Vía Timeline.
La obra escultórica fue parte de los proyectos que conmemoran el bicentenario del país. Sin embargo, a un mes de que se inaugurara, falló la bomba de agua y con el tiempo presentó más problemas. El último gran mantenimiento ocurrió en el 2014, desde entonces, las placas de cobre han sido robadas y el monumento en el que se invirtieron casi $180 millones permanece sin cuidado.
El Hilo de Agua es una obra escultórica que fue construida en el 2010 en pleno corazón de Antofagasta como parte de los proyectos que conmemoraron el bicentenario de la independencia chilena. Levantada como un legado para futuras generaciones, las dos torres de 25 metros de alto junto a un hilo de agua de unos 80 metros permanecen en completo abandono. Las placas de cobre que luce la estructura son objeto de constantes robos y dejan al descubierto la madera que reviste el hormigón de la estructura, una que nunca logró transformarse en un punto turístico de referencia integrado al sector del Barrio Histórico. En este contexto, actores locales consideran que, si el monumento ya está emplazado en la ciudad, solo queda hacerse cargo de él.
La escultura es un “Hito Bicentenario” de Antofagasta y fue seleccionada en el Concurso Internacional de Proyectos del 2009, por un jurado compuesto por autoridades locales y representantes del mundo patrimonial. A través de la Ley de Donaciones Culturales, la compañía Altonorte entregó $150 millones para su construcción, la que se desarrolló en el bandejón central de la costanera en el centro de la comuna. Su entrega ocurrió en junio del 2010, cuando los trabajos todavía no habían finalizado, pero ya estaban en pie las dos torres de hormigón armado de 25 metros de alto, revestidas de cobre y que se emplazan dentro de una pileta por donde corre un canal de agua.
Sin embargo, un mes después de que la obra finalizara, la bomba que debía ejecutar la circulación de agua e impulsar la pileta, acción que supuestamente tenía que apreciarse mejor durante las noches, presentó problemas y desde entonces el concepto completo quedó en abandono.
En el 2014 se realizó la primera y última gran intervención para tratar de rescatar el “Hilo de Agua”, luego de cuatro años sin mantenimiento. Ese año, la Municipalidad de Antofagasta informó que la misma empresa facilitó otros $25 millones para reparaciones y que cuando finalizaran, estaría a cargo de su cuidado. Aquello contempló el revestimiento de la cerámica y cobre, la renovación de más de 1.300 palmetas y también la instalación eléctrica para el cambio de reloj, un nuevo cableado, reposición de focos y el remplazo de lámparas en mal estado. Además, se estableció la reparación de la bomba para que el agua circulara en la parte superior de la pileta.
Pero con el tiempo la suciedad apareció en las placas de cobre, nuevas fallas ocurrieron y el agua quedó estancada, el sector pasó a ser utilizado por necesidad de personas en situación de calle y comenzó la sustracción de las láminas de metal rojo, dejando al aire la madera de la estructura.
El arquitecto y académico de la Universidad Católica del Norte, Claudio Galeno, cree que el monumento se hizo de una forma improvisada. “De hecho, cuando se estuvo construyendo las terminaciones eran bastante malas. Recuerdo perfectamente el proceso, son dos placas de hormigón y estaban llenas de nidos y después las revistieron en madera, luego en cobre y nunca funcionó muy bien. En general, en ese momento se notó un poco esta improvisación, porque además fue simultáneo con la instalación de la bandera. Fue un poco impuesto, hecho a la rápida y mal hecho, porque recuerdo que nunca vi el tema del agua funcionando perfectamente”, aseguró.
Rescatar el monumento
Sobre si debe salvarse este hito, Galeno señaló que “ya está ahí”. En ese sentido, indicó que debería rediseñarse parte del monumento en sus terminaciones, ya que el revestimiento en cobre siempre será un problema al momento de su preservación. “Puede buscarse alguna solución constructiva que no se vea constantemente afectada por estos robos (de cobre)”, afirmó.
