27.9.15

Richard Sennett: "Toda la economía global está montada sobre la inmigración"

Vía Clarín.



Desde que la Universidad Nacional de San Martín le otorgó el título de Doctor Honoris Causa, en 2012, el sociólogo estadounidense Richard Sennett se volvió un aprendiz: “Me obsequiaron un bandoneón de 1930 y me puse a estudiar. Una vez por semana, cuando tomo mi clase, me vienen recuerdos de Buenos Aires”, dice. Sennett pasó por Lignano Sabbiadoro, en Italia, donde recibió el Premio Hemingway en la categoría Aventura del pensamiento por sus ideas, sobre todo aquéllas que dan rienda suelta a su mirada sociológica sobre la mano del hombre. Lo pensó como un proyecto -que a él le gusta llamar Homo faber- que incluye tres libros. “Es una trilogía sobre cómo las personas construyen ambientes sociales y ciudades”, explica: El artesano, publicada en 2008, seguida en 2012 con Juntos. Rituales, placeres y políticas de la colaboración, terminará tal vez el año que viene con un libro sobre el diseño de las ciudades. Atento a los temas que arden y desestabilizan a la sociedad contemporánea, publicó además un libro sobre inmigración, El extranjero. “Reúne dos investigaciones: una sobre cómo los extranjeros eran recibidos en el Renacimiento en Venecia, y otra sobre el fenómeno de ‘lo extranjero’ en sí mismo”.

¿Cómo interpreta las barreras que se imponen hoy a los inmigrantes?

Siento tristeza y rabia porque parece que todos los países que en un tiempo vieron a su gente emigrar se comportaran como en los años ‘30 y ’40, cuando los estados se negaban a abrir las puertas a los judíos perseguidos por el nazismo y el fascismo. Han olvidado que todos hemos sido migrantes. En realidad, la sociedad actual me parece, a diferencia de lo que piensa el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, sólida e impenetrable.

¿El concepto de inmigración se volvió incómodo?

Es lo que mi amigo el filósofo esloveno Slavoj Zizek llama “zombie category” porque utilizamos los términos “migración” e “inmigración” en una enorme cantidad de experiencias. Yo soy un inmigrante. Hay muchísima gente en las ciencias, en las artes, que está todo el tiempo en movimiento. La totalidad de la economía global está organizada sobre la inmigración y nunca pensamos en eso.

¿Por qué no lo pensamos?

Porque hacemos foco en el hecho de que la gente pobre es desplazada y se traslada. Es una noción algo fascista creer que no pertenecen a aquí porque son pobres. Pero creo que un migrante económico es una persona muy diferente de un refugiado desplazado por una guerra.

Europa, sin embargo, acepta más a los refugiados que a los migrantes económicos.

Es cierto, pero si no les permiten permanecer, los eslabones más bajos de la cadena laboral quedan devastados. No habría más mucamas, por ejemplo. En Gran Bretaña es algo muy poderoso porque la fuerza laboral no atiende sus propias necesidades. No habría suficientes plomeros, electricistas. El entero sistema médico británico colapsaría si no se permitiera el ingreso de migrantes extranjeros. Hay muchísimos doctores y enfermeras extranjeros en Inglaterra. Creo que es una discusión deshonesta. Es una completa fantasía seguir sosteniendo que esta gente viene a llevarse lo mejor que tenemos.

¿Y cuál es la realidad?

Que sin inmigrantes no tendríamos trabajadores de la agricultura ni servicio doméstico. Toda esta gente que se convierte en migrantes económicos existe porque alguien los contrata. Y por lo general los contrata ilegalmente, a un precio más barato. Hay varios países en Europa, y Gran Bretaña es uno de ellos, donde pueden conseguir trabajo y por eso vienen. Es una especie de negocio ilegal. ¿Por qué les echamos la culpa de esto a los migrantes? Toda esta discusión es histérica, desproporcionada.

¿Hay alguna ventaja en ser un extranjero?

Diría que es una ventaja aceptar el ser extranjero como algo normal. Sentirse cómodo con la idea de que como seres humanos estamos en un fluir y que eso es algo bueno. Lo que no creo es que el ser humano desarrolle esto éticamente o por maduración psicológica. Hay una noción alemana antigua según la cual la adultez es el período en el que uno se estabiliza. No creo que sea cierto. Si así fuera, ¿por qué cuando hay idas y venidas económicas, la desestabilización psicológica es grande? Ustedes han tenido experiencias terribles en Argentina. El tema es preguntarse cuáles son las fuerzas con las que se cuenta cuando suceden estos embates.
En su pensamiento, la idea de una identidad nacional más flexible permite a la gente entablar relaciones sociales más estrechas. ¿Se podría aplicar esto al vínculo con los inmigrantes?

Las imágenes de uno mismo son la base para conectarse con otras personas. Si uno acepta multiplicidad y ambigüedad en uno mismo, se vuelve una criatura más sociable.

Dentro de su propia condición de migrante que acepta la multiplicidad y la ambigüedad, ¿Sigue tocando el bandoneón?

Por supuesto. Mal, pero lo toco.

Señas particulares

Richard Sennett
Sociólogo y escritor, 72 años
Enseña en la New York University y en la London School of Economics. Dirige Theatrum Mundi, una red de artistas, críticos y académicos involucrados en la cultura urbana en Londres, Nueva York, Edimburgo, Venecia y Berlín. Es miembro del Social Science Research Council para el proyecto The Decent City (La ciudad decente).

Copyright Clarín, 2015.

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