17.12.15

Casa de Retiro (o Casa de Ejercicios Espirituales) del Colegio San Luis (Fundación Alonso Ovalle), Glenda Kapstein y Osvaldo Muñoz,

El concurso para la Casa de Ejercicios Espirituales se organizó al interior de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Norte en 1989. La propuesta vencedora fue proyectada por los arquitectos Glenda Kapstein y Osvaldo Muñoz, con los alumnos colaboradores David Cabrera y Fernando Glasinovic. El proyecto consolida la tesis del espacio intermedio que Kapstein había investigado como una característica de la arquitectura del norte chileno.


Casa de Retiro en foto aérea. Archivo Claudio Galeno.

El diseño organizaba el conjunto definiendo un remanso silencioso entre las dos carreteras que delimitaban la obra. Dispusieron los recintos a lo largo de extensos recorridos lineales que buscaban la meditación en el transito de un extremo al otro. En el límite sur situaron el oratorio y la capilla que se asomaba hacia el mar y a la visibilidad de la autopista. Seguían hacia el norte las habitaciones en franjas aterrazadas. Mientras que en el extremo norte emplazaron todos lo salones de reuniones, comedores y espacios públicos. Como indicaban los autores en la revista ARQ:

“La Capilla preside el lugar adquiriendo los muros la dignidad y presencia necesarias a través de la altura y el juego de planos (barreras) que definen una interioridad. A través de los planos paralelos se atrapa la situación del Trópico de Capricornio, y el plano inclinado se relaciona con el altar del Papa en la llanura nororiental de la cordillera de la Costa, reconociendo en ello el contexto simbólico del lugar.” (Kapstein, Glenda; Muñoz, Osvaldo, “Casa de Retiro, Colegio San Luis/Antofagasta”, revista ARQ 22, diciembre 1992, p.22)


Casa de Retiro en revista ARQ 22. © Ediciones ARQ.

Para Kapstein la idea de espacio intermedio, que organiza todo el conjunto de la Casa de Retiro, era una característica de la arquitectura latinoamericana. Esa identificación de lo propio americano la vinculó a una generación de diversos arquitectos latinoamericanos que tenían un horizonte común, cada uno en su propio territorio americano visando la consolidación de una arquitectura regional pero que aportaba en la configuración de un discurso latinoamericano. Sobre esta pléyade de arquitectos y obras, es fundamental el libro de Segawa, “Arquitectura latinoamericana contemporánea” , publicado el año 2005, donde se exponen obras representativas de lo “latinoamericano”, selección que tiene su origen en los diversos Seminarios de Arquitectura Latinoamericana. Un capítulo del libro está dedicado a la Casa de Retiro.


Casa de Retiro en revista ARQ 22. © Ediciones ARQ.

No deja de ser relevante la configuración de ciudadela de gran parte del proyecto estructurado en base a terrazas, muros y volúmenes puros, se sitúan los salones y habitaciones organizados por una red de espacios intermedios en base a pasillo y patios. Esta forma de organización del partido general, conecta esta obra con la formación en tiempos de la tercera modernidad, coincidiendo con una lectura que hace Humberto Eliash de la Casa de Retiro sobre su relación con el suelo, evaluando su implantación con una obra emblemática de arquitectura moderna adecuada al norte de Chile, la Hostería de Chañaral de BVCH, de 1960-1961:

“(…) doble connotación que se aprecia en los cortes; por una parte tiene la idea de aterrazarse para dar vista al mar de los volúmenes puestos en forma lineal y paralelos al horizonte del mar (que recuerda a la Hostería de Chañaral, de Valdés, Bresciani, Castillo y Huidobro, excelente ejemplo de arquitectura moderna resuelta con algunos recursos formales bastante contenidos formalmente como este) y el aterrazamiento para lograr una intimidad y un silencio que permite crear una concavidad que a través de elementos como la macro jardinera hacia la calle de arriba y la distancia de esas plataforma a la calle de abajo genera un vacío de ruido y permite maximizar el goce del silencio en el interior.” (Eliash, Humberto, “Casa de Retiro, Colegio San Luis/Antofagasta”, revista ARQ 22, diciembre 1992, p.24)

Esta forma de organización nos remite a la formación inicial de Kapstein en Madrid, junto a Candilis desarrollando la Universidad Autónoma, y el discurso de la última modernidad. En síntesis, no es desconcertado decir que “Kapstein adapta la modernidad a un clima”. Una modernidad que evoluciona, la ciudadela, y una morfología que recupera lo vernáculo y los trazados territoriales.

La idea de una modernidad arraigada al desierto chileno tiene sólidos antecedentes, sostenidos por el hecho de que a fines de la modernidad, algunas revistas internacionales de arquitectura, con ediciones dedicadas a Chile, se concentraron en estas singularidades de la producción chilena, por ejemplo el Conjunto Habitacional Salar del Carmen de Antofagasta, fruto de un concurso de la CORVI llevado a cabo en 1959, ganado por Mario Pérez de Arce y Jaime Besa y construido entre 1960 y 1964 fue publicado en la inglesa Architectural Design en abril de 1964 y en la revista argentina Summa, en su número 11, de abril de 1968, dedicado a Chile, donde además presenta el Colegio Universitario Regional, sede de la Universidad de Chile.

El conocimiento e interés de Kapstein por la modernidad arquitectónica se puede apreciar en dos publicaciones suyas sobre ese tema escritas en 1993, “Arquitectura moderna y regionalismo”, en la revista CA nº 74, así como en “Interpretación del Movimiento Moderno en la ciudad popular”, en la revista de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, Cuadernos de Arquitectura, nº 2-3 .


Vista de las habitaciones desde Capilla. © Foto Claudio Galeno.

La escala del paisaje ha sido determinante en esta estimulante configuración territorial, y ha sido lo que más se ha destacado en prácticamente todas las publicaciones que se han hecho sobre la Casa de Retiro, pero poco se ha comentado de la unidad menor, donde se puede apreciar la escala del cuerpo en el conjunto, la unidad del dormitorio. Ese espacio intimo esta diseñado con tanto esmero que merece ser reivindicado el otro extremo de las escalas del discurso de Kapstein, la preocupación por el cuerpo.

En orden el espacio del dormitorio principia con un espacio articulador, el pasillo, que media entre los grandes desniveles-terrazas, en los muros y suelos, y con la luz del desierto, con las celosías. En el interior del dormitorio, con un baño privado, las alturas están todas muy dimensionadas, articulando las escalas del cuerpo y del paisaje. En ese sentido, un mesón, donde principia la ventana que llega hasta el cielo, tiene la altura necesaria para servir de escritorio, pero también continua como suelo de la terraza hacia el exterior. Su altura es la medida justa para estar acostado en la cama y desde esa postura ver el horizonte del mar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario