Por Claudio Galeno-Ibaceta sobre la interacción del arte con la arquitectura, desde Antofagasta y el Norte Grande de Chile. By Claudio Galeno-Ibaceta about the interaction between art and architecture, from Antofagasta and the Large North of Chile.
19.4.20
Sonidos de Antofagasta (Exposición Periférico): Bolados + Galeno + Wittwer
Sonido ambiental de exposición "Periférico" con instalaciones de Loreto Bolados (Conservando mi memoria), Claudio Galeno (Fragmento de cielo) y Jorge Wittwer (La ropa sucia se lava en casa) en CAVS (Centro de Artes Visuales de Santiago), inagurada el 8 de junio de 2004.
18.4.20
De la vista más bonita a las exigencias sanitarias: establecimientos hoteleros, medios y salud pública en la modernización de la vida urbana de Antofagasta
Leer artículo publicado en el número 12 (2019) de la revista Taltalia del Museo Augusto Capdeville de Taltal.
Por Claudio Galeno-Ibaceta, José Antonio González y Marcelo Lufin Varas / Universidad Católica del Norte (Antofagasta)
Resumen
Los establecimientos de hotelería para Antofagasta, un asentamiento creado en la adversidad del desierto costero de Atacama, fueron fundamentales para acoger a inmigrantes y viajeros de negocios que llegaron impulsados por el éxito de la minería. Junto a la oferta de los servicios hoteleros, estaban los medios de la Revolución Industrial, la prensa escrita, las guías, revistas y postales, de modo que los establecimientos hoteleros utilizaron la publicidad como forma de conectarse con los futuros huéspedes. De los medios locales, los servicios pasaron a recomendarse o anunciar en guías internacionales, adscribiéndose a las formas globales de anunciar las ofertas de hotelería. Esos anuncios, en la actualidad, permiten identificar una serie de datos, como propietarios en el tiempo, localizaciones, capacidades, y otros.
La vida en los hoteles era entre extraños, de modo que la salubridad fue un tema muy relevante. En Chile, en el periodo de entreguerras, la legislación sobre los aspectos sanitarios de la vida pública fue muy relevante, de modo que fueron creadas leyes y decretos que trataron de normar sobre la salud pública, incluidos los hoteles. El aspecto sanitario de los establecimientos fue un problema recurrente desde el siglo XIX, al principio por la ausencia de los servicios básicos, y más tarde por las pandemias, derivadas del comercio marítimo y de la inmigración.
Abstract
Hotel establishments for Antofagasta, a settlement that emerged in the adversity of the Atacama coastal desert, were necessary spaces to accommodate immigrants and business travelers who were driven by the success of mining. Along with the offer of hotel services, there were the means of the Industrial Revolution, the written press, the guides, journals and postcards, so that the hotel establishments used advertising as a way to connect with future guests. From local media, services began to be recommended or advertised in international guides, ascribing to the global ways of announcing hotel offers. These advertisements, at present, allow to identify a series of data, such as the different owners, locations, capacities, and others.
Hotel life was among strangers, so that health was a very relevant issue. In Chile, during the interwar period, the legislation on the sanitary aspects of public life was very relevant, so laws and decrees were created that tried to regulate public health, including hotels. The sanitary aspect of the establishments has been a recurring problem since its nineteenth century, initially due to the absence of basic services, and later due to pandemics, derived from maritime trade and immigration.
Etiquetas:
antofagasta,
establecimientos hoteleros,
historia urbana,
hotel establishments,
legislación sanitaria,
media,
medios,
modernización,
modernization,
public health,
salubridad,
sanitary legislation,
urban history
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13.4.20
Simposio: El panamericanismo sanitario, sus arquitecturas, operaciones urbanas y estrategias territoriales sobre la salud pública - 00206. Call for papers del 57º Congreso Internacional de Americanistas
57º Congreso Internacional de Americanistas, Foz de Iguaçu, Brasil, 19 al 23 de julio 2021.
