Vía El Mercurio de Antofagasta.
PROYECTO. Cables que ocultaban su fachada fueron retirados, revelando belleza del edificio.
Por Jimena Herrera M.
Alguna vez su dueño afirmó: "Tendrá que caerse toda la ciudad antes que se derrumbe mi casa", refiriéndose a la conocida Casa Giménez, ubicada justo en la esquina de Baquedano y Matta.
Esta construcción situada en el corazón comercial de Antofagasta, durante años ha formado parte del paisaje urbano de la ciudad, sin embargo, difícilmente podía ser observada en toda su magnitud debido a la maraña de cables que cruzaba su fachada. Sin embargo, los cables ya desaparecieron (fueron retirados esta semana) y hoy la construcción luce como antaño su hermosa arquitectura neo-mudéjar.
Sin duda un logro que pone nuevamente en valor esta construcción, que según documentos históricos, perteneció a la familia de un comerciante español de la época, llamado Ismael Giménez.
Historia
Según explicó el secretario docente de la Escuela de Arquitectura de la UCN, Claudio Galeno, en el año 1918 la familia Giménez viajó a Sevilla (España) y quedaron fascinados por la arquitectura de estilo neo-mudéjar que desarrollaba José Espiau Muñoz. Entonces deciden encargarle un diseño para su edificio en Antofagasta.
Las obras fueron ejecutadas finalmente entre 1923 y 1924 por el arquitecto catalán residente en Antofagasta, Jaime Pedreny Gassó.
"El mito cuenta que el diseño es una copia exacta del edificio en Sevilla, lo que no es cierto. La construcción está basada en el edificio 'Ciudad de Londres' y son parecidos, pero éste tiene otra escala, otras dimensiones, y está en otra situación urbana. La Casa Giménez tiene mayores dimensiones, es más alta. Podríamos decir que es la versión robustecida", detalló el académico.
Pionera
En el libro "La Historia de la Construcción en Antofagasta... la primera piedra", de la Facultad de Ciencias de Ingeniería y Construcción de la UCN, se señala que la Casa Giménez fue una obra pionera en la ciudad.
"El edificio integró muchos murales en sus terminaciones, pinturas que fueron realizadas por el artista iquiqueño Sixto Rojas Acuña", se indica.
Galeno dice que el edificio contó con un ascensor marca Schindler (el primero que existió en la ciudad) y materiales importados. Por ejemplo, el cemento fue traído de Suecia y los azulejos de Sevilla.
"La estructura es metálica. Si uno ve una foto de la construcción, se puede apreciar un esqueleto de metal recubierto de hormigón. Era el edifico más alto de la ciudad en ese momento, además que quedaba en una parte alta y sobresalía", dijo el arquitecto.
Además cuenta que tiene seis pisos, incluida la terraza con sus torreones.
"Los torreones son pequeñas torres, volúmenes que sobresalen de la fachada. Dos por calle Baquedano y uno por calle Matta. Sobresalen y arriba terminan como en una especie de techo. La primera planta en realidad son tiendas, y hay tres. El centro de todo el edificio tiene un lucernario (tragaluz), que también están en la terraza, y es vacío al centro. Tiene un espacio vertical que comunica a todas las plantas", detalla.
Poner en valor el patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad y rescatarlo, también habla de la identidad local, opina el concejal y sociólogo antofagastino Camilo Kong, quien investiga todo lo referente a este patrimonio.
Según manifiesta, la protección de espacios como la Casa Giménez es algo que se debe fortalecer, fomentar, investigar e ir definiendo.
"Tenemos muchos edificios, manifestaciones no solamente materiales, sino también inmateriales, que forman parte de nuestro patrimonio, y es lo que nos representa, caracteriza y distingue", indicó.
Kong dijo que en el contexto de la globalización, que implica "pérdida de esa identidad", la conservación de estos espacios no sólo es una necesidad, sino que además "es un asunto que puede generar actividad laboral y económica".
$1,5 millones le habría costado a Ismael Giménez construir esta enorme
1924 año casa, que aún no es declarada Monumento Histórico Nacional y que se alza en el núcleo comercial de Antofagasta.
6 pisos tiene el inmueble en que se inaugura la tienda. Los clientes deseaban conocer las telas de importación, tejidos, calzados, sombreros y sedas. El hito marcó el inicio de la época de los "Almacenes Giménez".
Entrevista a Claudio Galeno, secretario docente de la Escuela de Arquitectura UCN.
La Casa Giménez nace en una época en donde la ciudad estaba llena de negocios extranjeros. Era una vida curiosa: mucha gente hablando distintos idiomas y viviendo en el desierto más árido del mundo. Claudio Galeno, director del magíster de la Escuela de Arquitectura, doctor y especialista en teoría e historia
de la arquitectura, contó cómo surgió esta bella época. ¿La ubicación de la casa Girnénez tuvo algún significado?
-Siempre Prat y Matta fueron calles netamente comerciales y además estaban vinculadas a las familias que vivían arriba y tenían sus negocios abajo (de los edificios). Calle Matta, era de actividad social, una calle donde se desarrolló una especie de Belle Époque, siempre se asocia a los lugares de más dinero y gente bien vestida, de principios del Siglo XX. En Baquedano había varios hoteles donde la gente se reunía y hacían fiestas.
Si uno sigue buscando, encontrará un montón de estos edificios eclécticos que tienen locales comerciales abajo y arriba vivían las familias. Además justo ahora que están sacando los cables, aparecieron
un montón de estas casas.
¿Qué es el estilo neo-mudéjar?
-Lo que hace es recuperar esta arquitectura que es herencia de los moros. España fue invadida en una época
por ellos y estuvieron por mucho tiempo en la zona de la península Ibérica. Los moros que se tomaron esa zona de Sevilla dejaron su arquitectura. Por ejemplo, la Catedral de Córdoba. Luego, cuando los españoles recuperaron sus antiguas tierras y los expulsaron, estas obras se convierten en catedrales e iglesias.
Y luego, a principios del Siglo XX, se reconoce este estilo, que es parte de la historia de Sevilla.
¿Hay alguna construcción que tenga el mismo estilo que la Casa Giménez?
-Hay otra, pero es una casa más pequeña que también está hecha en este estilo en el Paseo Prat. Hay una zapateria en el piso de abajo, está entre el edificio de Ripley y la tienda Vaticano. Se nota en el segundo piso que tiene como arcos mudéjar en la fachada. Donde hay otra construcción muy buena de este tipo es en
Iquique, es el Centro Español de Iquique. También es un edificio estilo neo-mudéjar con murales en el interior, muy decorado, pero no es tan parecido a éste. Este estilo neo-mudéjar adquirió cierto protagonismo en Sevilla, por algunos arquitectos que lo pusieron de moda, como el que hizo la Casa Giménez. En paralelo, aquí en Chile, también se estaba haciendo neo-mudéjar, pero menos moderno. Es más limpio el estilo
de los sevillanos y acá era un poco más recargado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario