31.12.16

Infraestructura educativa en Iquique y su aporte al desarrollo urbano y modernidad 1930-1970, por Víctor Valenzuela

Publicado en la revista CA 153, agosto de 2016.



Resumen

La infraestructura educativa que se desarrolla en Iquique entre 1930 y 1970, especialmente por la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales (SCEE), dotó a la ciudad de singulares edificaciones que plasmaron un sello arquitectónico y se convirtieron en referentes de una nueva forma de hacer ciudad junto con potenciar el progreso urbano local.

El presente artículo, deja en evidencia su trayectoria y pone en valor este patrimonio moderno, como factor importante del desarrollo e identidad social para la ciudad.

INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA EN IQUIQUE Y SU APORTE AL DESARROLLO URBANO Y MODERNIDAD. 1930 - 1970

Introducción

Durante el año 2010, se llevó a cabo, una investigación que permitió corroborar la importancia de las edificaciones modernas construidas en Iquique entre 1930 y 1970. Esta indagación señaló tres aportes al desarrollo local, donde se pudo constatar “que esta arquitectura es la que sienta las bases funcionales y programáticas de la ciudad contemporánea, al dotar de obras e infraestructuras de uso público y privado que evidencian el desarrollo económico, social y cultural de Iquique, gracias a la visión de un Estado protector con una fuerte carga de vanguardia y progreso sumado a una postura cooperativista por parte del mundo privado” (Valenzuela, 2011, p. 7).

La infraestructura educativa desarrollada en Iquique, especialmente por la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales (SCEE), mediante la ejecución de los denominados Grupos Escolares o Escuelas concentradas, caracterizadas por ser “conjuntos de gran tamaños emplazados en manzanas completas” (Torres, Atria, Valdivia, Díaz. 2014, p.113), dotó a la ciudad de singulares edificaciones que plasmaron un sello arquitectónico y se convirtieron en referentes de una nueva forma de hacer ciudad junto con potenciar el progreso urbano local.

Bajo esta premisa y tomando en primera instancia, la Escuela Santa María (1937), junto a las Escuelas N°2, y N°4 [1] , (1941-1943), son un claro ejemplo de lo mencionado. Su lenguaje arquitectónico, programa, expresión formal y años en que son construidas, posiblemente se asocian a los arquitectos Gustavo Mönkeberg y Jose Aracena “quienes marcaron la línea arquitectónica de la institución desde el modelo modernista de la época, y que haría énfasis en una arquitectura funcional, con una programa adecuado a las demandas educacionales de la época, siendo una marcada imagen institucional de carácter monumental y solidez estructural” (Casas. 2007, p. 76)

Al revisar la trayectoria histórica y urbana de estas edificaciones se evidencian antecedentes relevantes que permiten señalar que “el conjunto de establecimientos diseñados conforman una producción arquitectónica, en el cual se pueden establecer como parte del patrimonio moderno del país, tanto por ser obras que intentan dar cobertura a una política de masificación de la educación, con espacios diseñados especialmente para el desarrollo de tales actividades bajo los principios de funcionalismo e higienismo en una estética y lógica racionalista.” (Torres et.al. 2014, p.113), y en Iquique no fueron la excepción.

De una u otra manera los establecimientos que son mencionados en este artículo, tienen la particularidad de presentarse como “un edificio de carácter cívico y republicano; un “palacio” y “representación del estado educador.”(Browne. 2004, p. 13), ya sea por su presencia urbana, monumentalidad y pertenencia en relación al contexto social en donde se emplazaron, ya sea, en la periferia que comienza a gestarse o al renovar las zonas degradadas de aquel entonces.

Puedes leer el artículo completo en la página de la revista CA, pinchando aquí.

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