Call for papers: El Comité Organizador de la 57 edición del Congreso Internacional de Americanistas {ICA 2021) convoca a la presentación de propuestas de papers dentro de alguno de los Grupos de Trabajo {GTs} aprobados en los Ejes del evento. En esa etapa, no es necesario enviar el artículo completo. Solo identificación del proponente(s), resumen con hasta 2.000 caracteres y tres a cinco palabras-clave.
Plazo para envío de resúmenes: 30 de septiembre de 2020.
Para acceder directamente a la lista de GTs disponibles y al enlace de envío, haga clic aquí.
Entre los múltiples simposios destacamos el nuestro, que está situado en el eje de "Simposios innovadores":
Unidad Sanitaria de Antofagasta, 1945. Proyecto desarrollado por el Departamento Cooperativo de Obras de Salubridad. Fuente: IRIS PAHO.
El panamericanismo sanitario, sus arquitecturas, operaciones urbanas y estrategias territoriales sobre la salud pública - 00206
ENVIE SUA PROPOSTA DE PAPER PARA ESTE GT >>
Coordenador e Co-coordenador
Claudio Galeno-Ibaceta - Magíster Arquitectura en Zonas Áridas, Universidad Católica del Norte (Antofagasta) - MAZA_UCN
cgaleno@ucn.cl
Ana Albano Amora - Faculdade e Arquitetura e Urbanismo, Programa de Pós-Graduação em Arquitetura, Universidade Federal do Rio de Janeiro - FAU.PROARQ.UFRJ
aaamora@gmail.com
Los debates actuales en torno a las epidemias confirman la vigencia de relevar y analizar los procesos históricos de un panamericanismo sanitario que promovió legislaciones, acuerdos y acciones en los distintos países americanos, los cuales nos legaron obras de arquitectura, así como operaciones urbanas y territoriales, que evidencian fines profilácticos que visaron la salud pública. Moll en 1940, dijo que las enfermedades unieron a los países del hemisferio occidental, y la prevención hizo posible las relaciones interamericanas.
La definición de un código sanitario común, fue el resultado de un proceso de alineamiento entre países panamericanos a partir de las últimas décadas del siglo XIX. Encuentros entre países americanos, como el de Montevideo de 1873, el de Rio de Janeiro de 1887 y el Lima de 1888, fueron consolidado acuerdos panamericanos. En 1905, en la 2ª Convención Sanitaria Internacional en Washington, se acordó el Primer Código Sanitario Panamericano. Finalmente, en 1924 fue creado un nuevo Código Sanitario Panamericano en la 7ª Conferencia Sanitaria Panamericana en La Habana, Cuba.
Desde las primeras décadas do siglo XX, se observaron relaciones cada vez mas intensas con los Estados Unidos, por ejemplo, la Fundación Rockefeller tuvo un papel significativo en la salud pública, con el financiamiento para formar a profesiones de la salud pública, y la Fundación Guggenheim becó a la especialización de arquitectos. Otro aspecto de estas relaciones fue la creación en 1943 del Departamento Interamericano de Obras de Salubridad en Chile, resultado de un convenio con EUA, mediante el cual se ejecutaron obras urbanas y arquitecturas para la salud.
Este grupo temático está abierto a historiadores urbanos, de la arquitectura y de la salud, que aborden los cambio instituidos a partir de acuerdos, conferencias y legislaciones panamericanas, así como a la definición de acciones profilácticas inherentes al espacio construido de la ciudad y de la arquitectura.
Palabras clave: Panamericanismo sanitario, arquitecturas de la salud, legislaciones sanitarias, relaciones interamericanas, salud pública
Call for papers: El Comité Organizador de la 57 edición del Congreso Internacional de Americanistas {ICA 2021) convoca a la presentación de propuestas de papers dentro de alguno de los Grupos de Trabajo {GTs} aprobados en los Ejes del evento. En esa etapa, no es necesario enviar el artículo completo. Solo identificación del proponente(s), resumen con hasta 2.000 caracteres y tres a cinco palabras-clave.
Plazo para envío de resúmenes: 30 de septiembre de 2020.
Para acceder directamente a la lista de GTs disponibles y al enlace de envío, haga clic aquí.
