29.6.09

En relación al Estadio Municipal de Antofagasta, por Mantis en Foro Puma

© Claudio Galeno

El sitio de los pumas (seguidores de Club Deportes Antofagasta), http://www.foropuma.cl/, siempre tiene escritos de interés sobre el patrimonio deportivo. Este texto publicado por "Mantis" a principios del año pasado, reflexionando sobre el valor de la estructura de madera del estadio municipal, es una interesante contribución. En el título el link.

Enviado por Mantis el 26/1/2008 13:10:00

Aunque de muy chico asistía a ver partidos en el Estadio Municipal, reconozco que empecé a fijarme en su atractiva estructura en la adolescencia, cuando mis largas caminatas por la costa me llevaban, no a ver un partido de fútbol sino a una pololita que vivía en la Gran Vía. Desde entonces, en que incubaba un placer por mirar que no me ha soltado, se me gravaron los atractivos de su insólita majestuosidad. Ahí se levantaba una estructura de madera que parecía haberse pensado para un gigantesco estadio inglés cuyo crecimiento se detuvo casi junto con su inicio.

Recuerdo haber entrado, traspasando los nubarrones de polvo rojo que levantaban por los jugadores, sólo para apoyarme en los enormes pilares, guarecerme bajo la sombra del palillaje y sentir esa pampina sensación de parapetarse en algo, para ver la extensión del desierto. Porque más allá de sus elegantes postes, arcos y cubierta; el resto es la inmensidad, planicie, es el desierto rayado con tiza para establecer áreas grandes y chicas, puntos de penal y casi invisibles arcos, donde más de alguna vez recuerdo haber visto un jote parado, como esperando que el partido se ponga violento.

El año pasado se anunció públicamente que el Estadio Municipal sería vendido. Se daban a conocer los montos y se daba como un hecho cierto que se estaba haciendo un buen negocio, toda vez que aquel recinto no cumple ninguna función importante.

Lo que se quería vender (así en pasado, porque parece que al menos todo se ha congelado) es un terreno, que cobija en su interior una obra de arquitectura; pequeña si se pone a la par de las estructuras deportivas actuales, pero que debe ser considerada parte del patrimonio arquitectónico de Antofagasta.

Su estructura de madera, seguramente de aquella que los barcos traían como lastre al llegar al norte a recoger la riqueza del desierto, es de una simpleza única; vigas sobre vigas descargando su peso directamente o mediante cinco arcos, en gruesos pilares.

Su diseño, lejos de buscar evitar la presencia de las columnas en las graderías, las resalta y son ellas las que aportan la gracia de este techo. Los arcos son producto de madera curvada, no facetada, lo que emparienta a este trabajo con el más fino trabajo de ebanistería, de una manera difícil de en encontrar en otras partes del país.

La investigadora Glenda Kapstein en su libro:"Espacios Intermedios: respuesta arquitectónica de la II Región", destaca que la creación de estos sombreaderos en patios interiores o accesos en las viviendas del desierto –los espacios intermedios-, son el mayor y auténtico aporte del lenguaje arquitectónico nortino, como respuesta al clima. Este tipo de características se encuentra junto a las casas de San Pedro de Atacama, de Mejillones, en las calles de Pozo Almonte, de María Elena, en las galerías de la calle Baquedano de Iquique, del Barrio Inglés en Antofagasta, sólo por nombrar algunos ejemplos.

La sombra baja la temperatura en estos patios, sombreaderos o zaguanes y produce una corriente de aire fresco hacia los demás recintos. Pero además aparece esa sensación de estar protegido, para contemplar la inmensidad del desierto, de la calle, del lo inmanejable.

La estructura del viejo Municipal, es eso: un espacio intermedio, cubierto por un trillage (palillaje cruzado) por los costados y totora, o Nepal, por arriba; que protegen del sol dejando pasar el viento. Sus pilares enmarcan un espacio que protege. El espectador se encuentra amparado en un "interior", esta adentro al modo nortino, como en las calles de las salitreras.

En este estadio no había que hacer una gran estructura para proteger de la inexistente lluvia. No era necesario alcanzar la altura imponente y fina que tiene. Con el criterio actual se podría decir con cálculos en mano, que era posible hacer algo más modesto para cubrir en forma más pobre más metros cuadrados. Pero se hizo así, marcando una dignidad propia de los teatros de las salitreras y muchas obras públicas de la época.

Temporalmente su destrucción esta detenida. Pero no pasará mucho tiempo antes que las inmobiliarias "convenzan" a las autoridades que eso es una improductiva basura, un montón de "inservibles palos viejos".

Las ideas aquí escritas, sólo pretenden que se sepa que lo que allí existe es parte de nuestro ESCASO patrimonio de arquitectura nortina. Si el Estadio Municipal cae, estoy seguro que será reemplazado por otros campos deportivos, al menos en los discursos que justifiquen la demolición. Pero su valor no podrá ser reemplazado ni por las torres de departamentos diseñadas en serie, que ocuparán su terreno, ni por las multicanchas que se entregarán para tranquilizar las conciencias de ediles y concejales.

© Claudio Galeno

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