28.12.24

La elocuencia de la imagen. Català-Roca en América / Museo de América, Madrid, desde el 22 de noviembre de 2024 hasta el 13 de abril de 2025

Vía Museo de América.

 


La elocuencia de la imagen. Català-Roca en América es una exposición producida por el Ministerio de Cultura y comisariada por Lia Colombino, museóloga e investigadora, y que el Museo de América tiene el honor de alojar. Podréis verla en la Sala de Exposiciones Temporales desde el 22 de noviembre de 2024 hasta el 13 de abril de 2025.

Se trata de un recorrido inédito por la producción que el fotógrafo Francesc Català-Roca realizó en el continente americano durante varios años y viajes, comenzando en México en 1973 y acabando en Ecuador en 1979, como parte de un proyecto documental para la Editorial Blume, especializada en libros de arte, fotografía y cultura.

Esta muestra presenta 230 fotografías de los más de 7.000 negativos que capturó y que se conservan en el Arxiu Nacional de Catalunya desde 2023, año en que el fondo fue adquirido, coincidiendo con la celebración del centenario de Català-Roca.

Francesc Català-Roca ha sido uno de los más grandes fotógrafos españoles del siglo XX. Decía que las imágenes formaban parte de la realidad y el fotógrafo las sustraía de ésta para construir un relato.

En sus viajes a América trató de articular un relato sobre el arte popular americano, desde la perspectiva de quien supo observar una realidad que, sin duda, le interpeló.

El objetivo del artista al capturar la realidad es narrar, desde la imagen, unas condiciones y unas formas de vida. Presenta además una faceta poco conocida: la del encuentro entre las culturas populares e indígenas americanas -especialmente las de Latinoamérica- y el ojo ávido de Català-Roca.

La comisaria concibe la exposición a partir de una serie de ejes. En una primera sala se puede acceder a la artesanía y el arte popular, a través de una selección de piezas de la colección etnográfica del Museo, para posteriormente pasar a las imágenes de las personas detrás de esos objetos, a sus formas de vida y sus condiciones de producción. Finalmente, la muestra se cierra con un espacio dedicado al viaje y a las publicaciones resultantes.

27.12.24

Colombia eleva el tono contra las casas de subastas que venden su patrimonio cultural

 Vía El País.

El Gobierno rechaza las ofertas en el extranjero de piezas arqueológicas que considera propiedad del Estado, aunque los expertos señalan que la legislación es inaplicable fuera del país.

Una diadema de oro de Calima del periodo Yotoco (100 - 700 d.C.), subastada por Sotheby's. Sotheby’s
Diego Stacey
Bogotá - 22 DIC 2024 - 00:45 CLST

El Gobierno de Colombia ha acelerado la repatriación de piezas que considera parte de su patrimonio arqueológico y cultural. Más de 850 piezas han sido recuperadas desde que Gustavo Petro llegó al poder, hace poco más de dos años. Las restauraciones, impulsadas principalmente por los Ministerios de Exteriores y de las Culturas, y facilitadas por otros Gobiernos, se enmarcan en un esfuerzo global de decenas de países —especialmente en América y África— que quieren proteger sus obras nacionales. Ahora, va en busca de más: censurar las ventas de las casas de subastas.

El primer paso en este sentido se dio la semana pasada, con un comunicado del Ejecutivo en el que rechaza la subasta realizada por Sotheby’s, en París, de una diadema de oro de la región Calima (hoy, Valle del Cauca), “perteneciente al patrimonio arqueológico colombiano”. El documento critica “que se mantengan las prácticas del comercio de bienes culturales”, pues considera que fomenta el tráfico ilícito y el saqueo y atentan contra el legado de las comunidades ancestrales. La casa de subastas, una de las más importantes del mundo, acabó vendiendo la pieza por 24.000 euros (unos 110 millones de pesos), a pesar de que su valor de venta estimado alcanzaba los 60.000 euros (273 millones).

“Es una acción inédita, que corresponde a un Gobierno de izquierda. En Colombia no había habido esos gobiernos [de ideología progresista], y por eso hemos hecho muchos avances en ser más audaces como otros países”, explica por teléfono el ministro de Cultura, Juan David Correa, que considera la venta de la diadema de Sotheby’s como un “acto inescrupuloso”. Ya en marzo, junto con México y Perú, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) había rechazado una subasta de la casa Millon et Associés de varias piezas de varios periodos arqueológicos.

