa Taller Sur Global, el cual nace originalmente el año 2003 en una instancia de debate y conversación al incorporar diversas disciplinas interactuantes con la arquitectura y el urbanismo sostenible, todo esto con la idea de otorgar un espacio de difusión y producción de conocimiento por medio de un diálogo transdisciplinario que ampliaría el horizonte cultural y profesional de académicos y estudiantes; en conjunto con el Centro de Patrimonio Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Se invitan a profesionales en ejercicio, estudiantes de postgrado e investigadores en arquitectura y urbanismo, así como de disciplinas relacionadas, a presentar investigaciones, estudios, proyectos y análisis críticos relacionados con algunos de los siguientes ejes temáticos:
1.- Patrimonios modernos y regiones: historias, experiencias y utopías.
2.- Trascendencias regionales del patrimonio moderno: arquitecturas modernas emblemáticas en contextos locales.
3.- Conjuntos patrimoniales y obras relevantes, aproximaciones al re-uso adaptativo. 4.- Patrimonio moderno urbano y rural, territorio y paisaje.
5.- Buenas prácticas de conservación, gestión y proyecto sobre el patrimonio moderno. 6.- Situación actual del patrimonio moderno, sustentabilidad, valoración y perspectivas.
Considerando que la aproximación principal del seminario es amplia y abierta a una visión interdisciplinaria, las presentaciones se pueden enfocar hacia: aspectos teóricos e históricos del patrimonio moderno y los procesos urbanos y rurales; análisis de edificios, barrios o conjuntos modernos; valoración del patrimonio moderno; evaluación de cómo la arquitectura moderna ha respondido a los requerimientos frente a las condiciones regionales y las posibilidades de recuperación y/o conservación en contextos locales y regionales.
ENVIO Y SELECCIÓN DE TRABAJOS
Los investigadores interesados en participar en el VI Seminario DOCOMOMO Chile, deben enviar un resumen con el formato que se indica a continuación:
• Título del trabajo.
• Nombre completo del o los autores, afiliación institucional, dirección postal, número de teléfono, y dirección de correo electrónico.
• Palabras clave: se incorporarán 5 palabras clave.
• Indicación temática: Señalar el eje específico al que adscribe el trabajo.
• Origen del trabajo: investigación académica (proyectos de iniciación y otros de investigación científica, tesis de maestría o doctorado); trabajos de investigación individual o de grupo (indicando tipo de apoyo o fuente de financiamiento FONDECYT, FONDART, entre otros); institucional (trabajo generado por universidades, organismos públicos, direcciones de obras municipales, secretarias ministeriales y servicios públicos o instituciones privadas); proyecto de restauración o intervención.
• Resumen: Descripción del trabajo en una extensión máxima de 300 palabras, conteniendo información sobre los objetivos, métodos y resultados obtenidos.
• Dos imágenes representativas.
• Currículum resumido (máximo de 50 palabras) del o los autores,
El texto debe ser presentado en formato digital (word), escrito con fuente Arial 12. Se podrá insertar un máximo de 2 imágenes (planos o fotografías) en una segunda página del documento. Los trabajos deberán enviarse como archivo anexo a la dirección de correo electrónico: docomomo.valdivia.2018@gmail.com
La fecha límite de envío de los resúmenes es el 25 de Junio de 2018. PLAZO AMPLIADO
LOS TRABAJOS SELECCIONADOS SERÁN PUBLICADOS EN UN LIBRO DE ARTÍCULOS, CON COMITÉ INTERNACIONAL Y NACIONAL.
