Fotografía: Rodrigo Fuentealba
Las intervenciones realizadas por Elena LLanos, Erica Liquete y Rodrigo Fuentealba representarán en la exposición de la Sala Rekalde el proceso de transformación de nuestra ciudad: su pasado, su futuro y aquello que todavía permanece en el limbo.
Transformación I: El Pasado
Elena Llanos y la ribera de Zorrozaurre, intervención #37
Bilbao ha sido siempre una ciudad ligada a su ría, ciudad de una fuerte tendencia industrial que llegó a tener su máximo esplendor en la época de la industrialización, cuando a los márgenes de su sempiterna ría acudían barcos cargados de infinitos bienes y materiales a desembarcar su mercancía en las dársenas ubicadas a orillas del Nervión.
Pero la ciudad dejó atrás esa época para transformarse y, de ser una ciudad industrial se ha convertido en una ciudad de servicios.
Sin embargo, todavía podemos encontrar restos de ese pasado, como esta grúa situada en un antiguo muelle que permanece como hito y testigo de una ciudad que dejó atrás su infraestructura industrial.
Transformación II: El Futuro
Erica Liquete y el Casco Viejo, intervención #81
Parece tarea casi imposible mostrar en una sola imagen el futuro de una ciudad. ¿Cómo mostrar algo que no ha tenido lugar? ¿Cómo ejemplificar lo que está por venir?
Si por algo hay que empezar, es por lo único que tenemos claro: el futuro de Bilbao será el que sus propios ciudadanos quieran que sea. Pero, para eso, se necesita una ciudad joven que atraiga con sus perspectivas de un futuro de oportunidades a más y más personas que acudan a la villa y la llenen de sus esperanzas e ilusiones.
Tras varias décadas en las que la ciudad sufría un goteo de pérdida de habitantes, Bilbao es hoy, nuevamente, una ciudad atractiva que gana en número de ciudadanos cada año que pasa y lo hace, además, atrayendo a más y más personas al mismo corazón de la ciudad.
Transformación III: El Limbo
Rodrigo Fuentealba y el Edificio del R.A.G., intervención #33
El edificio del RAG permanece como ejemplo y testigo de los problemas y cuestiones sin resolver a los que una ciudad como Bilbao, en proceso de transformación, se tiene que enfrentar.
Fábrica y gasolinera, sin espacio ni lugar en el futuro de Bilbao pero ejemplo de edificación de una época importante en la historia de la ciudad, tiene los días contados para su demolición. Indefinida a su vez, dados los momentos económicamente inciertos a los que nos enfrentamos, y que hace que los actuales propietarios mantengan la incertidumbre sobre su futuro.
En cualquier caso, todo parece indicar que los días del RAG están contados, permaneciendo el edificio en un limbo de difícil equilibrio hasta que llegue el momento de su desaparición.
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