28.5.13

Generación GIF: Ellos lo llaman escultura.

Vía El arte en la Edad del Silicio (El País).
Por: Roberta Bosco y Stefano Caldana | 27 de mayo de 2013



What we call sculpture (Lo que llamamos escultura) es la última provocación del arte digital. Llega de Alemania y es una iniciativa de Manuel Roßner, fundador de la joven galería virtual CERMÂ, que quiere plantear una alternativa plausible a lo que denominamos escultura, en una época en que bits y código informático van sustituyendo paulatinamente mármol y cinceles. La exposición, que reúne las obras de cuatros artistas, ha sido comisariada por el malagueño afincado en Madrid Manuel Fernández, punta de diamante de nuestro panorama artístico más vanguardista. Fernández, fiel representante de la que a menudo hemos definido la Generación GIF, una oleada de creadores ajenos a los tradicionales cánones formales y conceptuales establecidos por los pioneros del net.art, desarrolla su proceso creativo alrededor de una llamativa estética multicolor, que se materializa a menudo a través de elementos visuales animados.

Todo empezó cuando Roßner encargó a Fernández una propuesta en la misma línea de la muestra anterior What we call painting (Lo que llamamos pintura) (visita guiada en detalle), concebida “para ver cómo los artistas habían empleado las posibilidades de las nuevas tecnologías para expandir nociones tradicionales, que podríamos catalogar de pintura o que tienen -o parten- de conceptos o cualidades pictóricas”, explica Fernández al Silicio.

“Así que comencé a pensar en cómo los tradicionales paradigmas de la escultura podrían expandirse a través de las nuevas herramientas de producción y los nuevos contextos de exposición y distribución de los trabajos online. Según este enfoque, seleccioné cuatro piezas de otros tantos artistas, que me gustaban precisamente por el uso de las herramientas tridimensionales y su relación con Internet”, continúa Fernández.

What we call sculpture se desarrolla en la galería virtual de CERMÂ, un espacio interactivo que permite observar las obras, como si el visitante estuviera en una exposición real. La diferencia es que las creaciones son elementos digitales cuyos volúmenes se pueden percibir realizando movimientos en el espacio con el ratón. “No son GIF animadas, son piezas 3D animadas creadas especialmente para ser instaladas en un espacio 3D”, indica Fernández. Se refiere a las figuras tridimensionales sin un perfil bien definido de Chris Timms, casi unos hologramas o unas burbujas de líquido flotante y a los irregulares elementos geométricos, como volúmenes en continua mutación, del artistas francés afincado en Barcelona, Françoise Gamma, que reaccionan a los movimientos de ratón del visitante, ofreciendo distintas perspectivas de las piezas. Además de una escultura virtual parecida a una máscara étnica de Kareem Lofty, la selección incluye una interesante pieza del propio comisario. La obra, bautizada New Ruins, consiste en una escultura que recuerda una clásica columna dórica ubicada delante de una serie de instantáneas, que cuelgan de una de las paredes del espacio CERMÂ. Son imágenes extrapoladas del homónimo vídeo de Fernández, algo así como un viaje en la red a través de Google Earth, en busca de las siluetas de monumentos célebres y edificios patrimonio de la humanidad, que el artista ha intervenido visualmente con capas de texturas chillonas y mucha ironía. La pieza se transforma así en una intervención apropiacionista, con la cual el artista devuelve al entorno de la red, imágenes virtuales de objetos reales, de manera acorde a su estilo visual.

Concebido como “un espacio que ocupa una posición fascinante entre la aparición de Internet y la institución cultural”, el CERMÂ fundado por el joven artista alemán Manuel Roßner en 2012, no existe exclusivamente en el universo virtual de Internet, sino que tiene una extensión en el mundo físico, como asociado del centro expositivo Hauptbahnhof Offenbach de Offenbach am Main (Alemania). A menudo las muestras, que ocupan simultáneamente los espacios físico y virtual están vinculadas entre ellas, a través de artistas que exponen sus obras en ambos montajes, pero no es el caso de What we call sculpture, que sólo se presenta online.