Comité Científico Internacional
Ana Tostões (Instituto Superior Técnico - Universidade de Lisboa-- docomomo International) Louise Noelle (Universidad Nacional Autónoma de México- docomomo México)
Horacio Torrent (Pontificia Universidad Católica de Chile -docomomo Chile)
Carlos Eduardo Comas (Universidade Federal do Rio Grande do Sul - docomomo Brasil) Claudia Costa Cabral (Universidade Federal do Rio Grande do Sul - docomomo Brasil) Renato Gama-Rosa Costa (Fundação Oswaldo Cruz - docomomo Brasil)
Raul Monterroso (Universidad de San Carlos de Guatemala - docomomo Guatemala) Ana Carolina Pellegrini (Universidade Federal do Rio Grande do Sul -- docomomo Brasil) Marta Peixoto (Universidade Federal do Rio Grande do Sul - docomomo Brasil) Fernando Pérez (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile)
Ivan San Martín (Universidad Nacional Autónoma de México- docomomo México) Andrés Tellez (Colombia - docomomo Chile)
Ruth Verde Zein (Universidade Presbiteriana Mackenzie -- docomomo Brasil) Paulo Dam (Pontificia Universidad Católica de Perú)
Ricardo Daza (Universidad Nacional de Colombia) Reynaldo Lesgard (Pontificia Universidad Católica de Perú) Ana Esteban Maluenda (Universidad Politécnica de Madrid)
Comité Científico Nacional.
Tirza Barría (Universidad Austral de Chile - docomomo Chile)
Umberto Bonomo (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Gonzalo Cerda (Universidad del Bio Bio)
Macarena Cortes (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Humberto Eliash (Universidad de Chile -docomomo Chile)
Jorge Ferrada (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso) Claudio Galeno (Universidad Católica del Norte - docomomo Chile) Andrés Horn (Universidad Austral de Chile)
Ivan Ivelic (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso)
Hugo Mondragón (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Maria Dolores Muñoz (Universidad de Concepción - docomomo Chile)
José de Nordenflycht (Universidad de Playa Ancha)
José Rosas Vera (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Virginia Vásquez (Universidad Austral de Chile)
Antonio Zumelzu (Universidad Austral de Chile)
Comité organizador
Tirza Barría (Universidad Austral de Chile - docomomo Chile)
Horacio Torrent (Pontificia Universidad Católica de Chile -docomomo Chile) Antonio Zumelzu (Universidad Austral de Chile)
Virginia Vásquez (Universidad Austral de Chile)
Macarena Cortes (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Verónica Esparza (Universidad San Sebastián – docomomo Chile)
Carolina Ihle (Universidad Austral de Chile)
Umberto Bonomo (Pontificia Universidad Católica de Chile - docomomo Chile) Más información en: docomomo.valdivia.2018@gmail.com
RECEPCIÓN DE TRABAJOS FINALES:
25 de junio 2018 PLAZO AMPLIADO RECEPCIÓN RESÚMENES
15 de junio 2018 Límite para envío de resúmenes
10 de julio 2018 Notificación de aceptaciones
01 de septiembre 2018 Recepción de trabajos finales
14 de noviembre 2018 Inicio del Seminario Nacional
Los costos asociados para su participación en la VI versión del Seminario DOCOMOMO CHILE son los siguientes: Ponentes (en cualquier categoría)
• General: $50.000
• Miembros Docomomo: $35.000
• Estudiantes en general: $25.000
7.6.18
CPAM 2018, Coloquio paisajes arquitectónicos modernos en el cono sur andino, 1930-1970. Programa
CPAM 2018, Coloquio paisajes arquitectónicos modernos en el cono sur andino, 1930-1970.
Universidad de Chile / Universidad Arturo Prat, 7-8 de junio de 2018
Programa
7 de junio / día 1
Apertura
9:00 Recepción
9:30-9:40
Palabras inaugurales, Pablo González Antezana, Director Arquitectura, Universidad Arturo Prat
9:30-10:30
Exposición inaugural
Claudio Galeno Ibaceta, Universidad Católica del Norte
Los Colectivos de la Caja de Seguro Obrero y Luciano Kulczewski en el Norte Grande de Chile, 1939-1942.
Sesión 1
Moderador: Víctor Valenzuela Grollmus
10:45-11:10
La administración modélica de Luciano Kulczewski al mando de la Caja de Seguro Obrero y los casos de Arica e Iquique.
