15.8.14

Antofagasta ecléctico, moderno y contemporáneo: operaciones arquitectónicas y dispositivos medioambientales, por Claudio Galeno Ibaceta

Una conferencia en Concepción en el 2013:


Antofagasta ecléctico, moderno y contemporáneo: operaciones arquitectónicas y dispositivos medioambientales

En los ambientes más inhóspitos de la ecología del desierto de Atacama, se han formulado ciertas arquitectura que han permitido que se asiente la vida humana. El área fue siendo ocupada a partir de principio del siglo XIX, gracias a los avances técnicos de la Segunda Revolución Industrial, que permitieron las ocupación prospectiva gracias a la tecnología para producir agua dulce en paisajes escasos de vertientes.

A pesar de que desde tiempos precolombinos han existido asentamientos indígenas en los oasis de la precordillera y del río Loa, en la costa se asentaban muy precariamente los changos que sobrevivían en base a la pesca y con el agua de escuálidasaguadas.

El primer asentamientoen la costa fue Cobija, fundado en 1825, siguieron Tocopilla que data de 1842-1843, Mejillones cuyopoblamientoempezó en 1840, Taltal en 1858 y Antofagasta, la más reciente, de 1866-1868. Los asentamientos en la pampa fueron diversos, algunos espontáneos y otros planificados por compañías mineras. Por ejemplo a partir de 1905 la Compañía de Salitres y Ferrocarril alzóuna sucesión de oficinas salitreras a lo largo de su vía férrea, las primeras de esa serie fueron Sargento Aldea y Francisco Puelma.Sin embargo, a principio de la década del veinte, nuevos campamentos tuvieron planificaciones más elaboradas: Chacabuco, que inició funciones en 1924, María Elena en 1925 y Pedro de Valdivia en 1931.

En tales parajes agrestes la arquitectura ha sido clave, como un artificio necesario para cobijar la vida en el desierto de Atacama. Si bien, las técnicas constructivas han sido un importante agente de ambientalización de las construcciones, algunos obras han tenido diseños singulares mediados por una concepción orgánica.

Es fundamental recordar las investigaciones precursoras de la arquitecta Glenda Kapstein, que identificó el “espacio intermedio”, como un articulador característicos de ciertas arquitecturas que respondían con mayor conciencia a los climas del desierto. Sin embargo una investigación más exhaustiva de las construcciones en un amplio espectro temporal y territorial, revelan un amplio espectro de respuestas arquitectónicas que operan sobre el territorio o que se organizan de tal forma a constituirse en dispositivos medioambientales.

Desde las primeras arquitecturas producidas en el período de las exploraciones mineras del guano, de la plata y del salitre, hubieron obras que dispusieron elementos arquitectónicos en consonancia con los climas desérticos de la región de Antofagasta. Algunos interesantes ejemplos de estas arquitecturas son el Edificio de la Intervención Chilena en Mejillones (1867) atribuido a Manuel Aldunate; la Casa de la Gerencia de la Taltal Railway Co. (1886); la Casa de Huéspedes de la Compañía de Salitres (1898); las graderías del Sporting Club (1908-1909); el Chalet de Recreo del Auto Club (1918) diseñado por Alfredo Cousiño Talavera y el Salón de Recreo de los Baños Municipales (c.1924).

A continuación el progresismo moderno fue conciente de la necesaria articulación entre cuerpo y territorio, ejecutando obras preocupadas del clima y de la desmesura del paisaje. Algunas de esas obras que se pronuncian en clave moderna son el Casino de los Baños Municipales (1937) y el Pabellón de Turismo (1939-1949), ambos proyectados por Jorge Tarbuskovic; los Colectivos Obreros de la Caja de Seguro Obrero (1939-1942) cuyo diseño estuvo dirigido por Luciano Kulczewski y Aquiles Zentilli; el Hotel de Turismo (1949-1953) de Martín Lira Guevara; la Intendencia Regional y Servicios Públicos (1956-1963) de Edwin Weil Wholke; el Hospital Regional (1957-1967) de Alfredo Celedón y Hernán Aubert; la sede del Servicio de Seguro Social (1960-1961) de Bresciani, Valdés, Castillo y Huidobro; el Grupo Escolar Norte (1960-1961) de Oscar McClure; el Conjunto Habitacional Salar del Carmen (1959-1964) de Mario Pérez de Arce y Jaime Besa; el Colegio Universitario Regional de la Universidad de Chile (1962-1963) de Godoy, Konrad, Sartori, Schenke, Wijnant y Bruna; el Conjunto Habitacional Coronel Emilio Sotomayor (1963-1964) de la CORVI, el Conjunto Habitacional Gran Vía (1955-1978) con los edificios Huanchaca y Caliche de Ricardo Pulgar San Martín; el Gimnasio Luis Bisquert (1968-1976) de la Universidad Católica del Norte, proyectado por Juan Baixas; y el Terminal Aéreo del Aeropuerto Cerro Moreno (1969-1975) de Jorge Patiño.

Asimismo los arquitectos de la contemporaneidad, han recuperado lecciones concientes de las experiencias en ambientes desérticos, legando arquitecturas que operan y disponen desde las singularidades de su contexto. Entre varias obras podríamos mencionar la Casa de Retiro (1989-1991) de Glenda Kapstein y Osvaldo Muñoz; el Edificio Consistorial de Antofagasta (1995-2000) de la oficina Iglesis Prat;el Museo del Desierto (1996-2009) de Coz,Poliduray Volante; el Ministerio de Obras Públicas (1998-2001)de Undurraga Devés;La Residencia de Paranal (1998-2002) de Auerund Weber,las ampliaciones de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte realizadas por Kapstein y Santelices (2000-2001) y por Santelices, Illanes, Guerra y Miranda (2009-2010);el centro de operaciones ALMA OSF (2003-2008) de Iglesis Prat; el Laboratorio de Criminalística (2005-2009) deCrisosto Smith; los talleres de HERTZ (2007-2008) de Cristian Olivos y Jorge Swinburn; el CEDUC UCN (2007-2008) de Manuel Rencoret y Juan Flores; la residencial Guggenheim en María Elena (2009) de Correa3 y la Biblioteca Regional de la DIBAM (2007-2013) de Del Sante.

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