10.5.16

Movimiento llamado SOS Brutalism: Campaña rescata ‘monstruos’ de concreto

Vía La Nación (Costa Rica).

Iniciativa pretende conservar inmuebles diseñados con el estilo brutalista

Edificio anexo de la CCSS es un ejemplo de esta corriente arquitectónica

Por Andrea Solano B. ansolano@nacion.com



Son verdaderos monstruos de concreto: gigantes desnudos que exhiben sus formas escultóricas y grises, sin la distracción del color.

Este estilo arquitectónico, conocido como brutalismo, tuvo su apogeo entre las décadas de los años cincuenta y setenta del siglo XX y dejó un amplio legado de edificios por el mundo.

El movimiento SOS Brutalism, gestado por el Museo Alemán de Arquitectura (DAM) y la Fundación Wüstenrot, busca evitar la demolición o la ruina de destacados inmuebles concebidos bajo esta expresión.

Hasta el momento se ha logrado recabar información y fotografías de 900 edificios ubicados en África, Asia, Europa, Oceanía y América (incluida Costa Rica).

El inventario completo se puede consultar en el sitio web: www.sosbrutalism.org. Los edificios fueron clasificados en varias categorías, según su estado de conservación, tales como: “en peligro”, “demolido”, “fuera de peligro” y “rescatado”, entre otras.

Además, cualquier persona puede compartir fotografías de edificios brutalistas a través de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, Tumblr, Pinterest y del hashtag #SOSBrutalism.

Los curadores del DAM, Oliver Elser y Felix Torkar, dirigen la iniciativa, a la que han calificado de exitosa. “La respuesta a la campaña ha superado nuestras expectativas. Estamos muy contentos por la alta participación de nuestros seguidores. Personas de todo el mundo nos han enviado imágenes e información sobre el estado actual de los edificios”, declaró Elser a La Nación, vía correo electrónico.

Moles de concreto. Según explicaron los curadores, el brutalismo presenta varias características distintivas. Una de ellas son sus materiales expuestos, generalmente concreto, aunque también puede ser ladrillo.

Otro rasgo es la exhibición abierta de su estructura. “En vez de esconderse detrás de una gran cortina de vidrio, las partes del edificio están expuestas hacia el interior y exterior”, dijo Elser.

También, los edificios brutalistas sobresalen por su carácter escultórico.

De acuerdo con el curador, el brutalismo significó un movimiento de ruptura frente al llamado estilo internacional, limpio, sobrio y minimalista.

“Los proyectos brutalistas perseguían la racionalidad, el funcionalismo y la eliminación de los convencionalismos, por medio del expresionismo y del uso de los materiales en bruto, como el concreto. Por eso, su estática presenta formas geométricas angulosas y texturas rugosas”, declaró el arquitecto costarricense Andrés Fernández.

Hito nacional. Entre los ejemplos de arquitectura brutalista mundial, figura el inmueble Jenaro Valverde Marín, mejor conocido como el edificio anexo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en San José.

Diseñado por el arquitecto Alberto Linner Díaz, de 81 años y nacido en Nicaragua, este edificio, inaugurado en 1981, es considerado por los curadores de SOS Brutalism como uno de sus favoritos en América Latina. “Aunque, técnicamente, es solo un anexo, empequeñece al edificio antiguo. Es maravillosamente escultural. No es un simple bloque monolítico de vidrio, al igual que muchos otros edificios de gran altura, y tiene mucho carácter. Se ve distinto desde cada uno de los cuatro lados y se parece un poco a una enorme máquina o un robot”, declaró Elser.

Similar criterio expresó Fernández. “El maestro Linner demostró su gran habilidad para la composición arquitectónica y la técnica constructiva. El trabajo de encofrados (o formaleta) del concreto es preciso en su diseño y aplicación, lo que permite una gran riqueza y versatilidad en el uso de las texturas. Así, el material queda expuesto, pero no de un modo monótono, sino diverso e incluso lúdico”, opinó.

Por su parte, Linner reconoció que, al momento de diseñar el inmueble, no tuvo en mente el concepto de brutalismo.

“Simplemente, la CCSS tenía necesidad de más espacio y pensé en un edificio que se pudiera comunicar con el otro. La idea era reducir al máximo los costos de mantenimiento y esa es la justificación para el concreto expuesto. Es un edificio estructuralmente equilibrado”, declaró.

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