Ronald Harris, responsable Fondart 413244, Universidad de Chile
11:15-11:40
La producción arquitectónica de la Caja del Seguro Obrero
Alicia Campos Gajardo, co-investigadora Fondart 413244, Universidad de Chile
11:45-12:10
Para interrogar la retórica mesiánica del higienismo moderno: el discurso de Luciano Kulczewski en el Primer Congreso Panamericano de Vivienda Popular (1939)
Daniel González Erices, co-investigador Fondart 413344, Universidad de Chile, Columbia University
12:15-13:00
Discusión
13:10-14:50
Receso
Sesión 2
Moderador Ronald Harris
15:00-15:25
La construcción del paisaje moderno en Iquique, 1929-1975
Víctor Valenzuela, Universidad Arturo Prat
15:30-15:55
Forma lineal orgánica: fuerza moderna del paisaje y de la exploración arquitectónica en el "conjunto armónico" Habitacional Gran Vía, Antofagasta
Francisca Araya Fuentes, Universidad Católica del Norte
16:00-16:25
Arquitectura moderna doméstica en San Juan, Argentina: puesta en valor
Militza Laciar y Adriana Potenzoni, Universidad Nacional de San Juan
16:30-17:30
Discusión
8 de junio / día 2
Sesión 3
Moderador Alicia Campos
10:00-10:25
El paisaje de la vivienda colectiva moderna en Valparaíso (1936-1976) entre la racionalización de su arquitectura y la producción de sus representaciones sociales
Mario Ferrada Aguilar, Universidad de Chile
10:30-10:55
El modelo habitacional de los cerros de Valparaíso: la aplicación de conceptos globales con elementos locales
Pablo Millán, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
11:00-11:25
La segunda vía
Nicolás Verdejo, Universidad Finis Terrae
11:30-12:20
Discusión
12:20
Observaciones finales, Daniel González Erices
Universidad de Chile / Universidad Arturo Prat, 7-8 de junio de 2018
Programa
7 de junio / día 1
Apertura
9:00 Recepción
9:30-9:40
Palabras inaugurales, Pablo González Antezana, Director Arquitectura, Universidad Arturo Prat
9:30-10:30
Exposición inaugural
Claudio Galeno Ibaceta, Universidad Católica del Norte
Los Colectivos de la Caja de Seguro Obrero y Luciano Kulczewski en el Norte Grande de Chile, 1939-1942.
Sesión 1
Moderador: Víctor Valenzuela Grollmus
10:45-11:10
La administración modélica de Luciano Kulczewski al mando de la Caja de Seguro Obrero y los casos de Arica e Iquique.
Ronald Harris, responsable Fondart 413244, Universidad de Chile
11:15-11:40
La producción arquitectónica de la Caja del Seguro Obrero
Alicia Campos Gajardo, co-investigadora Fondart 413244, Universidad de Chile
11:45-12:10
Para interrogar la retórica mesiánica del higienismo moderno: el discurso de Luciano Kulczewski en el Primer Congreso Panamericano de Vivienda Popular (1939)
Daniel González Erices, co-investigador Fondart 413344, Universidad de Chile, Columbia University
12:15-13:00
Discusión
13:10-14:50
Receso
Sesión 2
Moderador Ronald Harris
15:00-15:25
La construcción del paisaje moderno en Iquique, 1929-1975
Víctor Valenzuela, Universidad Arturo Prat
15:30-15:55
Forma lineal orgánica: fuerza moderna del paisaje y de la exploración arquitectónica en el "conjunto armónico" Habitacional Gran Vía, Antofagasta
Francisca Araya Fuentes, Universidad Católica del Norte
16:00-16:25
Arquitectura moderna doméstica en San Juan, Argentina: puesta en valor
Militza Laciar y Adriana Potenzoni, Universidad Nacional de San Juan
16:30-17:30
Discusión
8 de junio / día 2
Sesión 3
Moderador Alicia Campos
10:00-10:25
El paisaje de la vivienda colectiva moderna en Valparaíso (1936-1976) entre la racionalización de su arquitectura y la producción de sus representaciones sociales
Mario Ferrada Aguilar, Universidad de Chile
10:30-10:55
El modelo habitacional de los cerros de Valparaíso: la aplicación de conceptos globales con elementos locales
Pablo Millán, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
11:00-11:25
La segunda vía
Nicolás Verdejo, Universidad Finis Terrae
11:30-12:20
Discusión
12:20
Observaciones finales, Daniel González Erices
4.6.18
Lanzamiento del libro "Espesores de lo Actual". Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, el día jueves 14 de junio a las 18.00 Hrs
Invitan al lanzamiento del libro "Espesores de lo Actual" (editorial LOM) correspondiente al Segundo Encuentro Nacional de Teoría e Historia de la Arquitectura.
