11.8.18

Intento de matización y precisiones a un atropello de Luis Barragán

Vía Informador México.


La fotografía que se integra en la columna corresponde a la única obra “firmada” físicamente por Barragán. El letrero de bronce está en la fachada de las casas dúplex del Parque México, en la ciudad del mismo nombre.

Por: Juan Palomar

El Mago, don Alfredo Vázquez, y su mujer, doña Luz Barragán, eran un matrimonio talentosísimo. Tenían dos casas maravillosas: la de Guadalajara, en Robles Gil, y Madero, esquina nororiente, y en la calle de Hidalgo 251 en Chapala. Ambas exquisitas, llenas de muebles preciosos y antigüedades y jardines espléndidos.

Luis Barragán era hermano de doña Luz. Y se fue a vivir a México en 1936. Pero regresaba eventualmente a casa de su hermana. A la casa de Guadalajara, y a la de Chapala. Esta última está situada en la falda del cerro de la Cruz, sobre un predio de más de media hectárea. En 1940, el trío de talentosos realizan allí una espléndida casa y un jardín importantísimo para la historia de la arquitectura mexicana y universal: el jardín del Mago. Ya se explicó en la columna de ayer el porqué de esta afirmación. Ver: "Para escándalo barraganesco, este sí vale la pena: el jardín del Mago en Chapala ahora en destrucción".


Garden at Mago Vazquez House, Chapala, Jalisco, 1940, by Luis Barragan Photograph by Sebastian Saldivar. Fuente: Pinterest.

Además, hacia 1955, Barragán recibió la comisión, por parte del Banco Internacional Inmobiliario, de hacer Jardines del Bosque. Al efecto, el arquitecto e ingeniero Barragán contrató a otro ingeniero tapatío para ser su asociado local: Yves Palomar Loriot de la Salle. Este señor era mi padre. Por él (fuente primaria) supe que LB se había acondicionado un departamento en la casa de Madero para poder estar viniendo, y que además intervino, otra vez junto con su cuñada y hermano, esa casa. La propiedad tenía un jardín estupendo con inconfundibles muros barraganescos y un estanque, una pérgola con jazmines y una entrada en pancoupé con otro infalible sello de LB: una puerta de sabino o parota con una reja con postigo por donde el que pasaba podía gozar parte de los jazmines (experiencia personal por muchos años).

Desgraciadamente esa casa fue vendida por los dueños originales y los posteriores propietarios la han maltratado atrozmente sin que el INBA haga tampoco el mínimo esfuerzo por protegerla, a pesar de que es desde 1991 del dominio público la autoría de la obra. El jardín de los muros y el estanque, por su parte, fue destruido años antes para levantar un pavoroso y muy alarmante edificito de interés social que allí puede apreciarse al día de hoy.

Para aportar más datos sobre la autoría de estas obras se transcriben las siguientes fuentes secundarias, ampliamente editadas, publicadas y distribuidas en América, Europa y Japón son, por lo menos, seis:

Luis Barragán, Obra Construida; José Álvarez Checa y Manuel Ramos Guerra; introducción de Octavio Paz. Junta de Andalucía-FATLB, Sevilla 1989.

Cartel-catálogo obra Luis Barragán en Jalisco; Juan Palomar y Alejandra Sube; Artes de México- FATLB, 1991.

Luis Barragán; José María Buendía, Juan Palomar, Guillermo Eguiarte; Prólogo de Álvaro Siza. Ed. Reverté, Barcelona-FATLB, Guadalajara, 1994, 2001, 2013.

Luis Barragán, Obra completa; Jorge Gamboa de Buen, Juan Palomar et al; introducción de Álvaro Siza. Editorial Tanáis, Madrid-Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México-FATLB, Guadalajara, 1994.

Barragán, l´espace et l’ombre, le mur et la couleur; Danièle Pauly; Ed. Birkhäuser, Basilea, Boston, Berlín-FATLB, Guadalajara, 2002.

No son pocas fuentes, ni muy recientes. La solvencia de quienes participan me imagino que acabará de quitar las dudas. La fundación suiza (Barragan (sic) Foundation) no conoce estas obras -Casas y jardines del Mago- por obvia distancia geográfica y cultural.

En el libro de Pauly, página 76, hay una nota a pie de página que transcribo: “D’après Alfredo Teio (sic) Vázquez, fils du propiétaire (….) Luis Barragán réalise la transformation du jardin vers 1940”. (Fuente primaria).

Vamos a ver si la razón, la cordura y el patrimonio logran prevalecer en el caso de estas dos obras del arquitecto más importante que este país y esta ciudad han dado. Las autoridades y los propietarios tienen la palabra (y este espacio, si lo ocupan).

jpalomar@informador.com.mx

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