16.10.10

La memoria de la arquitectura modernista del Estadio Carlos Dittborn de Arica

De ARTE Y ARQUITECTURA (ART AND ARCHITECTURE)


"La Junta de Adelanto de Arica y la Comisión Coordinadora del Gobierno hicieron el milagro ariqueño", decía en mayo de 1962 un artículo de la relevante revista chilena En Viaje publicada por Ferrocarriles del Estado.

Chile había logrado ser designado como Sede del Campeonato Mundial de Fútbol, en 1956, designando un Comité Ejecutivo del Campeonato, lo que empezó a consolidarse al dictarse "una ley especial que concedía fondos para la construcción o ampliación de los estadios que serían necesarios para el mejor desarrollo del campeonato", fondos que se empezaron a reunir desde enero de 1957, mientras que la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas inició los estudios y proyectos. El plan inicial de sedes para el Mundial no incluía el Norte Grande de Chile, sino que la preselección incluía Santiago, Viña del Mar, Concepción, La Serena, Rancagua, Talca y Temuco.

Sin embargo, para el mundial de fútbol de ese año, que se realizaría en Chile, Antofagasta y Arica pretendían ser sedes regionales del campeonato que se celebró en Chile. Mientras en Antofagasta el proyecto fue un proyecto de la oficina de Mario Recordón, con los arquitectos A. Gomez y L. Lira, desarrollado a partir de 1959, el proyecto para Arica se inició en 1957, encargado a la destacada oficina chilena Bresciani Valdés Castillo Huidobro (BVCH) por la Sociedad Modernizadora de Arica (que al año siguiente se consolidó como la Junta de Adelanto de Arica).

"Cuando Chile solicitó la sede del Campeonato Mundial, Arica virtualmente no era tomada en cuenta para ser subsede. Sin estadio, con una población muy reducida, y son haber efectuado grandes espectáculos deportivos, muy pocos soñaban siquiera con 7 encuentros del campeonato del mundo. Recién cuando en 1960 los sismos destruyeron gran parte del sur del país, surgió la posibilidad efectiva.

El estadio de Antofagasta emplazado en los terrenos del Club Hípico, se diseñó para albergar entre 25000 a 28000 personas, y quedó muy bien resuelto, integrando la característica pendiente topográfica de la ciudad, pero sus obras no estuvieron finalizadas para el evento, inaugurándose recién en 1964.

Por otro lado, el estadio Carlos Dittborn de Arica para 25000 personas, acogió con orgullo una serie de partidos de fútbol, siendo una de las únicas tres ciudades que acogieron partidos además de Santiago. La oficina de arquitectura BVCH tiene además varias otras obras significativas en Arica, entre las cuales está la Población Chinchorro y el Casino. Los arquitectos, para el Estadio, crearon un diseño de gran singularidad, con una obra que a pesar de su gran capacidad, es amable en cuanto a dimensiones en el paisaje. Además configura un entorno de vías elevadas laterales, definiendo una experiencia espacial de fuerte connotación brutalista, acentuada por sus estructuras diagonales y la repetición invertida de la textura de las graderías convertidas en fachada.

De ARTE Y ARQUITECTURA (ART AND ARCHITECTURE)


Así la designación de Arica como sede, se debió al hecho de concretar las instalaciones necesarias, que incluían camarines apropiados y dos canchas de entrenamiento. Uno de los principales problemas con que se enfrentaron los ariqueños fue el pasto ya que los terrenos eran salitrosos, lo que hace muy dificil el cultivo de especies vegetales. El tema se solucionó mediante el uso de una semilla especial traída de Alemania y el lavado de la tierra, por recomendación de agrónomos. Así se obtuvo un césped apropiado tanto en el estadio como en las canchas de entrenamiento.

Pero, teniendo el espacio y la arquitectura para el espectáculo, otro aspecto relevante constituía albergar tanto a jugadores como a los espectadores que llegarían a apreciar los partidos. Afortunadamente gracias al afán modernizador de Arica, para el evento la ciudad contaba con una infraestructura moderna. De esa forma los equipos de Uruguay, Colombia, Unión Sovietica y Yugoslavia, se alojaron en los hoteles El Paso (HONSA), El Morro, Valle de Azapa y la Hostería de Arica (HONSA), este último un proyecto, posiblemente del arquitecto Martín Lira, quien también construyó un edificio de viviendas para la Caja de Periodistas en el centro de la ciudad. Los turistas ocuparían los otros hoteles y casas particulares que se ofrecerían como alternativa de hospedaje.

El tercer aspecto de fundamental relevancia constituyó las radiocomunicaciones, resueltas en este caso gracias a la ayuda de la Corporación de Fomento (CORFO). Mediante los trabajos que se realizaron, en 1962, se contaba con la capacidad para que varias emisoras pudieran transmitir simultánamente, y se habían mejora las comunicaciones con Santiago. A esta mejora tecnológica se sumó el traslado, mediante un avión militar a reacción, del registro fotográfico de los partidos hasta Santiago solo 4 horas después de terminado cada partido.

De ARTE Y ARQUITECTURA (ART AND ARCHITECTURE)


"La ardua labor en Arica", para lograr ser sede, es un motivo más para resguardar la memoria de la modernidad promovida por la Junta de Adelanto, que no solo logró concretar un imaginario modernista de mucho interés, con arquitectos de remombre y arquitecturas adecuadas, sino que integró a su vida urbana la relevancia de un evento deportivo. La actitud progresista de Arica queda muy bien expresada en las palabras de Valentin Granatkin, vicepresidente de la FIFA y jefe de fútbol de la Unión Soviética, publicada en ese número especial para el campeonato mundial de la revista En Viaje:

"Cuando vi el desierto desde la ventanilla del avión, durante más de 2 horas, me sobrecogí y pensé que no podría ser cierto que en estos parajes se efectúen encuentros del campeonato mundial. Pero una vez en tierra comprobé lo que puede la labor del hombre, cuando se esfuerza por cumplir"

A pesar de la memoria modernista contenida en la magnífica obra ariqueña, el estadio se incluyó en un plan de remodelación de estadios a nivel nacional que debieran haber estado terminados para el Bicentenario, entre los cuales también estaba el de Antofagasta.

En Arica las obras se iniciaron este año 2010. El proyecto es una transformación radical por no decir aberrante de la singularidad estética moderna del diseño de BVCH. Totalmente recubierto de pieles, sin duda el estilo de publicitados estadios internacionales pero que destruye un patrimonio nacional que forma parte de la memoria reciente de Chile y del ímpetu de la Junta de Adelanto. Sin duda la memoria es frágil, y si bien estas remodelaciones fueron iniciativas del Gobierno, los mismo ariqueños, al apoyar proyectos de transformación tan agresivos, desconocen el legado de su contundente patrimonio modernista. Siempre pienso ¿porque siempre construimos sobre lo anterior? ¿Porque no hacer algo nuevo en otro sitio? ¿no se puede mejorar sin alterar o hacer tabula rasa? ¿tenemos una obsesión por lo nuevo?

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