Entre los múltiples simposios destacamos el nuestro, que está situado en el eje de "Simposios innovadores":
Unidad Sanitaria de Antofagasta, 1945. Proyecto desarrollado por el Departamento Cooperativo de Obras de Salubridad. Fuente: IRIS PAHO.
El panamericanismo sanitario, sus arquitecturas, operaciones urbanas y estrategias territoriales sobre la salud pública - 00206
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Coordenador e Co-coordenador
Claudio Galeno-Ibaceta - Magíster Arquitectura en Zonas Áridas, Universidad Católica del Norte (Antofagasta) - MAZA_UCN
cgaleno@ucn.cl
Ana Albano Amora - Faculdade e Arquitetura e Urbanismo, Programa de Pós-Graduação em Arquitetura, Universidade Federal do Rio de Janeiro - FAU.PROARQ.UFRJ
aaamora@gmail.com
Los debates actuales en torno a las epidemias confirman la vigencia de relevar y analizar los procesos históricos de un panamericanismo sanitario que promovió legislaciones, acuerdos y acciones en los distintos países americanos, los cuales nos legaron obras de arquitectura, así como operaciones urbanas y territoriales, que evidencian fines profilácticos que visaron la salud pública. Moll en 1940, dijo que las enfermedades unieron a los países del hemisferio occidental, y la prevención hizo posible las relaciones interamericanas.
La definición de un código sanitario común, fue el resultado de un proceso de alineamiento entre países panamericanos a partir de las últimas décadas del siglo XIX. Encuentros entre países americanos, como el de Montevideo de 1873, el de Rio de Janeiro de 1887 y el Lima de 1888, fueron consolidado acuerdos panamericanos. En 1905, en la 2ª Convención Sanitaria Internacional en Washington, se acordó el Primer Código Sanitario Panamericano. Finalmente, en 1924 fue creado un nuevo Código Sanitario Panamericano en la 7ª Conferencia Sanitaria Panamericana en La Habana, Cuba.
Desde las primeras décadas do siglo XX, se observaron relaciones cada vez mas intensas con los Estados Unidos, por ejemplo, la Fundación Rockefeller tuvo un papel significativo en la salud pública, con el financiamiento para formar a profesiones de la salud pública, y la Fundación Guggenheim becó a la especialización de arquitectos. Otro aspecto de estas relaciones fue la creación en 1943 del Departamento Interamericano de Obras de Salubridad en Chile, resultado de un convenio con EUA, mediante el cual se ejecutaron obras urbanas y arquitecturas para la salud.
Este grupo temático está abierto a historiadores urbanos, de la arquitectura y de la salud, que aborden los cambio instituidos a partir de acuerdos, conferencias y legislaciones panamericanas, así como a la definición de acciones profilácticas inherentes al espacio construido de la ciudad y de la arquitectura.
Palabras clave: Panamericanismo sanitario, arquitecturas de la salud, legislaciones sanitarias, relaciones interamericanas, salud pública
11.4.20
Breve historia de la arquitectura de Antofagasta, por Claudio Galeno
Vía Rutas patrimoniales, CREO Antofagasta.
El desierto costero donde se formó la ciudad de Antofagasta fue poblada a partir de 1866 por los exploradores Juan López y luego por José Santos Ossa. En 1868, fue fundada oficialmente por el gobierno boliviano desde Cobija. El primer plano urbano que se conoce es de 1869, se trata de una planificación de una ciudad que se está trazando. El asentamiento solo pudo conformarse gracias a los avances técnicos de la Revolución Industrial, ya que debido a la ausencia absoluta de fuentes de agua dulce fueron fundamentales las máquinas condensadoras de agua de mar, así como el ferrocarril fue clave para colonizar el interior de la región.
En su imagen urbana se pueden distinguir periodos arquitectónicos: A. un primer periodo de construcciones historicistas levantadas madera, y en muchos casos con revestimientos de caña y barro; B. una segunda etapa de obras eclécticas construidas en hormigón y acero, aunque muchas seguían utilizando madera; C. una tercera etapa de arquitectura modernista (que empieza con algunas obras art déco) con construcciones en su mayoría de hormigón armado, aunque también se utilizó mucho bloque, estructuras de acero, y en autoconstrucción el palo ahogado.