La actividad se llevará a cabo en la Sala MIDa de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, el día jueves 14 de junio a las 18.00 Hrs.
En la oportunidad, comentarán el libro los profesores Daniela Álvarez (Usach) y Daniel Opazo (U. de Chile).
Breve resumen del libro en la página de editorial LOM.
Espesores de lo actual
Beatriz Navarrete (compiladora)
Espesores de lo actual: prácticas y debates para la Teoría e Historia de la Arquitectura nos propone una mirada amplia sobre distintas problemáticas abordadas desde estas disciplinas por académicos e investigadores de las Escuelas de Arquitectura en Chile.
Los textos compilados son el resultado del Segundo Encuentro Nacional de Teoría e Historia de la Arquitectura, y en ellos sus autores establecen vínculos con el diseño, el arte, la filosofía y la enseñanza de la arquitectura, entre otros. En las reflexiones expuestas, se instalan debates y no verdades, admitiendo que nuestra realidad contemporánea está constituida por diversos planos de intervención, lo que plantea la necesidad de apertura a otras disciplinas para interrogar a la Arquitectura. El conjunto de ensayos intenta mostrar esa diversidad, aquella que, en Chile, vemos reflejada en el desafío que implica enseñar la Arquitectura.
Espesores de lo actual viene a reforzar la importancia vital de materializar el pensamiento escrito como obra, además de apoyar la imprescindible circulación de la reflexión crítica latinoamericana. También pretende estimular y colaborar en la observación de nuestras formas de vida al momento de repensar los territorios que habitamos.
Por qué los hombres dejaron de usar faldas, tacones y pelucas
Vía Verne/El País.
En la corte de Luis XIV había pocas cosas tan importantes como lucir tacones rojos
Jaime Rubio Hancock 29 ENE 2018 - 09:56 CET
Luis XIV con taconazos rojos en un retrato de Hyacinthe Rigaud (1701)
Los tacones fueron un símbolo de estatus para los hombres antes de que los llevaran las mujeres. Lo explica la historiadora Maude Bass-Krueger en un artículo publicado en Google Arts & Culture en el que repasa la historia de este accesorio y que se ha leído y compartido estos días. Además, no es la única prenda que llevaban hombres y que ahora se considera propia de la moda femenina: a lo largo de la historia, también han llevado faldas y maquillaje. ¿Por qué dejaron de hacerlo?
En su texto, Bass-Krueger recuerda que los primeros en llevar tacones fueron los jinetes persas en el siglo X, para mantener las botas en los estribos con más facilidad. En el siglo XVII, la moda de los tacones llegó a los aristócratas europeos, donde se convirtió en símbolo de virilidad y poder militar. La autora se detiene en Luis XIV: “Durante su reinado, cuanto más altos y más rojos eran los tacones, más poderoso era quien los llevaba”. El rey solo permitía los tacones de este color a las personas más cercanas.
En el siglo XVIII los tacones llegan al calzado femenino y acaban rebasando en altura al masculino. Con la Revolución Francesa desaparece el tacón para hombres, ya que se asociaba a la aristocracia. Pero no del todo, como aún se aprecia en algunos modelos de botas.
