Por Claudio Galeno-Ibaceta sobre la interacción del arte con la arquitectura, desde Antofagasta y el Norte Grande de Chile. By Claudio Galeno-Ibaceta about the interaction between art and architecture, from Antofagasta and the Large North of Chile.
29.3.14
Puerto de Ideas trae al experto en conservación Dinu Bumbaru
Vía La Tercera.
Entre el 11 y el 13 de abril, el encuentro se realizará en Antofagasta. El arquitecto canadiense hablará de minería y patrimonio.
por Fabio Neri - 29/03/2014 - 09:46
Será el primer Puerto de Ideas celebrado fuera de Valparaíso, y el primero en el que el tema fundamental será la ciencia. Entre el 11 y el 13 de abril un importante contingente de científicos, arquitectos, historiadores y artistas se reunirá en la ciudad de Antofagasta para dar vida a la cuarta versión de este festival que ha tenido como invitados, en años anteriores, a figuras como Alfredo Jaar, Alan Pauls, Tzvetan Todorov y Juan Villoro, entre otros. Los participantes abordarán desde sus especialidades temas vinculados a la ciencia.
Uno de ellos es Dinu Bumbaru, arquitecto canadiense experto en patrimonio y uno de los directores de la organización de conservación patrimonial Heritage Montreal, quien estará encargado de conducir la exposición “Patrimonio y minería: memoria, comunidad y futuro”, el 12 de abril a las 16.30 horas, en el Ferrocarril de Antofagasta.
“Estoy fascinado por la idea misma. En Montreal también intentamos crear interacción y complicidad entre el sector del patrimonio, de la inversión, los artistas y los académicos”, comenta Bumbaru.
En su línea, intentará destrabar las complejidades que existen en la idea de conservación patrimonial en países como Chile, usando de ejemplo su reconocida labor en Canadá.
“La conservación es también una actividad cultural, y en Canadá opera bajo muchas legislaciones diferentes. Desde ese contexto, muchas provincias han delegado el papel de protector a los municipios”, señala el arquitecto.
Bumbaru fue uno de los promotores de la ley para el desarrollo sustentable aprobada en 2005, en Québec, que incluye, básicamente, la conservación del patrimonio cultural como principio oficial de desarrollo sustentable.
“Si bien la ley es reciente, poco a poco vemos a los tribunales y a los jueces referirse a ella y a sus principios, lo cual es buena señal”, asegura.
Uno de los objetivos de su ponencia, además, será aproximar al público a su propuesta sobre conservación patrimonial, e incentivar su participación activa, sobre todo en la región de Antofagasta.
PATRIMONIO Y MINERÍA
Los escombros residuales que produce una gran mina pueden hacer desaparecer una ciudad. También el agotamiento del mineral o las inclemencias del mercado. En Chile aún es posible encontrar salitreras abandonadas, piques vacíos o ruinas de fundiciones a medio construir, como las de Huanchaca. Este será el telón de fondo en el que expondrá Bumbaru.
“La minería y el patrimonio pueden encontrar un terreno común. El gran desafío es la escala de la operación minera y la forma en que apreciamos su impacto no sólo sobre el medioambiente natural, sino también sobre el patrimonio cultural”, explica el arquitecto.
El valor de las entradas a las distintas exposiciones será de $ 1.500, salvo algunas en las cuales el ingreso será liberado.
25.3.14
Compartir coche, un apaño que levanta ampollas
Vía El País.
La línea de autobús que cubre el trayecto Zamora-Salamanca lleva años transportando estudiantes que viajan a casa los fines de semana desde la ciudad universitaria. Pero últimamente ha perdido clientela. Muchos de esos jóvenes están optando por una alternativa más barata: buscan en Internet a alguien que vaya a hacer ese recorrido en coche y comparten el gasto de gasolina. La fórmula no es nueva, pero se está extendiendo cada vez más gracias a las webs que ponen en contacto a los viajeros. El propietario de la línea Zamora-Salamanca, de hecho, ha pedido auxilio a la patronal de autobuses, Fenebús, porque está perdiendo negocio. Y esta ha reaccionado denunciando a la plataforma más popular entre los estudiantes de Salamanca: Blablacar. “Hemos pedido su cierre porque no tiene cobertura jurídica y por competencia desleal. Como es alegal, no se le exige ninguna responsabilidad y no ofrece ninguna garantía a los usuarios ante accidentes, robos y otras incidencias posibles”, explica José Luis Pertierra, director de Fenebús.
Blablacar, como todas las iniciativas que se engloban bajo la denominación de “consumo colaborativo”, opera en un limbo legal. No hay ninguna normativa, ni nacional ni europea, que defina o regule de manera transversal este tipo de actividades, que pueden desarrollarse en ámbitos muy diversos: viajes y coches compartidos, intercambio o alquiler de casas entre particulares, trueque de bienes y servicios, restaurantes caseros, bancos de tiempo, oficinas compartidas, financiación colectiva... “Somos como un tablón de anuncios, nos limitamos a poner en contacto a personas con intereses comunes, por lo que no se nos puede considerar nada parecido a una empresa de transporte público. Es como si obligaran a un periódico a hacerse responsable de todos los anuncios de particulares que aparecen en sus secciones de anuncios clasificados”, argumenta Vincent Rosso, director general de Blablacar para España y Portugal.
Fenebús ha presentado cuatro escritos ante el Ministerio de Fomento, la Defensora del Pueblo, el fiscal de Seguridad Vial y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que, de momento, están analizando el asunto. El director de la patronal advierte de que, en caso de accidente, “la póliza de seguros de un coche particular podría no cubrir a todos los pasajeros si la compañía aseguradora considera que se trata de un servicio de transporte en el que ha habido una transacción económica”. Y pone el ejemplo de California, que en septiembre del año pasado aprobó la primera regulación del mundo para sistemas de movilidad compartida después de varios años en los que habían estado prohibidos por presión del gremio de taxistas. La normativa establece una treintena de reglas, como la obligación de que los conductores acrediten que no tienen antecedentes penales, inspecciones para los automóviles y un seguro especial para los pasajeros en caso de accidentes.
Vincent Rosso, en cambio, asegura que las pólizas de seguro para coches particulares en España son suficientes para cubrir cualquier incidente. “Los conductores no son profesionales ni cobran a los pasajeros, solo comparten gastos, y si detectamos que alguien está intentando llevarse beneficio, lo expulsamos de la comunidad”, afirma. “Sentimos molestar a las empresas, pero solo estamos dando respuesta a una nueva forma de consumir, más sostenible y eficiente, que practican cada vez más personas”, añade.
Lo que empezó siendo un pequeño tablón de anuncios en Internet se está haciendo, en efecto, cada vez más grande. Solo Blablacar, que es líder en viajes compartidos en Europa, tiene seis millones de usuarios registrados en los 12 países en los que opera y gestiona un millón de viajes al mes, sobre todo en Francia, Alemania y España. Y la revista Forbes ha calculado que el flujo de dinero que se va a mover este año por medio de plataformas de consumo colaborativo superará los 2.600 millones de euros. El fenómeno está cobrando tal dimensión que la UE está empezando a plantearse la necesidad de introducir algún tipo de legislación: tanto para que todo ese dinero no quede al margen de las leyes fiscales como para garantizar la seguridad y los derechos de los usuarios.
La crisis, las nuevas tecnologías y la mayor concienciación de los ciudadanos sobre la necesidad de consumir de forma más sostenible y respetuosa con el medio ambiente han favorecido el desarrollo de la economía colaborativa. El Observatorio Europeo Cetelem, que analiza cada año las tendencias de consumo en Europa, reflejó en su último informe que el 52% de los ciudadanos entrevistados en 12 países de la UE, entre ellos España, tiene previsto utilizar plataformas de trueque e intercambio de bienes o servicios en los próximos años.
El Comité Económico y Social Europeo (CESE), órgano consultivo de la UE, aprobó en enero un dictamen en el que propone varias medidas a la Comisión Europea. La primera es definir el concepto. “Son tan variadas las iniciativas que se autodenominan consumo colaborativo, que habría que clasificarlas para poder determinar, de entrada, de qué estamos hablando. Nosotros creemos que habría que establecer dos grandes diferencias, entre las que tienen un objetivo de lucro y las que no, y recomendamos que solo se regule la actividad de las que persiguen beneficios económicos”, apunta Bernardo Hernández, ponente del dictamen. En este caso, según propone el documento aprobado, la legislación debería establecer políticas de protección al usuario similares a las que rigen cualquier operación de consumo: a quién reclamar, estándares de calidad, compensaciones en caso de deficiencias o publicidad engañosa, aseguramiento, etcétera. “Si no hay nadie que gane dinero, entendemos que se trata del clásico trueque de toda la vida que no es necesario regular”, subraya.
Son muchas las plataformas que ya están obteniendo beneficio de su actividad, sobre todo en los sectores de viajes o coches compartidos y alojamiento. Blablacar, por ejemplo, cobra en Francia una comisión del 10% a los pasajeros que contacten con un conductor por medio de esta web, y tiene previsto empezar a cobrar en breve en España y otros países donde opera. Amovens, similar a esta, es también gratuita de momento, pero Carpooling pide un 11%. Y la mayoría de las que gestionan alquileres de casas entre particulares también piden comisión, entre un 10% y un 15%.
La patronal española de hoteleros CEHAT se considera también perjudicada por la competencia que suponen estas plataformas, aunque no tiene previsto presentar una denuncia como ha hecho Fenebús. “No pretendemos que se prohíba, ni mucho menos, pero sí que las que obtienen beneficio tengan las mismas obligaciones que tenemos todos los que nos dedicamos al negocio turístico, tanto en materia fiscal como en requisitos de seguridad y legislación laboral. No puede ser que nosotros tengamos que cumplir toda una serie de exigencias que nos salen muy caras y competir con quien no está obligado a nada. Eso es competencia desleal”, razona Ramón Estalella, secretario general de CEHAT. “Hay mucha gente que se está dedicando profesionalmente a esto, que tienen apartamentos dedicados en exclusiva al alquiler a través de estas plataformas y que emplean a personal de limpieza sin contrato. Y eso no es consumo colaborativo, es un negocio turístico sumergido. Ni siquiera están obligados a pedir permiso a las comunidades de vecinos, lo que está ocasionando bastantes conflictos entre propietarios”, afirma.
Jeroen Merchiers, director general de Airbnb para España y Portugal, la mayor plataforma internacional de alquiler de casas entre particulares —que acaba de ser valorada en 7.200 millones de euros—, no está en contra de la regulación. “Estamos a favor de una normativa y ya estamos viendo cómo reguladores de todo el mundo están trabajando por políticas justas y razonables para ayudar a la gente a compartir la casa en la que viven. Por nuestra parte, nos aseguramos de informar a nuestra comunidad de que debe cumplir las obligaciones fiscales y normativas marcadas por las autoridades locales, y cuando se producen incidencias con un anfitrión o viajero intervenimos como parte de nuestra atención a los usuarios”, asegura.
Aunque en sus condiciones de uso todas las plataformas advierten de que no se hacen responsables de ningún daño o lesión que resulte de las interacciones entre sus usuarios, en la práctica la mayoría suelen intervenir cuando surgen conflictos porque beneficia a su reputación. Es una especie de autorregulación que hasta ahora se ha considerado suficiente, pero que empieza a quedarse corta. Albert Cañigueral, representante en España de la red OuiShare (que agrupa a expertos, organizaciones y emprendedores de iniciativas colaborativas), opina que la regulación sería beneficiosa porque daría validez jurídica a la actividad y ayudaría a su desarrollo. “Abogamos por la regulación en todos los casos, no solo cuando haya beneficio económico, para que los usuarios se sientan seguros y participen cada vez más. Ahora bien, regular no significa prohibir, sino establecer reglas claras para todos”, advierte.
El propio dictamen del CESE insiste en la necesidad de una normativa para impulsar un consumo más sostenible, responsable y respetuoso con el medio ambiente. Según un estudio realizado en 2012 por la consultora Campbell Mithun, el 67% de los estadounidenses no se atrevía a registrarse en alguna plataforma porque temía engaños o productos de mala calidad.
Las asociaciones de defensa de los consumidores también entienden que, sobre todo si hay ánimo de lucro, deberían establecerse garantías. “El consumo colaborativo es una muy buena opción, especialmente en la coyuntura actual. Pero es necesario regularlo para que no haya personas sin escrúpulos que quieren sacar ventaja porque, al no haber detrás una empresa, las relaciones son de consumidor a consumidor y no existe una garantía de establecimiento o fabricante. Es cierto que el consumidor está dispuesto a asumir ese riesgo a cambio de otros beneficios, pero aun así deben establecerse unas normas claras”, opina Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU.
El problema es que, al ser tan variados los sectores en los que operan estas plataformas, es complicado establecer un marco común. “Es difícil, pero no imposible. Ante los nuevos usos sociales hay que inventar nuevos modos de regular, no valen las viejas normas. Hay que recordar, por ejemplo, lo que ha pasado con el comercio electrónico. Al principio parecía imposible establecer controles generales, pero con el tiempo se ha conseguido una normativa equilibrada que además ha favorecido su desarrollo porque los consumidores se sienten cada vez más seguros”, sostiene Ángel Sánchez, director del Instituto Municipal de Consumo del Ayuntamiento de Madrid. “No se puede aspirar a regular hasta el mínimo detalle, se trata básicamente de prevenir posibles asimetrías que puedan aparecer”, señala.