Del historicismo fundacional destacan: la Casa de Chile o Edificio de la Intervención Chilena (actual Museo Regional), edificio prefabricado que primero fue montada en Mejillones en 1868 y trasladada a Antofagasta en 1888; el Muelle de la Compañía de Salitres de 1880; la Escuela de Niñas (actual Teatro Pedro de la Barra) de 1884; las casas de la Fundición Playa Blanca reinstaladas sobre Av. Argentina; la antigua Estación de Trenes de calle Bolívar (actuales oficinas de FCAB) de 1888; y el Hospital inglés (luego Colegio Antofagasta) de 1904- 1907.
La etapa ecléctica se potencia por la Firma de Tratado de Límites con Bolivia, que es cuando Antofagasta pasa oficialmente a ser chilena, y se empezaron a realizar fuertes inversiones en edificaciones a mayor escala, lo que se cruza con las celebraciones del Centenario de la República, y con la bonanza del salitre. En ese espectro podemos mencionar el Cuartel de Bomberos de calle Sucre de 1904-1914; el Templo de San José (actual Catedral) de 1907-1917; el Resguardo Marítimo y la Gobernación Marítima de 1910; el Odeón Eslavo de 1911; la Torre del Reloj Británico de 1911; construcciones de tipo comercial y residencia como los Abarrotes Bakovic de 1912; la Municipalidad (actual Casa Consistorial) de 1912-1914; el Monumento a la Madre Patria (colonia española) de 1913; el Hotel Belmont (actual Centro Cultural Estación) y el Banco Mercantil de Bolivia (actual PDI) de 1913; la Casa Gibbs de 1914; la Nueva Estación en calle Valdivia de 1915-1916; el Banco Español (actual Santander) de 1916-1917; el Mercado Modelo de 1917-1920; los Servicios Públicos y Correo (actual Biblioteca Regional) de 1921- 1930; la Casa Jiménez de 1923-1924; y el Banco Anglo Sudamericano (actual Banco Estado) de 1924-1925.
Sigue un momento de articulación hacia el modernismo con algunas obras art déco como el Teatro Nacional de calle Sucre, la Sociedad Croata, o la nueva Gobernación Marítima frente al puerto artificial. El extenso periodo de arquitectura moderna emerge en el apaciguamiento de la crisis del salitre y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. De esa forma se levantan construcciones que se inician bajo una voluntad de modernización social, como los Colectivos de la Caja de Seguro Obrero, de 1939-1942; el Liceo de Niñas de 1940-1955; el Colegio San Luis de 1945 y su ampliación de 1963; el Hotel Turismo (actual Hotel Antofagasta) de 1949-1953; el edificio de oficinas de la Caja de Empleados Particulares (EE.PP.) (actual INP) de 1955; el edificio Colón de 1955-1960; la Intendencia Regional de 1957-1963; y el primer rascacielos de la ciudad, el edificio Centenario de 1966 y 1968.
Las diversas etapas revelan la intensidad con la que se ha desarrollado Antofagasta, atrayendo muchísimos inmigrantes europeos y latinoamericanos, así como inversionistas extranjeros. Las arquitecturas que perduran han definido una potente y ecléctica imagen urbana, y que evidencian el perfil de la sociedad, los intereses y los anhelos, componiendo un amplio espectro de edificio patrimoniales.
Sabella y Soto Moraga: isla de colores. Por Patricio Espejo Leupin
César Soto Moraga, Marina. Pinacoteca Andrés Sabella (imagen publicada en catálogo del 2009).
Vía El Mercurio de Antofagasta.