Desde su especialidad, el arquitecto sostuvo que siempre le incomodó el monumento, porque de pronto que aparecieron dos piezas en altura, una frente a la otra, la bandera y el hilo. “Creo que era uno u otro, pero no ambos elementos juntos. He visto monumentos que funcionan con los dos hitos verticales juntos y si están bien terminados, tienen interés, pero este revestimiento de cobre no estuvo bien. No soy muy fanático del presidente Carlos Ibáñez, pero su monumento en Arica también tiene dos elementos verticales y sí está bien hecho. Las terminaciones son impecables y a pesar de que no es una idea nueva, todo tiene que ver con cómo está ejecutada”, apuntó.
Paula Celis, consejera regional del Partido de la Gente, recordó que cuando inauguraron la obra se planteó como un legado para las futuras generaciones. Por eso es partidaria de que ese compromiso se mantenga con la ciudad y darle la atención necesaria para que realmente sea un monumento que le dé valor a Antofagasta. “Para detener los robos de las planchas quizás se podría poner algún tipo de vigilancia o un cerco que no afecte a la obra escultórica”, dijo.
El consejero regional UDI, Dagoberto Tillería, lamentó que la parte de abajo del hito ya no tiene láminas de cobre y que las sustracciones ya avanzaron hacia los elementos en altura. Tillería era concejal en la época que fue construido el hilo y manifestó que era un buen proyecto simbólico para el bicentenario, pero que “la gente no lo relacionó con hito importante de la ciudad, no estuvo iluminado y no corría una gota de agua, que era lo principal, el espíritu del proyecto”.
La idea, continuó, era que la estructura, frente al Muelle Histórico, se transformara en un punto de atracción turístico junto a la bandera, pero desde el inicio quedó abandonado y nadie asumió su mantenimiento de forma sostenida.
“Creo que no se cumplió el objetivo porque la comunidad no se identifica con el Hilo de Agua porque nunca sintieron que estuviera terminado, el sistema de agua nunca funcionó. En ese sector lo más importante es el Muelle Histórico, el resto no. Era una obra para el Bicentenario en un lugar donde se buscaba reflejar ese hito, pero no funcionó como la ciudad lo esperaba”, advirtió el consejero regional. Y explicó que quien tenga su cuidado a cargo puede postular un proyecto de mejoramiento a fondos del Gobierno Regional, ya que ese sector completo de la ciudad debe ponerse en valor.
Pablo Toloza, exintendente de Antofagasta, coincidió
que el monumento debe ser restaurado y conservado, agreando que no no
solo hay que el Hilo de Agua, sino todos los monumentos que de la
región.
“Lo que ocurre con el Hilo de Agua es una muestra palpable de cómo está nuestra ciudad y región, en un total abandono. Es
lamentable que existiendo recursos, las autoridades no puedan trabajar
en conjunto para mejorar la calidad de vida de las personas que vivimos
en Antofagasta. La ciudadanía pide y exige mejor calidad de
vida, más áreas verdes, paseos y lo que veo es solo peleas y nada de
gestión. Hago un llamado a las autoridades, déjense de pelear y póngase a
trabajar”, emplazó.
Eslayne Portilla, exconsejero regional, tiene una opinión diferente y sostuvo que el tema tiene dos aristas. La primera es por qué el proyecto nunca funcionó como se había planteado y si ello tuvo algún responsable. El otro aspecto es el vandalismo que sufre con el robo de las placas de cobre, hecho en el que las autoridades actuales tienen que determinar la manera de resguardar la obra.
“Pudo ser una buena idea, pero no puede dejarse públicamente porque se destruye. Se habló mucho del tema del cobre, de estas láminas que cubrían el monumento, del agua, pero la comunidad nunca lo entendió, no lo hizo parte suya tampoco. Y hoy esto pasa por una realidad social, insistir en eso es perder plata, tenemos otras necesidades más urgentes, como la seguridad”, remarcó.