6.4.18

Opinión: "Antofagasta, la ciudad del desierto y sus márgenes"

Vía El Mercurio de Antofagasta.

Por Claudio Galeno Ibaceta, Director Magíster en Arquitectura, UCN.



Los márgenes de Antofagasta no son una periferia. Se trata de una ciudad singular, una urbe en el desierto, de modo que sus bordes se encuentra bruscamente con un paisaje adverso. A diferencia de una ciudad tradicional, Antofagasta prácticamente no tiene ruralidad. En el desierto, no se produce lo rural, sino que toda la vida se desarrolla en los asentamientos urbanos. De modo que sus márgenes no se difuminan en el territorio, sino que están definidos abruptamente.

Por otro lado determinadas migraciones, por el éxito minero o por sus crisis, fueron componiendo áreas provisorías y más espontáneas, como se puede ver en antiguos barrios obreros como la Miramar, donde la ciudad se encontró con un accidente geográfico y los ocupó con una ciudad orgánica, que en algunos casos fueron racionalizadas.

Sin duda que si formar ciudad en el desierto requiere resistirse a lo agreste, los márgenes son la quinta esencia de esa resistencia, y el campamento de alguna forma representa ese enfrentamiento a una realidad que desde sus inicios era transitoria y artificial. Los primeros años de Antofagasta, también fueron de construcciones precarias, se formaba una urbe donde no había nada, ni siquiera agua, de modo que todo era artificial, se habitaba donde el ser humano no era bienvenido. Si vemos la descripción de las primera construcciones de Juan López (1866), eran una sumatoria de restos de latas, sacos y maderas. Esa arquitectura de resistencia, como si de una guerra se tratase, no era distinta a la voluntad constructiva de los actuales habitantes de los campamentos.

En Chile, los años 60 fueron uno de los momentos fuertes de las migraciones a las ciudades, y por lo mismo la acción estatal y privada cada vez fue más intensa y con obras de calidad que construían ciudad, por ejemplo en Antofagasta la Villa Florida de la CORVI, o la Gran Vía con la Caja de Empleados Particulares. Los curioso de estas obras es que también se situaron en los márgenes.

Podríamos afirmar que la imagen de precariedad de la ciudad de los márgenes, constituye la figura de una ciudad en evolución, de modo que la pregunta sería cual es la imagen urbana que planificaremos para esos márgenes. Por otro lado se suma la resistencia al desierto, y obras como la Villa Florida, el Caliche o el Curvo, son diseños que se arriesgaron en proponer innovaciones urbanas, y que entregan buenas pistas. Como manifestaban la Constructora Edmundo Pérez respecto de la Gran Vía, el "Norte Grande, es una zona árida que requiere soluciones singulares en su arquitectura y construcción." De modo que debemos planificar el futuro con ideas adecuadas a la adversidad y artificialidad de nuestras ciudades del desierto. La contención y resistencia de los márgenes es fundamental para que la artificialidad de la vida pueda desarrollarse en esta ciudad adversa. Contener el interior y definir los límites.

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