Sánchez cree que la legislación debería ofrecer unas garantías a los usuarios para evitar, por ejemplo, que en caso de deficiencias o engaños tuvieran que ir a los tribunales, lo que dilata cualquier reclamación. Y, en actividades como los restaurantes efímeros —que se organizan en casas o locales itinerantes—, se debería intervenir también para evitar problemas de seguridad alimentaria.
Cañigueral coincide en que ante fenómenos tan novedosos como el consumo colaborativo no valen las viejas reglas, hay que inventar nuevas. “¿Qué nombre le damos a un ciudadano que utiliza algo que sabe hacer para generar un beneficio, monetario o no? Como no es un asalariado ni tampoco un autónomo, le estamos empujando a un limbo que suele caer en la economía sumergida”, dice. “Se podría crear, por ejemplo, la figura del microemprendedor —propone—, aunque todo esto debería pensarse más adelante. Primero hay que hacer estudios independientes, un verdadero análisis de cómo está la situación, antes de sentarse a dictar normas sin conocer el mercado”.
La línea de autobús que cubre el trayecto Zamora-Salamanca lleva años transportando estudiantes que viajan a casa los fines de semana desde la ciudad universitaria. Pero últimamente ha perdido clientela. Muchos de esos jóvenes están optando por una alternativa más barata: buscan en Internet a alguien que vaya a hacer ese recorrido en coche y comparten el gasto de gasolina. La fórmula no es nueva, pero se está extendiendo cada vez más gracias a las webs que ponen en contacto a los viajeros. El propietario de la línea Zamora-Salamanca, de hecho, ha pedido auxilio a la patronal de autobuses, Fenebús, porque está perdiendo negocio. Y esta ha reaccionado denunciando a la plataforma más popular entre los estudiantes de Salamanca: Blablacar. “Hemos pedido su cierre porque no tiene cobertura jurídica y por competencia desleal. Como es alegal, no se le exige ninguna responsabilidad y no ofrece ninguna garantía a los usuarios ante accidentes, robos y otras incidencias posibles”, explica José Luis Pertierra, director de Fenebús.
Blablacar, como todas las iniciativas que se engloban bajo la denominación de “consumo colaborativo”, opera en un limbo legal. No hay ninguna normativa, ni nacional ni europea, que defina o regule de manera transversal este tipo de actividades, que pueden desarrollarse en ámbitos muy diversos: viajes y coches compartidos, intercambio o alquiler de casas entre particulares, trueque de bienes y servicios, restaurantes caseros, bancos de tiempo, oficinas compartidas, financiación colectiva... “Somos como un tablón de anuncios, nos limitamos a poner en contacto a personas con intereses comunes, por lo que no se nos puede considerar nada parecido a una empresa de transporte público. Es como si obligaran a un periódico a hacerse responsable de todos los anuncios de particulares que aparecen en sus secciones de anuncios clasificados”, argumenta Vincent Rosso, director general de Blablacar para España y Portugal.
Fenebús ha presentado cuatro escritos ante el Ministerio de Fomento, la Defensora del Pueblo, el fiscal de Seguridad Vial y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que, de momento, están analizando el asunto. El director de la patronal advierte de que, en caso de accidente, “la póliza de seguros de un coche particular podría no cubrir a todos los pasajeros si la compañía aseguradora considera que se trata de un servicio de transporte en el que ha habido una transacción económica”. Y pone el ejemplo de California, que en septiembre del año pasado aprobó la primera regulación del mundo para sistemas de movilidad compartida después de varios años en los que habían estado prohibidos por presión del gremio de taxistas. La normativa establece una treintena de reglas, como la obligación de que los conductores acrediten que no tienen antecedentes penales, inspecciones para los automóviles y un seguro especial para los pasajeros en caso de accidentes.
Vincent Rosso, en cambio, asegura que las pólizas de seguro para coches particulares en España son suficientes para cubrir cualquier incidente. “Los conductores no son profesionales ni cobran a los pasajeros, solo comparten gastos, y si detectamos que alguien está intentando llevarse beneficio, lo expulsamos de la comunidad”, afirma. “Sentimos molestar a las empresas, pero solo estamos dando respuesta a una nueva forma de consumir, más sostenible y eficiente, que practican cada vez más personas”, añade.
Lo que empezó siendo un pequeño tablón de anuncios en Internet se está haciendo, en efecto, cada vez más grande. Solo Blablacar, que es líder en viajes compartidos en Europa, tiene seis millones de usuarios registrados en los 12 países en los que opera y gestiona un millón de viajes al mes, sobre todo en Francia, Alemania y España. Y la revista Forbes ha calculado que el flujo de dinero que se va a mover este año por medio de plataformas de consumo colaborativo superará los 2.600 millones de euros. El fenómeno está cobrando tal dimensión que la UE está empezando a plantearse la necesidad de introducir algún tipo de legislación: tanto para que todo ese dinero no quede al margen de las leyes fiscales como para garantizar la seguridad y los derechos de los usuarios.
La crisis, las nuevas tecnologías y la mayor concienciación de los ciudadanos sobre la necesidad de consumir de forma más sostenible y respetuosa con el medio ambiente han favorecido el desarrollo de la economía colaborativa. El Observatorio Europeo Cetelem, que analiza cada año las tendencias de consumo en Europa, reflejó en su último informe que el 52% de los ciudadanos entrevistados en 12 países de la UE, entre ellos España, tiene previsto utilizar plataformas de trueque e intercambio de bienes o servicios en los próximos años.
El Comité Económico y Social Europeo (CESE), órgano consultivo de la UE, aprobó en enero un dictamen en el que propone varias medidas a la Comisión Europea. La primera es definir el concepto. “Son tan variadas las iniciativas que se autodenominan consumo colaborativo, que habría que clasificarlas para poder determinar, de entrada, de qué estamos hablando. Nosotros creemos que habría que establecer dos grandes diferencias, entre las que tienen un objetivo de lucro y las que no, y recomendamos que solo se regule la actividad de las que persiguen beneficios económicos”, apunta Bernardo Hernández, ponente del dictamen. En este caso, según propone el documento aprobado, la legislación debería establecer políticas de protección al usuario similares a las que rigen cualquier operación de consumo: a quién reclamar, estándares de calidad, compensaciones en caso de deficiencias o publicidad engañosa, aseguramiento, etcétera. “Si no hay nadie que gane dinero, entendemos que se trata del clásico trueque de toda la vida que no es necesario regular”, subraya.
Son muchas las plataformas que ya están obteniendo beneficio de su actividad, sobre todo en los sectores de viajes o coches compartidos y alojamiento. Blablacar, por ejemplo, cobra en Francia una comisión del 10% a los pasajeros que contacten con un conductor por medio de esta web, y tiene previsto empezar a cobrar en breve en España y otros países donde opera. Amovens, similar a esta, es también gratuita de momento, pero Carpooling pide un 11%. Y la mayoría de las que gestionan alquileres de casas entre particulares también piden comisión, entre un 10% y un 15%.
La patronal española de hoteleros CEHAT se considera también perjudicada por la competencia que suponen estas plataformas, aunque no tiene previsto presentar una denuncia como ha hecho Fenebús. “No pretendemos que se prohíba, ni mucho menos, pero sí que las que obtienen beneficio tengan las mismas obligaciones que tenemos todos los que nos dedicamos al negocio turístico, tanto en materia fiscal como en requisitos de seguridad y legislación laboral. No puede ser que nosotros tengamos que cumplir toda una serie de exigencias que nos salen muy caras y competir con quien no está obligado a nada. Eso es competencia desleal”, razona Ramón Estalella, secretario general de CEHAT. “Hay mucha gente que se está dedicando profesionalmente a esto, que tienen apartamentos dedicados en exclusiva al alquiler a través de estas plataformas y que emplean a personal de limpieza sin contrato. Y eso no es consumo colaborativo, es un negocio turístico sumergido. Ni siquiera están obligados a pedir permiso a las comunidades de vecinos, lo que está ocasionando bastantes conflictos entre propietarios”, afirma.
Jeroen Merchiers, director general de Airbnb para España y Portugal, la mayor plataforma internacional de alquiler de casas entre particulares —que acaba de ser valorada en 7.200 millones de euros—, no está en contra de la regulación. “Estamos a favor de una normativa y ya estamos viendo cómo reguladores de todo el mundo están trabajando por políticas justas y razonables para ayudar a la gente a compartir la casa en la que viven. Por nuestra parte, nos aseguramos de informar a nuestra comunidad de que debe cumplir las obligaciones fiscales y normativas marcadas por las autoridades locales, y cuando se producen incidencias con un anfitrión o viajero intervenimos como parte de nuestra atención a los usuarios”, asegura.
Aunque en sus condiciones de uso todas las plataformas advierten de que no se hacen responsables de ningún daño o lesión que resulte de las interacciones entre sus usuarios, en la práctica la mayoría suelen intervenir cuando surgen conflictos porque beneficia a su reputación. Es una especie de autorregulación que hasta ahora se ha considerado suficiente, pero que empieza a quedarse corta. Albert Cañigueral, representante en España de la red OuiShare (que agrupa a expertos, organizaciones y emprendedores de iniciativas colaborativas), opina que la regulación sería beneficiosa porque daría validez jurídica a la actividad y ayudaría a su desarrollo. “Abogamos por la regulación en todos los casos, no solo cuando haya beneficio económico, para que los usuarios se sientan seguros y participen cada vez más. Ahora bien, regular no significa prohibir, sino establecer reglas claras para todos”, advierte.
El propio dictamen del CESE insiste en la necesidad de una normativa para impulsar un consumo más sostenible, responsable y respetuoso con el medio ambiente. Según un estudio realizado en 2012 por la consultora Campbell Mithun, el 67% de los estadounidenses no se atrevía a registrarse en alguna plataforma porque temía engaños o productos de mala calidad.
Las asociaciones de defensa de los consumidores también entienden que, sobre todo si hay ánimo de lucro, deberían establecerse garantías. “El consumo colaborativo es una muy buena opción, especialmente en la coyuntura actual. Pero es necesario regularlo para que no haya personas sin escrúpulos que quieren sacar ventaja porque, al no haber detrás una empresa, las relaciones son de consumidor a consumidor y no existe una garantía de establecimiento o fabricante. Es cierto que el consumidor está dispuesto a asumir ese riesgo a cambio de otros beneficios, pero aun así deben establecerse unas normas claras”, opina Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU.
El problema es que, al ser tan variados los sectores en los que operan estas plataformas, es complicado establecer un marco común. “Es difícil, pero no imposible. Ante los nuevos usos sociales hay que inventar nuevos modos de regular, no valen las viejas normas. Hay que recordar, por ejemplo, lo que ha pasado con el comercio electrónico. Al principio parecía imposible establecer controles generales, pero con el tiempo se ha conseguido una normativa equilibrada que además ha favorecido su desarrollo porque los consumidores se sienten cada vez más seguros”, sostiene Ángel Sánchez, director del Instituto Municipal de Consumo del Ayuntamiento de Madrid. “No se puede aspirar a regular hasta el mínimo detalle, se trata básicamente de prevenir posibles asimetrías que puedan aparecer”, señala.
Sánchez cree que la legislación debería ofrecer unas garantías a los usuarios para evitar, por ejemplo, que en caso de deficiencias o engaños tuvieran que ir a los tribunales, lo que dilata cualquier reclamación. Y, en actividades como los restaurantes efímeros —que se organizan en casas o locales itinerantes—, se debería intervenir también para evitar problemas de seguridad alimentaria.
Cañigueral coincide en que ante fenómenos tan novedosos como el consumo colaborativo no valen las viejas reglas, hay que inventar nuevas. “¿Qué nombre le damos a un ciudadano que utiliza algo que sabe hacer para generar un beneficio, monetario o no? Como no es un asalariado ni tampoco un autónomo, le estamos empujando a un limbo que suele caer en la economía sumergida”, dice. “Se podría crear, por ejemplo, la figura del microemprendedor —propone—, aunque todo esto debería pensarse más adelante. Primero hay que hacer estudios independientes, un verdadero análisis de cómo está la situación, antes de sentarse a dictar normas sin conocer el mercado”.
El gremio de hoteleros del mundo, contra Airbnb
© Airbnb.
Vía El País.
¿En castillo o furgoneta? ¿Es usted más de cueva o de avión? Airbnb ofrece miles de alternativas para pasar la noche. Exactamente 390.000 en más de 192 países. Y a precios mejores que los de un hotel. Ese es el problema de Airbnb, un sitio que nació hace siete años en Internet para buscar cobijo a unos amigos y que hoy ya ha encontrado cama a 10 millones de personas.
Un juez del estado de Nueva York ha prohibido que se arrienden habitaciones o apartamentos por menos de 29 días, la actividad habitual de Airbnb. En Quebec (Canadá) han tramitado una ley para poner coto al alquiler de corta estancia. El gremio hotelero de Madrid, Barcelona o Amsterdam también se preocupan por el auge de Airbnb entre particulares. Y sus haciendas, por el posible foco de evasión de impuestos.
