22.12.11

Jodorowsky vuelve al cine con La danza de la realidad.


Jodorowsky fotografiado por Molina La Hitte. © DIBAM.

Vía La Tercera.



Tras 20 años Jodorowsky vuelve al cine con filme autobiográfico

El cineasta y escritor pretende rodar La danza de la realidad en junio.
por Rodrigo González M.
Era una cuestión de encontrar a los financistas adecuados y el dinero necesario. Pasaron 21 años desde que realizó su última película, El ladrón del arcoiris, con Peter O'Toole y Omar Sharif, y hasta este momento no había logrado hallar a productores dispuestos a llegar hasta el final con sus proyectos. Hubo anuncios de que haría, por ejemplo, un filme de gángsters en España con Nick Nolte y Marilyn Manson. Pero fueron sólo eso: declaraciones de intenciones sin presupuesto asegurado. Ahora, Alejandro Jodorowsky dice que tiene el dinero y que vendrá de Europa y Latinoamérica. Son, según él estima, cerca de tres millones de dólares y le sirven para hacer la película sobre su propia vida.
La cinta se llama La danza de la realidad y se basa en el libro autobiográfico y homónimo que Jodorowsky publicó en el 2001, uno de sus tantos bestsellers. "Estaba medio aburrido de hablar de proyectos y películas que se podían hacer, pero nunca se concretaban. Ahora puedo decir que por fin he reunido el capital necesario para rodar. Y además tengo las ganas, que es lo más importante", dice desde su casa en París el escritor, autor de cómics, cineasta y autoproclamado sicomago, realizador de El topo (1970), La montaña sagrada (1973) y Santa sangre (1989).
Ud. tiene 82 años, ¿se siente con energías para rodar una película?
Pasa que yo no creo en la edad cronológica. Mire a Nicanor Parra con 97, o al cineasta Manoel de Oliveira con 103, que va a hacer un nuevo largometraje. O a Oscar Niemeyer, el arquitecto que hizo Brasilia y que tiene 104. Por último, pienso en John Huston, que con más de 80 y con un balón de oxígeno igual fue a rodar su última película.
¿De qué tratará La danza de la realidad?
Es mi vida y será filmada en tres partes de Chile: el norte, en Tocopilla; en el centro, y en el sur. Mi hijo Brontis me interpretará a mí. Y también participarán mis otros hijos Adán (cuyo nombre artístico como músico es Adanowsky) y Cristóbal. Adanowsky interpretará a un anarquista y Cristóbal será el Rebe, una especie de Yo Superior o Guía Espiritual. Pero falta definir a los otros actores chilenos.
¿Será en castellano?
Sí, ¿En que otro idioma podría ser? Estoy aburrido de la dictadura del cine norteamericano. Que tiene que ser en inglés para que sea universal, que es el idioma del cine. Eso no me importa. Las veces que trabajé para el cine de ese país apenas recibí el 10 por ciento de las ganancias. Tuve un sueldo de obrero. No gané nada. Así es que yo no quiero hacer películas para ganar dinero: por el contrario, me interesa hacer filmes para perder plata.
¿De dónde sacó el dinero para esta película?
Una parte será producida por el francés Michel Seydoux, que estuvo tras filmes como Cyrano de Bergerac o La tempestad, de Peter Greenaway. El también estuvo involucrado en Duna, antes de que la tomara David Lynch, cuando se suponía que la iba a dirigir yo: una historia conocida. La otra parte viene del productor mexicano Moisés Cosio. Y finalmente en Chile está todo a cargo de Xavier Guerrero.
¿Cuándo filmará?
Espero tener listo el tratamiento de guión y todo aquello entre abril y mayo. Y filmar entre junio y julio. Rodaremos en Tocopilla, Santiago y el sur de Chile. Pero quiero dejar claro que, tal como el libro, esta película no seguirá al pie de la letra mi vida. Es más bien una versión novelada de mi existencia.
¿Qué le parece el panorama del cine contemporáneo?
Estoy cansado de los dramas de amor infantiles, con antihéroes dándose patadas en la cabeza. Lo que me interesa es dotar al lenguaje cinematográficio de sentimientos profundos. Eso sí, siempre siendo entretenidos. No pierdo de vista eso. Creo que estoy en una particular etapa de mi vida: disfruté mucho de escribir libros y de hacer terapia de metagenealogía. Pero ya cerré ese ciclo: lo hacen otras personas en vez de mí, como mi hijo Cristóbal o Martín Bakero, un poeta chileno radicado en Francia.

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