Vía La Estrella de Antofagasta.
El vandalismo es el punto negro en la historia de las esculturas antofagastinas, ocasionado en el mayor de los casos que estas estructuras hoy sean sólo parte del recuerdo.
En septiembre de 2014 se anunció con bombos y platillos la reinauguración del "Atleta Griego", una de las esculturas emblemáticas de Antofagasta y que es conocida popularmente como "El Pilucho".
El monumento tuvo que esperar durante 14 años para volver a su pedestal en el sector de Avenida Grecia, gracias a las gestiones de la Sociedad Helénica y el municipio.
Un caso similar ocurrió en diciembre de ese mismo año cuando fue reinaugurada la escultura dedicada a Juan López, frente al Museo Regional de Antofagasta, la que fue destruida en 2008 cuando se efectuaban los trabajos de reparación del sector costanera central.
Pero hay otras estatuas que hoy no corren con la misma suerte, incluso permanecen olvidadas en el tiempo, reviviendo algunas veces y sólo en la memoria de los nacidos y criados en esta tierra nortina.
Tal es el caso del Niño de Bruselas o el Niño de la Espina. La primera se ubicaba en el Parque Valparaíso de la Avenida Brasil, mientras que el segundo monumento era el atractivo principal de la plazoleta Humberto Zhigley.
Ambas, donadas por colectividades extranjeras en la década de los 60's, "eran el orgullo de los parques antofagastinos", relata el periodista Juan Antonio Marrodán.
El profesional explica que Zhigley fue un funcionario municipal que se desempeñaba como director de parques y jardines, quien trabajó en forestar la ciudad y cuando falleció "no hubo igual preocupación en los parques antofagastinos".
Esculturas
Lamentablemente (y esa es una de las causas que se repetirán a lo largo de esta nota), ambas esculturas sufrieron los azotes del vandalismo.
Según informó el diario El Mercurio de Antofagasta en 1975, en aquella época se encontraban "casi completamente destruidas". Hoy, sólo permanecen el recuerdo.
Mismo es el caso de "Los Luchadores", una escultura que fue donada en 1910 a Antofagasta por la colectividad griega, en la celebración del Centenario de Chile.
Ubicada durante muchos años en la Avenida Brasil, la obra igualmente fue afectada por vándalos, pero no sólo eso, ya que curiosamente también sufrió por la acción de los más conservadores. Las autoridades la retiraron de su lugar en 1973.
El historiador y encargado Investigación Histórico Patrimonial y Extensión Cultural del Museo Regional de Antofagasta, Héctor Ardiles, dice que "la escultura era muy provocativa para una sociedad algo pacata, 1910,1920 y los años 30's que vino en Antofagasta un periodo muy religioso y entonces, la gente lo veía como una situación obscena y la destrucción fue por gente culta... Empezaron los vándalos a lanzar piedras, rayarla, tirarle pintura. Fue un paulatino proceso de degradación de pintura. No se veía como una obra de arte, sino que algo más escandaloso".
Se suman también a la lista de estas obras, otras como el monumento a José Santos Ossa, que en los años 80's custodiaba el Parque Croacia .
Lamentablemente también sufrió por acciones vandálicas, con daños graves en su estructura, quedando descabezada, lo que motivó su retiro.
"Más que falta de compromiso con el patrimonio, yo diría que es más bien con el bien común...no sólo las esculturas, son más cosas como las bancas, las veredas...Las variables pueden ser muchas, pero tenemos una sociedad un poco más 'primitiva' en eso, en saber cómo usar nuestro espacio público y hacerlo mejor y entender que las ciudades se configuran por espacios simbólicos", dice el arquitecto Claudio Galeno al explicar que muchas de las esculturas históricas han sido dañadas por la acción de vándalos.
El también secretario académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, afirma que esta acción contra las estatuas, más bien es algo que "pasa por ignorancia, por personas que no conocen la historia del lugar, falta de cariño y estima por eso. Reitero lo del espacio público, no puedo comportarme como si estuviese en mi propia casa, como si esto fuera mío, sino que tengo que ver que es de todos. Los monumentos son algo compartido y tenemos que aprender a respetar los espacios del otro".
Revolución de las Estatuas
El listado no se detiene. En la memoria de los antofagastinos permanece aquel pescador y minero que miraban el caminar de los transeúntes que pasaban por el Balneario Municipal o el Parque Japonés.
"El Hombre Chileno de la Pampa y Mar" del escultor Avelino Sanhueza, fue levantada en 1979 por la Universidad Católica del Norte.
A fines de 2012 el monumento desapareció, aparentemente por un presunto accidente de tránsito. Su base fue retirada y hoy sigue esperando su regreso.
A la lista se agrega un caso reciente, aunque esta vez no por terceros, sino que más bien por causas materiales.
Ubicado en Avenida O'Higgins, el sector sur del Parque Brasil, se encontraba el Monumento al Bombero. Su base de fierros y cemento no soportó el paso del tiempo y la exposición al agua del constante riego del lugar, por lo que en octubre del año pasado el material no aguantó más y se desplomó.
Héctor Ardiles añade que "en Antofagasta hay una deuda con el patrimonio de los monumentos. Hoy las autoridades están preocupadas de hermosear esta ciudad, pero hay que restituir mucho de lo que se ha perdido y colocar, sobre todo, estándar de lo que son los monumentos históricos y bienes culturales públicos, con un nivel que sea acorde a la calidad de ciudad que tenemos".
Actualmente, el municipio trabaja en los proyectos de mejoramiento del Parque Brasil y el Parque Croacia. Desde la casa consistorial, adelantaron que la conservación y restauración de los monumentos de ambos lugares, están consideradas dentro del programa.
Pero mientras se espera el retorno de estas esculturas, el proyecto "La Revolución de las Estatuas" se ha encargado de traerlas de vuelta al recuerdo antofagastino.
La idea es originaria del joven Jorge Torres, conocido por ser el puma de la barra de Deportes Antofagasta. Si bien se le ocurrió la idea hace varios años, poco a poco se fue sumando más gente a su iniciativa.
Hoy cuenta con apoyo del maquillador Jonnhy Johnn y un equipo de profesionales, que a través del maquillaje y la caracterización, hacen posible que las estatuas olvidadas y que esperan su oportunidad de regresar, cobren vida y por un momento se ubiquen en el mismo lugar que en las décadas pasadas."Esta idea se me ocurre porque yo soy antofagastino y me acuerdo que en mi infancia era súper importante todas las estatuas de antes. En esa época de mi niñez, esas estatuas (nombra Los Luchadores, el Atleta Griego, entre otras), marcaban el tiempo de la Antofagasta gloriosa, ordenada, de los grandes inmigrantes que llegaron. Por eso traté de retroceder y volver a recuperar estos monumentos", comenta.
Torres agrega que para efectuar esta iniciativa y antes de llevar a cabo la representación como tal, primero se encarga de recoger toda la información posible de la escultura. Y añade que la idea es tratar de recuperar la importancia del patrimonio, que nos define como hijos de la Perla del Norte.
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