Su servicio surgió en 2007 a partir de la necesidad: alojar a unos amigos. Joe Gebbi y Brian Chesky decidieron crear una web para que la gente ofreciera sus habitaciones. La llamaron Air, por el tipo de colchón, hinchable, y Bnb, por bed and breakfast, cama y desayuno.
David Hantman, del equipo jurídico, desmiente que sean ilegales: “El 87% de los que alquilan en Nueva York ofrecen una habitación en su casa y eligen cuidadosamente a quien meten. Eso es una relación particular. De hecho, el dinero que obtienen con este extra es lo que les permite llegar a fin de mes”. Airbnb insiste en que el pago de impuestos es una cuestión entre los ciudadanos y la administración. Ellos nada tienen que ver.
Curiosamente, los mismos que protestan echan mano de Airbnb para sacarles de apuros. Hace pocas semanas el alcalde de Barcelona se pasó por sus oficinas. “Durante el congreso mundial de móviles o festivales como el Sónar notamos gran interés de los viajeros pues los hoteles están llenos”, expone Molly Turner, responsable jurídica de la start up. “Es la ciudad donde más alojamientos ofrecemos en España”.
Río de Janeiro también llamó pidiendo socorro. “Es muy probable que no tengan la infraestructura necesaria a tiempo para el Mundial de Fútbol y los Juegos, por lo que han recurrido a nosotros”, aclara Kay Kuehne, responsable de España, Portugal y América Latina.
Airbnb no es la única que ofrece alquileres entre particulares, pero sí la más especializada en estancias de uno o varios días. “No es lógico que en este contexto se estrangule más al ciudadano, sobre todo con el parque de viviendas vacías que hay”, explica Kuehne. “La situación económica ha hecho que muchos se abran a alquilar su casa, algo que antes era impensable. Nos ven como una ayuda para salir adelante”.
El directivo va un paso más allá: “Airbnb no es mercado negro. Al contrario, formalizamos una relación que ya existía. Si lo que quieren es recaudar impuestos lo tienen más fácil”.
El viajero medio de Airbnb tiene 35 años, el anfitrión 38. Esto los aleja del perfil mochilero e indica que no solo se trata de buscar un alojamiento de bajo coste, sino de tener una experiencia diferente a la hotelera. Después llegan los detalles como guías para conocer el barrio, champán en la nevera o un té de bienvenida. “Hemos dado un vuelco al turismo. Dejamos de lado la fría experiencia de pedir la llave en recepción, por un hogar, con sus mascotas, su decoración, sus libros... Se trate de vivir como un vecino”, dice John Zadeh, otro joven del equipo directivo. De cada reserva, Airbnb se queda entre un 6% y un 12%.
Turner insiste en que Airbn solo trae beneficios a la industria turística: “Podemos demostrar que se distribuye la riqueza. De media nuestros viajeros pasan dos días más en el destino que si se alojan en un hotel; gastan más dinero en cafeterías, tiendas y servicios de esos barrios”.
Airbnb se enmarca dentro una nueva ola de sitios que promueven el consumo colaborativo. "Pensamos que las casas están para vivirlas, para usarlas", dice Kuehne. Otro fenómeno dentro de esta misma línea son los coches compartidos de Zipcar o Lyft, muy populares en la bahía de San Francisco. También los espacio de coworking con oficinas con recursos y espacio comunes.
El ataque sufrido por Airbnb no es diferente, al experimentada por otros negocios de Internet frente a la competencia del mundo físico, desde la venta de tabaco al cambio de divisas.
Las salas de reuniones en su sede de San Francisco reproducen algunos de los apartamentos más populares. Desde el cobertizo seta que unos californianos construyeron para sus hijos a un apartamento vintage de Berlín Este, hasta parte de un avión como lugar de reunión. El espacio ya se ha quedado pequeño para más de 200 empleados del cuartel general por lo que, paradójicamente, Airbnb también busca local.
Sus empleados solo tienen una obligación, dejarse ver por el comedor una vez por semana. “Comer juntos crea buen clima e intercambio de ideas”, subraya Kerr. Cada tres meses reciben 500 dólares para gastarlo en alojamientos. Lo habitual es que se unan y alquilen un viñedo en el valle de Napa o un castillo en la Provenza. En vista de que más de la mitad de los empleados van a la oficina en bicicleta, una vez al mes se pasa por Airbnb un mecánico que les hace la puesta a punto gratis. ¡Hoteleros del mundo, tiemblen!
Vía El País.
¿En castillo o furgoneta? ¿Es usted más de cueva o de avión? Airbnb ofrece miles de alternativas para pasar la noche. Exactamente 390.000 en más de 192 países. Y a precios mejores que los de un hotel. Ese es el problema de Airbnb, un sitio que nació hace siete años en Internet para buscar cobijo a unos amigos y que hoy ya ha encontrado cama a 10 millones de personas.
Un juez del estado de Nueva York ha prohibido que se arrienden habitaciones o apartamentos por menos de 29 días, la actividad habitual de Airbnb. En Quebec (Canadá) han tramitado una ley para poner coto al alquiler de corta estancia. El gremio hotelero de Madrid, Barcelona o Amsterdam también se preocupan por el auge de Airbnb entre particulares. Y sus haciendas, por el posible foco de evasión de impuestos.
Su servicio surgió en 2007 a partir de la necesidad: alojar a unos amigos. Joe Gebbi y Brian Chesky decidieron crear una web para que la gente ofreciera sus habitaciones. La llamaron Air, por el tipo de colchón, hinchable, y Bnb, por bed and breakfast, cama y desayuno.
David Hantman, del equipo jurídico, desmiente que sean ilegales: “El 87% de los que alquilan en Nueva York ofrecen una habitación en su casa y eligen cuidadosamente a quien meten. Eso es una relación particular. De hecho, el dinero que obtienen con este extra es lo que les permite llegar a fin de mes”. Airbnb insiste en que el pago de impuestos es una cuestión entre los ciudadanos y la administración. Ellos nada tienen que ver.
Curiosamente, los mismos que protestan echan mano de Airbnb para sacarles de apuros. Hace pocas semanas el alcalde de Barcelona se pasó por sus oficinas. “Durante el congreso mundial de móviles o festivales como el Sónar notamos gran interés de los viajeros pues los hoteles están llenos”, expone Molly Turner, responsable jurídica de la start up. “Es la ciudad donde más alojamientos ofrecemos en España”.
Río de Janeiro también llamó pidiendo socorro. “Es muy probable que no tengan la infraestructura necesaria a tiempo para el Mundial de Fútbol y los Juegos, por lo que han recurrido a nosotros”, aclara Kay Kuehne, responsable de España, Portugal y América Latina.
Airbnb no es la única que ofrece alquileres entre particulares, pero sí la más especializada en estancias de uno o varios días. “No es lógico que en este contexto se estrangule más al ciudadano, sobre todo con el parque de viviendas vacías que hay”, explica Kuehne. “La situación económica ha hecho que muchos se abran a alquilar su casa, algo que antes era impensable. Nos ven como una ayuda para salir adelante”.
El directivo va un paso más allá: “Airbnb no es mercado negro. Al contrario, formalizamos una relación que ya existía. Si lo que quieren es recaudar impuestos lo tienen más fácil”.
El viajero medio de Airbnb tiene 35 años, el anfitrión 38. Esto los aleja del perfil mochilero e indica que no solo se trata de buscar un alojamiento de bajo coste, sino de tener una experiencia diferente a la hotelera. Después llegan los detalles como guías para conocer el barrio, champán en la nevera o un té de bienvenida. “Hemos dado un vuelco al turismo. Dejamos de lado la fría experiencia de pedir la llave en recepción, por un hogar, con sus mascotas, su decoración, sus libros... Se trate de vivir como un vecino”, dice John Zadeh, otro joven del equipo directivo. De cada reserva, Airbnb se queda entre un 6% y un 12%.
Turner insiste en que Airbn solo trae beneficios a la industria turística: “Podemos demostrar que se distribuye la riqueza. De media nuestros viajeros pasan dos días más en el destino que si se alojan en un hotel; gastan más dinero en cafeterías, tiendas y servicios de esos barrios”.
Airbnb se enmarca dentro una nueva ola de sitios que promueven el consumo colaborativo. "Pensamos que las casas están para vivirlas, para usarlas", dice Kuehne. Otro fenómeno dentro de esta misma línea son los coches compartidos de Zipcar o Lyft, muy populares en la bahía de San Francisco. También los espacio de coworking con oficinas con recursos y espacio comunes.
El ataque sufrido por Airbnb no es diferente, al experimentada por otros negocios de Internet frente a la competencia del mundo físico, desde la venta de tabaco al cambio de divisas.
Las salas de reuniones en su sede de San Francisco reproducen algunos de los apartamentos más populares. Desde el cobertizo seta que unos californianos construyeron para sus hijos a un apartamento vintage de Berlín Este, hasta parte de un avión como lugar de reunión. El espacio ya se ha quedado pequeño para más de 200 empleados del cuartel general por lo que, paradójicamente, Airbnb también busca local.
Sus empleados solo tienen una obligación, dejarse ver por el comedor una vez por semana. “Comer juntos crea buen clima e intercambio de ideas”, subraya Kerr. Cada tres meses reciben 500 dólares para gastarlo en alojamientos. Lo habitual es que se unan y alquilen un viñedo en el valle de Napa o un castillo en la Provenza. En vista de que más de la mitad de los empleados van a la oficina en bicicleta, una vez al mes se pasa por Airbnb un mecánico que les hace la puesta a punto gratis. ¡Hoteleros del mundo, tiemblen!
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Vía El Mostrador.
Por cierre de carreras en Ues tradicionales y altos aranceles de privadas
Felipe Mella explica que se da la paradoja de que mientras más carreras son cerradas en las universidades, más crece la demanda por los talleres que ofrece la Corporación. Por ello cree que la gratuidad que promete el programa de Michelle Bachelet, sumado al anuncio de crear nuevos centros para jóvenes, podría corregir la situación.
por Hector Cossio
Hace unos 10 o 15 años, Santiago y otras capitales regionales del país presentaban una gran oferta para estudios superiores relacionadas con las distintas áreas del arte. Era el tiempo en que se empezaba a reconocer las expresiones artísticas como una función esencial del desarrollo del país y las universidades comenzaron a apostar por los jóvenes con inquietudes artísticas, tal como lo hizo también el mercado. Por todas partes se podían encontrar ofertas de educación superior. Con el pasar de los años, sin embargo, la oferta fue reduciéndose, atomizándose cada vez más, hasta que las universidades comenzaron a cerrar escuelas de arte, danza y teatro. Las instituciones de educación superior privadas subieron sus aranceles y los aspirantes a artistas comenzaron a quedar errantes.
“Hoy se vive una crisis en la educación en el área artística”, dice con vehemencia Felipe Mella, director de Balmaceda Arte Joven. Esta crisis, por un lado -advierte-, responde al alto costo de las carreras; por ejemplo “Artes Escénicas, en universidades privadas tiene un arancel igual o superior que el de Medicina en la Chile” y, por otro, “a la reducción en la oferta de becas en las universidades tradicionales para estudiantes de arte”.
“Nosotros nos hemos dado cuenta porque teníamos varios convenios con universidades y este año son las últimas becas, porque las universidades están cerrando las carreras. Es preocupante para el país que de pronto vaya a haber un vacío en la oferta para estos jóvenes”, explica el director de Balmaceda, quien confía que con el proyecto de educación del actual gobierno este problema vaya encontrando solución.
“Espero que con este gobierno se llegue a la gratuidad, porque va haber mucha demanda en esas áreas. En el norte, en Antofagasta o en el sur, en Puerto Montt, donde no existen carreras artísticas, se va a generar una demanda muy fuerte que tiene que enfrentarse a través de la descentralización cultural”, añade.
Pero así como este panorama en la educación formal parece desalentador, las opciones como las que brinda Balmaceda Arte Joven o las medidas anunciadas recientemente por Bachelet de crear 15 centros regionales para jóvenes, vendrían a suplir estas deficiencias para corregir la actual paradoja de que mientras se cierran más carreras aumenta la demanda de chicos por estudiar arte. Y esa demanda es actualmente canalizada por los talleres de Balmaceda, que desde hace 20 años implantaron un modelo único de descentralización y también de captación de estudiantes a través de la oferta de talleres que van de la mano con las necesidades culturales de cada región y también de las tendencias culturales de los jóvenes.
“Durante muchos años uno de los talleres que menos entusiasmo provocaba en los jóvenes eran los cursos de poesía, siendo este país una nación de poetas”, cuenta Mella. “¿Y qué hicimos?”, se pregunta en voz alta. “Buscamos la fórmula de reinventar el curso cruzándolo con otras áreas. Así entonces partimos con un taller de literatura, que después se transformaba en un guión, para finalmente convertirse en un producto audiovisual”, responde.
“Acciona” en colegios vulnerables
Otra de la áreas en que la educación artística ha resultado lesionada es en la educación secundaria, área en que se han cerrado asignaturas ligadas a la educación artística.