La apuesta de Colombia por rechazar las subastas de su patrimonio imita, en buena medida, a México. Aunque Correa señala que no ha conversado con sus homólogos del país norteamericano sobre este tema, dice que las acciones de ambos países “apuntan en el mismo sentido”. México, de la mano del expresidente Andrés Manuel López Obrador, emprendió una campaña voraz para impedir la venta de piezas culturales y arqueológicas, a través de canales diplomáticos, pero también por medio de la vía judicial. Durante el sexenio de López Obrador, se recuperaron 14.000 artefactos del extranjero.

Los lotes recuperados por el Gobierno de Petro provienen de todas partes. Italia y Alemania han entregado decenas de piezas precolombinas el último año, al igual que Reino Unido, Bélgica y México. En septiembre, las autoridades recolectaron 115 bienes culturales que estaban en Estados Unidos. Pero la mirada del Gobierno está puesta en el icónico tesoro Quimbaya, que permanece en el Museo de América en Madrid, España.

Correa afirma que espera que el Gobierno español responda a una segunda comunicación, luego de no haber tenido respuesta a una carta enviada en mayo por la Cancillería, que reclama la devolución de las 122 piezas de la colección. “No vamos a ceder. Antes de amenazar con conflictos diplomáticos, lo que corresponde es conversar de manera franca de asuntos incómodos”, responde al silencio del Ejecutivo europeo.

Una venta legal

La subasta de la diadema Calima en Sotheby’s es legal, expone Charlotte Pieri, directora de Bogota Auctions, la primera casa de subastas de Colombia. La experta, que ha dedicado parte de su carrera a la protección del patrimonio, señala que la pieza formaba parte de una colección privada en Europa desde 1967, adquirida de un coleccionista de Nueva York, según consta en la ficha técnica. Es decir, el objeto estaba fuera del país antes de la década de los setenta, cuando se creó la convención de la Unesco sobre la exportación ilícita de bienes culturales, firmada por Colombia y por Francia. “Es una venta totalmente legítima, a menos que el Gobierno demuestre que la pieza salió del país después de 1970”, dice en una llamada.

Pieri agrega que no existe “ninguna herramienta jurídica” que pueda aplicar Colombia para solicitar la restitución de aquel artículo. “La normativa colombiana, que nos aplica [a las casas nacionales] y respetamos, no puede imponerse en el exterior”. Según la Constitución de 1991, todo bien arqueológico es propiedad del Estado colombiano, por lo que en el país está prohibido comercializar con este tipo de elementos.

Pese a que, jurídicamente, el Gobierno parece estar atado de manos, la experta resalta que el esfuerzo debe seguir adelante, en principio, con la protección de las piezas que se encuentran en territorio nacional para combatir el tráfico ilícito de obras, que sigue latente.

El empeño de Colombia para proteger su patrimonio abre otro debate: ¿qué debería considerarse como tal? Para Halim Badawi, crítico y curador de arte, la legislación nacional es “torpe y anticuada”. “Hay piezas del período colonial que no tienen el más mínimo interés y hay piezas de arte moderno que son capitales para la historia de Colombia y que hoy pueden venderse y exportarse sin ninguna restricción”, señala en un intercambio de mensajes de texto.

Para el también miembro del comité asesor del Museo de América en Madrid, debería haber una “patrimonialización selectiva”, pues considera que el mismo rigor de protección no debería aplicar para un fragmento de una cerámica que para una pieza capital. “Eso lleva a que el ICANH y el Museo Nacional se atesten de objetos, cuya exposición, investigación y socialización será imposible. Hay piezas que tienen más sentido en museos o en colecciones privadas”.

El Gobierno espera que el avance que asume que ha hecho en los últimos años no se limite únicamente a este periodo presidencial, en caso de que el próximo inquilino de la Casa de Nariño sea un presidente de derechas. Para el ministro Correa, que no oculta las críticas a sus predecesores en el trabajo de repatriación de bienes culturales, la sociedad civil debe seguir presionando a las instituciones. “Hay un vasto conocimiento de historiadores, antropólogos, artistas, quienes deben exigir más de sus gobernantes para proteger la belleza cultural de este país”.

24.12.24

SIMPOSIO: Vida urbana, ciencia y tecnología, los impactos del conocimiento sobre las arquitecturas de las ciudades./ IV Congreso Iberoamericano de Historia Urbana, São Paulo, 24--28 noviembre 2025 / Hasta el 03/02/2025 – envío de comunicaciones

Trópicos urbanos extremos: Rio de Janeiro versus Antofagasta. © Collage de postales de Claudio Galeno.

