18.1.17

Acerca de Glenda Kapstein, por Jaime Márquez, 2008


Casa de Retiro, vista de una parte de las habitaciones, año 2006. © Claudio Galeno.

Carta publicada en Revista CA 134, abr/may 2008. Carta a la directora: Glenda Kapstein, por Jaime Márquez. p.17.

Muchas veces, los arquitectos, nos imaginamos que la construcción de los espacios que proyectamos y construimos, serían capaces de resolverle todos los problemas al ser humano. Pero hay modos de la cultura de una época, que están más allá de nuestro oficio, por muy importante que la forma del espacio, de los edificios y las ciudades, pueda llegar a ser. Me pregunto ¿cómo es posible que a pesar de todos nuestros adelantos en las redes y sistemas de comunicación, algunos que nos sentíamos amigos de Glenda, no hayamos sabido, hasta el mismo día de su muerte, que hacía dos años que se encontraba postrada?

Solo la aceleración de la actual forma de vida, que nos tiene cogido a muchos, puede explicar que no haya existido espacio para que nuestros amigos comunes nos informaran de su estado.

Supe de Glenda, antes de conocerla a ella, por las fotos de su obra la Casa de Retiro San Francisco Javier, en Antofagasta. que publicamos en revista CA. Me llamó la atención las celdas de retiro, puestas levemente elevadas, en hilera frente al mar. Vi en esa forma una sutil mezcla de los corredores de un claustro con la naturaleza nortina, haciendo el mar de inmenso patio de aislamiento.

Despues visite personalmente la obra y me impresionó, más aún, la capilla con esa nube negra, de malla rachel, acogiéndonos y amortiguando la asoladora luz del desierto. Y luego, aquel pequeño oratorio: un cubo cerrado, flotando sobre el agua y con una luz cenital, que el propio orante podía modificar, con un mecanismo artesanal, moviendo un cielo de género blanco. La luz inferior y la superior suspendían al orante en una situación entre tierra y cielo.

Allí estaban presentes todos los elementos que Glenda manejaría, de distintas maneras, a lo largo de su constante búsqueda y en todas sus obras.

En su libro “Espacios Intermedios, respuesta arquitectónica al medio ambiente: II Región”, en el férreo marco de una investigación universitaria, nos da cuenta de la rigurosidad de su pensamiento (en la estructura del texto) y de su enorme sensibilidad (en los dibujos, fotos e ¡sométrica de las edificaciones nortinas que registra y analiza).

En las visitas que me tocara hacer a la Universidad Católica del Norte, durante algunos años. invitado a participar durante varios días en los maratónicos exámenes finales de taller, me correspondió escuchar y participar en los debates y planteamientos de aquel apasionado grupo de arquitectos, que se había reunido en torno al proyecto docente de la U. Católica del Norte, fundado por “Kika” Schweitzer, y del cual formaba parte importante Glenda. La inserción de la obra arquitectónica en el proceso histórico de lectura, significación y construcción de un específico medio natural; la creación del cobijo necesario para acoger y significar los actos del habitar humano; los recursos técnicos disponibles; estructurales. ambientales y de instalaciones; eran debatidos todos apasionadamente entre los profesores y ¡de cara a los alumnos!

Recuerdo que en una ocasión Glenda me llevó en su auto hacia el interior del desierto y me hizo internarme solo. un trecho más a pie, para que pudiera experimentar allí la presencia ausencia del desierto nortino.

Al final de este recuerdo, me pregunto: ¿será que el espacio del desierto del norte, uno de los más grandes y áridos del mundo, es capaz de formar estas mujeres férreas, pero de enorme sensibilidad, como Kika, Glenda, nuestra Gabriela Mistral y otras vivas que por pudor ajeno no nombro?

Jaime Márquez Rojas
Arquitecto

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