Uno de los programas que precisamente busca corregir esa situación es el “Acciona”, un proyecto que hace seis años realiza Balmaceda con el Consejo de la Cultura y que está destinado a incorporar espacios artísticos en los 50 colegios más vulnerables del país.
“Este modelo consiste en trabajar un poco con el docente para llevar cultura dentro de las aulas para mejorar la convivencia escolar, para mejorar el rendimiento y atacar el bullying, y que ha resultado muy exitoso”, explica el director del Balmaceda, quien se muestra confiado en las intenciones de la nueva institucionalidad cultural de este gobierno, liderado por la ministra Claudia Barattini, respecto a replicar este modelo en todos los colegios del país.
El arte como expresión de los cambios sociales
Los giros y los cambios programáticos que se desarrollan a la par con las tendencias culturales han llevado también a que se refuerce otra área del desarrollo personal de los alumnos: la opinión.
Los estudiantes que pasan por Balmaceda, explica Mella, no son aspirantes a artistas que se encuentran desconectados con lo que pasa en el contexto nacional y mundial, por el contrario, son jóvenes que utilizan el arte para dar cuenta de los cambios sociales.
Durante diciembre y enero recién pasados se llevó a cabo la exposición Arte Joven en el Museo de Arte Contemporáneo. En esta exposición, que se monta gracias a un convenio con la Universidad Mayor y las 16 universidades que ofrecen la carrera de Artes Visuales, participaron cientos de jóvenes, quienes con diferentes técnicas hicieron una revisión del tejido social del país. Fue así que dos de los ganadores, Fernando Balmaceda (en la categoría egresados) y Melisa Rojas (categoría estudiantes), plantearon sus obras como una especie de espejo de la sociedad.
“En esta exposición los estudiantes reflejaron lo que está ocurriendo con el país. Esa rabia que tienen dentro, y que la quieren expresar a través del arte, como es el tema del justo reclamo por una educación gratuita y de calidad”, dice Mella, quien agrega que lo que más gusta de este trabajo es ”lograr hacer partícipes a los jóvenes de todos los procesos sociales. Estamos generando opinión, de aquí salen jóvenes opinantes”.
El arte y los nuevos escenarios sociales
En sintonía con lo señalado recientemente por el Consejo de la Cultura respecto de la escasa inversión en desarrollo cultural de los últimos cuatro años, Mella recuerda que, en 2o11, el gobierno de Piñera les recortó el presupuesto al 50 por ciento y tal situación obligó a Balmaceda a replantear su funcionamiento.
Estaban entre dos caminos: cerrar o reinventarse. Como la primera opción no estaba en discusión, ya que nadie estaba dispuesto a perder lo ganado durante tantos años, se instauraron dos mecanismos. El primero nació de los propios talleristas que, siendo muchos de ellos formados en Balmaceda, regresaron a la corporación para devolver la mano ofreciendo cursos gratuitos. Fue así que ese año, en lugar de cerrar varios talleres, se mantuvieron todos, con temporadas a tablero vuelto.
Pero fue la creación del Área de Desarrollo el que le dio el impulso final para superar el recorte presupuestario y, por el contrario, pensar en la expansión.
“Logramos trasladar nuestros servicios a otro tipo de escenario y a otro tipo de público. Empezamos a generar vínculos con el Ministerio de Vivienda, con el Fosis, con Gendarmería”, recuerda Mella.
Con Gendarmería iniciaron un trabajo para mejorar la convivencia en las unidades penales para jóvenes. “Mira –nos dijeron– tenemos problemas con los talleres, aquí siempre llegan los mismos a ofrecer ‘macramé’. Hicimos una propuesta y la aplicamos durante tres meses en la Cárcel de Puente Alto y fue tal el éxito que hoy día nos están pidiendo replicarlos en distintos centros del país”, cuenta.
Con el Fosis se hizo lo mismo. “Ofrecimos un proyecto para los barrios vulnerables, para mejorar la convivencia entre los barrios, para sacar a los chicos de la drogadicción y en Vivienda hablamos con el jefe del área de campamentos y les dijimos que teníamos clarísimo la dificultad de adaptación de la gente que vivía en campamentos y se traslada a la viviendas definitivas donde llegan personas de distintas parte de las ciudad. Y creamos un proyecto para mejorar esa adaptación” señala Mella.
Este proyecto, que nació como un salvavidas económico, se ha transformado en un mecanismo alternativo de financiamiento y, hoy, Balmaceda busca compartir su experiencia con otras instituciones que se encuentren en situación similar bajo la fórmula de que el arte no puede sobrevivir si no abre su oferta a otros públicos y otros escenarios sociales.
Por cierre de carreras en Ues tradicionales y altos aranceles de privadas
Felipe Mella explica que se da la paradoja de que mientras más carreras son cerradas en las universidades, más crece la demanda por los talleres que ofrece la Corporación. Por ello cree que la gratuidad que promete el programa de Michelle Bachelet, sumado al anuncio de crear nuevos centros para jóvenes, podría corregir la situación.
por Hector Cossio
Hace unos 10 o 15 años, Santiago y otras capitales regionales del país presentaban una gran oferta para estudios superiores relacionadas con las distintas áreas del arte. Era el tiempo en que se empezaba a reconocer las expresiones artísticas como una función esencial del desarrollo del país y las universidades comenzaron a apostar por los jóvenes con inquietudes artísticas, tal como lo hizo también el mercado. Por todas partes se podían encontrar ofertas de educación superior. Con el pasar de los años, sin embargo, la oferta fue reduciéndose, atomizándose cada vez más, hasta que las universidades comenzaron a cerrar escuelas de arte, danza y teatro. Las instituciones de educación superior privadas subieron sus aranceles y los aspirantes a artistas comenzaron a quedar errantes.
“Hoy se vive una crisis en la educación en el área artística”, dice con vehemencia Felipe Mella, director de Balmaceda Arte Joven. Esta crisis, por un lado -advierte-, responde al alto costo de las carreras; por ejemplo “Artes Escénicas, en universidades privadas tiene un arancel igual o superior que el de Medicina en la Chile” y, por otro, “a la reducción en la oferta de becas en las universidades tradicionales para estudiantes de arte”.
“Nosotros nos hemos dado cuenta porque teníamos varios convenios con universidades y este año son las últimas becas, porque las universidades están cerrando las carreras. Es preocupante para el país que de pronto vaya a haber un vacío en la oferta para estos jóvenes”, explica el director de Balmaceda, quien confía que con el proyecto de educación del actual gobierno este problema vaya encontrando solución.
“Espero que con este gobierno se llegue a la gratuidad, porque va haber mucha demanda en esas áreas. En el norte, en Antofagasta o en el sur, en Puerto Montt, donde no existen carreras artísticas, se va a generar una demanda muy fuerte que tiene que enfrentarse a través de la descentralización cultural”, añade.
Pero así como este panorama en la educación formal parece desalentador, las opciones como las que brinda Balmaceda Arte Joven o las medidas anunciadas recientemente por Bachelet de crear 15 centros regionales para jóvenes, vendrían a suplir estas deficiencias para corregir la actual paradoja de que mientras se cierran más carreras aumenta la demanda de chicos por estudiar arte. Y esa demanda es actualmente canalizada por los talleres de Balmaceda, que desde hace 20 años implantaron un modelo único de descentralización y también de captación de estudiantes a través de la oferta de talleres que van de la mano con las necesidades culturales de cada región y también de las tendencias culturales de los jóvenes.
“Durante muchos años uno de los talleres que menos entusiasmo provocaba en los jóvenes eran los cursos de poesía, siendo este país una nación de poetas”, cuenta Mella. “¿Y qué hicimos?”, se pregunta en voz alta. “Buscamos la fórmula de reinventar el curso cruzándolo con otras áreas. Así entonces partimos con un taller de literatura, que después se transformaba en un guión, para finalmente convertirse en un producto audiovisual”, responde.
“Acciona” en colegios vulnerables
Otra de la áreas en que la educación artística ha resultado lesionada es en la educación secundaria, área en que se han cerrado asignaturas ligadas a la educación artística.
Uno de los programas que precisamente busca corregir esa situación es el “Acciona”, un proyecto que hace seis años realiza Balmaceda con el Consejo de la Cultura y que está destinado a incorporar espacios artísticos en los 50 colegios más vulnerables del país.
“Este modelo consiste en trabajar un poco con el docente para llevar cultura dentro de las aulas para mejorar la convivencia escolar, para mejorar el rendimiento y atacar el bullying, y que ha resultado muy exitoso”, explica el director del Balmaceda, quien se muestra confiado en las intenciones de la nueva institucionalidad cultural de este gobierno, liderado por la ministra Claudia Barattini, respecto a replicar este modelo en todos los colegios del país.
El arte como expresión de los cambios sociales
Los giros y los cambios programáticos que se desarrollan a la par con las tendencias culturales han llevado también a que se refuerce otra área del desarrollo personal de los alumnos: la opinión.
Los estudiantes que pasan por Balmaceda, explica Mella, no son aspirantes a artistas que se encuentran desconectados con lo que pasa en el contexto nacional y mundial, por el contrario, son jóvenes que utilizan el arte para dar cuenta de los cambios sociales.
Durante diciembre y enero recién pasados se llevó a cabo la exposición Arte Joven en el Museo de Arte Contemporáneo. En esta exposición, que se monta gracias a un convenio con la Universidad Mayor y las 16 universidades que ofrecen la carrera de Artes Visuales, participaron cientos de jóvenes, quienes con diferentes técnicas hicieron una revisión del tejido social del país. Fue así que dos de los ganadores, Fernando Balmaceda (en la categoría egresados) y Melisa Rojas (categoría estudiantes), plantearon sus obras como una especie de espejo de la sociedad.
“En esta exposición los estudiantes reflejaron lo que está ocurriendo con el país. Esa rabia que tienen dentro, y que la quieren expresar a través del arte, como es el tema del justo reclamo por una educación gratuita y de calidad”, dice Mella, quien agrega que lo que más gusta de este trabajo es ”lograr hacer partícipes a los jóvenes de todos los procesos sociales. Estamos generando opinión, de aquí salen jóvenes opinantes”.
El arte y los nuevos escenarios sociales
En sintonía con lo señalado recientemente por el Consejo de la Cultura respecto de la escasa inversión en desarrollo cultural de los últimos cuatro años, Mella recuerda que, en 2o11, el gobierno de Piñera les recortó el presupuesto al 50 por ciento y tal situación obligó a Balmaceda a replantear su funcionamiento.
Estaban entre dos caminos: cerrar o reinventarse. Como la primera opción no estaba en discusión, ya que nadie estaba dispuesto a perder lo ganado durante tantos años, se instauraron dos mecanismos. El primero nació de los propios talleristas que, siendo muchos de ellos formados en Balmaceda, regresaron a la corporación para devolver la mano ofreciendo cursos gratuitos. Fue así que ese año, en lugar de cerrar varios talleres, se mantuvieron todos, con temporadas a tablero vuelto.
Pero fue la creación del Área de Desarrollo el que le dio el impulso final para superar el recorte presupuestario y, por el contrario, pensar en la expansión.
“Logramos trasladar nuestros servicios a otro tipo de escenario y a otro tipo de público. Empezamos a generar vínculos con el Ministerio de Vivienda, con el Fosis, con Gendarmería”, recuerda Mella.
Con Gendarmería iniciaron un trabajo para mejorar la convivencia en las unidades penales para jóvenes. “Mira –nos dijeron– tenemos problemas con los talleres, aquí siempre llegan los mismos a ofrecer ‘macramé’. Hicimos una propuesta y la aplicamos durante tres meses en la Cárcel de Puente Alto y fue tal el éxito que hoy día nos están pidiendo replicarlos en distintos centros del país”, cuenta.
Con el Fosis se hizo lo mismo. “Ofrecimos un proyecto para los barrios vulnerables, para mejorar la convivencia entre los barrios, para sacar a los chicos de la drogadicción y en Vivienda hablamos con el jefe del área de campamentos y les dijimos que teníamos clarísimo la dificultad de adaptación de la gente que vivía en campamentos y se traslada a la viviendas definitivas donde llegan personas de distintas parte de las ciudad. Y creamos un proyecto para mejorar esa adaptación” señala Mella.
Este proyecto, que nació como un salvavidas económico, se ha transformado en un mecanismo alternativo de financiamiento y, hoy, Balmaceda busca compartir su experiencia con otras instituciones que se encuentren en situación similar bajo la fórmula de que el arte no puede sobrevivir si no abre su oferta a otros públicos y otros escenarios sociales.
15.3.14
Europe 24
Europe 24 from NATS on Vimeo.
This data visualization of Air Traffic in Europe was created from real flight data. It shows the air traffic which flies on a typical summer day and highlights the intensity of the operation in Europe - an operation which runs 24x7x365.
NATS and the UK are at the heart of the operation. With Heathrow as the busiest international airport in Europe, and Gatwick as the busiest single runway airport in the world, we play a key role in ensuring air traffic under our control in European airspace is as safe and efficient as it can be.Find out more at nats.aero and nats.aero/blog
12.3.14
Carnaval y ofrendas marcan puesta en marcha de proyecto del nuevo Museo “R. P. Gustavo Le Paige”
© Iglesis Prat.