Federico Antelo Granero, profesor de Historia de la Indumentaria en el Centro Superior de Diseño IED Madrid, recuerda a Verne que hombres y mujeres hemos compartido a lo largo de la historia muchas de las prendas y complementos que hoy consideramos mayoritariamente femeninos: “Desde el antiguo Egipto hay pelucas, maquillaje, faldas, túnicas…”. También ha pasado con colores: el rosa no siempre fue un tono femenino y el azul no siempre se identificó con lo masculino.
Túnicas, togas y faldas
Las faldas llevan años apareciendo en los desfiles de moda masculina. “Pero no solo en la pasarela -apunta a Verne Elvira González, del Museo del Traje de Madrid-, depende de la tradición, cultura y costumbres de cada lugar”.
También eran habituales en otras épocas: egipcios, griegos, romanos y aztecas llevaban túnicas, togas y faldas, al ser fáciles de fabricar y de llevar. Los pantalones se usaban sobre todo para montar a caballo.
A partir del siglo XIV ya empieza a haber “una diferencia en la confección de prendas para uno u otro sexo”, como escribe Giorgio Riello en Breve historia de la moda. La mayor diversificación también lleva a que la moda se convierta “en un instrumento de rivalidad social” dentro de “una sociedad fuertemente jerarquizada”.
Aun así, los hombres aún no se pasan exclusivamente al pantalón, como muestra el hecho de que en 1701 el zar Pedro I aprobara una ley que obligaba a todos los hombres rusos a llevar pantalones, con la excepción de granjeros y clérigos.
Fragmento de 'La familia de Felipe V', de Jean Ranc (1723)
Seda, pelucas y maquillaje
Durante los siglos XVII y XVIII y, sobre todo, durante el Rococó francés, la indumentaria es especialmente vistosa y decorada. Para ambos sexos, pero sobre todo para las clases acomodadas. El escritor británico Tobias Smollet, citado por Riello, escribía que en París, un inglés que quisiera parecer respetable tenía que sufrir una “metamorfosis total”, y lucir grandes pelucas y trajes de seda con bordados, en lugar de las prendas de lana y franela que se llevaban en Inglaterra.
Y no menciona el maquillaje: igual que la falda, recientemente se han comercializado líneas de maquillaje para hombres, pero a lo largo de la historia encontramos ejemplos de su uso por parte de hombres y mujeres. Por ejemplo, en el antiguo Egipto se usaba el kohl en ojos y párpados, además de maquillaje de ocre rojo para labios y mejillas; en el siglo I d.C. los hombres romanos también se aplicaban pigmento rojo a las mejillas, y en la Francia de los siglos XVII y XVIII se puso de moda no solo el maquillaje, sino también los lunares postizos. Luis XIII ya había popularizado las pelucas, tras quedarse calvo en la veintena (bien jugado, Luis). Además, cubrían la tiña, los piojos y la suciedad. Se empezaron a empolvar en el siglo siguiente, el XVIII.
Durante el Rococó también se llevó el rosa, como se puede ver en estos retratos de Luis XVI. No era una excepción: el rosa se asociaba al rojo, el color de la sangre y del vigor, mientras que el azul se veía más delicado y amable. Como ya hemos contado en Verne, hasta la Primera Guerra Mundial el color más habitual para los bebés era el blanco, no los tonos pastel de rosa y azul. Y después y hasta mediados de siglo, el más habitual para los niños era precisamente el rosa.
La cárcel de la moda femenina
Por supuesto, esto no quiere decir que las sociedades en las que los hombres llevaban falda o tacones fueran más igualitarias. “Para nada”, subraya Antelo, que vuelve al ejemplo del Rococó: “La indumentaria masculina siempre ha subrayado su papel social, mientras que a la mujer se la ha limitado incluso a través de la vestimenta”. En el caso de esta época, Antelo compara los enormes vestidos y corsés que dificultaban la movilidad de las mujeres a “una cárcel”.
Es más, el uso de encajes, sedas, calzado con tacón, maquillaje y demás por parte de los hombres no suponía la adopción de un rasgo femenino, sino la voluntad de manifestar su estatus. Todas estas prendas estaban asociadas a la masculinidad y al poder. Y es que, como apunta Antelo, la moda refleja la sociedad. Por eso no es de extrañar que, tras el exceso del Rococó y con la Revolución Francesa, se sustituyera el satén por el algodón y se redujera el uso de corsés, entre otros cambios, “con cierta intención de generar igualdad y de borrar las fronteras de clases”.
