Vía El Dínamo.
El Museo Chileno de Arte Precolombino y BHP / Minera Escondida presentan “Taira, el amanecer del arte en Atacama”, una exposición que traerá a Santiago la belleza, complejidad y vitalidad del arte rupestre de Taira (Región de Antofagasta) entre el 1 de diciembre de 2017 y el 27 de mayo de 2018.
Una sucesión de imágenes en 360°, un viaje fílmico telescópico que imita el vuelo de un cóndor y un espectáculo donde el público experimentará la atmósfera, fantasía y realidad de los fenómenos astronómicos de Taira son algunas de las novedades de esta exposición inédita en Chile, que releva un sitio arqueológico cuyas representaciones rupestres son incomparables en la prehistoria del arte americano.
“Esta es una exposición muy novedosa que creo no se ha hecho nunca en nuestro país. Se basa en una larga investigación de nuestro curador, José Berenguer, y por lo tanto es una expresión de arte rupestre muy bien documentada. Museográficamente es aventurada, con la inclusión de nuevos medios y alta tecnología”, explica Carlos Aldunate, director del Museo Chileno de Arte Precolombino.
La muestra cuenta con la colaboración en testimonios y saberes ancestrales de la Comunidad Indígena Atacameña Taira, actuales habitantes del lugar donde se ubica el sitio arqueológico investigado.
“Taira, el amanecer del arte en Atacama” se enmarca dentro de la alianza de colaboración que sostienen hace más de una década BHP / Minera Escondida y el Museo Chileno de Arte Precolombino, que ha llevado a producir proyectos culturales de gran relevancia para el país. Este aporte al patrimonio propio de los pueblos precolombinos, especialmente aquellos del actual territorio chileno, tiene por objetivo demostrar que el mundo precolombino no es algo del pasado, sino que permanece en nuestro acervo genético y cultural.
“Nuestra alianza con el Museo Chileno de Arte Precolombino tiene ya más de quince años y es parte de un compromiso de BHP a nivel global. En Australia y otros países donde tenemos operaciones también desarrollamos proyectos para reconocer y celebrar el arte y la cultura indígenas. En nuestro país, junto con continuar trabajando en nuevos proyectos que incorporen una activa participación de las comunidades indígenas locales, ahora estamos iniciando una iniciativa de intercambio cultural con Australia, que esperamos sea el inicio de una colaboración a largo plazo entre el Museo Precolombino y la National Gallery de South Australia”, señala Daniel Malchuk, presidente de BHP Minerals Americas.
“Taira es muy bello. Sin embargo, pensarlo solo como una joya estética o como un objeto de arte es limitarlo. En nuestra exposición, buscamos estimular el placer estético, pero también el goce de entender el mensaje que hay detrás de las imágenes”, agrega Berenguer, arqueólogo, investigador de la exposición y curador jefe del Museo Precolombino.
Con ese objetivo, la museografía se desarrolla de manera innovadora, mediante dispositivos multimedia al servicio de la estimulación sensorial y los objetivos comunicacionales. “El paisaje rotundo horizontal, con tiempo casi suspendido del desierto, además de toda la diversidad del valle del Loa, han sido recursos visuales que activan la narrativa de la historia que contamos. Los formatos de exposición, desde lo clásico, mostrando objetos, hasta recursos digitales, mostrando animaciones, hacen que lo audiovisual sea un componente fuerte”, explica el arquitecto Rodrigo Tisi, quien junto a su equipo está encargado del diseño y montaje.
Zona interactiva para la familia
La Zona Interactiva Mustakis del Museo Precolombino se renueva para acompañar la nueva exhibición “Taira, el amanecer del arte en Atacama” e invita a toda la familia a aprender jugando con actividades que ayudarán a grandes y chicos a entender por qué nuestros antepasados dejaron marcas en las rocas que nos maravillan hasta hoy.
Con Taira AR, un entretenido juego de realidad aumentada, podrán personalizar su propio arte rupestre y conocer los mitos de creación de las llamas, un animal muy importante para las culturas originarias del norte grande de Chile. Además, podrán tocar y escuchar a la “Roca que habla” para descubrir que, para las comunidades antiguas que habitaron las cercanías de Taira, grabar y pintar en ella era lo mismo que pedir un deseo.
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