Vía UCN al Día.
10 marzo, 2014
Autoridades regionales, de la UCN y del Municipio de San Pedro de Atacama, junto a representantes de pueblos originarios, participaron en la celebración que da el vamos al nuevo edificio.
Ofrendas a la Pachamama y un colorido carnaval, que incluyó música y bailes tradicionales de la cultura atacameña, marcaron el anuncio de la puesta en marcha del proyecto de reposición del Museo “R. P. Gustavo Le Paige s.j.”, ubicado en la localidad de San Pedro de Atacama. La emblemática obra inicia así la fase definitiva de su materialización, la que incluye la construcción de un moderno edificio de más de 5.000 metros cuadrados, y que cuenta con una inversión cercana a los 20 millones de dólares.
Para conmemorar este hito, autoridades regionales, de nuestra Universidad, de las comunidades atacameñas y del municipio local, participaron en una verdadera fiesta nortina, donde se recordaron las tradiciones ancestrales y participaron en la firma de un acta que marca este acontecimiento que fija un antes y un después en el desarrollo de la comuna.
El nuevo edificio, que se construirá en los terrenos que ocupa el actual museo -el cual será demolido-, incluye un diseño arquitectónico de vanguardia, distribuido en tres niveles. Según explicó Manuel Arturo Torres, Administrador de Colecciones y Conservación del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo IIAM de la Universidad Católica del Norte, el primero considera un subterráneo para el resguardo de las cientos de miles de piezas que actualmente posee la Unidad. También está considerada la construcción de laboratorios para facilitar los procedimientos de conservación.
Un segundo nivel será orientado a la exhibición de las muestras permanentes y temporales, además de incluir salas multiuso, cafetería, biblioteca y un moderno anfiteatro interior con capacidad para 200 personas. Mientras, en el nivel de superficie la obra albergará una plaza de uso público, con miradores y un anfiteatro al aire libre para el desarrollo de diversas actividades. Los trabajos previos en terreno incluyen tres etapas que consideran la preparación de las colecciones, su posterior traslado a un recinto transitorio, para finalmente dar inicio a la demolición del viejo recinto. El inicio de la construcción del nuevo museo se espera para octubre próximo y las obras tendrán una duración de dos años.
IMPACTO
La materialización de este proyecto, que cuenta con financiamiento del Gobierno Regional, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), espera constituirse en un acontecimiento histórico y que tendrá un fuerte impacto en el desarrollo de la comuna de San Pedro de Atacama, hecho que fue destacado por las autoridades presentes en la jornada. Bajo este prisma, la Vicerrectora de Asuntos Económicos y Administrativos de la UCN, Jacqueline Fuentes Hernández, recordó los nexos que unen a nuestra Institución con la gestión y desarrollo del Museo.
“Representa un hito iniciado en 1957”, destacó la autoridad, al valorar el aporte del sacerdote jesuita belga Gustavo Le Paige, quien en la antigua parroquia del poblado sembró la semilla de lo que hoy es el recinto. Con posterioridad, y con al apoyo de la entonces Universidad del Norte, se construyó en 1963 el primer pabellón, para luego en la década de los setenta la UCN asumir en forma plena su compromiso de custodiar el recinto, hecho que fue complementado con la creación del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo (IIAM) en 1984. Para la alcaldesa de San Pedro de Atacama, Sandra Berna Martínez, la construcción del nuevo museo es un acontecimiento crucial en la historia del país.
“Implica poder resguardar un material que es una joya para el pueblo atacameño. Es un legado que hay que cuidar”, sostuvo. La autoridad comunal indicó que el edificio debe ser activo y dinámico y debe responder a un deseo de contar con una casa nueva, considerando en todo momento el permiso de los ancestros. “Quiero que sea el museo más importante de Chile y del mundo”, sentenció.
CULTURA Y DOCENCIA
Para la Directora del IIAM, María Cecilia Sanhueza, el nuevo museo implica, además de infraestructura, todo un desarrollo complementario en el área de la investigación y en la docencia de postgrado. “Están diseñadas salas de clases, auditorios y lugares donde poder realizar eventos académicos. La idea es que se convierta en un centro que canalice y que convoque mucha actividad, no solo del Instituto, sino que de la UCN en general y de otras instituciones.
Esto tendrá un fuerte impacto en la comunidad”, sostuvo la historiadora, quien agregó que con las nuevas condiciones será posible ampliar el staff de profesores, alumnos y de los servicios que la Unidad puede ofrecer. Puso especial énfasis en el contacto con la comunidad, con el fortalecimiento de iniciativas de gran impacto y vinculación como es el desarrollo de la Escuela Andina, entre otras. Explicó que el hecho de contar con instalaciones y auditorios más grandes, tiene que ver con la posibilidad de abrir a la comunidad estos espacios, y así, entre otras actividades, ofrecer cursos sobre de formación en el área cultural andina con académicos, especialistas y miembros de la comunidad atacameña que participan en estas iniciativas.
Mies+Flintstones: Chilean architect Smiljan Radic to design 2014 Serpentine pavilion
Vía The Guardian.
Risks can be exciting, says 48-year-old, one of youngest and least-known architects selected for gallery's programme
Oliver Wainwright
© Serpentine, Radic.
A cow's udder stuffed with newspaper and wrapped in strips of masking tape might not sound like your average architectural model. But then Smiljan Radic, the Chilean designer chosen for this summer's Serpentine Gallery Pavilion, is no ordinary architect. This bandaged bladder, along with hollowed-out pebbles and torn papier-maché doughnuts, has fed in to the development of one of the strangest structures Kensington Gardens will have ever seen when it opens to the public on 26 June.
Looking like the result of an alien visitation to some ancient pagan site, the pavilion will take the form of a delicate white fibreglass cocoon, resting on a ring of boulders above a sunken grassy bowl, as if a mutant spider had spun a great nest on top of a neolithic stone circle.
"I want to bring back a sense of primitive space to the tradition of the folly in the park," said Radic, speaking from his studio in Santiago. "I like fragile constructions that have nothing to do with the history of architecture – like road-side fruit stalls, travelling circus tents and the simple shelters people build for themselves with whatever materials are to hand."
The 48-year-old, who is one of the youngest and least-known architects yet selected in the Serpentine's 14-year programme, has forged a reputation in South America for building structures of startling originality that play on their material counterpoints, combining natural and artificial, roughly hewn with smoothly polished. From luxurious villas that cling to the cliffs of the Chilean coast, to larger museum and civic centre projects, his work contrasts raw geological power with the delicacy of things that feel woven or grown. It is organic, but in way that is as awkward and brutish as it is sumptuous and refined. It is touchy feely – but you might get scratched.
Radic's extension to a charcoal burner's house in Culiprán is made out of the kiln itself, formed from a big ball of clay and straw that looked like the work of a dung beetle, then burnt out from the middle and chopped in half to form a craggy dome. His Mestizo restaurant in Santiago is composed of crisp black concrete beams resting on top of massive granite boulders, as if Mies van der Rohe had collaborated with the Flintstones.
For the Serpentine, the torus-shaped fibreglass shell will appear like the cast-off chrysalis of some bulbous insect, ripped open where its maker wriggled out. In all cases, these are spaces to be experienced from within, not objects to look at from outside.
"I find contemporary architecture gives too much attention to the surface and the visual sense," said Radic. "I'm more interested in the ability of architecture to create an ambience, to give the air a certain quality, with noise, pasty light, suspended dust or an unusual temperature."
© Serpentine, Radic.
He represents a welcome direction in the Serpentine's choice of lesser-known, more thoughtful architects for this annual commission, after a decade of big-name "starchitects" produced mixed results – from Frank Gehry's clumsy pile of collapsing beams in 2008 to Jean Nouvel's tacky red boudoir in 2010. Last year's beguiling cloud of white steel rods, by the relatively obscure Japanese architect Sou Fujimoto, was one of the most visited pavilions yet.
"Radic is a key protagonist of an amazing architectural explosion in Chile," said Serpentine directors Julia Peyton-Jones and Hans Ulrich Obrist. "It's the Chilean miracle. In the same way that he makes such innovative use of available materials, his versatility as an architect enables him to respond to the demands of each setting."
"They are taking a big risk by choosing me," said Radic. "I'm not inside the common place of the architect, and it is really hard for me to do something so fast. But risks can be exciting."
Risks can be exciting, says 48-year-old, one of youngest and least-known architects selected for gallery's programme
Oliver Wainwright
© Serpentine, Radic.
A cow's udder stuffed with newspaper and wrapped in strips of masking tape might not sound like your average architectural model. But then Smiljan Radic, the Chilean designer chosen for this summer's Serpentine Gallery Pavilion, is no ordinary architect. This bandaged bladder, along with hollowed-out pebbles and torn papier-maché doughnuts, has fed in to the development of one of the strangest structures Kensington Gardens will have ever seen when it opens to the public on 26 June.
Looking like the result of an alien visitation to some ancient pagan site, the pavilion will take the form of a delicate white fibreglass cocoon, resting on a ring of boulders above a sunken grassy bowl, as if a mutant spider had spun a great nest on top of a neolithic stone circle.
"I want to bring back a sense of primitive space to the tradition of the folly in the park," said Radic, speaking from his studio in Santiago. "I like fragile constructions that have nothing to do with the history of architecture – like road-side fruit stalls, travelling circus tents and the simple shelters people build for themselves with whatever materials are to hand."
The 48-year-old, who is one of the youngest and least-known architects yet selected in the Serpentine's 14-year programme, has forged a reputation in South America for building structures of startling originality that play on their material counterpoints, combining natural and artificial, roughly hewn with smoothly polished. From luxurious villas that cling to the cliffs of the Chilean coast, to larger museum and civic centre projects, his work contrasts raw geological power with the delicacy of things that feel woven or grown. It is organic, but in way that is as awkward and brutish as it is sumptuous and refined. It is touchy feely – but you might get scratched.
Radic's extension to a charcoal burner's house in Culiprán is made out of the kiln itself, formed from a big ball of clay and straw that looked like the work of a dung beetle, then burnt out from the middle and chopped in half to form a craggy dome. His Mestizo restaurant in Santiago is composed of crisp black concrete beams resting on top of massive granite boulders, as if Mies van der Rohe had collaborated with the Flintstones.
For the Serpentine, the torus-shaped fibreglass shell will appear like the cast-off chrysalis of some bulbous insect, ripped open where its maker wriggled out. In all cases, these are spaces to be experienced from within, not objects to look at from outside.
"I find contemporary architecture gives too much attention to the surface and the visual sense," said Radic. "I'm more interested in the ability of architecture to create an ambience, to give the air a certain quality, with noise, pasty light, suspended dust or an unusual temperature."
© Serpentine, Radic.
He represents a welcome direction in the Serpentine's choice of lesser-known, more thoughtful architects for this annual commission, after a decade of big-name "starchitects" produced mixed results – from Frank Gehry's clumsy pile of collapsing beams in 2008 to Jean Nouvel's tacky red boudoir in 2010. Last year's beguiling cloud of white steel rods, by the relatively obscure Japanese architect Sou Fujimoto, was one of the most visited pavilions yet.
"Radic is a key protagonist of an amazing architectural explosion in Chile," said Serpentine directors Julia Peyton-Jones and Hans Ulrich Obrist. "It's the Chilean miracle. In the same way that he makes such innovative use of available materials, his versatility as an architect enables him to respond to the demands of each setting."
"They are taking a big risk by choosing me," said Radic. "I'm not inside the common place of the architect, and it is really hard for me to do something so fast. But risks can be exciting."
8.3.14
The New Traveler: A Letter from Editor in Chief Pilar Guzmán
Vía Condé Nast Traveler.
Around our offices, the most abiding litmus test for a story is "Does it make you want to jump on a plane?" Sounds easy enough, though you would be surprised at how many seemingly sound story ideas hit the cutting-room floor because of their failure to deliver on the flutter factor.
These days, we are all transported dozens of times a day by the Pavlovian stroke of an index finger across a tiny mobile screen; we scroll from a perfect latte in Portland, to a snow-covered mountain face in the French Pyrenees, to a bowl of pho in Hoi An, in a span of seconds. Social media, with its raw immediacy and pith, has raised the authenticity bar for all content makers, inspiring us to be ever more transparent, personal, and up-to-the-minute in print and digital.
And at a time when you can Google Image just about every natural or man-made wonder in the world, it's our job to constantly evolve our visual language and storytelling style so that it allows readers to see the same beaches, zebra herds, and architectural marvels with fresh focus. We balance the iconic and enduring with the impassioned and immediate, factoring in a vastly changed travel landscape—these days a restaurant or art opening is as good a reason as any to book a trip. As you browse through this month's issue, you will notice that it looks different, starting with the cover, an arresting image by Inez and Vinoodh. We've inverted the magazine's traditional framing from far-flung locale with anonymous woman in the distance to full-frame global citizen Christy Turlington Burns with far-flung locale reflected in her lenses.
In many ways we are returning to our roots. When the magazine was launched in 1987 by Sir Harold Evans, its distinction in the travel category was marked as much by novel photography as by journalistic rigor. What other travel publication in 1987 would have run Helmut Newton's provocative picture of two women dining topless in a Berlin restaurant?