El dandi y el hombre contemporáneo
En el siglo XIX el pantalón queda por completo identificado como prenda moda masculina. Y no solo la los pantalones: como explica Antelo, la moda contemporánea masculina es heredera de este periodo.
Caricatura de George Bryan Brummell (1805)
Con la aparición del dandi británico, “que surgió como respuesta al modelo anterior, al Rococó de la corte de Versalles”, se comienza a construir “una visión de la masculinidad que ha ido perdurando desde entonces”. Esta nueva tendencia considera que “la elegancia masculina está en la simpleza o la sencillez, aunque si se analiza esta estética, en realidad incluye mucha etiqueta y muchas normas sobre colores, prendas, horas del día, ocasiones…”.
El centro de la moda occidental deja de ser Francia para pasar a ser Inglaterra, sobre todo con su traje de tres piezas. Estos trajes, escribe Riello, son de colores oscuros: negro, gris, marrón verdes oscuros... Desaparecen los colores vistosos, las sedas y los bordados. El dandi no predica el exceso, sino la moderación. El inglés George Bryan Brummell, considerado el arquetipo de este movimiento, escribía que si alguien se giraba para mirarte “es que no vas bien vestido, tu atuendo es demasiado rígido, demasiado sobrio, demasiado a la moda”.
¿Llevaremos falda otra vez?
La moda masculina contemporánea hace décadas que va más allá del traje de tres piezas. Hay más variedad de prendas, accesorios y colores. Pero no parece fácil que volvamos a llevar falda, por mucho que aparezcan de vez en cuando en las pasarelas y, como el verano pasado, en algunas protestas, tanto de trabajadores de transporte franceses como de estudiantes británicos.
El cambio en sentido inverso sí es más habitual: las mujeres no han tenido inconveniente en adoptar prendas masculinas, como en el caso del pantalón. “Se ha asociado al hombre con el poder en todos los ámbitos -dice Antelo-, por lo que cuando una mujer adoptaba estas prendas se entendía como un mensaje de empoderamiento positivo”. En cambio, “si un hombre adoptase ciertos colores o materiales que aún se asocian a lo frágil, a lo que necesita protección, muchos lo seguirían interpretando como un mensaje de debilidad”.
Al respecto, Antelo recuerda los intentos de introducir el maquillaje para hombres: “Recuerdo una línea de maquillaje masculino que se promocionaba hace unos años diciendo que no se notaba. Pero, claro, ¿para qué debería un hombre maquillarse y que no se le note?”. Ha habido excepciones, claro, como David Bowie. Pero no todos somos David Bowie.
Antelo no cree que hombres y mujeres vayamos a vestir igual: “Es posible que veamos cambios en colores, estampados y materiales, pero las morfologías de hombres y mujeres son muy diferentes”. Eso sí, la moda seguirá cambiando, a medida que cambie la sociedad. “Es similar al arte: puedes analizar la sociedad a través de la indumentaria”.
En la corte de Luis XIV había pocas cosas tan importantes como lucir tacones rojos
Jaime Rubio Hancock 29 ENE 2018 - 09:56 CET
Luis XIV con taconazos rojos en un retrato de Hyacinthe Rigaud (1701)
Los tacones fueron un símbolo de estatus para los hombres antes de que los llevaran las mujeres. Lo explica la historiadora Maude Bass-Krueger en un artículo publicado en Google Arts & Culture en el que repasa la historia de este accesorio y que se ha leído y compartido estos días. Además, no es la única prenda que llevaban hombres y que ahora se considera propia de la moda femenina: a lo largo de la historia, también han llevado faldas y maquillaje. ¿Por qué dejaron de hacerlo?