Gracias a nuestro gusto por hurguetear en la vieja prensa, leemos una entrevista de un joven Andrés Sabella al pintor, político e industrial César Soto Moraga. El adolescente de casi 19 años planificaba una exposición de cuadros. Llegó así a la "casuca pintoresca con una banderilla prisionera", arriba de la línea del tren. La vivienda -primer piso taller y segundo dormitorio- está atiborrada de cuadros. El poeta no es un extraño: "A usted, Sabella, lo conozco chiquitito. Cuando andaba con polleritas y su mamá lo cargaba en brazos". César Soto se ha atrincherado allí desde 1930, y para entonces llevaba casi 20 años sin tomar los pinceles. Su historia lo rodea: retratos de mujer y desnudos que pintó al salir del Bellas Artes, otros cuando "comenzaba a encontrar el quid de las marinas", y lo nuevo: "Ahora ensayo el paisaje. Todas esas marchitas son apuntes que he pintado desde esta altura. Ahora estudio los secretos de los panoramas". Critica su trabajo previo. "¡Mire que pintar toda la vida así! Esa cabecita mística me costó un trabajo bárbaro. Ya no sirve. Ya no siento esas cosas". Hoy lo anima la naturaleza. Ha plantado los árboles frente a su casa, y ahora los pinta. Andrés sentencia: "¿Sabe? Su casa es una isla de colores".
El viejo pintor desearía una cátedra en el Liceo antofagastino, para "enseñarles a los muchachos con fervor de artista, con calor de alma, a tomar un lápiz". Sabella piensa que este hombre debería ser no solo maestro, sino la piedra angular de ese edificio. La casa es taller y galería: "esos caballos, son del húngaro Visky. Esa mancha de Camilo Mori. Aquella carita de don Juan Francisco González. Esa marinita de Mario Bonatt. Esta tela del Negrito González".
Al despedirse, explica la bandera que flamea siempre en su casa. Ha caído el Dictador. "Tan pronto el civismo volvió a florecer en Chile, decidí elevar esa banderita hasta que se destiña". A Sabella no le sorprende: "radicalazo como es, no me parece extraña su vehemencia".
¡Dónde habrá quedado la obra de don César, que llenaba aquel viejo taller del cerro!
Patricio Espejo Leupin, geólogo, escritor
8.4.20
"(Hay) valentía de habitar en un paraje adverso" ANTOFAGASTINIDAD. Claudio Galeno Ibaceta, arquitecto y urbanista.
Vía El Mercurio de Antofagasta.
El académico Claudio Galeno sostiene que hay características muy especiales en la historia arquitectónica y urbana de las ciudades del desierto. Se trata -dice- de piezas únicas en cuanto resistencia frente a la adversidad. "Realmente el enfrentarse a estos parajes inhóspitos ha producido obras inéditas tanto de arquitectura, como de ingeniería y de urbanismo. Para mí es un campo de exploración en el cual he podido desarrollar mi especialidad (Teoría e Historia de la Arquitectura) y contribuir a la consolidación de la memoria y al arraigo de sus habitantes. Por otro lado, cuanto más investigo sobre el norte, más he podido comprender la historia de mi familia y su presencia en el norte chileno”, detalló.
¿De dónde °quién le inspiró para dedicarse a su profesión?
-La verdad es que no vengo de una familia de arquitectos, ni de historiadores, más bien de una familia dedicada a la salud. Mi padre Raúl Galeno, veterinario, mi madre Alicia Ibaceta, odontóloga, mi abuelo Raúl Ibaceta Kühl, pediatra (además de fotógrafo y cineasta amateur). Creo que por eso me llamaron Claudio Galeno, como el médico griego (aclaración: las farmacias y el edificio no son de mi familia). Bueno, pero tanto mi padre, como mi madre siempre tuvieron inquietudes por las artes, tanto que de niño asistía a escuelitas de arte.
Al final entré a estudiar arquitectura (los primeras años en Brasil, porque vivimos allí varios años), y luego me trasladé a la UCN. Pero como son las parábolas de la vida, uno de los temas que más me interesó, fue la relación del cuerpo humano y arquitectura, y luego me fui a hacer un master y un doctorado, donde estudié, las relaciones entre medicina y arquitectura, y ahora dirijo una investigación sobre la historia de las establecimientos de salud de Arica, Iquique y Antofagasta.
¿Tiene de momento un proyecto o idea en el cual quiera trabajar?
