© Biblioteca Nacional del Perú / Flickr
Vía El País
Por JAIME CORDERO - Lima - 26/07/2011
En febrero de este año, la Biblioteca Nacional de Perú denunció que venía siendo víctima de sistemáticos robos de sus volúmenes de mayor valor histórico. Cinco meses después, tras un exhaustivo inventario que obligó al cierre de sus puertas, su director, el historiador Ramón Mujica Pinilla, presentó los números del expolio: se han perdido 932 libros de los fondos de antigüedad y más valor.
Algunos de esos volúmenes datan de los siglos XVI y XVII. Tal es el caso de un manuscrito de bolsillo titulado Una Vida de Santo Toribio de Mogrovejo, escrito en 1679 y robado por uno de los trabajadores justamente durante el proceso de inventario. Ramón Mujica aseguró que dicho robo incluso ha quedado registrado en vídeo. También se da por desaparecido un incunable de Erasmo de Rotterdam, publicado en París en 1524.
Mujica informó de que se han perdido 181 libros del fondo antiguo y de las bibliotecas particulares, 125 libros de la colección general, 414 manuscritos de la valiosa biblioteca que legó el historiador Raúl Porras Barrenechea y 32 volúmenes considerados joyas bibliográficas. Asimismo, se considera especialmente sensible la pérdida de tres libros que fueron recientemente devueltos por el Gobierno chileno y que habían sido saqueados durante la ocupación de Lima en la Guerra del Pacífico (1879-1883). Según Mujica, estos libros nunca se habían puesto a disposición del público, pues ni siquiera habían sido catalogados.
Silvana Salazar, directora técnica de la Biblioteca Nacional, señaló en una rueda de prensa que la mayor parte de los libros robados está relacionada con los conflictos entre Perú y Chile. Tras el inventario de cinco meses, se ha determinado que la Biblioteca Nacional de Perú tiene un patrimonio de 150.894 libros y alrededor de 320.000 documentos de valor histórico. "La biblioteca tiene que ser declarada en emergencia", reclama Ramón Mujica, que señala que durante el inventario tuvo que pedir ayuda al sector privado, pues el Gobierno no hizo ningún aportación. Pese a que el año pasado estrenó una nueva sede, las condiciones de seguridad de las colecciones de valor siguen siendo deficientes.
Para poder hacer el inventario, Telefónica del Perú prestó las cámaras de seguridad con las que se realizó la vigilancia de las bóvedas, salas y pasillos por las que se trasladaron los libros. Con esas cámaras se filmó el robo del manuscrito de 1679. "Ahora, tendremos que devolverlas y las colecciones quedarán nuevamente desprotegidas", señala el director.
La Biblioteca Nacional finalmente volverá a abrir sus puertas al público esta semana, pero Mujica reclama más ayuda gubernamental. Debido a un decreto de urgencia que impone medidas de austeridad en el tramo final del gobierno, el centro se ha quedado sin recursos para invertir en medidas de seguridad. "El Estado tiene que invertir en la defensa de su patrimonio, aún nos queda muchísimo por inventariar", explica Mujica. Entre lo que aún no se ha registrado destacan una amplia colección de mapas, música, partituras, otro grupo de libros antiguos y los alrededor de siete millones de tomos que forman su colección de textos considerados modernos.
Aunque parezca insólito, la Biblioteca Nacional del Perú no cuenta con un sistema informático de gestión bibliográfica, lo que complica la tarea de registrar su patrimonio.
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