Vía Biblioteca Nacional.
"Antofagasta, a pesar de su vida industrial, no ha descuidado su ornato i debido a esto sorprenden al estranjero sus calles anchas i bien trazadas, la línea de carros que las cruza, sus muchos edificios de relativo valor i sobre todo su plaza donde matan el tedio las ricas i hermosas nortinas. Las noches de retreta sobretodo (¡oh esas retretas de provincias!) un recién venido creeríase transportado a la Plaza de Armas de la capital, tal es la profusión de luz, de lujo i de belleza que se observa. Allá como aquí el eterno pololeo, los dengues soberbios, las miradas de fuego, el crujido de sedas i encajes, i allá como aquí la charanga que llega tarde, deja a oscuras de música mui temprano i vuelve cuando se le antoja, mal que le pese a las comandancias de armas habidas i por haber."
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