16.12.17

La imagen-ciudad que proyectamos, Andrés Letelier, Director Ejecutivo CREO Antofagasta

Vía El Mercurio de Antofagasta.



La baja de Antofagasta como lugar para vivir y trabajar, es una de esas noticias que cada cierto tiempo remecen el estado ánimo de quienes viven, estudian, trabajan e invierten en la ciudad o piensan hacerlo. Sin embargo, si se analizan los objetivos y los resultados del Barómetro imagen-ciudad, independiente de la comparación con otras ciudades, las conclusiones pueden ser bastante más alentadoras.

La encuesta evalúa la imagen, conocimiento y asociación de las ciudades más importantes del país, y de esta manera busca orientar acciones para fortalecer la imagen que éstas proyectan. Como explican los autores, una imagen-ciudad positiva, a nivel local fortalece el orgullo y sentido de pertenencia, y propicia el compromiso con el cuidado y desarrollo de la ciudad; asimismo, contribuye al prestigio personal, profesional y empresarial que se proyecta hacia afuera; aporta también a la retención y búsqueda de talentos e influye en la preferencia para invertir, emprender o visitar. Es decir, potenciar la imagen-ciudad ayuda a generar condiciones internas y externas que impactan en el desarrollo de la ciudad.

Es importante señalar, que la encuesta fue aplicada a personas que no viven en la ciudad, por lo tanto, esta medición no corresponde a una evaluación objetiva del estado actual del desarrollo de la ciudad, sino que representa como los "otros" nos ven, producto de lo que proyectamos y comunicamos. Vamos a los resultados.

Habría que destacar que Antofagasta se sitúa entre las ocho ciudades con mejor imagen, lo más sorprendente es que su mejor evaluación es como lugar para visitar (56%). Lo siguen lugar para trabajar (42%), lugar para estudiar (30%), y con la más baja calificación está lugar para vivir (25%). Por lo tanto, si omitimos las posiciones relativas en el ranking, Antofagasta aparece con una imagen más diversificada y balanceada de lo que estamos acostumbrados, no sólo como una ciudad funcional con buenas perspectivas económicas, sino también con atributos -climáticos, paisajísticos, turísticos y culturales- que la posicionan como un lugar atractivo para conocer o ir a estudiar. Por otro lado, la baja evaluación en los atributos de "construcciones y espacios públicos bonitos", "seguridad ciudadana", "medio ambiente sano" y "gente amable" parecen impedir una mejor evaluación como lugar para vivir. Aquí es importante contrastar esta percepción con las evidencias, despejar mitos y posibles estigmas, de modo de orientar las acciones que correspondan y comunicar con más fuerza como se ha ido avanzando en completar estas brechas.

Entonces no estamos ni a la deriva, ni menos tenemos que partir desde cero. Sí, enfrentamos desafíos importantes, pero también tenemos buenas oportunidades de transfornación a partir de narrativas más positivas, basadas en evidencia y los esfuerzos colectivos, público, privado y ciudadano, como los que empujamos en CREO Antofagasta, para que la ciudad vaya aumentando su oferta de valor en todas las dimensiones y pueda proyectarse como un gran lugar para vivir, trabajar, estudiar y visitar.

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