IV Congreso Iberoamericano de Historia Urbana, São Paulo, 24 al 28 de noviembre de 2025

Del 28/11/2024 hasta 03/02/2025 – envío de comunicaciones

SIMPÓSIO E2_03: Vida urbana, ciencia y tecnología, los impactos del conocimiento sobre las arquitecturas de las ciudades.

Coordinadores del simposio:

Claudio Galeno-Ibaceta, Escuela de Arquitectura, Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile cgaleno@ucn.cl

Ana Albano Amora, PROARQ, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Brasil aaamora@fau.ufrj.br

PALABRAS CLAVE: Vida Urbana; Tecnología; Conocimiento Científico; Equipamientos Urbanos; Infraestructuras Urbanas

RESUMEN: 

En un texto memorable y de lectura imprescindible para los estudios históricos sobre las ciudades, Maria Stella Bresciani (1991) hizo una analogía entre las diversas formas de leer y comprender las ciudades con las puertas de la ciudad de Tebas, una referencia a la tragedia de Esquilo Los siete contra Tebas, en la que siete generales entran en la ciudad a través de sus siete puertas diferentes. De la misma manera, la autora presenta distintas formas o puntos de partida – construcciones intelectuales – para el entendimiento de las “varias facetas de las ciudades” o de lo que se denomina, en conjunto, como ‘la cuestión urbana’.

La primera puerta sería ‘La técnica como instrumento de modificación del entorno’. La segunda ‘la cuestión social’. La tercera ‘la formación de identidades sociales’. La cuarta puerta ‘la formación de una nueva sensibilidad’, o ‘la reeducación de los sentidos del habitante de la ciudad’. La quinta, la ciudad como ‘el lugar de la historia’ y al habitante de la ciudad como ‘el sujeto de la historia’. La sexta la ‘cultura popular’. Finalmente, la séptima se abre a entender una ciudad multifacética, construida por sujetos y procesos diversos, expresadas por distintas subjetividades.

Inspirados en este texto, aún tan actual después de más de 30 años, consideramos que pensar las ciudades en la actualidad requiere que pensemos en su construcción en el pasado, y cómo las distintas agendas de cada momento histórico las moldearon y se reflejaron en las formas urbanas y en las edificaciones como documentos arquitectónicos de cada época y proceso.

Estas materializaciones de cada momento histórico están marcadas y constituyen la ciudad en el presente. Muchas veces están yuxtapuestas en un mismo lugar, y otras veces son eliminadas en su totalidad o en parte, y solo pueden ser reconstruidas a través de lo que Mauricio Abreu (1998) llamó ‘memorias históricas’, las fuentes documentales con las que se puede reconstituir la ciudad histórica, sus formas y modos de vida, mediante un proceso intelectual.

En esta propuesta, invocamos mirar las ciudades a través de las lentes del conocimiento – la ciencia y la tecnología – que han estado pari passu imbricadas en los procesos que constituyeron la materialidad de las ciudades y sus arquitecturas, al mismo tiempo que reafirmaban estructuras de poder. Sin embargo, la vida urbana no es solo una respuesta o una asimilación de los espacios constituidos por las formas urbanas. Podemos hablar de vidas urbanas, pues reflejan la pluralidad de las ciudades, divididas por diversas lógicas, sobre todo en las ciudades latinoamericanas.

Sistemas y arquitecturas de transporte y de salud pública, equipamientos urbanos, ingenierías vial y portuaria, planificación y forma urbana, zonificación y densificación, estrategias de resiliencia frente a catástrofes, gestión de residuos, mitigación de la contaminación, redes de suministros energéticos y sistemas de control de aguas, son ejemplos, entre otros, de la relación entre ciencia y tecnología que impactó en la materialidad de las ciudades y en los modos de vida urbanos. A lo largo del tiempo, hemos visto transformaciones significativas en estas infraestructuras, en respuesta a los cambios productivos, a los impactos socioambientales y a la difusión de hábitos de consumo entre las poblaciones urbanas.


23.12.24

El Estadio de Iquique o Estadio Municipal de Cavancha, una obra del arquitecto José Wilson Escala, 1928.

Vista de las tribnas y acceso desde la avenida. © Claudio Galeno, 2012.

