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Un proyecto hispano-peruano gana la ampliación del Museo de Arte de Lima

Imagenes vía Arquitectura Viva.


Vía El País.

Los estudios Llama Urban Design y Burgos & Garrido construirán el ala de arte contemporáneo

Por Jacqueline Fowks
Lima 9 JUL 2016 - 08:36 CEST

El Museo de Arte de Lima (MALI), un conjunto de estilo neo-renacentista en el centro de la capital, construirá en los próximos años su nueva ala subterránea de arte contemporáneo en 6.000 metros cuadrados de acuerdo al proyecto presentado por las firmas de arquitectos Llama Urban Design (Perú) y Burgos & Garrido (España), que se impuso entre otros 387 procedentes de 56 países, informó el presidente del MALI, Juan Carlos Verme.

El jurado internacional del concurso arquitectónico trabajó por cinco días en Lima y la noche del viernes anunció su veredicto en la sala Prado del museo. Mariana Leguía, de Llama Urban Design, arquitecta con una maestría en el programa de Ciudades de la London School of Economics, se sorprendió con la decisión: “Vamos a hacerlo con ganas porque soy peruana, estoy contenta”, comentó.

“Es el proyecto de nuestras vidas y vamos a trabajar duro para hacerlo lo mejor posible”, agregó el arquitecto español Ginés Garrido.

Leguía indicó a EL PAÍS que el pabellón proyectado es “muy contemporáneo, con el espacio principal de la galería que el museo pidió. El planteamiento es un aulario, la biblioteca, la galería y la plaza, con la recuperación del espacio público”.

Flavio Calda, director ejecutivo del MALI, señaló a este diario que el costo de la construcción puede ascender a 15 millones de dólares, que deben conseguir mediante el mecanismo de "obras por impuestos", tras una coordinación con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo y una o varias empresas privadas.

Kristin Feireiss, escritora, curadora de diseño y arquitecta alemana, presidió el jurado que estuvo integrado además por Guy Nordenson, ingeniero estructural y profesor en Princeton; Teodoro Fernández, arquitecto chileno reconocido por el diseño de parques y espacios cívicos; Paulo Dam, arquitecto y catedrático de la Universidad Católica del Perú; y el presidente del MALI.

“El proyecto ganador resolvió bien la ecuación que se le presenta a todas las ciudades que como Lima, con casi diez millones de habitantes, son una gran metrópolis agresiva incluso para sus propios ciudadanos. ¿Cuál es la relación de una institución como un museo con el espacio público que lo circunda?: ellos establecen bien esa ecuación”, comentó el arquitecto Fernández a El PAÍS.



El proyecto de Leguía y Garrido planea reestructurar los jardines botánicos que rodean el actual edificio del MALI, y retirar ciertos elementos que se han ido acumulando en el tiempo para ganar espacio verde. Ello significa recuperar el parque, para que sea un espacio público de recreación, una vez que eliminen un gran anfiteatro construido la década pasada y una zona de estacionamiento.

“La reconstitución del espacio comparable a los bulevares del siglo XIX implica una adaptación contemporánea”, refiere el proyecto, que prevé espacios para skaters y ciclistas.

El MALI es uno de los principales museos de Perú, gestionado por una asociación privada sin fines de lucro, aunque en 2015 su segundo piso fue reabierto tras una remodelación hecha con fondos públicos. La muestra permanente tiene más de 1.200 piezas de arte que datan desde la época prehispánica hasta mediados del siglo pasado, aunque la colección supera las 17.000 piezas.

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