11.1.20

La polémica intervención contemporánea: Homenaje a la Historia del Salitre, de Carlos Costa, en la Ruta 16, tramo Pozo Almonte y Rotonda del Pampino.

Vía Comisión Nemesio Antúnez (MOP).

Región de Tarapacá, 2017
Artista: Carlos Costa
Materiales: Pino Oregón
Emplazamiento: Ruta 16, tramo Pozo Almonte- Rotonda del Pampino en Iquique



​El proyecto consiste en dos estructuras de pino Oregón que se emplazan sobre el bandejón central de la autopista 16, nuevo acceso a Iquique, en el primer retorno del DM. 26.500 de dicha ruta. Cada estructura de 60 mts de largo y 9 metros de altura, se encuentran distanciada entre sí por 48 mts.



La fundamentación del proyecto señala que este muro es un gesto que divide el territorio y hace referencia a los conceptos de historia y contrahistoria. La historia como relato que segrega dejando a la luz una parte y a la sombra otra, y la contrahistoria que transita por la vía opuesta. En este caso, la historia del progreso bienestar y desarrollo asociado al salitre y la historia que se identifica con la pobreza, la injusticia social y sufrimiento de sus trabajadores. Esta historia produce una fisura en la noción hegemónica del poder y es precisamente lo que quiere dejar en evidencia este proyecto, un contramonumento a la historia del salitre.



Esta propuesta plantea también la inserción de un elemento exógeno que materialmente se instala para significar el territorio, como noción inversa a lo vernáculo. Esto último tiene relación con las construcciones tanto de las oficinas salitreras como de la misma ciudad de Iquique, donde la madera aparece como material principal –material extraño al territorio- y la idea de que (según Rivera letelier) el pampino es gente que en su mayoría emigró del sur de Chile para trabajar el salitre.



Los conceptos que fundan este proyecto se trasladan directamente sobre el territorio, consolidando un gesto fuerte y elocuente que lo resignifica, alejándose de la lógica de la alegoría y la representación.​



La polémica:

Vía Edición Cero.



Pampinos no aprueban atentado incendiario, sin embargo daños a la «obra» que pretendía homenajearlos «no nos duele ni apena»

Sentimientos encontrados produjo en Sara Benavides González, histórica dirigente pampina, el atentado incendiario que sufrió la millonaria estructura que se construyó para rendir un homenaje a los pampinos, iniciativa, que “jamás nos representó y que más bien fue un agravio para nosotros. La obra surgió en el 2017, luego que el MOP llamara a licitación, por 400 millones de pesos, asociado a la empresa concesionaria de la autopista a Humberstone.

Dijo Sara Benavides, que en lo personal y también a nivel de la comunidad pampina, no aprueban ningún acto vandálico y de destrucción, como lo ocurrido con la estructura en la Carretera. Sin embargo el atentado incendiario pone nuevamente en el tapete el hecho que si licitó una obra, sin que los pampinos fueran consultados.

En efecto, la obra, que se escogió tras una licitación, se denomina «Homenaje al Salitre», de autoría del artista Carlos Costa, alcanzó una inversión de $400 millones de pesos, cifra que a los pampinos les parece que nada tiene que ver con el sentido de lo que fue la vida en la pampa ni con el costo millonario para lo que es la estructura. Se presentaron 90 propuestas las que fueron analizadas por un jurado de 12 personas donde los pampinos tuvieron cero participación.

“Se dice que es un homenaje a la pampa, entonces no entendemos cómo no consultaron a los pampinos, a nosotros que vivimos y trabajamos en la pampa. Por eso consideramos que esa “obra” es un agravio y un desatino”, explica Benavides.

Añade que cuando se enteró de la noticia del intento incendiario “no sentí dolor ni pena, porque con esa supuesta obra, una estructura sin sentido, nos agraviaron. Creo que más bien fue una burla y no un homenaje a la pampa y los pampinos”.

NO NOS REPRESENTA

Cabe recordar que en diciembre de 2017, cuando los pampinos viajaron a una de sus actividades en la Salitrera Humberstone, hicieron un alto y se bajaron en la carretera para desplegar un cartel frente a la estructura de madera y provistos de un cartel en el que se leía “No nos representa. Escuchen la voz de los hijos de a pampa”.

Los pampinos, dolidos y molestos, improvisaron una intervención, buscando clavos en el suelo y pegaron el cartel en la estructura. Al rato fue retirado. “Me lo fueron a dejar a mi casa -recuerda Sara Benavides-, es decir, no permaneció nada, pero como sea nosotros dejamos sentir nuestra voz”. Añade que al haber sufrido daño «cobra más sentido que eso que no nos representa, sea retirado de la carretera».

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