© El Mercurio de Antofagasta
El nuevo Museo del Desierto proyectado por la oficina de los arquitectos Ramón Coz, Marco Polidura, Iñaki Volante y Eugenia Soto, es fruto de un importante concurso de arquitectura efectuado el año 1996, donde participaron las oficinas más connotadas del país. Resulta muy importante que una obra proyectada a mediado de los años 90 sea inaugurada 13 años después gracias a la Fundación Ruinas de Huanchaca, ya que mediante esa concreción actualiza la discusión sobre una adecuadad arquitectura latinoamericana. En ese sentido este edificio es un magnífico ejemplo de los que podemos denominar como "arquitecturas de la excavación", un espectro en el cual se podrían incluir obras construidas como el Hotel ESO en Paranal, 1998-2002, y la Casa de Retiro del Colegio San Luis, 1989-1991, o algunos proyectos no construidos de relevantes concursos como el realizado por el Bienal de Arquitectura 1991, para los poetas en Cantalao, ganado por Hugo Molina y Gloria Barros, o el primer premio del concurso de proyectos de título esa misma Bienal, con el ejercicio de René Muñoz de la Universidad de Chile, con un centro de investigaciones arqueológicas en San Pedro de Atacama. Por otro lado importantes obras de la identidad moderna antofagastina conforman un conjunto necesario de arquitecturas que han mediado con el territorio, entre las que se encuentran el edificio Huanchaca (Curvo), que ocupó la cantera fiscal, y el Hotel Antofagasta que construye su topografía definiendo una meseta. En la idea de una arquitectura propia para latinoamérica, es muy relevante que este año se haya premiado el proyecto de Tomás García de la Huerta en el concurso Archiprix con un Museo de la Minería en la mina Tránsito.
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