El año 2013, pude apoyar el proceso de declaratoria del Estadio de Cavancha en Iquique. En aquel momento no sabía quien era el autor de aquel edificio, que tenía muchas conexiones formales con la arquitectura de Luciano Kulczewski, sin embargo no era de su autoría. El arquitecto responsable de esta obra fue José Wilson Escala, y el proyecto data de 1928. Este arquitecto se había graduado en 1916 en la Universidad de Chile, y también es autor del edificio de Correo y Telégrafo de Iquique, situado en calle Bolívar.

Más tarde este mismo arquitecto, junto a Jorge Huneeus Lavían, diseñaron el Hospital de Carabineros, en calle Antonio Varas en Santiago, proyecto que fue fruto de un concurso de alrededor de 1933.

Vista de las Tribunas y del acceso. © Claudio Galeno, 2012.

 

El antiguo Estadio Cavancha en Iquique, actualmente conocido como Estadio Municipal. Ese antiguo espacio deportivo, posee una arquitectura de mucho interés ya que su fisionomía corresponde a una arquitectura ecléctica en un emplazamiento único.

Vista del Acceso. © Claudio Galeno, 2007.


Sus rasgos arquitectónicos corresponden a un período de la producción arquitectónica chilena en el cual algunos arquitectos ejecutaron algunos diseños que querían definir una imagen estilística nacional, en este caso se puede observar un énfasis en una arquitectura militar de rasgos medievales mezclados con elementos neo-coloniales.  En ese sentido se pueden entender el enfático uso de la piedra en los tres pisos de la base, coronado por almenas, y sobre ella una serie de estructuras de madera: techos y pérgolas. Además se suma el uso de diversos tipos de arcos: ojivales, tudor y angular, con sus dovelas organizadas ornamentalmente en forma escalonada.

 

Detalle de las tribunas. © Claudio Galeno, 2007.


Su magnífica situación en el extremo sur de playa Cavancha, concluyendo ese espacio geográfico y dando paso a las Península y a Playa Brava, ha marcado la memoria colectiva de los ciudadanos de Iquique, tanto por definir una fachada urbana como por ser un espacio que ha albergado las actividades públicas recreativas de la ciudad.

Detalle de muro perimetral. © Claudio Galeno, 2007.


Es evidente, que ese espacio público y su arquitectura debían ser conservados como un bien común que contribuye a la comunión urbana y al desarrollo de la vida pública en contraposición a la especulación inmobiliaria de lo privado en lugares privilegiados de la ciudad contemporánea.

Cabe destacar, que además Iquique tiene una memoria deportiva que se reconoce como una marca identitaria de la comunidad, lo que evidencia la necesidad de conservación de ese tradicional espacio deportivo como un espacio público para todos los ciudadanos.

Gran parte de esas palabras, aún siguen vigentes, ya que el Estadio, no ha recibido ningún tipo de conservación, y al revés el terremoto del 2014 dañó parte de sus estructuras.


16.12.24

La monumental arquitectura moderna del Internado de la Escuela de Minas de Antofagasta, arquitecto Enrique Benavente Müller, 1944-1960

 En el marco de la arquitectura modernista ejecutada en Antofagasta, uno de los edificios que destaca por su monumentalidad y temprana aparición en el espacio urbano fue el edificio para el Internado de la Escuela de Minas de Antofagasta.

La obras en cuestión fue proyectada por el arquitecto Enrique Benavente en 1944, el mismo que hizo el edificio para la Intendencia de Chillán, posterior al terremoto de 1939.

Detalle de postal de la Universidad Técnica del Estado en Antofagasta, antigua Escuela de Minas. Editor Sodisar. Archivo de Postales de Claudio Galeno-Ibaceta, CLANT04-041.
 
La obra en Antofagasta, fue parte de los diseños ejecutados por la Dirección de Arquitectura de ka Dirección General de Obras Públicas.

El edificio tardó mucho tiempo en ser terminado, siendo finalizado en 1960. De hecho en 1956, hicieron algunas modificaciones en las fachadas, otros arquitectos del MOP: Miguel Zuvic y Alejandro Crestá.

Detalle de postal de los Baños Municipales. Al fondo está la Universidad Técnica del Estado en Antofagasta, antigua Escuela de Minas. Editor Grohmann, Foto J. Quezada. Archivo de Postales de Claudio Galeno-Ibaceta, CLANT04-043.

 El edificio, luego fue usado por la Universidad Técnica del Estado, y más tarde con la fusión de esa universidad con la sede de la Universidad de Chile en los años 70, pasó a formar parte de las edificaciones de la Universidad de Antofagasta.