As for the rest of the issue, a redesign to us means changing not only the look of the pages but the way we find and tell stories in order to reclaim that element of surprise. We have used the opportunity to poke holes in every section and to question whether what we cover and how we cover it delivers on our twin promises of inspiration and service. Our aim is for the magazine, the Web site (about to relaunch, so please stay tuned), and our social channels to replicate the experience of getting the download from our most interesting, most well-traveled, most in-the-know friends.
Sometimes a truly memorable trip is the one when the unexpected happens, when you get lost in a good way. But spontaneity takes planning, gathering, and the collective wisdom of travelers you trust. Which is why many of the stories in this issue came out of casual conversations with photographers, writers, influencers, designers, and stylists who, in discussing potential assignments, shared snapshots from personal trips that caught our eye. It is precisely their passionate discoveries that together form an insider's guide which we hope speaks to the real needs of travelers. You see, we are less interested in any "definitive guide" than we are in the very specific adventures of discerning travelers. From photographer Dewey Nicks's visit to the Henry Ford Museum in Dearborn, Michigan, to Simon Romero's meditation on his adopted city, Rio, the common thread in all the stories is that they are deeply personal. As any great journey should be.
Pilar Guzmán, Editor in Chief
Ver:
The New York Post: New editor realizes her vision of Condé Nast Traveler.
New York Observer: Pilar Guzmán Named EIC of Condé Nast Traveler.
El Mundo: Anna Wintour, el poder absoluto de la editora.
Around our offices, the most abiding litmus test for a story is "Does it make you want to jump on a plane?" Sounds easy enough, though you would be surprised at how many seemingly sound story ideas hit the cutting-room floor because of their failure to deliver on the flutter factor.
These days, we are all transported dozens of times a day by the Pavlovian stroke of an index finger across a tiny mobile screen; we scroll from a perfect latte in Portland, to a snow-covered mountain face in the French Pyrenees, to a bowl of pho in Hoi An, in a span of seconds. Social media, with its raw immediacy and pith, has raised the authenticity bar for all content makers, inspiring us to be ever more transparent, personal, and up-to-the-minute in print and digital.
And at a time when you can Google Image just about every natural or man-made wonder in the world, it's our job to constantly evolve our visual language and storytelling style so that it allows readers to see the same beaches, zebra herds, and architectural marvels with fresh focus. We balance the iconic and enduring with the impassioned and immediate, factoring in a vastly changed travel landscape—these days a restaurant or art opening is as good a reason as any to book a trip. As you browse through this month's issue, you will notice that it looks different, starting with the cover, an arresting image by Inez and Vinoodh. We've inverted the magazine's traditional framing from far-flung locale with anonymous woman in the distance to full-frame global citizen Christy Turlington Burns with far-flung locale reflected in her lenses.
In many ways we are returning to our roots. When the magazine was launched in 1987 by Sir Harold Evans, its distinction in the travel category was marked as much by novel photography as by journalistic rigor. What other travel publication in 1987 would have run Helmut Newton's provocative picture of two women dining topless in a Berlin restaurant?
As for the rest of the issue, a redesign to us means changing not only the look of the pages but the way we find and tell stories in order to reclaim that element of surprise. We have used the opportunity to poke holes in every section and to question whether what we cover and how we cover it delivers on our twin promises of inspiration and service. Our aim is for the magazine, the Web site (about to relaunch, so please stay tuned), and our social channels to replicate the experience of getting the download from our most interesting, most well-traveled, most in-the-know friends.
Sometimes a truly memorable trip is the one when the unexpected happens, when you get lost in a good way. But spontaneity takes planning, gathering, and the collective wisdom of travelers you trust. Which is why many of the stories in this issue came out of casual conversations with photographers, writers, influencers, designers, and stylists who, in discussing potential assignments, shared snapshots from personal trips that caught our eye. It is precisely their passionate discoveries that together form an insider's guide which we hope speaks to the real needs of travelers. You see, we are less interested in any "definitive guide" than we are in the very specific adventures of discerning travelers. From photographer Dewey Nicks's visit to the Henry Ford Museum in Dearborn, Michigan, to Simon Romero's meditation on his adopted city, Rio, the common thread in all the stories is that they are deeply personal. As any great journey should be.
Pilar Guzmán, Editor in Chief
Ver:
The New York Post: New editor realizes her vision of Condé Nast Traveler.
New York Observer: Pilar Guzmán Named EIC of Condé Nast Traveler.
El Mundo: Anna Wintour, el poder absoluto de la editora.
Eileen Gray: Pioneer of Design, by Joseph Rykwert, Architectural Review, December 1972
Vía Architectural Review
Joseph Rykwert introduces the work of Eileen Grey in this piece from December 1972, prior to the opening of an exhibition of her work at the Heinz Gallery
Eileen Gray was born in Ireland (Enniscorthy, Co Wexford) in 1879. She spent her childhood in London, and went as a student to the Slade in 1898 or thereabouts. Her father was a painter, so that the idea of painting and of drawing came quite naturally. Towards the end of her days at the Slade, she came by chance on the sign for a lacquer workshop in Dean Street:
‘I went upstairs and I saw that they were making things in lacquer. They were using both Chinese and European lacquer. I asked the owner if I could work there and he said: “Yes, of course. you can start on Monday.” Just like that! I found it very interesting. and the foreman was very kind. I went on seeing them and corresponding with them for many years.’
While at the Slade. she also went to Paris ‘for a few days with some friends’. But she found it very congenial and returned often. After the Slade, she worked a great deal drawing, mostly at Colorossi’s in the Grande Chaumiere; she also found a studio in the rue Joseph Barras, but continued travelling between Paris and London.
She had already taken her first balloon trips and was very thrilied by the first air Channel crossings. In fact she was of the party which accompanied Latham on his cross-Channel flight in 1909. She continued to be interested in flying; in the early ’20s she flew on the first airmail service in America, from New Mexico to Acapulco.
In 1907 she found a flat in the rue Bonaparte where she still lives. Dissatisfied with her drawings, she began to make furniture. ‘Frankly, drawings were no use. I wanted to do something useful. So I started with relief screens and panels…’
There was a workshop around the corner, in the rue Visconti, and opposite in the rue Bonaparte. She worked mostly with a Japanese craftsman, Sugawara. He was the most experienced lacquer technician in Paris at the time. Eileen Gray went on working with him, and with a staff of French assistants they trained, for many years. This remained the pattern of her work: she would find craftsmen with whom she could reach an understanding and would develop methods of design in conjunction with them over several years; joiners, masons, upholsterers worked with her usually over decades.
During the war work was interrupted. Eileen Gray became an ambulance driver for the French army in Paris. But soon she found there was a surplus of ambulance drivers, and she returned to making lacquer, first in Paris and later in London. But she already had a clientele and an establishment in Paris. Soon after the war, Eileen Gray opened a gallery exhibiting furniture, lacquer, carpets and some paintings and sculptures opposite the Salle Pleyel in the rue du Faubourg St Honore. It was uneconomic for her to produce one-off pieces, and the gallery was from the outset intended as an outlet for multiples of certain designs.
This had its disadvantages, since ‘decorators’ would sometimes produce whole interior schemes using her pieces without acknowledgment. But much of the early work was highly individual, particularly the lacquer screens. The earliest ones were in fact figurative reliefs of great complexity, using metal inlays on lacquer which required extremely elaborate working. Although she was at first influenced by the linear qualities of Beardsley, she was working away from figuration to more abstract and more generalised forms.
This tendency is clearly apparent in her most important individual early commission, the flat which was published in Wendingen in 1924. For this flat she already had made a number of carpets, and carpets in fact became the most successful products of the gallery which sold to a Parisian and American clientele. The carpets were made in conjunction with Evelyn Wylde, and were very remarkable at the time for using natural wool from the south of France and vegetable dyes.
There were one or two works by artists exhibited at the gallery. Ossip Zadkine (who at that time was not exhibiting anywhere else) was perhaps the most prominent. But her Parisian contacts were as much with the world of fashion as with the artists. Paul Poiret was a visitor, though Jacques Doucet was much more assiduous in his visits and bought from the gallery as well as directly from the workshop, even if - as Eileen Gray says - ‘he liked things which were too elaborately ornamented’ for the way her taste was developing.
She had met the architects connected with Wendingen at the exhibition of the Artistes-Decorateurs in 1922 and maintained a contact with Wils, Oud and Ravensteyn. It was at this time too that she met the Greek critic, Christian Zervos, and the Rumanian architect Jean Badovici, who through their publications Cahiers d’Art and L’Architecture Vivante became the most influential publicists of modern art and architecture in Paris during the ’20s and early ’30s.
Badovici urged Eileen Gray to turn her attention to building: ‘Badovici said: “It’s so silly, all this trouble with furniture, and what’s furniture, after all. It’s so trivial. Why don’t you do some architecture?” I said: “It’s perfectly absurd. I haven’t had any training.” But suddenly I decided I would start working at it myself… I went down to the Midi alone and really worked very hard. I made a lot of drawings: facades, plans. Then Badovici came to join me, and we started the house.’
Eileen Gray bought two sites on which houses were built. Both were awkward sites and required her to use local labour. Elaborate models and full-size drawings for every detaiI were essential. Since this was a high point for L’Architecture Vivante, Badovici had little time to spare for the problems of the house at Roquebrune. In any case, the second house at Castellar was designed and built by Eileen Gray herself. In fact the Roquebrune house was to have an important, if anecdotal, part in the history of architecture. The adjoining site was occupied, across a hedge, by the bistro of Monsieur Rebutato who let off a small piece of ground to Le Corbusier; it was on this small piece of ground that Corbusier built the hut to which he so often retired and from which he was to take his fatal swim.
Moreover, Badovici occupied the house during the second world war and it was at this time that it was extensively and elaborately painted by Le Corbusier. But he did not regard it as a neutral background to his figurative exercises. There is reason to believe that he kept a copy of Maison en bard de mer in his study at the rue de Sevres, and always regarded the house as an exemplary building.
For Badovici, too, she designed a small flat (40m2) which was to serve both as his office and as a home in 1930-31. It was a quite extraordinary economic use of space for the time, almost in the spirit of the minimum dwelling. The furniture she was now using was very different from her early products which were sold through the gallery. There was much less emphasis on noble materials, on highly figured woods, lacquer, bone or metal inlays. The furniture was of leather and metal tube, usually chrome; the screens quite often of transparent celluloid or metal mesh.
Meanwhile, Eileen Gray’s interests enlarged. While she was supervising the house at Castellar, she began work on a number of larger buildings, none of which were executed. But she exhibited sporadically both furniture and projects. Furniture at the exhibition of decorative arts in 1925, for instance; a very large project for a centre de loisirs was a part of Le Corbusier’s Pavilion des Temps Nouveau at the Paris World Exhibition in 1937.
With the arrival of the second world war, Eileen Gray moved down to her house at Castellar and left her designs and the unsold furniture and carpets in Paris. These last were unfortunately looted; and if they have not been destroyed, may yet turn up somewhere in Germany. The house at Castellar was also looted after Eileen Gray had been interned as an enemy alien in a village 200 miles away, so that in 1945 she was left with very little material evidence of her activity. She had always been a rather isolated figure. In the early ’20s, when the ‘modern art world’ was fairly close, she often avoided meetings which might have proved fruitful because of her dislike of publicity.
One such meeting was with Apollinaire. Knowing how mercurial the corpulent poet was, it is interesting to speculate what she might have suggested to him, and how those awful last pages on Cubist decoration in La Peinture Cubiste might have turned out as a result. She was, and has remained, a very shy person; but in any case, the Parisian reception of her work was not very friendly. She quotes reviews which spoke of her work as being ‘inquietant’. In the event her closer contacts in the design world were with the Dutch. She did meet Gropius and two or three of her things appeared in Moderne Bauformen. But some Parisian designers very much appreciated her work. Le Corbusier had been a steady if intermittent friend, Mallet-Stevens wanted her to work for him, and Bijvoegt befriended her in his Paris years.
But it was her choice to work alone and to concentrate on the quality of individual objects and on the remarkable refinement of detail. Her isolation has increased since the war. Her only executed project is an interior for her own occupation at St Tropez, but she has continued working on a number of ideas and is currently engaged on designing metal and plastic screens. She is even meditating on some pieces of furniture using plastic tube frames. Her interest in technique as well as in the changes of design has remained constant and she finds it tedious to reminisce. The curiosity of the young about her early doings seems extravagant, unwarranted, when so much is going on now to fascinate.
And yet the young will continue to be curious because however you estimate the scale of her achievement it is unique. Not only for the inventiveness and the high quality of the individual objects, but also because of that extraordinary fusion of formal invention with craftsman skill which required, at the time when she achieved it a visionary intuition about the possible grafting of invention on manual skiII which only achieved a fully articulated and explicit expression in the work of the early Bauhaus masters.
6.3.14
Los fantasmas acechan a la Central Lechera Clesa, un edificio industrial del arquitecto español Alejandro de la Sota
Vía Arquitectura Viva - El País.
Por Patricia Gosálvez.