-Muchas ideas, muchos proyectos. En este exacto momento estoy en una investigación Fondecyt sobre la historia de los establecimientos de salud de Arica, Iquique y Antofagasta, entre 1880 y 1967. Eso significa que he estado publicando artículos sobre diversos aspectos del tema, en Brasil, en México, en Chile, y luego en Argentina. Estamos trabajando en una página web con información de estas construcciones que hemos estado investigando, y a propósito de las epidemias, los lazaretos, las estaciones sanitarias, las unidades sanitarias, hospitales, policlínicos, por citar algunos. Como proyecto, tengo varios, obviamente de difusión sobre la historia urbana y arquitectónica del norte chileno, con énfasis en Antofagasta, que aunque sea la más joven (cumplirá solo 154 años) tiene procesos únicos y de los más modernos de todo Chile.
¿Cuáles son los sectores de la ciudad que más le agradan?
-Bueno, algunos están conectados con mis recuerdos de infancia, pero son también parte de la memoria colectiva de muchos ciudadanos de Antofagasta. Por un lado, el Parque Brasil y su entorno, ya que mis abuelos maternos y algunas tías vivían por ahí. Los juegos, el aroma a eucalipto, el aroma marino que llegaba desde la costa. Otro sitio, la Gran Vía, impresionante, con el Curvo, un edificio imponente, modernísimo y luminoso. El Balneario, porque cuando te acercabas por el Parque Japones, de nuevo llegaba ese olor a mar que inundaba todo. La Plaza Colón y su entorno de edificios modernos y anti-guos, con el sonido de las campanadas del reloj de la plaza, con sus palomas, cercano al desaparecida cine Imperio, donde íbamos a ver películas con mis primos.
Elija un lugar de la región que recomendaría visitar, y por qué..
-Bueno, en la región hay muchos sitios espectaculares. Debo elegir dos, por un lado San Pedro de Atacama con sus aillos y su paisaje mágico, y por otro el observatorio VLT de Paranal, porque reúne tecnología de punta, buena arquitectura (La Residencia) y una experiencia profunda con el desierto.
¿Cuáles son las cualidades que destacaría de los nortinos?
-Su valentía de habitar en un paraje adverso y contrario a toda norma de lo habitable. Por otro lado su compromiso por contribuir a tener mejores ciudades. Su tolerancia por el otro, porque si bien somos una sociedad derivada de distintos procesos migratorios, en general ha existido respeto. Además de su melancolía (como lo observó muy bien Raúl Ruiz una vez que estuvo aquí traído por Adriana Zuanic), una característica que habla de la condición del inmigrante, pera también de la vida en el desierto.
¿Qué estructura (construida por el humano) cree que es la más representativa de Antofagasta?
-Aquí compiten dos: los vestigios industriales de las Ruinas de Huanchaca de la Fundición Playa Blanca, una pieza única a nivel nacional, ya que está dentro de la estructura urbana; y el edificio Curvo, cuyo nombre original es Huanchaca, y cuyo diseño (del notable y visionario arquitecto Ricardo Pulgar) rinde un homenaje evidente a las Ruinas de Huanchaca pero en clave de arquitectura moderna, y una de las mejores obras chilenas de la segunda mitad del siglo XX.
El académico Claudio Galeno sostiene que hay características muy especiales en la historia arquitectónica y urbana de las ciudades del desierto. Se trata -dice- de piezas únicas en cuanto resistencia frente a la adversidad. "Realmente el enfrentarse a estos parajes inhóspitos ha producido obras inéditas tanto de arquitectura, como de ingeniería y de urbanismo. Para mí es un campo de exploración en el cual he podido desarrollar mi especialidad (Teoría e Historia de la Arquitectura) y contribuir a la consolidación de la memoria y al arraigo de sus habitantes. Por otro lado, cuanto más investigo sobre el norte, más he podido comprender la historia de mi familia y su presencia en el norte chileno”, detalló.
¿De dónde °quién le inspiró para dedicarse a su profesión?
