Se había anunciado el fin del mundo para el pasado viernes 21 de diciembre de 2012, pero para infortunio de los fatalistas, nada pasó, sin embargo para coincidir con tan bullado evento se realizó el evento inaugural de un nuevo espacio para la cultura y el arte en Antofagasta, un sitio que se ha denominado MATTAPRAT.
Se trata de un departamento tipo white cube ubicado en el cuarto piso del edificio Carcelé en la esquina de las calles Matta y Prat, en pleno centro de Antofagasta. Los promotores de la iniciativa son Paz Osorio, Luis Echeverría, Alejandro García y Jorge Wittwer, todos con amplia experiencia en arte y gestión cultural.
La convocatoria reunió a un selecto grupo de artistas y diseñadores contemporáneos de la región de Antofagasta entre los que estaban Alexis Díaz, Marko Franasovic, Claudio Cárdenas, Ana Avendaño, Macarena Gutiérrez y Claudio Galeno. El espacio quiere ser un lugar integrador de variadas prácticas culturales y artísticas, y lo primero fue discutir sobre su sentido. Para estimular la discusión, Alejandro García proyectó el video "Nouvelle Science Vague Fiction" de la artista Regina de Miguel, que estuvo hace poco por la ciudad visitando Paranal y realizando un taller.
Nouvelle Science Vague Fiction Excerpt from Regina de Miguel on Vimeo.
MATTAPRAT es un espacio no institucional, y operará en los márgenes que existen entre espacios culturales institucionalizados. Su operatoria será la de un laboratorio de prácticas que pueden alcanzar el formato de residencia artística.
Su entorno es muy provocador, ya que por el día es el núcleo del centro comercial de la ciudad y por la noche se evidencia la apropiación de la cultura popular de los inmigrantes. El área es parte de la tradición histórica de la ciudad, e incluso puede ser entendida desde los relatos que escribió Salvador Reyes de su infancia (principio del siglo XX) en Antofagasta, ya que vivió a algunos metros de este afamado cruce de calles.
"Siendo muy pequeño, cuando estalló una de las más trágicas huelgas que ha visto Antofagasta, huí con mi madre y mi abuela, entre las llamas que devoraban nuestra casa y las balas que cruzaban los huelguistas con las tropas del Regimiento Esmeralda. Nuestra casa se hallaba situada en la calle Manuel Antonio Matta (que entonces se llamaba Angamos), entre Prat y Sucre. Los huelguistas pegaron fuego a una tienda de la esquina de Prat y el fuego devoró la manzana entera. Nos refugiamos en casa de unos parientes y toda la noche oímos el paso de los soldados que patrullaban las calles. Al día siguiente mi tío Francisco me llevó a ver el montón de escombros humeantes, entre los cuales encontré la cabeza de mi caballo de balance."
Reyes, Salvador. Andanzas por el desierto de Atacama, Santiago: Zig-Zag, 1969, p.87.
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