En su texto, Bass-Krueger recuerda que los primeros en llevar tacones fueron los jinetes persas en el siglo X, para mantener las botas en los estribos con más facilidad. En el siglo XVII, la moda de los tacones llegó a los aristócratas europeos, donde se convirtió en símbolo de virilidad y poder militar. La autora se detiene en Luis XIV: “Durante su reinado, cuanto más altos y más rojos eran los tacones, más poderoso era quien los llevaba”. El rey solo permitía los tacones de este color a las personas más cercanas.
En el siglo XVIII los tacones llegan al calzado femenino y acaban rebasando en altura al masculino. Con la Revolución Francesa desaparece el tacón para hombres, ya que se asociaba a la aristocracia. Pero no del todo, como aún se aprecia en algunos modelos de botas.
Federico Antelo Granero, profesor de Historia de la Indumentaria en el Centro Superior de Diseño IED Madrid, recuerda a Verne que hombres y mujeres hemos compartido a lo largo de la historia muchas de las prendas y complementos que hoy consideramos mayoritariamente femeninos: “Desde el antiguo Egipto hay pelucas, maquillaje, faldas, túnicas…”. También ha pasado con colores: el rosa no siempre fue un tono femenino y el azul no siempre se identificó con lo masculino.
Túnicas, togas y faldas
Las faldas llevan años apareciendo en los desfiles de moda masculina. “Pero no solo en la pasarela -apunta a Verne Elvira González, del Museo del Traje de Madrid-, depende de la tradición, cultura y costumbres de cada lugar”.
También eran habituales en otras épocas: egipcios, griegos, romanos y aztecas llevaban túnicas, togas y faldas, al ser fáciles de fabricar y de llevar. Los pantalones se usaban sobre todo para montar a caballo.
A partir del siglo XIV ya empieza a haber “una diferencia en la confección de prendas para uno u otro sexo”, como escribe Giorgio Riello en Breve historia de la moda. La mayor diversificación también lleva a que la moda se convierta “en un instrumento de rivalidad social” dentro de “una sociedad fuertemente jerarquizada”.
Aun así, los hombres aún no se pasan exclusivamente al pantalón, como muestra el hecho de que en 1701 el zar Pedro I aprobara una ley que obligaba a todos los hombres rusos a llevar pantalones, con la excepción de granjeros y clérigos.
Fragmento de 'La familia de Felipe V', de Jean Ranc (1723)
Seda, pelucas y maquillaje
Durante los siglos XVII y XVIII y, sobre todo, durante el Rococó francés, la indumentaria es especialmente vistosa y decorada. Para ambos sexos, pero sobre todo para las clases acomodadas. El escritor británico Tobias Smollet, citado por Riello, escribía que en París, un inglés que quisiera parecer respetable tenía que sufrir una “metamorfosis total”, y lucir grandes pelucas y trajes de seda con bordados, en lugar de las prendas de lana y franela que se llevaban en Inglaterra.
Y no menciona el maquillaje: igual que la falda, recientemente se han comercializado líneas de maquillaje para hombres, pero a lo largo de la historia encontramos ejemplos de su uso por parte de hombres y mujeres. Por ejemplo, en el antiguo Egipto se usaba el kohl en ojos y párpados, además de maquillaje de ocre rojo para labios y mejillas; en el siglo I d.C. los hombres romanos también se aplicaban pigmento rojo a las mejillas, y en la Francia de los siglos XVII y XVIII se puso de moda no solo el maquillaje, sino también los lunares postizos. Luis XIII ya había popularizado las pelucas, tras quedarse calvo en la veintena (bien jugado, Luis). Además, cubrían la tiña, los piojos y la suciedad. Se empezaron a empolvar en el siglo siguiente, el XVIII.
Durante el Rococó también se llevó el rosa, como se puede ver en estos retratos de Luis XVI. No era una excepción: el rosa se asociaba al rojo, el color de la sangre y del vigor, mientras que el azul se veía más delicado y amable. Como ya hemos contado en Verne, hasta la Primera Guerra Mundial el color más habitual para los bebés era el blanco, no los tonos pastel de rosa y azul. Y después y hasta mediados de siglo, el más habitual para los niños era precisamente el rosa.