-La verdad es que no vengo de una familia de arquitectos, ni de historiadores, más bien de una familia dedicada a la salud. Mi padre Raúl Galeno, veterinario, mi madre Alicia Ibaceta, odontóloga, mi abuelo Raúl Ibaceta Kühl, pediatra (además de fotógrafo y cineasta amateur). Creo que por eso me llamaron Claudio Galeno, como el médico griego (aclaración: las farmacias y el edificio no son de mi familia). Bueno, pero tanto mi padre, como mi madre siempre tuvieron inquietudes por las artes, tanto que de niño asistía a escuelitas de arte.
Al final entré a estudiar arquitectura (los primeras años en Brasil, porque vivimos allí varios años), y luego me trasladé a la UCN. Pero como son las parábolas de la vida, uno de los temas que más me interesó, fue la relación del cuerpo humano y arquitectura, y luego me fui a hacer un master y un doctorado, donde estudié, las relaciones entre medicina y arquitectura, y ahora dirijo una investigación sobre la historia de las establecimientos de salud de Arica, Iquique y Antofagasta.
¿Tiene de momento un proyecto o idea en el cual quiera trabajar?
-Muchas ideas, muchos proyectos. En este exacto momento estoy en una investigación Fondecyt sobre la historia de los establecimientos de salud de Arica, Iquique y Antofagasta, entre 1880 y 1967. Eso significa que he estado publicando artículos sobre diversos aspectos del tema, en Brasil, en México, en Chile, y luego en Argentina. Estamos trabajando en una página web con información de estas construcciones que hemos estado investigando, y a propósito de las epidemias, los lazaretos, las estaciones sanitarias, las unidades sanitarias, hospitales, policlínicos, por citar algunos. Como proyecto, tengo varios, obviamente de difusión sobre la historia urbana y arquitectónica del norte chileno, con énfasis en Antofagasta, que aunque sea la más joven (cumplirá solo 154 años) tiene procesos únicos y de los más modernos de todo Chile.
¿Cuáles son los sectores de la ciudad que más le agradan?
-Bueno, algunos están conectados con mis recuerdos de infancia, pero son también parte de la memoria colectiva de muchos ciudadanos de Antofagasta. Por un lado, el Parque Brasil y su entorno, ya que mis abuelos maternos y algunas tías vivían por ahí. Los juegos, el aroma a eucalipto, el aroma marino que llegaba desde la costa. Otro sitio, la Gran Vía, impresionante, con el Curvo, un edificio imponente, modernísimo y luminoso. El Balneario, porque cuando te acercabas por el Parque Japones, de nuevo llegaba ese olor a mar que inundaba todo. La Plaza Colón y su entorno de edificios modernos y anti-guos, con el sonido de las campanadas del reloj de la plaza, con sus palomas, cercano al desaparecida cine Imperio, donde íbamos a ver películas con mis primos.
Elija un lugar de la región que recomendaría visitar, y por qué..
-Bueno, en la región hay muchos sitios espectaculares. Debo elegir dos, por un lado San Pedro de Atacama con sus aillos y su paisaje mágico, y por otro el observatorio VLT de Paranal, porque reúne tecnología de punta, buena arquitectura (La Residencia) y una experiencia profunda con el desierto.
¿Cuáles son las cualidades que destacaría de los nortinos?
-Su valentía de habitar en un paraje adverso y contrario a toda norma de lo habitable. Por otro lado su compromiso por contribuir a tener mejores ciudades. Su tolerancia por el otro, porque si bien somos una sociedad derivada de distintos procesos migratorios, en general ha existido respeto. Además de su melancolía (como lo observó muy bien Raúl Ruiz una vez que estuvo aquí traído por Adriana Zuanic), una característica que habla de la condición del inmigrante, pera también de la vida en el desierto.
¿Qué estructura (construida por el humano) cree que es la más representativa de Antofagasta?
-Aquí compiten dos: los vestigios industriales de las Ruinas de Huanchaca de la Fundición Playa Blanca, una pieza única a nivel nacional, ya que está dentro de la estructura urbana; y el edificio Curvo, cuyo nombre original es Huanchaca, y cuyo diseño (del notable y visionario arquitecto Ricardo Pulgar) rinde un homenaje evidente a las Ruinas de Huanchaca pero en clave de arquitectura moderna, y una de las mejores obras chilenas de la segunda mitad del siglo XX.
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