San Ambrosio de Vallenar, es una ciudad de larga tradición y un enclave estratégico en el Valle del Huasco, fue fundado en 1789 por Ambrosio O'Higgins.
Hoy en día se ha sumado al respaldo nacional por el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José, y junto con estar celebrando el Bicentenario Chileno, ha instalado 33 banderas en el torreón de la iglesia de San Ambrosio de Vallenar, 32 chilenas y una boliviana, representando la nacionalidad de los mineros atrapados en las entrañas de la tierra.
La iglesia tuvo problemas estructurales en su torreón original, así que se reconstruyó en una versión transparente y pósmoderna que recupera las líneas originales de la arquitectura neoclásica. Este revival, a primera vista puede no agradar a aquellos que creemos en la verdad y contemporaneidad de la arquitectura, pero debo confesar que con el tiempo el campanario ha ido adquiriendo su verdad, sostenido en la fuerte expresión material de su estructura metálica.
La ciudad, el valle y sus alrededores desérticos componen un paisaje único en el Norte Chico, que con su abundancia de aguas, y la fertilidad de su tierra ha permitido que se desarrolle un estructura agrícola basada en la hidráulica del agua. De esa forma la variedad vegetal y floral es enorme, con la consecuente abundancia de frutas, y entre ellas de sus uvas. Los cactus y carnosas repletan las casas y los parajes más agrestes.
Camino a la desembocadura se encuentra el poblado de Freirina, con algunos interesantes exponentes de la arquitectura historicista, como el monumento nacional, la iglesia Santa Rosa de Lima, de 1870, con su elevado campanario.
Cuando uno se distancia del valle, no deja de existir vegetación con predominio de cactus, como el de la fotografía, tomada en caleta Los Bronces hacia el sur de Freirina. Estos parajes aledaños en estos días empiezan a cubrirse con mantos de flores silvestres, que nacen cuando llueve en el desierto, algo que ha ocurrido este 2010, y que promete el fabuloso fenómeno del "desierto florido".
Desde hace un par de años, el valle de Huasco también ha sido centro de polémicas por la instalación de la mina Pascua-Lama de Barrick en los glaciares milenarios en la Cordillera, que producirán un impacto no solo en los afluentes del río Huasco, sino con niveles importantes de contaminación. La verdad es que allí hay mucho oro, y todos quieren explotarlo, algo que ya los nativos hacían, lo que incrementó las riquezas de los incas cuando tenían todas estas tierras conquistadas y formando parte del Collasuyo. El rechazo a Pacua-Lama, se puede seguir en el sitio No a Pascua-Lama, y en el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA). Sería una lástima que un valle paradisiaco como el Huasco se perdiera en manos de minería descuartizante, y más lamentable es que la historia se repita otra vez, pues la crisis del agua, ¿no es la misma que acabó con el valle de Copiapó, y que está arrasando con los poblados precordilleranos de la región de Antofagasta?
Gracias por esto
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