“Su nombre es una abreviación de Centre d'art mâtiné, considerando mâtiné como sinónimo del término hybrid, una referencia a los ordenadores que disponen de partes analógicas y digitales y también al significado convencional de matinée, que se atribuye a los eventos que tienen lugar por la mañana. Me imagino los espectadores in pijama y con un buen desayuno, disfrutando de la última exposición del CERM”, confiesa Roßner.

Por lo que se refiere las obras de What we call sculpture y las relaciones espaciales de los modelos virtuales, Roßner destaca que “en realidad el trabajo de Chris Timms era al comienzo una GIF animada, aunque creo que no estamos muy lejos de llamarla también escultura. Por supuesto, usted los ven en una pantalla en dos dimensiones pero hemos aprendido a olvidar eso. Es un poco como viajar por el mundo a través de Google Earth, CERMÂ abre las puertas a un universo nuevo y desconocido. Bueno, tal vez no tan desconocido, ya que una gran parte de la sociedad y sobre todo los jóvenes, están pasando horas en ese tipo de ambientes”, matiza Roßner.

¡Public Sculpture!

No tiene nada que ver con esta muestra, pero nos gustaría recordar una irónica afirmación del artista canadiense Jeremy Bailey, creador de esculturas virtuales a través de la realidad aumentada, “nuestros pueblos son repletos de horribles monumentos que no se puede mover ni eliminar o desplazar, así que yo quiero poder crear esculturas públicas no permanentes. Cualquiera tiene que poder crear y colocar sus propias esculturas públicas virtuales, que por cuanto horribles desaparecerán cuando uno lo desee, así como han aparecido”.

Rigid Bodies

Finalmente lo de CERMÂ es tan sólo la punta del iceberg de una tendencia cada vez más presente en la red, que se caracteriza por la inclinación escultórica de las manifestaciones digitales.

Otro interesante ejemplo es Rigid Bodies, una propuesta del mexicano Alfredo Salazar Caro, artista y escultor que “vive, lucha y trabaja” en Chicago. “Rigid Bodies es una exposición online que me encargó el Art Institute de Chicago. Me pidieron hacer una muestra digital y básicamente, siendo yo un escultor, quise reunir una series de esculturas en 3D y formato GIFs. Para continuar con la idea del GIF como escultura, decidí usar la imagen de una galería física como background pero mantener una funcionalidad similar a la de una página de Tumblr, donde el usuario elije que escultura se integra al espacio visual de la galería”, explica al Silicio, Salazar Caro.

La exhibición, que se inauguró en marzo de 2013, es única y no se repetirá. “Su título hace referencia a un término usado en la creación de videojuegos, que indica la habilidad de un objeto de poder ser alterado por otros objetos en el juego, por ejemplo un jugador moviendo un barril”, matiza Salazar Caro.

La selección reúne piezas de artistas que viven entre Estados Unidos y Alemania, como Nick Kegeyan, LaTurbo Avedon, Anthony Antonellis, Kevin Carey, Sara Ludy, Sua Yoo, Kim Asendorf y el propio Salazar Caro aka TMVRTX, TimeVortex. En su mayoría son GIF animadas y elementos gráficos con aspecto tridimensional que bien se pueden enmarcar en un contexto de escultura.

“Para mí la escultura digital es escultura”, asegura Salazar Caro. “No hay diferencia, sino que simplemente es una evolución de la práctica tradicional. Para mí, si uno tiene que crear algo en tercera dimensión, algo que utiliza el espacio, aunque sea virtual, es escultura. Aunque muchos net.artistas no dicen directamente que su trabajo es pintura, es casi imposible separar la pintura de un JPG o un GIF, simplemente porque son parte de la tradición de composición de imágenes y los net.artistas, como todos los artistas, somos influenciados por una de las formas creativas más antiguas: la pintura”, concluye.

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