La posible demolición del edificio de la vieja central reabre el debate sobre la protección oficial de la fábrica proyectada por Alejandro de la Sota en 1961
Era algo que llevaba unos meses comentándose entre los arquitectos: “Parece que, otra vez, van a tirar la fábrica de Clesa”. “Nos iban llegando rumores”, explica Teresa Couceiro, directora de la Fundación Alejandro de la Sota, el arquitecto que proyectó esta icónica central lechera en 1961. Un edificio diáfano y ligero, de los primeros en usar una estructura de hormigón pretensado. Ubicado en la Avenida del Cardenal Herrera Oria, fue un hito en su época y sigue siendo un arquetipo de la arquitectura moderna industrial española: es la fábrica en la mente de muchos arquitectos cuando, aun medio siglo después, se ponen a proyectar una fábrica. “Uno había oído algo en el Ayuntamiento, otro había intentado ir de visita y no le habían dejado, otro había preguntado al guardia de seguridad…”, explica Couceiro, que, sin embargo, estaba “tranquila”, ya que en 2010 la Concejalía de Urbanismo, tras otra especulación sobre su demolición por parte de la actual propietaria, Metrovacesa, le había confirmado que el inmueble estaba en trámites para ser protegido. “Precatalogado a falta de una firma”, dice esta arquitecta que gestiona el ingente legado de De la Sota, ordenado y conservado digitalmente en www.alejandrodelasota.org.
Entonces, el pasado 18 de febrero, un vecino de la fábrica mandó a la Fundación unas fotos que hicieron saltar todas las alarmas. Había aparecido en el recinto una caseta de la empresa de demolición Detecsa. La directora de la Fundación Alejandro de la Sota no tardó en movilizar a la profesión. Recibió el apoyo del Colegio de Arquitectos de Madrid, de distintas escuelas de arquitectura de España y de asociaciones como Sostenibilidad y Arquitectura (ASA) y Ciudadanía y Patrimonio. La fundación Docomomo Ibérico (que forma parte de una organización internacional que divulga y protege el patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno) redactó una carta remitida a la Dirección General de Patrimonio Histórico exponiendo su “extrema preocupación ante el posible derribo de la fábrica Clesa”. “Su demolición sería un desastre”, explica por teléfono Celestino García Braña, presidente de Docomomo Ibérico, “como repetir el error de tirar la Pagoda, de Miguel Fisac, que venimos lamentando desde 1999”. “Esta fábrica tiene el mismo valor que un palacete del XIX”, insiste. “Estos son los edificios que estamos enseñando en las escuelas, que vienen a ver los extranjeros, que están en los libros”, dice Juan Ignacio Mera, director de la Escuela de Arquitectura de Toledo. “Clesa debería estar protegida, pero hay una falta de voluntad política”.
Tras confirmar a través de un tercero que la empresa de demolición había estado en contacto con la propiedad, la Fundación Alejandro de la Sota llamó a Metrovacesa para protestar sin obtener respuesta, “salvo la retirada de la caseta inmediatamente después de la llamada”, según la directora, que también lleva varios días hablando con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para dilucidar de quién depende que Clesa se salve de la piqueta.
El edificio, sobre cuya valía existe quorum entre los arquitectos, no tiene actualmente ningún tipo de protección. Para salvarlo de futuras amenazas, la vieja fábrica de Clesa tendría que ser designada Bien de Interés Cultural por la Comunidad o catalogada por el Ayuntamiento dentro del Plan General de Ordenación Urbana. “Esta obra maestra, como el resto de otras construidas en Madrid a partir de los años cincuenta, no está debidamente protegida ni catalogada”, opinan desde la Fundación Alejandro de la Sota, que está pidiendo firmas de apoyo en las redes sociales. “Es lamentable que estemos en manos de quien hace y deshace a conveniencia del mejor postor sin ninguna sensibilidad hacia nuestro patrimonio”, se lee en la petición.
Este periódico se ha puesto en contacto con Metrovacesa, que declinó comentar sus intenciones, ni en un sentido ni en otro, y con Detecsa, donde aseguran que estaban allí para realizar unos simples trabajos de vallado. Mientras, en el Ayuntamiento informan de que no existe una petición de licencia para demoler la fábrica. De haberla, subrayan, no habría ninguna razón legal para que fuese denegada. La “precatalogación” no tiene ningún efecto jurídico, solo significa que el edificio es uno de los 17.000 que analizará la comisión de expertos que asesora el Plan General de Ordenamiento Urbano para decidir si son o no protegidos. Y ese plan, que el actual Ejecutivo quiere dejar hecho este invierno, antes de que acabe el mandato, se podría alargar. Entretanto, se podría repetir el tan lamentado error de la Pagoda, cuyo fantasma parece despertarse. Aunque esta vez parece que ha sido solo un susto, hasta que no se proteja convenientemente Clesa, el futuro de esta fábrica de leche no está claro, ni blanco, ni en botella.
Por Patricia Gosálvez.
La posible demolición del edificio de la vieja central reabre el debate sobre la protección oficial de la fábrica proyectada por Alejandro de la Sota en 1961
Era algo que llevaba unos meses comentándose entre los arquitectos: “Parece que, otra vez, van a tirar la fábrica de Clesa”. “Nos iban llegando rumores”, explica Teresa Couceiro, directora de la Fundación Alejandro de la Sota, el arquitecto que proyectó esta icónica central lechera en 1961. Un edificio diáfano y ligero, de los primeros en usar una estructura de hormigón pretensado. Ubicado en la Avenida del Cardenal Herrera Oria, fue un hito en su época y sigue siendo un arquetipo de la arquitectura moderna industrial española: es la fábrica en la mente de muchos arquitectos cuando, aun medio siglo después, se ponen a proyectar una fábrica. “Uno había oído algo en el Ayuntamiento, otro había intentado ir de visita y no le habían dejado, otro había preguntado al guardia de seguridad…”, explica Couceiro, que, sin embargo, estaba “tranquila”, ya que en 2010 la Concejalía de Urbanismo, tras otra especulación sobre su demolición por parte de la actual propietaria, Metrovacesa, le había confirmado que el inmueble estaba en trámites para ser protegido. “Precatalogado a falta de una firma”, dice esta arquitecta que gestiona el ingente legado de De la Sota, ordenado y conservado digitalmente en www.alejandrodelasota.org.
Entonces, el pasado 18 de febrero, un vecino de la fábrica mandó a la Fundación unas fotos que hicieron saltar todas las alarmas. Había aparecido en el recinto una caseta de la empresa de demolición Detecsa. La directora de la Fundación Alejandro de la Sota no tardó en movilizar a la profesión. Recibió el apoyo del Colegio de Arquitectos de Madrid, de distintas escuelas de arquitectura de España y de asociaciones como Sostenibilidad y Arquitectura (ASA) y Ciudadanía y Patrimonio. La fundación Docomomo Ibérico (que forma parte de una organización internacional que divulga y protege el patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno) redactó una carta remitida a la Dirección General de Patrimonio Histórico exponiendo su “extrema preocupación ante el posible derribo de la fábrica Clesa”. “Su demolición sería un desastre”, explica por teléfono Celestino García Braña, presidente de Docomomo Ibérico, “como repetir el error de tirar la Pagoda, de Miguel Fisac, que venimos lamentando desde 1999”. “Esta fábrica tiene el mismo valor que un palacete del XIX”, insiste. “Estos son los edificios que estamos enseñando en las escuelas, que vienen a ver los extranjeros, que están en los libros”, dice Juan Ignacio Mera, director de la Escuela de Arquitectura de Toledo. “Clesa debería estar protegida, pero hay una falta de voluntad política”.
Tras confirmar a través de un tercero que la empresa de demolición había estado en contacto con la propiedad, la Fundación Alejandro de la Sota llamó a Metrovacesa para protestar sin obtener respuesta, “salvo la retirada de la caseta inmediatamente después de la llamada”, según la directora, que también lleva varios días hablando con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para dilucidar de quién depende que Clesa se salve de la piqueta.
El edificio, sobre cuya valía existe quorum entre los arquitectos, no tiene actualmente ningún tipo de protección. Para salvarlo de futuras amenazas, la vieja fábrica de Clesa tendría que ser designada Bien de Interés Cultural por la Comunidad o catalogada por el Ayuntamiento dentro del Plan General de Ordenación Urbana. “Esta obra maestra, como el resto de otras construidas en Madrid a partir de los años cincuenta, no está debidamente protegida ni catalogada”, opinan desde la Fundación Alejandro de la Sota, que está pidiendo firmas de apoyo en las redes sociales. “Es lamentable que estemos en manos de quien hace y deshace a conveniencia del mejor postor sin ninguna sensibilidad hacia nuestro patrimonio”, se lee en la petición.
Este periódico se ha puesto en contacto con Metrovacesa, que declinó comentar sus intenciones, ni en un sentido ni en otro, y con Detecsa, donde aseguran que estaban allí para realizar unos simples trabajos de vallado. Mientras, en el Ayuntamiento informan de que no existe una petición de licencia para demoler la fábrica. De haberla, subrayan, no habría ninguna razón legal para que fuese denegada. La “precatalogación” no tiene ningún efecto jurídico, solo significa que el edificio es uno de los 17.000 que analizará la comisión de expertos que asesora el Plan General de Ordenamiento Urbano para decidir si son o no protegidos. Y ese plan, que el actual Ejecutivo quiere dejar hecho este invierno, antes de que acabe el mandato, se podría alargar. Entretanto, se podría repetir el tan lamentado error de la Pagoda, cuyo fantasma parece despertarse. Aunque esta vez parece que ha sido solo un susto, hasta que no se proteja convenientemente Clesa, el futuro de esta fábrica de leche no está claro, ni blanco, ni en botella.
Concurso Plan Maestro Parque Cultural Huanchaca
La Fundación Ruinas de Huanchaca, con el auspicio de Minera Escondida Ltda. y el apoyo técnico de CREO Antofagasta hacen un llamado al Concurso de Ideas para el desarrollo del “Plan Maestro Parque Cultural Huanchaca,” en el terreno donde se ubican las Ruinas del mismo nombre, declaradas Monumento Nacional, en la ciudad de Antofagasta.
El Parque Cultural Huanchaca es uno de los espacios más emblemáticos y activos en la ciudad de Antofagasta, acogiendo gran parte de las más significativas muestras culturales y eventos masivos que se despliegan en la región. Con cerca de 10 hectáreas de superficie, una ubicación privilegiada y la imponente presencia de las Ruinas de Huanchaca y del moderno Museo Desierto de Atacama, el objetivo del concurso es transformar el lugar en un parque urbano abierto a la comunidad e integrado a su entorno, y a la vez desarrollar un polo cultural y turístico de escala nacional e internacional.
Se busca definir y construir una visión actualizada y la cartera de iniciativas acorde a los desafíos que hoy enfrenta el Parque Cultural Huanchaca. El concurso se desarrolla en tres etapas para asegurar un buen estándar de competición y una alta calidad de las propuestas.
Convocatoria
Se invita a participar a oficinas nacionales de diseño urbano, arquitectura e ingeniería. El concurso está dirigido a equipos multidisciplinarios. Estos equipos deberán estar liderados por un arquitecto o urbanista y deberá contar con profesionales de las siguientes áreas:
- Arquitectura, Urbanismo y Paisajismo
- Ingenierías: de obras civiles, estructurales, geotecnia y ambiental
- Evaluación de proyectos (económico y social)
- Desarrollo cultural y turístico
- Patrimonio
Inscripción y bases disponibles: lunes 3 de marzo, 2014 - lunes 17 marzo, 2014
Recepción Antecedentes: lunes 24 de marzo, 2014
Las Bases estarán disponibles, previa inscripción, en la página web del concurso:
www.concursoruinasdehuanchaca.cl, desde el 3 de marzo, 2014 hasta el 17 de marzo, 2014.
Hasta noviembre postergan entrega del Muelle Histórico Melbourne Clark. El Mercurio de Antofagasta, 05.03.2014
Seminario: Historia de la crítica de arte en Chile: testimonios, relatos y lecturas, jueves 13 de marzo de 2014, Museo Baburizza, Valparaíso
Seminario: Historia de la crítica de arte en Chile: testimonios, relatos y lecturas
Seminario de conclusión del proyecto "Construcción del gusto: la crítica de arte en Chile 1849-1970", Fondecyt 1110647, Dr. Pedro Zamorano, Mg. Claudio Cortés y Dr. Alberto Madrid.
10:00 hrs. Contexto: Pedro Emilio Zamorano
10:30 hrs. Testimonios y relatos: Ricardo Bindis, Bernardo Subercaseaux y Juan Manuel Martínez
12:30 hrs. Lectura exposiciones de Claudio Cortés y Alberto Madrid
13:30 hrs. Diálogo y preguntas: modera José de Nordenflycht
Actividad organizada en el contexto del programa de desarrollo disciplinar de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha en convenio con el Museo Municipal de Bellas Artes Pascual Baburizza.
Info: comunicacionesarte@upla.cl
Universidad de Playa Ancha: www.arteupla.cl
Facultad de Arte en Facebook.
Arquitectura de Mario Pani llega al Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) de Monterrey, México
Mario Pani, Hotel Condesa. © MARCO.
Vía Notimex| El Universal.