La cárcel de la moda femenina
Por supuesto, esto no quiere decir que las sociedades en las que los hombres llevaban falda o tacones fueran más igualitarias. “Para nada”, subraya Antelo, que vuelve al ejemplo del Rococó: “La indumentaria masculina siempre ha subrayado su papel social, mientras que a la mujer se la ha limitado incluso a través de la vestimenta”. En el caso de esta época, Antelo compara los enormes vestidos y corsés que dificultaban la movilidad de las mujeres a “una cárcel”.
Es más, el uso de encajes, sedas, calzado con tacón, maquillaje y demás por parte de los hombres no suponía la adopción de un rasgo femenino, sino la voluntad de manifestar su estatus. Todas estas prendas estaban asociadas a la masculinidad y al poder. Y es que, como apunta Antelo, la moda refleja la sociedad. Por eso no es de extrañar que, tras el exceso del Rococó y con la Revolución Francesa, se sustituyera el satén por el algodón y se redujera el uso de corsés, entre otros cambios, “con cierta intención de generar igualdad y de borrar las fronteras de clases”.
El dandi y el hombre contemporáneo
En el siglo XIX el pantalón queda por completo identificado como prenda moda masculina. Y no solo la los pantalones: como explica Antelo, la moda contemporánea masculina es heredera de este periodo.
Caricatura de George Bryan Brummell (1805)
Con la aparición del dandi británico, “que surgió como respuesta al modelo anterior, al Rococó de la corte de Versalles”, se comienza a construir “una visión de la masculinidad que ha ido perdurando desde entonces”. Esta nueva tendencia considera que “la elegancia masculina está en la simpleza o la sencillez, aunque si se analiza esta estética, en realidad incluye mucha etiqueta y muchas normas sobre colores, prendas, horas del día, ocasiones…”.
El centro de la moda occidental deja de ser Francia para pasar a ser Inglaterra, sobre todo con su traje de tres piezas. Estos trajes, escribe Riello, son de colores oscuros: negro, gris, marrón verdes oscuros... Desaparecen los colores vistosos, las sedas y los bordados. El dandi no predica el exceso, sino la moderación. El inglés George Bryan Brummell, considerado el arquetipo de este movimiento, escribía que si alguien se giraba para mirarte “es que no vas bien vestido, tu atuendo es demasiado rígido, demasiado sobrio, demasiado a la moda”.
¿Llevaremos falda otra vez?
La moda masculina contemporánea hace décadas que va más allá del traje de tres piezas. Hay más variedad de prendas, accesorios y colores. Pero no parece fácil que volvamos a llevar falda, por mucho que aparezcan de vez en cuando en las pasarelas y, como el verano pasado, en algunas protestas, tanto de trabajadores de transporte franceses como de estudiantes británicos.
El cambio en sentido inverso sí es más habitual: las mujeres no han tenido inconveniente en adoptar prendas masculinas, como en el caso del pantalón. “Se ha asociado al hombre con el poder en todos los ámbitos -dice Antelo-, por lo que cuando una mujer adoptaba estas prendas se entendía como un mensaje de empoderamiento positivo”. En cambio, “si un hombre adoptase ciertos colores o materiales que aún se asocian a lo frágil, a lo que necesita protección, muchos lo seguirían interpretando como un mensaje de debilidad”.
Al respecto, Antelo recuerda los intentos de introducir el maquillaje para hombres: “Recuerdo una línea de maquillaje masculino que se promocionaba hace unos años diciendo que no se notaba. Pero, claro, ¿para qué debería un hombre maquillarse y que no se le note?”. Ha habido excepciones, claro, como David Bowie. Pero no todos somos David Bowie.
Antelo no cree que hombres y mujeres vayamos a vestir igual: “Es posible que veamos cambios en colores, estampados y materiales, pero las morfologías de hombres y mujeres son muy diferentes”. Eso sí, la moda seguirá cambiando, a medida que cambie la sociedad. “Es similar al arte: puedes analizar la sociedad a través de la indumentaria”.
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