El recinto regiomontano exhibirá un total de 250 obras que documentan los proyectos del célebre arquitecto, considerado como uno de los más importantes de América Latina
El Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) expondrá el legado de Mario Pani, uno de los arquitectos más importantes de América Latina y autor de edificios y planos urbanos emblemáticos de diversas ciudades de México.
Un total de 250 obras son las que integrarán esta exposición, que será abierta al público el 21 de marzo y la cual documenta los distintos procesos relacionados con los proyectos del célebre arquitecto, tales como el diseño, la construcción, la interpretación y la reinterpretación de distintos edificios.
La muestra denominada "Mario Pani: Arquitectura en proceso", permitirá conocer su aportación en el cambio de la fisonomía de muchas ciudades del país como pionero de modelos arquitectónicos y urbanos, tan comunes ahora, como los multifamiliares y los condominios.
La exposición muestra parte del concepto de la arquitectura como un fenómeno social, e incluye además de maquetas y planos del trabajo del urbanista mexicano, documentación que revisa el entorno social de sus obras y la influencia que ha tenido en el estilo de vida de millones de mexicanos.
Mario Pani (1911-1993), quien egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes en París, Francia, e introdujo estas nuevas tipologías en un momento clave del desarrollo de las ciudades en México, es artífice de edificios y planos urbanos emblemáticos como el Multifamiliar Miguel Alemán y el Conservatorio Nacional de Música, así como Ciudad Satélite, entre muchos otros.
La exposición recorre la trayectoria del arquitecto desde 1935 con sus primeras obras, entre ellas una casa para su familia en Leija 10, los edificios Balsas y Reforma 334, así como hospitales en distintas ciudades del país.
Al arquitecto se le atribuye el diseño de la Escuela Normal de Maestros y, junto con Enrique del Moral, el plano de conjunto de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como conjuntos de viviendas como los multifamiliares Miguel Alemán y Juárez, las unidades Santa Fe y Tlanepantla y el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco.
Entre sus obras destacan también los primeros condominios del país, entre ellos el Reforma, en México; Los Cocos, en Acapulco; y el Acero, en Monterrey.
La muestra permanecerá abierta hasta el domingo 27 de julio de 2014.
4.3.14
Afinan últimos detalles para Mextrópolis el I Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad
Mextrópolis, I Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad del 22 al 26 de marzo de 2014.
Vía El Sol de México.
Ana María Lozada / El Sol de México
Ciudad de México.- El Gobierno del Distrito Federal espera recibir a más de un millón de personas de todo el país y del extranjero durante el Primer Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, que trasformará al Centro Histórico en la fiesta arquitectónica, cultural y artística más grande de América Latina.
El titular de la Agencia de Gestión Urbana (AGU), Fernando Aboitiz Saro, informó ayer que se afinan los últimos detalles de ese encuentro en el que participarán diez dependencia del Gobierno local.
Se trata de cubrir las expectativas de los asistentes, ya que además de concentrar a connotados especialistas en materia de arquitectura y urbanismo, se tienen previstas actividades para fomentar la participación ciudadana en debates, intercambio de ideas o puntos de vista sobre temas de la ciudad.
La agencia y Arquine participan en la planeación y logística de las más de 50 actividades que se desarrollarán durante cinco días en recintos históricos, calles, museos, teatros, plazas, explanadas, centros culturales y universidades.
Alrededor de 2 mil servidores públicos de las Secretarías de Gobierno, Seguridad Pública, Medio Ambiente, Finanzas, Desarrollo Urbano y Vivienda, Cultura, Obras y Servicios, Transportes y Vialidad, Protección Civil; de los Institutos del Deporte y de la Juventud, de la Autoridad del Centro Histórico, de la delegación Cuauhtémoc, entre otras, están involucrados en los preparativos de este magno evento.
También se contará con la participación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Laboratorio Arte Alameda, el Museo Franz Mayer, las embajadas de Francia, del Reino de los Países Bajos, Suiza y de España, así como el Infonavit.
En diversas sedes, como el Teatro de la Ciudad, Teatro Metropólitan, Laboratorio Arte Alameda, Museo Tamayo, Palacio de Minería, Catedral Metropolitana, Museo Franz Mayer, Palacio Iturbide, Galería Labor, Casa Vecina, Rejas de Chapultepec, Centro Cultural Aliac, Casa Talavera, Campus de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se realizarán las actividades.
Otros sitios serán Templo Mayor, Cine Clubs Charles Chaplin, la Casa de Cine, el Cine Club Atlántico y la Alameda Central, entre otros.
Aboitiz Saro abundó que se ha desplegado una importante convocatoria para la participación de Mextrópoli, a través de diversos medios de comunicación y redes sociales, ya que el interés del Gobierno del Distrito Federal es que este evento contribuya a continuar desarrollando las mejores estrategias para transformar inteligentemente la Ciudad de México.
Vía El Sol de México.
Ana María Lozada / El Sol de México
Ciudad de México.- El Gobierno del Distrito Federal espera recibir a más de un millón de personas de todo el país y del extranjero durante el Primer Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, que trasformará al Centro Histórico en la fiesta arquitectónica, cultural y artística más grande de América Latina.
El titular de la Agencia de Gestión Urbana (AGU), Fernando Aboitiz Saro, informó ayer que se afinan los últimos detalles de ese encuentro en el que participarán diez dependencia del Gobierno local.
Se trata de cubrir las expectativas de los asistentes, ya que además de concentrar a connotados especialistas en materia de arquitectura y urbanismo, se tienen previstas actividades para fomentar la participación ciudadana en debates, intercambio de ideas o puntos de vista sobre temas de la ciudad.
La agencia y Arquine participan en la planeación y logística de las más de 50 actividades que se desarrollarán durante cinco días en recintos históricos, calles, museos, teatros, plazas, explanadas, centros culturales y universidades.
Alrededor de 2 mil servidores públicos de las Secretarías de Gobierno, Seguridad Pública, Medio Ambiente, Finanzas, Desarrollo Urbano y Vivienda, Cultura, Obras y Servicios, Transportes y Vialidad, Protección Civil; de los Institutos del Deporte y de la Juventud, de la Autoridad del Centro Histórico, de la delegación Cuauhtémoc, entre otras, están involucrados en los preparativos de este magno evento.
También se contará con la participación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Laboratorio Arte Alameda, el Museo Franz Mayer, las embajadas de Francia, del Reino de los Países Bajos, Suiza y de España, así como el Infonavit.
En diversas sedes, como el Teatro de la Ciudad, Teatro Metropólitan, Laboratorio Arte Alameda, Museo Tamayo, Palacio de Minería, Catedral Metropolitana, Museo Franz Mayer, Palacio Iturbide, Galería Labor, Casa Vecina, Rejas de Chapultepec, Centro Cultural Aliac, Casa Talavera, Campus de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se realizarán las actividades.
Otros sitios serán Templo Mayor, Cine Clubs Charles Chaplin, la Casa de Cine, el Cine Club Atlántico y la Alameda Central, entre otros.
Aboitiz Saro abundó que se ha desplegado una importante convocatoria para la participación de Mextrópoli, a través de diversos medios de comunicación y redes sociales, ya que el interés del Gobierno del Distrito Federal es que este evento contribuya a continuar desarrollando las mejores estrategias para transformar inteligentemente la Ciudad de México.
La imagen de la ciudad europea desde el Renacimiento hasta la Ilustración, Museo Correr en Venecia hasta el 18 de mayo.
Vía Arquitectura Viva - El País - Museo Correr.
Jacopo de Barbari. 'Venetie MD', 1500. Museo Correr
THE IMAGE OF THE EUROPEAN CITY FROM THE RENAISSANCE TO THE ENLIGHTMENT
From February 8th to May 18th 2014
Museo Correr, Venice
The fascinating context of the European city from the Renaissance to the Enlightenment is evoked in this exhibition through an extraordinary iconographic repertory comprising over a hundred paintings, prints and drawings from prestigious public and private, Italian and foreign collections.
Ever since the Middle Ages, towns have been a favoured subject in European painting and a means for a state to promoate itself and show off its virtues. The exhibition brings together those global images of an especially high quality that for centuries were the only or most persuasive means for showing off the beauty and wealth of Europe’s leading cities. The exhibition starts with Italy, the first to introduce the imago urbis thanks to the invention of perspective in the early years of the 15th century, providing a fascinating manifesto of the ambitions of popes, princes and sovereigns.
Following a chronological and geographic itinerary, the visitor can then travel virtually through cities transformed by time, which for the most part no longer exist in the same way.
-
Scientific coordination Gabriella Belli
Curated by Cesare De Seta
Layout by Daniela Ferretti
Ver artículo en El País: Mentiras piadosas de las ciudades europeas, dibujadas a vuelo de pájaro.
Jacopo de Barbari. 'Venetie MD', 1500. Museo Correr
THE IMAGE OF THE EUROPEAN CITY FROM THE RENAISSANCE TO THE ENLIGHTMENT
From February 8th to May 18th 2014
Museo Correr, Venice
The fascinating context of the European city from the Renaissance to the Enlightenment is evoked in this exhibition through an extraordinary iconographic repertory comprising over a hundred paintings, prints and drawings from prestigious public and private, Italian and foreign collections.
Ever since the Middle Ages, towns have been a favoured subject in European painting and a means for a state to promoate itself and show off its virtues. The exhibition brings together those global images of an especially high quality that for centuries were the only or most persuasive means for showing off the beauty and wealth of Europe’s leading cities. The exhibition starts with Italy, the first to introduce the imago urbis thanks to the invention of perspective in the early years of the 15th century, providing a fascinating manifesto of the ambitions of popes, princes and sovereigns.
Following a chronological and geographic itinerary, the visitor can then travel virtually through cities transformed by time, which for the most part no longer exist in the same way.
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Scientific coordination Gabriella Belli
Curated by Cesare De Seta
Layout by Daniela Ferretti
Ver artículo en El País: Mentiras piadosas de las ciudades europeas, dibujadas a vuelo de pájaro.
Fallece el destacado arquitecto Cristián Fernández Cox
© Cristian Fernández Arquitectos.
Vía 24 horas.
El profesional dejó de existir el pasado domingo a la edad de 88 años luego de sufrir una insuficiencia. Fue Premio Nacional en 1997 y Premio América en 2011.
El pasado domingo 2 de marzo se tiñó de negro para la arquitectura nacional tras el fallecimiento del connotado profesional y Premio Nacional (1997), Cristián Fernández Cox, reconocido ampliamente por su aporte a la arquitectura de América Latina, tanto desde su obra, como desde el ámbito teórico.
Su labor le permitió ser galardonado con el “Premio América de Arquitectura 2011″, reconocimiento que otorgan arquitectos, historiadores, críticos y estudiosos del área, que se reúnen en los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL) desde 1985.
Su legado y pensamiento quedaron plasmados en edificios como el Seminario Pontificio de Santiago y la Torre Los Andes, cómo también en publicaciones como el libro “Bienestancia” (2011).
Su afán por aportar a la crítica en el ámbito arquitectónico, lo llevó a tomar el rol como Presidente de la Primera Bienal de Arquitectura de Chile (1977), que sirviera posteriormente de modelo al resto de las Bienales Latinoamericanas, y a ser el primer Presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA).
Fernández, es padre del arquitecto del mismo nombre, quien hace pocos días recibió el honor de ser premiada su obra, el estadio Chinquihue, como uno de las mejores plazas del fútbol mundial según el sitio Stadium DB.
2.3.14
1.3.14
Pese al fallo judicial, siguen las obras del galpón: ATI (Antofagasta Terminal Internacional) y la soberbia
La descripción que está en Wikipedia sobre la soberbia, el peor de los pecados capitales, es una perfecta caracterización de la actuación prepotente de ATI:
Vía Wikipedia:
Soberbia
En casi todas las listas de pecados, la soberbia (en latín, superbia) es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros.
Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.
En El paraíso perdido de John Milton, dice que este pecado es cometido por Lucifer al querer ser igual que Dios.
Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un estatus elevado y subvalorizar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia como la confianza exclusiva en las cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia).
Soberbia (del latín superbia) y orgullo (del francés orgueil), son propiamente sinónimos aun cuando coloquialmente se les atribuye connotaciones particulares cuyos matices las diferencian. Otros sinónimos son: altivez, arrogancia, vanidad, etc. Como antónimos tenemos: humildad, modestia, sencillez, etc. El principal matiz que las distingue está en que el orgullo es disimulable, e incluso apreciado, cuando surge de causas nobles o virtudes, mientras que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido a otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del Yo o ego. Por ejemplo, una persona Soberbia jamás se "rebajaría" a pedir perdón, o ayuda, etc.
Existen muchos tipos de soberbia, como la vanagloria o cenodoxia, también denominada en las traducciones de la Biblia como vanidad, que consiste en el engreimiento de gloriarse de bienes materiales o espirituales que se poseen o creen poseer, deseando ser visto, considerado, admirado, estimado, honrado, alabado e incluso halagado por los demás hombres, cuando la consideración y la gloria que se buscan son humanas exclusivamente. La cenodoxia engendra además otros pecados, como la filargiria o amor al dinero (codicia) y la filargía o amor al poder.
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